Volar en Pequeñas Aeronaves

            Comúnmente las personas creen que los aviones pequeños carecen de seguridad, y esta idea crea el temor generalizado a volar en este tipo de naves por lo que muchas personas prefieren los aviones grandes utilizados por las aerolíneas.  Juntamente con este temor está el hecho de que normalmente las personas no disfrutan el vuelo – incluso en aviones grandes – debido mayormente a lo monótono que éste se torna.  Pero la verdad es que los vuelos en aviones pequeños son más seguros y de hecho más divertidos.

            En los aviones grandes muy pocas personas tienen acceso al paisaje externo, y aún así éste está limitado por las minúsculas ventanillas del avión.  Debido a la gran cantidad de pasajeros, los asientos intermedios conforman el más seguro destino del viajero en donde, ni el paisaje ni la vista son cómodas.  Otro inconveniente de las grandes naves es la gran altitud así como la relativa quietud con la que vuelan éstas.  Todo lo antes planteado ocurre de manera contraria en los aviones pequeños los cuales son más seguros porque pueden planear durante largo tiempo con los motores apagados.  Como estos aviones navegan a relativamente poca altitud, todo el paisaje externo está disponible al pasajero a través de las grandes ventanas que permiten una vista de 720 grados alrededor, hacia arriba y hacia abajo.  Pequeños y de gran maniobrabilidad, los aviones ligeros o avionetas se mueven con poco viento y en ocasiones dan la sensación de que estamos en una montaña rusa.

            Si en alguna ocasión te invitaren a volar en un avión ligero, ten por seguro que el vuelo será el más divertido que jamás hallas tenido.  No temas por la seguridad porque ciertamente son mucho mejores, más espectaculares y tienen un rango de acción mayor, es decir, pueden aterrizar en más lugares que los aviones grandes.  Solo imagina lo que sería ir a Samaná en la mañana para tomar un baño en la playa, retornar con el sol aún en el horizonte y estar a tiempo para la cena.