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Las lesiones encefálicas cerradas son aquellas en las cuales
no hay lesión del cráneo o esta se limita a fractura simple,
no desplazada del mismo.
Clínicamente pueden ser consideradas como leves, moderadas, graves.
Las lesiones leves se caracterizan por breve pérdida de la conciencia (segundos a minutos) sin cambios neurológicos demostrables. Los datos del LCR son usualmente normales. Puede presentarse amnesia retrógrada.
Las lesiones moderadas se distinguen por períodos de inconciencia más largos frecuentemente con signos neurológicos anormales y acompañados a menudo de edema cerebral y contusión.
Las lesiones cefálicas graves causan inconciencia prolongada y signos neurológicos anormales. Usualmente se acompañan de contusión y laceración cerebrales.
Las lesiones cefálicas abiertas incluyen laceración del
epicráneo, fracturas craneales compuestas y diversos grados de destrucción
cerebral. Si ocurre fragmentación del hueso, hay contusión
extensa asociada y laceración del encéfalo. La conciencia
puedo o no estar afectada al principio, aunque la depresión de ella
puede ocurrir después si se presenta sangrado intracraneal progresivo
o edema.
Las fuerzas de distorción que causan lesión primaria pueden ser lo bastante considerables para desgarrar capilares intraparenquimatosos, venas subdurales superficiales en puente y arteria y venas epidurales, y permitir extravasación de sangre y formación de hematoma. En respuesta a la vasodilatación y alteración de la barrera hematoencefálica ocurre edema cerebral. La isquemia por hipotensión o hipoxia puede producir muerte celular y el consiguiente edema citotóxico. Las alteraciones de la absorción del LCR por contaminación del mismo con sangre suelen originar hidrocefalia. La secreción inadecuada de hormona antidiurética o el desarrollo de diabetes insípida puede agravar el edema cerebral al alterar el equilibrio de líquidos y electrolitos. Estos cambios aislados o combinados pueden aumentar la presión intracraneal (PIC). La PIC elevada contribuye a una lesión cerebral secndaria al reducir la presión de riego cerebral y cuando es menor de 50 mmHg se compromete riego cerebral y produce isquemia del cerebro que complica la lesión cerebral primaria por una agresión secundaria. La hipertensión intracraneana es uno de los factores más importantes que afectan el resultado final en lesiones de la cabeza.
El TCE es un síndrome que puede venir acompañado
de otro tipo de lesiones torácicas, abdominales, de miembro superior
e inferior, craneofacial. El abordaje terapéutico en este caso debe
ser desde el punto de vista de emergencia o urgencia donde el paciente
viene a consultar por: antecedentes de atropellamiento, accidente de tránsito,
caída de un árbol, lesiones cortocontundentes, lesiones por
arma de fuego.
El TCE en una frecuencia del 7- 20% se acompaña de
lesiones cervicales y tenemos la obligación de tomar radiografía
simple de columna cervical lateral. Es importante mencionar que la columna
cervical puede ser también dañada en este tipo de patología
el nivel más frecuente lesionado en TCE es C5-C6, es importante
una evaluación clínica en emergencia sospechar de esta lesión.
En este tipo de lesión se puede observar fracturas de la vértebra
por imagen de resonancia magnética, ver compresión del canal
medular que puede deberse a tumores del parénquima medular.
Se debe también realizar examen físico ya que la presencia
de lesiones en otros órganos pueden dar complicaciones severas.
(Grandes vasos, caja torácica, cavidad abdominal). Hay que recordar
la distribución de los dermátomos para mandar con exactitud
las placas que sirven para evaluar: Omblitgo (T10), Pubis (T12), Tetillas
(T4), Apéndice Xifoides (T6).
Se inspecciona la cabeza en busca de desgarros del cuero cabelludo, fracturas compuestas del cráneo o signos de fracturas de la base del cráneo que incluyen el piso del mismo. Puede haber magullamiento alrededor del ojo (signo de mapache) o debajo del oído (signo de Battle) que sugieren una fractura que afecta las fosas anterior o media respectivamente.
En sujetos conscientes hacer un examen neurológico detallado,
con atensión especial a anomalías del estado psíquico,
asimetría del diámetro pupilar, debilidad unilateral, cambios
en el tono muscular, asimetría en los reflejos tendinosos profundos
y la presencia de reflejos patológicos. Se concede atención
especial en individuos que no colabora, estuporoso o en coma, al tipo de
respiración, reacción del diámetro pupilar y reflejo
fotomor, reflejos oculocefálicos reacción motora a estímulos
dolorosos y reflejos tendinosos profundos. La escala del coma de Glasgow
es un método estandarizado para medir la gravedad de las deficiencias
neurológicas posee un elevado índice de concordancia entre
diferentes observadores y debe utilizarse para valorar a todos los pacietes
que han sufrido una lesión de la cabeza. La escala de 15 puntos
valora las respuéstas neurológicas de la víctima en
3 categorías: abertura ocular, respuesta verbal y mejor reacción
motora.
Si tenemos un paciente con Glasgow de 14 para arriba, el paciente tiene buen pronóstico y puede tener una incomporación a la vida de manera normal.
Si el paciente tiene una moderada recuperación, podrá tener un Glasgow de 8-13, se podrá recuperar en cuestión de muchos días e incluso meses y puede llegar a recuperar su estado normal de conciencia hasta 15.
Y si vamos a los extremos tenemos un paciente que puede tener inhabilidad severa con 3-7 puntos en la escala de Glasgow.
Los estados vegetativos persistentes: se ven en pacientes con 3 puntos, 1 en cada parámetro.
TCE en base a la puntuación se clasifica en:
Al agravarse la lesión encefálica la víctima
muestra un período de inconciencia y es proporcional a la magnitud
del daño. Junto con el impacto inicial, puede haber un lapso de
apnea e hipertensión arterial sistémica y a veces convulsión
generalizada. Los sujetos con lesiones mínimas de la cabeza y pérdida
breve de la conciencia por lo regular, siguen una evolución sin
complicaciones.
1) Signos vitales neurológicos2) Nivel de conciencia.
3) Frecuencia Respiratoria
4) Frecuencia cardiaca
5) Temperatura.
6) Pupilas.
7) Monitoreo de presión intracraneana. Si el paciente no va a pasar a sala de operaciones tiene que ser manejado en UCI, monitoreándole la Presión Intracraneana, por medio de un tornillo implantado a través del cráneo sobre la corteza cerebral al nivel del espacio subaracnoideo en donde flujo el LCR. Por medio del tornillo (de Richmon) podemos medir la presión intracraneana.
8) Escala de coma de Glasgow.
TAC en TCE agudo es el que mejor da resolución, porque
se pueden obtener imágenes si ha habido sangramiento no así
por resonancia magnética.
En las primeras 24 horas de un TCE severo debe tener un diagnóstico de imagen porque clínicamente se puede tener muchas complicaciones en operaciones.
leve: pérdidas sanguíneas del 10-20%
moderada: pérdida sanguíneas del 20-40%
severo: pérdida sanguínea del 40% o más.
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