PERSPECTIVAS PARA ESPAÑA[1]

(23 de julio de 1939)

 

-¿Cuál piensa usted que puede ser el curso que tomen los acontecimientos en España?

 

-Creo que la cuestión española no es más que un aspecto secundario del problema europeo. Hasta la derrota era la gran cuestión. Si los republicanos burgueses españoles, con la ayuda de sus aliados socialistas, comunistas y anarquistas, no hubiesen conseguido aplastar la revolución española -ya que de lo que se trata no es de la victoria de Franco sino de la derrota del Frente Popular-, se podía esperar que la victoria del proletariado español provocase en Francia un potente movimiento revolucionario -lo que hemos podido ver empezar en junio de 1936 con las huelgas con ocupación en Francia- y, en estas condiciones, Europa hubiese podido evitar la guerra. Pero Moscú ha conseguido asesinar la revolución española y así ha ayudado a Franco a vencer. Esto significa que España ya no constituye un factor independiente. Por supuesto, en los inteligentes periódicos del partido de M. Norman Thomas [2] e incluso en los menos inteligentes todavía de M. Browder [3] podéis leer que Franco no conseguirá convertirse en el amo de España y que su caída está próxima. Eso mismo se dijo después de la victoria de Hitler en 1933. Entonces, como ahora, pensaba lo contrario. La fuerza de Franco no reside en sí mismo sino en la total bancarrota de la II.ª y III.ª Internacionales, reside en la bancarrota de la dirección de la revolución española.

Para los obreros y campesinos españoles, la derrota no es sólo un episodio militar; constituye una terrible tragedia histórica. Significa la destrucción de sus organizaciones, de su ideal histórico, de sus sindicatos, de su felicidad, de las esperanzas que han alimentado durante décadas e incluso durante siglos. ¿Puede imaginarse un ser dotado de inteligencia que esta clase pueda en el espacio de uno, dos, o tres años construir nuevas organizaciones, un nuevo espíritu militante y derrocar así a Franco? No lo creo. Hoy España está más alejada de la revolución que cualquier otro país. Por supuesto que si estalla la guerra -y estoy seguro de que estallará- el ritmo del movimiento revolucionario será acelerado en todos los países. Y habrá guerra. Hemos tenido esta experiencia en la última guerra mundial. Hoy todas las  naciones están empobrecidas. Los medios de destrucción son incomparablemente más eficaces. La vieja generación conserva en la sangre la antigua experiencia. La nueva aprenderá por propia experiencia y a través de la vieja generación. Estoy seguro de que una de las consecuencias de la próxima guerra será la revolución, y en ese caso, España se verá también arrastrada en la revolución, pero no por iniciativa propia, sino siguiendo a los otros países.[4]

 

 

 

UNAS LECCIONES IGNORADAS

 

tomo segundo



[1] Extraído de una entrevista a Trotsky, pronunciada en inglés, el 23 de julio de 1939, concedida a un grupo dirigido por el profesor Herring, y publicada por primera vez en Writings of León Trotsky, 1938-1939, en 1969.

[2] Jefe del partido socialista americano, que había expulsado a los trotskistas en 1937. Lo de «inteligentes» está dicho naturalmente en plan irónico.

[3] Earl Browder era el secretario general del partido comunista americano.

[4] Ha sido necesaria toda una generación para que empiece reconstruirse el movimiento obrero español. Como en el caso de la victoria nazi, Trotsky fue uno de los escasos hombres de su tiempo que supo medir la amplitud de las derrotas sufridas.

Hosted by www.Geocities.ws

1