OTRA REFLEXI�N

Revista ROMA A�o XXII, N� 106
BUENOS AIRES, OCTUBRE 1988

   Quien no tiene la fe cat�lica no es miembro de la Iglesia. Y si no es miembro no puede ser cabeza. Esto lo afirman en forma terminante San Antonio de Florencia, San Roberto Belarmino, San Alfonso Mar�a de Ligorio. San Roberto dice: "principio de los m�s ciertos", "sentencia de todos los antiguos Padres".

   El Papa que pierde la fe se auto-depone, deja de serlo. No puede ser depuesto por nadie.

   "S�lo por la Fe puedo ser juzgado", dec�a el Papa Inocencio III. Pues al no tenerla deja de ser Papa y superior de nadie.

   Y esta constataci�n la puede hacer todo cristiano que tenga la Fe. San Vicente de Lerins (1)se pregunta: " �cu�l deber� ser la conducta de un cristiano cat�lico, ante una novedad her�tica que no est� limitada a un peque�o grupo, sino que amenaza con contagiar a la Iglesia entera?"

   "En tal caso el cristiano deber� hacer todo lo posible para adherirse a la antig�edad, la cual no puede evidentemente ser alterada por ninguna mentira."

   O sea, "mantener lo que ha sido cre�do en todas partes, siempre por y por todos"(2). Ello implica someterse al r�gimen tradicional de la Iglesia.

   San Vicente de Lerins no habla a obispos o doctores sino a cualquier cristiano.

   Y San Vicente Ferrer dice que es muy peligroso para el alma cristiana adherirse como a papa al que no lo es; el falso papa es como "un dios extranjero en este mundo, un �dolo, una estatua, una imagen ficticia de Cristo". La responsabilidad es mayor para el que tiene autoridad o ciencia, pero alcanza a todo cristiano (3).

   Sobre la consagraci�n de obispos dice el Derecho Can�nico: "La consagraci�n episcopal est� reservada al Pont�fice Romano, tal que no est� permitido a ning�n obispo consagrar a alg�n obispo, antes que el mandato del Pont�fice haya sido reconocidamente establecido" (Can. D sobre 953).

   Se invoca una pretendida situaci�n excepcional, que no es la vacancia de la Santa Sede, para rechazar no ya un nombramiento de alguien que se considera que no tiene o no va a defender la Fe, sino de antemano a cualquiera que el actual "Pont�fice" designe.

   Y "someterse al Romano Pont�fice es de toda necesidad de salvaci�n para la humana creatura" (4). Quien niega esto no es cat�lico.

   Quien "reputando por verdadero un papa falso, rehusa someterse a �l", incurre en pecado subjetivo de cisma.

 

�NDICE DEL SITIO

  • (1) El Conmonitorio, Apuntes para conocer la verdadera fe, Cap. 3, p. 19, Biblioteca Palabra, Madrid, 1976. (volver)
  • (2) Id. ant., Cap. 2, p. 18. (volver)
  • (3) "Tratado del Cisma moderno", Primera parte, cap. III, en "Biograf�as y escritos", ed. BAC. Madrid, 1956. (volver)
  • (4) Bonifacio VIII, Bula Unam Sanctam, D. 469. (volver)  
Hosted by www.Geocities.ws

1