Publicamos este articulo aparecido en el N� 25 de la revista �La Hosteria Volante�, en el a�o 1970, por considerarlo muy actual.

EL FALSO PAPA y LA FALSA IMAGEN

   Cuando la Hoster�a Volante, hace ya m�s de diez a�os, comenz� a subrayar, con lenguaje incisivo, la circunstancia sorprendente de que la m�xima "revoluci�n cultural" de occidente, se gestaba en los trasfondos de la sacrist�a, en los seminarios, intelectualmente corrompidos y espiritualmente obsoletos; en las nov�simas tendencias de las "universidades cat�licas", imaginadas para pervertir la Fe; en fin en los m�s altos niveles de la jerarqu�a, muchos, azorados, s�1o atendieron al rigor de unas duras palabras, sin procurar su dilucidaci�n; muchos otros, compungidos y desazonados, con gesto de fariseo pudibundo, rompieron sus decorosos vestidos doctorales y aconsejaron a los j�venes NO OIR, NO VER, NO ENTENDER.

   Ahora, en estos sombr�os comienzos de 1970 y de su d�cada "promisoria", el panorama es m�s siniestro y m�s claro, si se quiere. Pero no faltan, desde luego, los pusil�nimes, los desinformados, los falsos te�1ogos, los pol�ticos de cart�n o de hojalata, los supuestos "nacionalistas", aliados con los m�s nefastos enemigos del pa�s y de la cultura. Por nuestra parte, s�lo debemos prolongar aquellas l�neas interpretativas, completarlas y corregirlas: sustancialmente pudimos advertir la radicalidad del cambio revolucionario, religioso-pol�tico, y pudimos as� plantear las connotaciones de la superlogia sin�rquica, de la que Juan Bautista Montini ser�a al mismo tiempo el m�ximo "solvente" y el m�ximo "coagulante" (seg�n la interpretaci�n esot�rica del "solve et coagula" alqu�mico).

   El horizonte destructivo abarca todas las instancias posibles dentro de la Iglesia, el Pontificado, la jerarqu�a; o bien se refiere por igual al culto, la doctrina, la �tica, la teolog�a.. TODO est� subvertido, porque est� subvertido DESDE ARRIBA, DESDE LA CABEZA. La Iglesia empero perdura inc�lume en medio de esta sat�nica Babel, conducida por un PSEUDOPONTIFICE CR�STICO, alimentada, s�, por un aut�ntico pont�fice de los poderes esot�ricos y cabal�sticos, que corrompen el mundo entero, para su extrema fase de dominio.

   Esta Babel Romana se advierte con suma nitidez en los �ltimos discursos del ex-papa reinante (reinante s�lo por imperio del miedo, la ignorancia, la obsolencia espiritual, la alianza con el mundo, el demonio y la carne, para hablar el lenguaje de la antigua m�stica). De esos discursos destacamos principalmente los que precedieron a la abolici�n del culto cat�lico romano (abolici�n que entr�. en vigencia il�cita el 30-XI-69), uno del 19 de noviembre/69, y otro del 26 noviembre/69, este �ltimo una verdadera burla a la venerable herencia del gregoriano y del lat�n. Luego el nefast�simo discurso de Navidad, verdadera letan�a antropoc�ntrica, antropol�trica, y las sucesivas alocuciones de esta Semana Santa, tan extra�amente punzante para nosotros y para miles de verdaderos fieles en el mundo.

   Fue precisamente en su alocuci�n del Jueves Santo, donde Juan Bautista Montini desliz� un siniestro fulgor judaizante. que define el car�cter anticr�stico de su reinado, la tendencia sentimentaloide de su religiosidad sin fundamento, su compromiso inalterable con un humanismo intramundano y sat�nico. El falso Papa pondera la posibilidad (o la anhela que es lo mismo) de tener una "imagen" de Cristo que corresponda a su carnalidad hist�rica y que pudiera ser motivo transmisible por los medios masivos de comunicaci�n audiovisual, la tele, por ejemplo. En una era en que la televisi�n y las radiofotos llevan los rostros de los hombres en un momento a todo el mundo, Montini expres� que es extra�o y desilusionante que los seres humanos no sepan c�mo era Jesucristo. "Quisi�ramos verlo - dijo en el Serm�n de Jueves Santo - en nuestra Fantas�a como �l era. Su figura, Su cara, el metal de su voz, los gestos de sus manos". "Ninguna Imagen visible de �l ha llegado hasta nosotros. ..".

   Precisamente, en Jueves Santo, dedicado a ADORAR LA �NICA IMAGEN V�LIDA TE�NDRICA, es decir, LA EUCARIST�A, este sirviente de los jud�os, jud�o tal vez ... �l mismo, consagra su autoridad a ponderar con un lenguaje imperdonable para la s�lida doctrina recibida de los Padres y de la Tradici�n, una eventual imagen proyectada en la pantalla m�s corruptora, por los medios m�s desacralizados, por las instancias m�s mercenarias y porn�cratas, de que tengamos memoria e idea. �No es esto una burla jud�a al inviolable secreto de la simplicidad eucar�stica, que preanuncia, preludia y REALIZA el encuentro cara a cara de la transfiguraci�n? �No es esto el m�s claro testimonio de una pseudom�stica del sentimiento que pretende la alianza entre una t�cnica, objetivamente comprometida en la destrucci�n de la espiritualidad, y la imagen eterna del Dios Invisible (eik�n tou theou aoratos)?

   Por nuestra parte, s�lo queremos reflexionar sobre un aspecto misterioso de esta relaci�n: falso Papa - falsa imagen de Cristo, y proyectar sus inevitables consecuencias a nivel de todas las instancias hist�ricas, que en este dram�tico a�o se aprestan a consolidar a�n m�s su f�rrea conducci�n luciferina. Nuestra reflexi�n pretende recuperar el sentido de este tiempo funesto, que NIEGA LA PRESENCIA SUSTANCIAL INTRAMUNDANA EUCAR�STICA y EXALTA UNA POSIBLE IMAGEN TELEVISIVA, CINEMATOGR�FICA, REVlSTERIL, M�STICAMENTE NO DESEABLE, confundida con las incontables im�genes de la pornograf�a m�s refinada y sodomita. La IMAGEN del Hijo de Dios-Hijo del hombre rebajada al nivel del m�s tremendo satanismo de la carne. No es �sta acaso la m�xima parodia jud�a del MISTERIO DE LA ENCARNACI�N, y del misterio Eucar�stico?

   Los verdaderos pont�fices viven la m�stica de la presencia Trinitaria en el alma, en la Iglesia, en los sacramentos, en la historia, etc. Esa m�stica se resume en el v�nculo con Cristo, como icono del Dios Invisible, y en el v�nculo con la Eucarist�a que nos torna por la simplicidad de una imagen no carnal (aunque f�sica, sustancial) a la sustancia misma del Dios-Hombre. Por esto la EUCARIST�A SE COME, porque la extrema materialidad del COMER y EL BEBER est� vencida YA EN LA POSESI�N M�STICA DEL PAN CONSAGRADO. Este v�nculo entra�able es caracter�stico en SAN GREGORIO MAGNO y en SAN P�o X. El reclamo a una imagen carnal del Dios-Hombre reproduce el reclamo judaico: Que baje de la Cruz; es la PERENCI�N DE LA FE.

��    Al mismo tiempo aquella entra�able relaci�n entre el VICARIO y la CABEZA que representa, produce en el mundo una multiplicaci�n de la gracia y la santidad, en cuanto una y otra derivan de la inhabitaci�n del Pont�fice en el misterio de la humillaci�n en el pan y en el vino, en la v�ctima, en la hostia. supremo signo de todas las realidades existentes, SUPREMA REALIDAD de la que penden todos los signos posibles (presentes y futuros). �C�mo pues desear�amos UNA IMAGEN A LA MEDIDA DE LAS IM�GENES DE LAS VEDETTES, de las prostitutas de alto nivel, de los homosexuales y drogadictos, etc., etc., difundidas con exquisitos matices carnales por la PORNOCRACIA JUD�A? �No es ello al mismo tiempo NEGAR A CRISTO, ICONO DEL DIOS VIVO, y AL CRISTIANO, ICONO DEL MISTERIO TRINITARIO?

   Pero Paulo VI, pseudo-pont�fice, contra la secular y venerable m�stica te�ndrica y eucar�stica de la Iglesia; contra una tradici�n que arranca nada menos que de San Juan Evangelista, prosigue por grandes papas y doctores como San Gregorio Magno y culmina en San P�o X, pretende aqu� tambi�n innovar con un lenguaje contradictorio con la tradici�n; difundir un sentimentalismo de la imagen que es, de suyo, pornocracia pseudoteol�gica, y promover un motivo de corrupci�n mayor en el horizonte debilitado de la Iglesia. Esta tendencia de Paulo VI define muy bien una teolog�a y una m�stica contrarias a la naturaleza de la Iglesia, a la relaci�n entre esa naturaleza y el universo de los sionos, y en particular destruye la armon�a entre esa naturaleza te�ndrica y los signos sacramentales.

   Genera por otro lado una falsa piedad, que puede confundirse con el sentimiento masivo de admiraci�n, o de sobrecogimiento, o de gozo mundano, y que cesa de ser en consecuencia un estado de recogimiento, compunci�n y meditaci�n esclarecedora. Esa piedad pasa a ser una pasi�n psicof�sica, carnal, sin atingencia alguna con lo que se ha entendido hasta ahora por "piedad cristiana" (en sus diversos y profundos sentidos teol�gicos).

   Inscribimos esta tem�tica de la falsa imagen y su v�nculo con el falso Papa, dentro de los t�picos del as� llamado "humanismo de Montini" -Paulo VI: humanismo consagrado a procurar precisamente una falsa imagen del hombre, construida sobre la premisa de una total radicaci�n evolutiva en el mundo. En nuestra interpretaci�n pues "falso Papa", "falsa imagen" y "falso humanismo de radicaci�n intramundana", se ubican en el extremo contrario de las consecuencias que podemos deducir de la secular m�stica eucar�stica: el Pont�fice sostenido no s�lo por su funci�n, jurisdicci�n o autoridad de tal, sino por un v�nculo entra�able con el signo-realidad, que denota y realiza el sacerdocio pontifical de Cristo (en el misterio Trinitario). Por lo mismo, la fructificaci�n de la gracia y de la Fe, y por ende el hambre de SANTIDAD EN LOS FIELES, alentados y, sublimados justamente por la IMAGEN EUCAR�STICA.

   Proponernos pues el anhelo de una imagen tipogr�fica, televisiva, o de tel�n cinematogr�fico, implica renverser (subvertir) la relaci�n, implica destruir la armon�a entitativa de la Iglesia y TRABAJAR PARA EXTINGUIR LA FE.

   Desde este punto de vista, una conclusi�n se impone: �NO SER� QUE MONTINI - EX PAPA HA PERDIDO LA FE? �Acaso es esto posible en la econom�a del Misterio de la Iglesia? Creo que por ese camino nos acercamos a la tremenda instancia que vive este hombre enigm�tico, al tremendo abismo de este tiempo tenebroso. Ni Shakespeare imagin� un tema tan hondo, tan tr�gico, tan desgarrador: el caso de un pont�fice que perdiera la Fe. Pero Montni-Paulo VI es, de cualquier modo, un personaje y un asunto digno del genio shakespiriano, del Shakespeare del per�odo tenebroso; un MACBETH DEL PODER SACRO, que ha avanzado tanto en la ruta judaica que ya no puede retroceder. �qui�n podr� prever entonces lo que se prepara en las logias, y qui�n puede describir c�mo madura, sin embargo, el MISTERIO TE�NDRICO, traicionado por un pseudo-pont�fice, PERO VIVIDO HONDAMENTE EN LA VIDA M�STICA DE LA IGLESIA? Nosotros, simplemente, confiamos en San Miguel Arc�ngel.

 

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