La Modificaci�n del Santo Rosario
  Patricio Shaw  

   Del divino Salvador, fundador de la �nica Religi�n verdadera, las multitudes dec�an: "nadie habl� como este hombre". De los jefes vaticanos ap�statas bien puede decirse: "ning�n Papa habl� como estos l�deres". Est�n haciendo en mil y un aspectos lo contrario de sus predecesores y da�ando infinitamente a la Iglesia.

   La Sant�sima Virgen, en una hermosa y poco conocida aparici�n al Beato Alano de la Roche, donde le dice como Ella quiere que sea el Rosario, y est� claro que es en tres tercios, que indican claramente tres etapas del proceso de la Redenci�n. El tema "luminoso" ya estaba  incluido en los misterios gloriosos, y solamente ocurre despu�s del doloroso, y dependiendo del mismo, por la sencilla raz�n, de que la Iluminaci�n, el Conocimiento de Dios tal como �l se manifiesta al esp�ritu, es por excelencia un don del Esp�ritu Santo, y Dios da sus dones nada m�s que a sus amigos, y antes de los misterios dolorosos no exist�a la amistad Dios-hombre, rota por el pecado original.

   Juan Pablo II ha desfigurado el rosario de siglos y de autores sant�simos, incluidos aquellos a quienes Mar�a Sant�sima les revel� el Rosario, y los que lo defendieron. La modificaci�n es arbitraria, est�pida, contraria al Rosario tal cual es. Es una maniobra m�s para dar a los cat�licos la impresi�n de que todo cambia y fluct�a en su venerad�sima religi�n, recibida de sus padres y abuelos.

   El Concilio Vaticano II es anticat�lico y esto se descubre viendo c�mo sus afirmaciones se oponen a las dadas por el Magisterio Perenne Infalible - como bot�n de muestra por excelencia, ese concilio, que hasta millones de seguidores de Juan Pablo II lamentan, ha tenido el descaro de proclamar con entusiasmo y orgullo un derecho que los Papas, y, antes de ellos, San Agust�n, y San Pablo Ap�stol, hab�an condenado con execraci�n, por lo absurdo y destructivo que es: el derecho de pensar, creer y expresar lo que uno quiera.

   El mayor tesoro de los cat�licos, la Misa, ha sido profanado de la manera m�s odiosa y fundamental en una enorme cantidad de aspectos, tanto de detalle, como de conjunto, tanto de palabras como de gestos, tanto de eliminaciones como de a�adiduras.

   Lo que digo que me parece absolutamente inconcebible, es que, quien pasa ante las mentes de millones de cat�licos como su Supremo Pastor, les d� un veneno tras otro. Eso de elogiar el Islam no sirve para nada, es una imbecilidad, es contrario a la Fe, y hiela la sangre pensando en la sangre cristiana que fue derramada por esa religi�n repugnante inspirada por el diablo para descartar la de Cristo.

   Creo que Juan Pablo II no es el Papa, creo que es perverso, creo que es enemigo de la Iglesia y de los cat�licos, creo que debo rechazarlo por ser �l lo que veo que es y no ser lo que veo que no es.

   No juzgo a los que creen en �l, pues el condicionamiento psicol�gico puede ser demasiado fuerte, pero no tengo dudas de que no es ni tampoco puede ser el Supremo Pastor Infalible, que s� es un perverso, de que no merece reverencia ni confianza alguna, que es enemigo de  Dios, enemigo de los verdaderos papas, enemigo del Rosario, enemigo de la Misa, enemigo de la Iglesia.

   La pretendida devoci�n mariana que cada tanto afecta el impostor, como miel para mejor atrapar moscas, es una farsa, de s�lo pensar en la doctrina ecumenista her�tica que �l profesa, contraria a los Papas y al Magisterio. Porque si fuera verdad la blasfemia de que existen  gracias sobrenaturales en religiones no-cat�licas, como Mar�a es la Mediadora de todas las gracias, resultar�a el absurdo grotesco de que Mar�a ser�a la Mediadora de las gracias protestantes, musulmanas,  jud�as, budistas, animistas, y, por qu� no, tambi�n de los Testigos de Jehov�.

   Hace d�cadas que est� ocurriendo algo muy tr�gico en la correntada religiosa que va del Vaticano al mundo, algo que se impone a las mentes bajo la falsa apariencia de la autoridad, y por el consenso generalizado, pero que corroe, estropea, desfigura y a menudo destruye la Fe Cat�lica. Est�n los hechos. Est� la realidad. Y est�n los dogmas inmutables como rocas sobre las que naufragan los modernos jefes vaticanos ap�statas y hacen naufragar a muchos infelices.

   Repito, elogiar cualquier religi�n falsa p�blicamente es una infamia y una prueba de que no se es cat�lico -cu�nto menos el Maestro Infalible de los cat�licos y la Roca sobre la que se fundan. Elogiar cualquier religi�n falsa sirve para entibiar m�s la fe en muchos, y para quit�rsela a otros. Es algo inconcebible, tramposo, abominable, algo que jam�s se hab�a ni visto ni so�ado ni imaginado hasta el �ltimo suspiro de P�o XII (busque precedentes, no los encontrar�, apueste lo que quiera). Cuando la religi�n falsa, adem�s, es inspiradora de la  masacre de cat�licos o a�n simplemente de seres humanos que tienen derecho a vivir y que no han hecho algo que los haga merecedores de la muerte, ese elogio es algo sencillamente maquiav�lico, siniestro. No le debo respeto. �C�mo qu� quiere que lo respete, si veo que no puede ser papa, y encima escracha religiosamente a los pobres cat�licos de mil modos?

   Con la doctrina y los hechos frente a m�, no puedo ver a Juan Pablo II como otra cosa que un impostor que de por s� estraga grand�simamente a las almas. Solamente me queda desear que la Providencia, por otros canales, les compense en lo posible tanto estrago, pero tienen  obligaci�n de estudiar la situaci�n, y tambi�n van a rendir cuenta a Dios seg�n qu� voz hayan o�do y por qu�.

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