AHORA EL VATICANO ASEGURA
QUE LA ESPERA JUD�A DEL MES�AS NO
ES VANA
Ciudad
del Vaticano. - El cardenal Joseph Ratzinger
afirm� que la espera jud�a del Mes�as no es vana y que, aunque es
verdad que los Evangelios y los Hechos de los Ap�stoles contienen
juicios antijud�os, "s�lo se trata de casos particulares"
que no cuestionan la especial alianza entre Dios y el pueblo jud�o.
Estas manifestaciones del cardenal prefecto de la Congregaci�n para la
Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) se incluyen en el documento "El
pueblo jud�o y sus sagradas escrituras en la Biblia cristiana",
preparado por la Pontificia Comisi�n B�blica, que preside Ratzinger.
En el texto, que se encuentra en las librer�as desde hace pocos d�as,
aunque a�n no ha sido presentado oficialmente, el Vaticano hace una nueva
lectura del Viejo y Nuevo Testamento para subrayar la fuerte uni�n entre
la Iglesia de Cristo y el pueblo jud�o. (La
Voz del Interior, jueves 17 de enero de 2002)
CIUDAD DEL VATICANO, 17 enero 2002
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Un documento que acaba de publicar la Santa Sede afirma que no es posible
comprender el cristianismo en plenitud descartando la revelaci�n divina
contenida en la Biblia jud�a.
El texto, que acaba de ser publicado por la Comisi�n Pontificia B�blica
--organismo que depende de la Congregaci�n para la Doctrina de la Fe--, afirma
adem�s que es algo totalmente equivocado �utilizar como pretexto del antijuda�smo�
las �amonestaciones� que la Biblia cristiana dirige a jud�os.
Asimismo, el documento reconoce que �en el pasado se cometieron errores al
insistir unilateralmente en la discontinuidad� que existe (no lo niega) entre
la Biblia jud�a (Antiguo Testamento) y la Biblia cristiana (Antiguo y Nuevo
Testamento).
El estudio de doscientas
p�ginas lleva por t�tulo �El pueblo jud�o y sus escrituras sagradas en
la Biblia cristiana�, acaba de ser publicado por la Editorial vaticana.
Por el momento, no aparece en la p�gina web del Vaticano.
�Se trata de una novedad total�, afirm� este jueves
en declaraciones a la prensa italiana el rabino jefe de Florencia, Joseph
Levi, quien aprecia en particular la finalidad del documento que
oficialmente poner de manifiesto �la fuerza sorprendente de los lazos
espirituales que unen a la Iglesia de Cristo con el pueblo jud�o�.
La Comisi�n B�blica, presidida por el cardenal alem�n
Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregaci�n para la Doctrina de la Fe,
est� compuesta por veinte de los mejores biblistas del mundo, nombrados
por Juan Pablo II a propuesta del mismo Ratzinger.
El cardenal, al presentar el estudio que se comenz� en 1997,
invita a los cristianos a reconocer �la lectura jud�a de la Biblia
como una lectura posible�. Es decir, puede servir de gran ayuda en
argumentos tan importantes como el del Mes�as.
�La espera mesi�nica jud�a no es vana --dice el
documento--. Puede convertirse para nosotros en un fuerte est�mulo a
mantener viva la dimensi�n escatol�gica�, es decir, la espera
cristiana del regreso de Jesucristo al final de los tiempos.
�Tambi�n nosotros, como ellos, vivimos en la espera
--insiste--. La diferencia est� en el hecho de que para nosotros Aquel
que vendr� tendr� los rasgos de ese Jes�s que ya ha venido y que est�
presente y activo entre nosotros�.
El documento se divide entre cap�tulos. El primero,
fundamental, constata que el Nuevo Testamento reconoce la autoridad del
Antiguo Testamento como revelaci�n divina y no puede ser comprendido sin
una �ntima relaci�n con el mismo y con la tradici�n jud�a que lo
transmit�a.
El segundo cap�tulo examina de manera m�s anal�tica c�mo
los escritos del Nuevo Testamento acogen el rico contenido del Antiguo
Testamento, del que retoman los temas fundamentales, vistos a la luz de
Jesucristo.
El tercer cap�tulo, por �ltimo, registra las actitudes
sumamente variadas que los escritos del Nuevo Testamento expresan sobre
los jud�os, algo que de hecho tambi�n sucede en el Antiguo Testamento.
El documento �espera favorecer en la Iglesia de Cristo el
amor hacia los jud�os� tras los �cr�menes abominables� de
los que fueron objeto durante la segunda Guerra Mundial. Y afirma que, �a
la luz de la escritura, no deber�a haberse dado la ruptura entre la
Iglesia de Cristo y el pueblo jud�o�. |