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CUENTOS - ------------>
David Sierra García
"
Los hombres del viento"
El puente cayó
a mediados del diecinueve y, tras
veladas controversias,
volvió años después en la zona que
más
que ocupar deshabita. La Tomasa lo cruza cuatro
veces al día
sin preguntarse qué es un puente, una
controversia
o una zona.-tiene hambre de inmediateces la
Tomasa y su
Adrián se contenta con verla cruzar cuatro
veces al día
el puente de la plaza de la Estrella-.Sonríe la
sonrisa aplacada
por lo que ha sido abolido; ¡ sonrisa de
estómago
colmado. Ahora dice que trabaja en una de esas
fabriquitas
ilegales en las afueras del pueblo pero lo cierto
es que su trabajo,
su única fe, es atravesar este puente
cuatro veces
diarias y preguntar al inútil quiosquero si
cree que lloverá
mañana.
Ella
sabe que el alma del puente es su inacabamiento-
esa forma erosionada
de belleza o absoluto-. Lo camina
como quien
pisa ascuas; lo teme como quien lo ama. ¡ Es
su puente y
es su alma !. Al anochecer se sienta en la
terraza del
" Tropical " y sigue el tráfico. Los ojos están
abiertos: ahítos
de asombro. Busca entre los viajeros su
misma mirada:
su misma convulsión. Arrastra la silla,
perpleja, abatida,
y regresa a casa. A una casa en un barrio
obrero de ciudad
populista, obsoleta. Habla. Habla.
Necesita palabras
manoseadas con su propio
conocimiento
para mirarse despacio y lento a unos ojos
que ya no ve.
¡ Aquella
boca y aquellos ojos que ivan a conquistar
el mundo !
Cierra la puerta y........
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Aarón Rodríguez Serrano
" Requien ad
aeternam "
Cuando por fin ocurrió
( aunque todavía nadie sabe
muy bien porqué fue ), comprendimos
el verdadero
significado de la palabra soledad. Todos teníamos
tanto
miedo a salir a la calle, a hablar, a mirar
siquiera a otra
persona que cada segundo era una espada sobre
nuestra
cabeza.
Parecía que las estrellas
hubieran empezado a brillar de
una manera diferente, como si estuvieran más
lejos que
nunca. Los astrónomos dejaron de asomarse
noche tras
noche al eterno balcón del universo
para refugiarse en la
tranquilidad de sus hogares, de la televisión
y de la estufa
familiar. El silencio nocturno que pinta de
frío las calles
de las ciudades se hizo todavía más
profundo y el cielo
pareció ser más negro que nunca.
Los medios de comunicación..........
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Manuel Arriazu Sada
" La Mancha
"
Me decidí por ella a pesar de que el
precio se acercaba
más allá de lo prudente al limite
de mis posibilidades
económicas. De hecho se extrañaron
en la agencia de la
rapidez con que lo hice, con algo de precipitación
quizás,
y debieron creer conveniente callar ciertos
rumores que
corrían sobre el inmueble, confiando
en la posibilidad de
que no hubiesen llegado a mis oídos.
Es cierto que el
agente insistió con sus preguntas interesándose
por si
realmente estaba convencido de lo que hacía,
recordándome lo difícil que
sería volverse atrás en el
trato, de llegar a él, por tratarse
de una ganga. La verdad,
la ganga yo no la veía por ninguna
parte y, ciertamente,
conocía los rumores sobre ciertos acontecimientos
pasados, ciertos episodios que tuvieron lugar
en la casa,
aunque , por supuesto, los dejé de
lado, sin llegar a darles
crédito, suponiendo que no se trataba
sino de leyendas sin
base ni fundamento real nacidas al amparo
de las
ancestrales supersticiones de las gentes.
El edificio era un viejo
caserón........
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Ángeles Lorenzo
Vime
" Salvar a
Eva "
Para Eloy, por la magia
Fede se había sentado ya, mientras
yo me pasaba por
el baño. Le miré y sonreí,
y me senté a su lado, entre el
humo y las notas de no recuerdo qué
claro de luna. En la
mesa ya estaban las copas. Te he pedido un
whisky, me
dijo él. Vale, respondí yo mientras
pensaba que era
pronto para empezar.
Les vi llegar entonces, cuando buscaba al
camarero
con la mirada. Aquel hombre llevaba unos zapatos
espantosos, de un verde casi fosforito; y
después se me
fueron los ojos hacia los otros pies, y en
ellos se
quedaron unos segundos, por el tacón
de aguja y el
charol muy brillante. Ascendí luego
por la capa de la
falda, inmensa, también negra, y cuando
se sentó mi vista
coincidía con su cuello, larguísimo.
Pero enseguida me
corté y me volví hacia Fede.
Por un instante, me dieron
ganas de besarle; fue justo en el momento
en que oí el
primer tintineo, que parecía venir
desde muy lejos. Me
dieron ganas, pero enseguida se me quitaron...
En
realidad, estoy segura de que yo no me habría
enterado
de nada si aquel chico me hubiera gustado
un poco más.
Espera, Claudia, me dije.
Volví a mirarla. Y él
También la miró. Después........
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VOCES DEL CHAMAMÉ
2003
NOVENO
CONCURSO LITERARIO DE NARRATIVA
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