Sigue el programa todos los martes y jueves de 23:30 a 1:30 en el 107.4 FM.
Dirige y presenta Jos� Carlos Fern�ndez
'Camar�n', el liviano biopic de
Jaime Ch�varri
Por Jos� Carlos Fern�ndez Moscoso
No busquen pol�mica en la pel�cula que Jaime Ch�varri ha dirigido sobre Jos� Monge Cruz, Camar�n de La Isla. En realidad, es dif�cil tratar de tener encontronazos con este cineasta en cualquiera de los filmes que realice. En primer lugar, porque Ch�varri es un artesano del cine en su m�s amplio concepto de la palabra, es decir, que el tratamiento tan honesto como tribal y manufacturado que observamos en las est�ticas de sus cintas se extiende al tratamiento de sus tem�ticas. Ch�varri no es el Costa Gavras espa�ol, a pesar de Las bicicletas son para el verano, ni tampoco es Eric Rohmmer a la hora de entrar en la intimidad de sus personajes, como ya vimos en Besos para todos. Es l�gico pues que, a la hora de hacer el biopic de Camar�n, no cambie su forma de hacer cine, y menos a estas alturas, y nos presente un di�fano ejemplo de sus virtudes y defectos. Entre las primeras algunas muy obvias: el cari�o con el que se ha tratado la figura del cantaor, el modo de presentar el filme con el montaje de im�genes y su inclusi�n en las filas de viajeros de la estaci�n, la m�sica de Carles Cases a la que, desgraciadamente, nadie prestar� atenci�n porque la mayor parte del p�blico s�lo creer� oir las canciones del genio gitano y, por encima de todo, la incre�ble interpretaci�n de �scar Jaenada, la notable encarnaci�n de Chispa por parte de Ver�nica S�nchez y un elenco de secundarios a los que Ch�varri les extrae el jugo s�lo en alguna ocasi�n aislada a pesar de demostrar que lo llevan en su interior. Tal es el caso del actor isle�o Mart�n Bello, al que desgraciadamente apenas el director le cambia de registro durante los primeros 45 minutos para posteriormente percatarnos de que su capacidad interpretativa va m�s all� que la que hasta ese momento ha querido mostrarnos Ch�varri. Mart�n Bello pasa de las sonrisas est�ticas a un momento brillante en el entierro de la madre de Camar�n, donde demuestra que es capaz de hacer mucho m�s de lo que s�lo le ha pedido el realizador de este film. De Jaenada lo que les diga es poco. No hay interpretaci�n en el cine espa�ol en los �ltimos a�os como la de este chaval. La nominaci�n al Goya se quedar� corta si hacen justicia. Su actuaci�n no s�lo es la de un actor oculto bajo un vestuario acertado -con �l s�, con el resto...-, unas barbas delatadoras y unas sesiones de maquillaje. Jaenada no es un ejemplo del cine italiano, en el que Cinema Paradiso era muy bella pero daba pena observar la manera en la que quedaba envejecido el personal en una chapuza t�cnica muy profusa en el cine mediterr�neo. Jaenada no ha necesitado eso porque sus gesticulaciones en el rostro son las mismas que la de Camar�n, su postura sentado pone la piel de gallina y sus manos son las que ha logrado despu�s de haber engullido v�deos de Jos� sin descanso hasta llegar al mayor culmen interpretativo que puede existir del genio del cante. Todos estos aspectos los tenemos en el haber. En el debe, los mismos que se detectan en el cine de Ch�varri, expuestos anteriormente en l�neas generales. A ello pueden a�adir un Paco de Luc�a que roza el rid�culo, desaprovechado, la eliminaci�n de algunos cap�tulos de la vida de Camar�n demasiado importantes como para suprimirlos -en relaciones profesionales con determinados productores y artistas-, una pobre presentaci�n de algunos personajes -para hacerlo con el Tomate s�lo pone su nombre en una conversaci�n intrascendente, en una muestra m�s del primitivismo de Ch�varri- y un excesivo manierismo innecesario a la hora de mostrar hechos dram�ticos, como la demasiada epicidad en la secuencia en la que Camar�n canta tras haber descubierto su mortal enfermedad y es contemplado por Chispa y su amigo, que establecen un cruce de miradas en el que sobra tanta teatralidad y movimiento de labios. Es posible que Imanol Uribe, que ya trat� de hacer Camar�n hace m�s de diez a�os, hubiera rodado una pel�cula m�s redonda que �sta, pero tengo mis serias dudas sobre si lo hubiera hecho con el cari�o que le ha aportado Ch�varri al proyecto y si hubiera contado con un actor tan inmenso en este filme como �scar Jaenada. Esta es la pel�cula de Camar�n, para bien o para mal, con sus virtudes y defectos ?que tambi�n los hay anacr�nicos, de paisajes y fachadas de La Isla, con azulejos a�n sin colocar por aquellos a�os y curas incorrectamente ataviados.
Bienvenidos al mundo de Ch�varri y al de Camar�n y opten por la condescendencia.
'Camar�n de La Isla'
Por Jos� Carlos Fern�ndez Moscoso
Aquel 2 de julio de 1992...
NO conoc� a Jos� Monge en ning�n momento de su vida. Dolores Montoya, su viuda, ni siquiera sabe que existo, y es probable que a su familia ni le interese lo que yo diga. Para qu� les voy a enga�ar. En los trece a�os transcurridos desde que muri� Camar�n, me ha parecido repugnante la cantidad de lenguas lisonjeras y oportunistas que han hablado y escrito sobre el maestro gitano como si hubieran compartido con �l los momentos m�s amargos de su vida y hubieran servido de consuelo ante tanta autodestrucci�n. As� que, en un ejercicio de sinceridad, les confieso incluso que mis gustos musicales nunca se aproximaron a lo que hac�a Jos� y, mientras �l echaba el resto cantando La leyenda del tiempo ?que con el curso de los a�os lo he degustado para llegar a la conclusi�n de que s�lo Mediterr�neo de Joan Manuel Serrat puede ser quiz� capaz de superar semejante obra maestra?, yo colocaba mis discos sinf�nicos de bandas sonoras de Jerry Goldsmith o Elmer Bernstein. Mi indiferencia hacia Jos�, su m�sica y su mundo ?sin que ello supusiera un atisbo de desprecio? cambi� aquella ma�ana del 2 de julio de 1992, cuando a�n me correspond�a abrir los micr�fonos de Radio La Isla, a las ocho en punto, e informar a la audiencia de lo que reflejaban los peri�dicos en sus portadas y algunas notas medianamente novedosas del informativo de la noche anterior. No recuerdo qu� tema musical cumpl�a la labor de descanso entre noticias como tampoco soy capaz de asegurar si la llamada de tel�fono que recib� en los estudios de la emisora proced�a de Jos� o de Lolo, de la Venta de Vargas. Es un nimio detalle, apenas importa, teniendo en cuenta que aquella tempranera conversaci�n ?apenas hab�an pasado cinco minutos sobre las ocho? se convirti� en un clavo ardiendo al que sujetarse para que, a trav�s de alguna indagaci�n, yo pudiera decirles si el rumor que les hab�a llegado esa misma ma�ana desde Barcelona con una llamada telef�nica anterior era cierto. "Que dicen que Camar�n se ha muerto, Jos� Carlos... �Eso c�mo puede ser?". S�lo me bastaron algunos minutos para comprobar la veracidad de los hechos, cuando los facultativos me dijeron que hab�a sido a las siete y diez de la ma�ana, apenas una hora antes. A�n recuerdo que las manos me temblaban cuando la luz roja del estudio me indic� que estaba dirigi�ndome a los isle�os para darles en primicia la luctuosa noticia de la muerte de Jos� Monge Cruz. Por aqu�l tiempo, no hab�a isle�o que fuera capaz de ignorar una emisora tan nuestra como RLI, as� que la noticia lleg� a miles de hogares en los que el placentero aroma del caf� matutino se esfum� ante lo que desgraciadamente me encontraba obligado a decir: Camar�n hab�a muerto en Badalona, a los 41 a�os. Soy incapaz de detallar lo que sucedi� durante las siguientes 48 horas. Recuerdo c�mo emitimos desde la puerta de su casa, esperando la llegada de los familiares, a la Chispa con sus expresivos ojos en ese momento cerrados, apoyada sobre Manuel, c�mo nos dejamos la bater�a de la unidad m�vil en el coche de Rancapino y hubo que buscarlo apresuradamente para que la emisi�n no se perdiera, aquella impresionante marea de personas que aguardaban su f�retro en el Puente Zuazo contemplada desde la azotea de la Venta de Vargas o c�mo me desmay� en el Ayuntamiento, ya de madrugada, por absoluta inanici�n ?apenas llev�bamos algunos refrescos en el cuerpo en todo el d�a? e incluso Lolo Picardo tuvo que trasladarme en su coche hasta mi domicilio, a�n algo aturdido.  Llevo a�os escribiendo de pol�tica, de econom�a, de cine,... pero jam�s plasm� lo que les expongo ahora. Ayer quise hacerlo porque el pellizco pudo conmigo cuando vi Camar�n de Ch�varri en los cines �baco y a �scar Jaenada, que est� para ganar al menos el Goya. Desde hace 13 a�os, Jos� no es lo mismo para m�. Pero en silencio. Como a �l, seg�n me cuentan, le gustaban las cosas...
FOTOS DEL PREESTRENO EN SAN FERNANDO
Hosted by www.Geocities.ws

1