XVIII.- LOS ANARQUISTAS DE IZQUIERDA Y LOS "BUSCADORES DE DIOS" A LA LUZ DE LA EXPERIENCIA ESPAÑOLA
La política de la dirección de la CNT (Confederación
Nacional del Trabajo), anarco-sindicalista, y de la FAI (Federación
Anarquista Ibérica) no es analizada en detalle en el presente trabajo.
Sin embargo, el lector podrá hacerse una idea general de la política
anarquista en España a la luz los hechos relatados en el capitulo:
"Y la CNT", y también a la luz de otros hechos citados en otros
capítulos.
Por primera vez en la historia, los anarquistas tuvieron la posibilidad
de aplicar sus teorías, en gran escala. En la región decisiva
y mas industrializada de España, Cataluña, gozaban de una
autoridad sin igual y tenían el apoyo incondicional de la aplastante
mayoría del proletariado. La justicia de una teoría, así
como la eficacia de un remedio, se verifica con la experiencia.
¿Qué ha quedado de las teorías de Bakunin, Kropotkin,
Malatesta, después de la experiencia española? Nosotros,
marxistas, hemos demostrado desde hace décadas el carácter
pequeñoburgués y limitado de las concepciones anarquistas.
Nuestros maestros Marx, Engels, Lenin, Plejanov , por no citar mas que
estos, han refutado en sus trabajos teóricos las concepciones anarquistas
no sólo desde el punto de vista doctrinal, sino utilizando también
la experiencia viva de la lucha de clases. Sin embargo, la guerra civil
en España, que constituyó para el anarquismo una prueba ideológica,
proporciona una nueva ocasión de explicar su inconsistencia ideológica.
La tesis fundamental del anarquismo, que lo separa del bolchevismo,
es la tesis sobre la posibilidad de pasar sin el periodo transitorio de
la dictadura del proletariado a la anarquía, es decir, a la supresión
inmediata del Estado y de su aparato de opresión.
¿qué queda de esta concepción después de
los treinta y un meses de guerra civil en España. Por primera vez
hemos asistido a la experiencia curiosa e inesperada del anarquismo ministerial.
Es como si alguien dijese un crápula honesto o un idiota listo.
Los antiestatales se transformaron en ministros, los lanzadores de bombas
en jefes de la policía, los terroristas en alcaides, y, durante
esta transformación, los García Oliver y Federica Montseny
tuvieron ocasión de demostrar la naturaleza profundamente reformista
de la dirección de la CNT que frenaba a las masas tanto como los
austromarxistas.
¿Cómo justificaba la dirección de la CNT su evolución?
Casi de la misma forma que los demás dirigentes del Frente Popular.
En principio, como veis, están por la anarquía, pero entretanto
salvaban al Estado burgués, igual como Thorez esta en principio
por la lucha de clases, pero mientras propaga la unión de la nación
francesa, es decir la unión de los burgueses y de los proletarios
franceses. En principio son partidarios entusiastas del anticolonialismo,
pero entre tanto, durante esos treinta trágicos meses, estaban ebrios.
Los ideólogos anarquistas afirmaban, sin embargo, que los principios
seguían a salvo y en perfecto estado, porque había intervenido
un factor imprevisto y "nuevo": la guerra y la intervención extranjera.
¡Como si en este mundo se pudiese liberar al proletariado en cualquier
país sin una guerra y sin una intervención extranjera!.
Pero dejemos a un lado a los anarquistas ministrables que no se dan
cuenta de lo ridículo de su situación. Aunque sea en forma
somera, sus cuentas han sido saldadas a lo largo de este trabajo.
Existen sin embargo, en España y en todo el mundo, grupos anarquistas
de oposición, que condenan la política de la dirección
de Ia CNT y de la FAI, y juzgan en términos severos las traiciones
de García Oliver y otros anarquistas ministrables. En un lenguaje
a veces violento y apasionado, estigmatizan el reformismo, la lenidad de
los comités de dirección anarquistas, pero ven el origen
del mal en la no aplicación de la verdadera doctrina anarquista
y en el hecho de que Ia CNT y ,la FAI han empezado a hacer "política"
tal como la hacen desde siempre los marxistas. La CNT y la FAI, según
ellos, seguían siendo revolucionarios hasta el 19 de julio. Mientras
permanecían en el terreno de la acción directa y de la lucha
económica, todo iba bien. Pero el mal ha empezado cuando los dirigentes
de la CNT indiciaron sus compromisos con los otros partidos políticos.
De compromiso en compromiso, los dirigentes anarquistas rodaron hacia el
reformismo. Por ejemplo, según ciertos apasionados dirigentes de
las Juventudes Libertarias, el primer error fue ya la creación de
las organizaciones estatales como el Comité de Milicias Antifascistas.
Era ya una obligación, era ya el Estado en potencia. No vale la
pena hacer una revolución cuyo objetivo sea precisamente suprimir
el Estado si el primer día de la revolución se comienza a
construir un nuevo aparato estatal. Y los Comités de Defensa en
los que los anarquistas debían colaborar y por consiguiente efectuar
compromisos con otros "políticos", ¿no fueron el inicio del
deslizamiento de la CNT y de la FAI hacia esta misma "podredumbre política"?
Había que dejar libre curso a la iniciativa del pueblo, no debía
romperse esa espléndida espontaneidad del 19 de julio. Ese día,
el pueblo, sin armas, ¿no destrozó en 24 horas en Barcelona
el levantamiento de los militares? ¿No se lanzó a pecho descubierto
contra el fuego de las ametralladoras? Y el pueblo venció. Había
que persistir en esta vía. No perder la confianza en el pueblo.
Cuando se ha rozado la política, ¡se está perdido!,
(al igual que los judíos o los mahometanos se vuelven impuros si
comen carne de cerdo, los anarquistas perdieron su pureza tras tocar la
política). Esta fatal evolución de los luchadores anarquistas
en tranquilos ministros ¿no es una demostración de lo que
le espera a cualquiera cuando empieza a hacer "política"? La política
es el arte de engañar a los demás. Siempre lo hemos dicho.
¿Es necesaria una nueva prueba de que la anarquía tiene razón?
Encontramos este razonamiento en varias revistas y fotos anarquistas,
como "Ideas", que predican el retorno al anarquismo doctrinal puro. Refleja
el estado de ánimo de los jóvenes anarquistas y también
de algunos veteranos, se critican la actitud de los dirigentes reformistas
de la CNT. Como ejemplo, podemos citar entre otras la critica efectuada
por el anarquista americano Schapiro.
Para ilustrar mejor este razonamiento de los anarquistas, citaré
las palabras que escuché en Barcelona de una anarquista culta y
entregada a la causa.
En abril de 1937, cuando los consejeros anarquistas en la Generalitat
aprobaron los decretos sobre la reorganización del orden interno
en el sentido burgués[1],
mi simpática anarquista estaba indignada: estaba sorprendida de
la lenidad del Comité Regional, que no hacia pesar suficientemente
su fuerza durante las crisis ministeriales de la Generalitat y que no sabia
imponer un presidente cenetista en el Consejo de la Generalitat. La CNT
debía tener, según ella, más carteras. Es verdad que
diciendo esto, no estaba muy "a la izquierda". Pero un cuarto de hora después
su izquierdismo y su "pureza" eran mas fuertes que el deseo de ver todas
las Consejerías ocupadas por los anarquistas. Decía: "Ahora
soy mas anarquista que nunca: ¡Cuando se empieza a hacer política
y a ocupar cargos públicos se ha caído muy bajo! ¡Se
ha de ser intransigente!"
Dieciocho meses mas tarde discutí con la misma anarquista en
Barcelona. Su tendencia opositora, de anarquista de izquierda, se había
acentuado. Esa revolucionaria íntegra acababa por lo demás
de salir de una cárcel privada de la "Cheka", acusada de espionaje.
En respuesta a mi argumentación contestaba: "Vosotros los trotskistas
osáis hablar del fracaso del anarquismo en base a la experiencia
ministerial de García Oliver y Federica Montseny. !Con la misma
razón podemos hablar nosotros del fracaso del marxismo basándonos
en las experiencias de Blum, Negrín, Stalin o José Díaz!
Decís que el marxismo verdadero no ha sido aplicado en el curso
de la revolución española; pues bien, ¡el anarquismo
verdadero tampoco lo ha sido!"
Todo esto es muy bonito, muy conmovedor cuando se escucha de anarquistas
jóvenes y apasionados; los argumentos parecen sólidos a primera
vista, pero en realidad sólo son un castillo de naipes: basta tocarlo
con un dedo y se cae. El razonamiento de los anarquistas de izquierda carece
de un pequeño detalle: lo positivo.
Cuando nosotros, marxistas consecuentes, es decir partidarios de la
IV Internacional, hacemos una critica de la política stalinista,
reformista y anarquista (en el fondo era la misma política, Frente
Popular) no nos contentamos con refutar, sino que señalamos el camino
a seguir. Indicamos los métodos revolucionarios que pueden conducir
al proletariado a la victoria. Estos métodos no los hemos inventado.
Sólo expresamos la experiencia de la lucha de clases del proletariado
internacional. Señalamos el ejemplo de la victoriosa revolución
de octubre de 1917, señalamos este gigantesco paso adelante de la
humanidad, el mayor que haya conocido la historia, aunque fuese seguido
de una momentánea reacción stalinista. Decimos a los obreros:
no sigáis la política de Frente Popular. Porque os conduce
al abismo. Seguid el camino de Lenin y Trotsky a escala mundial, y os llevará
a la victoria mundial, es decir la liberación de la humanidad del
capitalismo. Y no nos contentamos con exponer esta idea general, indicamos
al proletariado en cada situación concreta el paso táctico,
el camino a seguir. Decíamos: cuando García Oliver pronuncio
su discurso "Alto el fuego", el 4 de mayo de 1937, un discurso calcado
del de Thorez "Es necesario saber terminar las huelgas", traicionó
a los obreros de Barcelona. Pero al mismo tiempo añadimos: el deber
de la dirección revolucionaria durante las jornadas de mayo era
el de responder a la provocación stalinista burguesa con la toma
del poder por el proletariado, que sólo tras haber establecido su
dictadura podía llevar a cabo con éxito la guerra contra
el fascismo. A los procedimientos del Frente Popular nosotros oponemos
en cada terreno, ya sea el problema militar, económico o de otra
índole, los métodos revolucionarios cuya eficacia esta. verificada
por la experiencia.
En vano buscaremos en los escritos críticos de los anarquistas
de izquierda lo positivo, es decir, el camino que debía seguirse
según los opositores. No la encontraremos por la sencilla razón
de que no pueden hallarse sobre la base de las concepciones anarquistas.
La espontaneidad del 19 de julio, era realmente hermosa: ¡La
iniciativa del pueblo, su heroísmo incomparable! Era una jornada
grande e inolvidable para el proletariado, pero era una jornada, es decir,
duró veinticuatro horas. Y una vez pasadas esas veinticuatro horas,
el proletariado debe continuar luchando, pues es imposible derrocar al
régimen capitalista en un día ni en una semana. La clase
obrera debe no solamente continuar luchando, sino organizar su lucha. Y
cuando se pasa a la organización, cuando se ponen las manos en la
masa, uno se ensucia enseguida. Se comienza a actuar y a adquirir responsabilidades,
sobre todo en un período revolucionario, pues ya no es posible conformarse
con hacer criticas al régimen capitalista: se empieza a hacer política.
Es inevitable. Pero hay que hacer política revolucionaria.
Terminada victoriosamente la gran jornada revolucionaria, se retiran
las barricadas, pero los combatientes de las barricadas que han escapado
a las balas se encuentran al día siguiente en las calles, y después
en las fabricas. Para conservar sus victorias, deben formar organismos
de defensa, juntas, comites. Y en estos comites, deben entrar necesariamente
no sólo los obreros más avanzados, sino también los
que están atrasados, imbuidos de mentalidad pequeñoburguesa.
En estos comites los revolucionarios deben estar junto a los reformistas
y los oportunistas, sobre todo cuando éstos últimos tienen
influencia en el proletariado. Deben llegar a compromisos. Pero es preciso
que lleguen a compromisos revolucionarios, es decir, a compromisos que
favorezcan la lucha del proletariado, y no compromisos podridos que favorecen
al enemigo, como los que han concluido los antiestatales García
Oliver y Federica Montseny. Los anarquistas de izquierda harían
bien en releer "La enfermedad infantil del comunismo" de Lenin. Harían
bien, sobre todo, en asimilar las lecciones de esta obra marxista. Ello
les evitaría caer en divagaciones y les enseñaría
el realismo revolucionario.
La revolución es 1a lucha por el poder. Esta lucha toma una
forma aguda y sangrienta. El poder pasa de las manos de una fracción
a las de otra, más revolucionaria o más moderada, de un modo
distinto al mecanismo de la transferencia del poder de los conservadores
a los laboristas en el régimen constitucional y parlamentario ingles.
Todo se apoya en el filo de la navaja: Los dueños de ayer transforman
en prisioneros, y viceversa. Lenin decía que durante el periodo
revolucionario, las cárceles son las antesalas de los ministerios
¡y de ahí deducía la necesidad del terror rojo!
Cuando los Mozos de Escuadra me pusieron en libertad, después
de los hechos de mayo, me decían : "Hasta la vista"y añadían:
"Hasta pronto, tal vez cambiaremos los papeles". En un periodo revolucionario
el problema se plantea siempre: nosotros o vosotros.
Durante las jornadas de julio, y de un modo mas agudo todavía
durante las jornadas de mayo, el problema del poder se planteaba para la
CNT y la FAI. Tomar el poder o dejarlo a los otros: es decir, a la burguesía
de izquierda y a los fascistas y a los stalinistas. No había escapatoria.
Durante los primeros meses que siguieron al 19 de julio, la dirección
de la CNT cerraba obstinadamente los ojos para no ver la realidad. La realidad,
en Cataluña, era el hecho de que dominaba toda la vida del país,
poseía las armas, y podía adueñarse del poder casi
sin un disparo. Pero los dirigentes la CNT decían: nosotros solamente
nos ocupamos de la economía, de los sindicatos y de las fabricas.
El poder solo puede interesar a los Apolíticos. Dejó pasar
así la primera oportunidad, la mas propicia. En septiembre en Cataluña,
en noviembre en Madrid, los anarquistas, que repetían la idea de
que un poder de los comités obreros era demasiado "estatista", comenzaron
a trabajar en la reconstrucción del estado burgués. En el
mes de mayo de 1937, la cuestión del poder se planteó nuevamente
para la CNT, pero de forma aún más aguda que en julio. Los
stalinistas habían pasado al ataque para desarmar a la CNT. Esta
ultima debía tomar el poder o dimitir. Eligió la segunda
vía.
¿Qué debía hacer la CNT según los anarquistas
de izquierda? La mayor parte de los anarquistas de izquierda permanecen
mudos y no responden a esta pregunta clave. Algunos de los oposicionistas
llegan a la idea de la dictadura cenetista. Pero dicha idea es expresada
de manera imprecisa. Al plantearla se acercan evidentemente a nuestros
puntos de vista. Pero, ¿qué queda entonces del anarquismo?.
El único grupo oposicionista en el seno de la CNT que expresó
ideas claras, sobre todo durante las jornadas de mayo, son los "Amigos
de Durruti". Y se pronunciaron por una Junta Revolucionaria que debía
tomar el poder, apoyándose en los comites y en los sindicatos. Desgraciadamente,
los "Amigos de Durruti" se quedaron a mitad de camino en su crítica.
Esperamos que en el futuro sabrán deducir las lecciones de esa trágica
experiencia.
Si nos hemos detenido sobre las ideas de los anarquistas de izquierda,
es porque sus ideas reflejan el sentimiento de la base de la CNT. Ahora
bien, el futuro del movimiento obrero español depende en gran medida
de la evolución de la base revolucionaria de la CNT y la FAI hacia
posiciones revolucionarias, o sea hacia las posiciones de la IV Internacional.
Después de haber pasado revista a las ideas de los anarquistas
de izquierda, deseamos detenernos en todos aquellos que, a escala internacional,
han roto con el stalinismo pero que combaten sin embargo los métodos
bolcheviques. Hemos analizado la política del POUM y hemos señalado
lo que la distingue de la nuestra. No vamos por supuesto a discutir con
los diferentes grupos "trotskistas-antitrotskistas". del tipo de Oehler,
etc. Estos grupos no tienen por lo general ideas que oponernos, sino rencores
personales: no se ha apreciado como se merecía su valor como dirigentes
del movimiento obrero, se les ha subestimado... Por lo demás, parece
ser que Trotsky no sabe tratar a los hombres. Critican nuestros "métodos
de organización". Sin embargo, en lugar de criticarlos, harían
mejor viniendo con nosotros para mejorarlos. Estamos dispuestos a aprender,
pero no tenemos tiempo que perder...
A escala internacional se perfilaba, sin embargo, desde hace diez años,
una tendencia de los "buscadores de dios". Llamamos así a todos
aquellos que han condenado el stalinismo pero creen que el origen del stalinismo
se encontraba ya en el bolchevismo. Condenan no solo los métodos
stalinistas, sino también su contrario, los métodos leninistas.
Dicen que nuestro análisis de los errores stalinistas es superficial.
No llegamos, según parece, a la raíz del mal y nos detenemos
solamente en sus consecuencias lógicas. Es el mismo Lenin, el que,
según estos nuevos antibolcheviques, ha comenzado la contrarrevolucion
en Rusia y ha preparado el camino a Stalin. Es necesario pues revisar no
sólo el stalinismo, sino también el bolchevismo. Es preciso
revisarlo todo. Algunos van incluso más lejos y afirman que las
raíces del mal se encuentran ya en varios errores de la misma concepción
marxista. Entre los ideólogos de esta concepción "stalinismo
igual a bolchevismo" podemos citar a Boris Souvarine[2]
que, dicho sea de paso, ha terminado en el "Figaro". Pero no todos han
tomado el camino del viejo periódico del gran perfumista francés[3].
Existen en todo el mundo varios miles de revolucionarios honestos que
se hallan en una confusión ideológica sin precedentes. Ven
adónde conduce el stalinismo, por el que sienten una repugnancia
profunda y justificada. Pero después de haber rechazado el stalinismo,
han comenzado a dudar de todo, del bolchevismo y del marxismo. Y buscan
desde hace diez años nuevos métodos revolucionarios superiores
al bolchevismo e incluso al marxismo. Algunos de ellos intentan extraer
argumentos en contra del bolchevismo y de Lenin, en Rosa Luxemburgo[4].
Se apoyan en las divergencias entre Lenin y Rosa sobre cuestiones de organización,
y también en las críticas hechas por Rosa a los métodos
bolcheviques en su folleto "La Revolución Rusa". Estas ideas fueron
expresadas en Francia por el grupo "Spartacus" que edita la revista
"Masses"
y en otros países por grupos similares. Estos antibolcheviques quieren
sacar de Rosa Lucemburgo argumentos contra la idea de una organización
centralizada a la manera leninista. Combaten por consiguiente a la IV Internacional,
que se apoya sobre las concepciones leninistas. Rechazando el bolchevismo,
buscan nuevos métodos revolucionarios e incluso nuevos métodos
de pensamiento, considerando, por ejemplo, que la dialéctica marxista
se presta a demasiadas interpretaciones arbitrarias. No sabiendo a qué
santo encomendarse, buscan un nuevo dios. Cuando hemos empleado para ellos
ese termino que Lenin utilizaba contra el empirocriticismo y contra Lunacharski,
no lo hemos empleado en el sentido peyorativo o por necesidades de la polémica.
Los "buscadores de dios" son siempre una realidad en los periodos de confusión
ideológica que siguen a las catástrofes. Y la caída
de la ideología del Comintern ¿no es una. catástrofe?
Por lo demás es muy inteligente y noble verificar, querer profundizar
las cosas, llevar lo mas lejos posible el análisis y sobre todo
buscar. Pero lo que es mas difícil es encontrar.
No tenemos la intención en este trabajo de responder a todas
las objeciones de los buscadores y de los revisionistas, que pueden, por
lo demás, tener razón en algunas de sus criticas. No tenemos
la pretensión de resolver aquí el problema de los pecados
originales del bolchevismo, ni siquiera la de analizarlo a fondo. Deseamos
solamente demostrar, a la luz de la trágica experiencia, que los
"buscadores" y los revisionistas tiran el agua de la bañera con
el niño dentro, mezclan la paja con el grano, y no han encontrado
mejores métodos de estrategia revolucionaria ni nuevos métodos
de pensamiento, y que durante la revolución española las
ideas bolcheviques, que ellos critican precisamente como nefastas, han
recibido una nueva confirmación.
l. La idea bolchevique sobre la necesidad de un partido revolucionario
centralizado, de un partido de vanguardia del proletariado, ha sido confirmada
una vez mas en la revolución española. Las condiciones objetivas
para una revolución proletaria existían en España,
como lo demostramos aquí. Sin embargo, se fue de desastre en desastre.
Las ilusiones de ciertos revisionistas y de viejos sindicalistas
de que organizaciones amplias, que engloban al conjunto del proletariado,
como los sindicatos, son suficientes y pueden reemplazar al partido, deben
ser rechazadas tras la experiencia de 1936-1939. Los sindicatos han jugado
un gran papel en la revolución española. Por otra parte,
todos los obreros españoles se hallaban sindicados después
de julio. Los sindicatos supieron realizar una gran labor en el terreno
económico. No supieron organizar al conjunto, ni resolver el problema
del poder.
Un partido revolucionario, con su democracia interna, pero también
con su centralización y su disciplina, es necesario si queremos
evitar nuevas catástrofes en el futuro. El Partido Comunista era
un partido disciplinado, pero su disciplina estaba al servicio de una política
contrarrevolucionaria. Sin embargo, de ello no se desprende en absoluto
que un partido centralizado y disciplinado sea inútil, sino precisamente
lo contrario: sin partido disciplinado, no hay revolución victoriosa.
2. La espontaneidad de las masas no basta. Existía en España.
Gracias a ella asistimos al heroico 19 de julio y a las jornadas de mayo.
Pero ello no puede bastar para organizar la revolución: es necesario
un partido. A1 afirmarlo, no discutimos con aquella a la que Lenin llamaba
"el águila de la revolución", sino contra quienes intentan
extraer de sus concepciones argumentos para echar zancadillas e impedir
la construcción de la IV Internacional.
La espontaneidad de las masas conduce a la centralización. Su
combatividad a la creación de patrullas de control y milicias a
las que es preciso centralizar dentro del marco de la dictadura del proletariado.
La colectivización espontánea plantea la necesidad de una
centralización, de un plan económico para el conjunto del
país. Para no desaparecer, las colectivizaciones deben incorporarse
a los marcos de a economía socializada, es decir de una economía
de período de transición.
3. El empleo de la violencia es inevitable en una revolución,
no solamente violencia contra los fascistas y los enemigos declarados del
proletariado, sino también, en una cierta etapa del desarrollo revolucionario,
contra las corrientes reformistas y conciliadoras dentro de la clase obrera.
Todo el problema consiste en esto: ¿en qué sentido es
empleada? ¿A qué fines políticos sirve? Los stalinistas
empleaban también la violencia, pero al servicio de una política
contrarrevolucionaria que se orientaba con la burguesía democrática,
Chamberlain y el Papa. Pero si en lugar de dirección de la CNT hubiesen
existido no estos charlatanes anarcoministros, sino jacobinos proletarios,
esa dirección debía emplear en mayo la violencia revolucionaria
para desbaratar la provocación stalinista, que representaba la influencia
de la burguesía, las tendencias reaccionarias de Comorera, que frenaban
la revolución.
¿Los bolcheviques fueron en Rusia demasiado lejos en el camino
de la violencia revolucionaria contra los mencheviques? Es posible, pero
eso estaba condicionado por sus dificultades. Se puede discutir sobre sus
errores en este terreno. El periodo leninista de la revolución rusa,
1917-1923, no es una edad de oro. Aceptamos muchas criticas y aceptaremos
muchas mas. Pero lo que si es seguro es que los revolucionarios se verán
obligados, en el terreno del empleo de la violencia revolucionaria, a aprender
de Lenin y Trotsky, más que a rechazarlos. Incluso en el seno del
proletariado la democracia tiene sus límites. Estos límites
deben ser determinados por las necesidades de la lucha revolucionaria.
4. El método materialista y dialéctico, es decir, el
método marxista de investigación, es el único que
nos permite orientarnos a la luz de la experiencia española. Carecer
de él es como tener una venda en los ojos. Los stalinistas pretenden
utilizar la "dialéctica" para demostrar que lo blanco es negro y
que el Papa es amigo del proletariado. Pero ello no significa que el método
dialéctico no responda a la realidad: pues no tiene nada que ver
con los malabarismos stalinistas, sino que nos permite comprender los conflictos
de intereses que se hallan en la base de todas las luchas ideológicas.
Nos permite analizar las razones y la falsa utilización que de ellas
hacen los malabaristas stalinistas. En la base de la "dialéctica
stalinista", ese malabarismo que oscila entre la mística idealista
y la estafa sin escrúpulos, están los intereses de la casta
burocrática.
El retorno de la ciencia a la alquimia, del marxismo al idealismo ciego
de los anarquistas, por ejemplo, es imposible para el proletariado.
5. "Pero ¿vuestra dictadura y vuestros métodos no llevan
fatalmente al Thermidor? Después de Lenin, Stalin: ¿No os
desanima el ejemplo de Rusia?"
No aceptar la dictadura del proletariado con todas sus consecuencias,
a saber: el partido centralizado, el terror rojo, la violencia contra el
reformismo, es no aceptar la revolución. Es el comunismo libertario...
en el cielo, y el Frente Popular en la realidad, y el mantenimiento de
la democracia burguesa que conduce al fascismo. El proletariado es una
clase que debe cumplir su misión histórica y liberar a la
humanidad de las cadenas del capitalismo.
Thermidor no es el resultado del terror ni de la dictadura. La forma
en que surge es la resultante de la dictadura; pero el Thermidor surgió
a la superficie cuando las condiciones objetivas no permitieron que la
revolución siguiera avanzando. El Thermidor ruso es el resultado
de terribles derrotas del proletariado internacional y del aislamiento
de la revolución rusa. La revolución española victoriosa
podía haber sido un golpe tal vez mortal para el Thermidor ruso,
es decir, el régimen de Stalin. La próxima revolución
socialista en los países capitalistas empujará a los obreros
rusos a terminar con la pesadilla stalinista.
El peligro de degeneración en un país aislado, en caso
derrotas a escala internacional, existe evidentemente. Pero ello no es
motivo para cruzarnos de brazos. Abandonar la idea de la dictadura, es
decir, abandonar la revolución porque puede luego degenerar, es
como abandonar la alegría porque puede ir seguida de tristeza, y
la vida, de muerte.
Pero la humanidad sigue hacia adelante, aunque con pausas que pueden
durar decenas de años. El proletariado es una clase capaz de superar
todos los Thermidores, todas las derrotas pasajeras, y de reventar el absceso estalinista. Liberará a la humanidad.
[1] Estos decretos sobre el orden
público no pudieron aplicarse hasta después de Mayo de 1937.
Para aplicarlos, había que desarmar al proletariado de Barcelona
(N. de A.)
[2] B. Souvarine fue uno de los
fundadores del Partido Comunista Francés, que se alineó en
los años 20 con las tesis de la oposición de Izquierda. Posteriormente
rompió con el marxismo.
[3] René Coty, propietario
del periódico "Le Figaro", y político conservador, era un
poderoso industrial perfumista (N. de E.)
[4] Rosa Luxemburgo. Dirigente del
partido Socialista polaco y del Alemán, con el que rompió
por su posición socialpatriota durante la I Guerra Mundial. Fundadora
junto con K . Liebknecht del grupo espartaquista, se adhirió a la
Internacional Comunista, aunque discutiendo algunas cuestiones con el Partido
Bolchevique. Fue asesinada en 1918 por la policía de los Socialdemócratas
Ebert y Noske