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A
Abba
abba (ajbba`) es una palabra aramea, que se halla en Mc 14.36; Ro 8.15 y Gl 4.6.
En la Gemara (comentario rabínico sobre la Misná, la enseñanza tradicional de
los judíos) se afirma que los esclavos tenían prohibido dirigirse al padre de
familia con este título. Se aproxima a un nombre personal, en contraste a
«padre», vocablo con el que siempre se halla unido en el NT. Esto es
probablemente debido al hecho de que al haber llegado «abba» a convertirse en la
práctica en un nombre propio, personal, los judíos de habla helénica añadieron
la palabra griega pater, padre, del lenguaje que usaban comúnmente. Abba es la
palabra formada por los labios de los niños de pecho, e implica una confianza
total; «padre» expresa un entendimiento inteligente de la relación. Las dos
palabras juntas expresan el amor y la confianza inteligente del hijo.
Abismo
abussos (a[busso"), sin fondo (de a negación, y bussos, profundidad; similar a
bathus, profundo; que se usa en castellano como prefijo para términos técnicos,
como batógrafo, apartado para registrar profundidades). Describe una profundidad
insondable, el mundo inferior, las regiones infernales, el abismo del Seol. En
Ro 10.7, citando a Dt 30.13, el abismo (la morada de los muertos perdidos) toma
el lugar del mar, debiéndose el cambio en la cita a los hechos de la muerte y de
la resurrección del Señor). Es una referencia a las regiones inferiores como
morada de demonios, de donde pueden ser soltados (Ap 11.7;17.8); se halla en
siete pasajes de Apocalipsis (9.1,2,11; 11.7; 17.8; 20.1,3). En los Evangelios
aparece en Lc 8.31.
Abolir
katargeo (katargevw), lit.: desactivar (kata, abajo; argos, inactivo). Se
traduce «abolir» en Ef 2.15 y «quito» en 2 Ti 1.10; como «abolido» en 2 Co 3.13
en la rv así como en la rvr, en tanto que la rvr77 vierte: «aquello que era
pasajero». En esta y otras palabras similares no se implica pérdida de ser, sino
pérdida de bienandanza.
La higuera estéril estaba ocupando la tierra, haciéndola inútil para el
propósito de su existencia (Lc 13.7); la incredulidad de los judíos no podría
«hacer vana» la fidelidad de Dios (Ro 3.13); la predicación del Evangelio no
podría deshacer los preceptos morales de la Ley (3.31); la Ley no podría anular
la promesa (4.14; Gl 3.17); el efecto de la identificación del creyente con
Cristo en su muerte es el de hacer inactivo a su cuerpo con respecto al pecado (Ro
6.6); la muerte del primer marido de la mujer la libra de la ley del marido,
esto es, vacía su posición como esposa a los ojos de la ley (7.2); en este
sentido el creyente ha sido liberado de la ley (7.6); Dios ha elegido lo que no
es «para deshacer lo que es», esto es, para hacerlo inútil para todos los
propósitos prácticos (1 Co 1.28); los príncipes de este mundo perecen, esto es,
la sabiduría de ellos se hace ineficaz (2.6); el uso para el cual existe el
estómago humano acaba con la muerte del hombre (6.13); el conocimiento, las
profecías, y aquello que era en parte tenía que «acabar» (13.8,10), esto es,
quedarían fuera de efecto después de cumplirse su uso temporal; cuando el
apóstol se hizo hombre dejó las formas de la niñez (v. 11); Dios quitará, o
abolirá, todo imperio y poder, esto es, los volverá inactivos (15.24); el último
enemigo que será abolido, o deshecho, es la muerte (v. 26); la gloria que
brillaba en el rostro de Moisés «había de perecer» (2 Co 3.7), siendo
especialmente significativa la transitoriedad de su carácter; así en los vv.
11,13; el velo sobre el corazón de Israel es «quitado» por Cristo (v. 14); el
efecto esencial de la predicación de la cruz quedaría inoperante debido a la
predicación de que los creyentes debían circuncidarse (5.11); por la muerte de
Cristo, la barrera entre judío y gentil es anulada como tal (Ef 2.15); el hombre
de pecado es reducido a la inactividad por la manifestación de la Parusía del
Señor con su pueblo (2 Ts 2.8); Cristo ha desactivado la muerte para el creyente
(2 Ti 1.10), siendo que la muerte viene a ser el medio para llegar a una vida
más gloriosa con Cristo; el diablo ha de ser reducido a la inactividad mediante
la muerte de Cristo (Heb 2.14).
Aborrecer, Aborrecedor, Aborrecible
A. Verbos
1. miseo (misevw), odiar, aborrecer. Se usa especialmente: (a) de sentimientos
maliciosos e injustificables hacia otros, sea que sean contra inocentes como si
se trata de una animosidad mutua (p.ej., Mt 10.22; 24.10; Lc 6.22,27; 19.14; Jn
3.20), de aborrecer la luz, metafóricamente (7.7; 15.18, 19,23-25; Tit 3.3; 1 Jn
2.9,11; 3.13,15; 4.20; Ap 18.2, donde «aborrecible» es traducción del participio
perfecto en voz pasiva del verbo, lit.: «odiado», o «habiendo sido odiado»); (b)
de un sentimiento legítimo de aversión hacia lo que es malo; aplicado a malas
acciones (Ro 7.15); a la maldad (Heb 1.9); a «la ropa (figuradamente)
contaminada por su carne» (Jud 23); a «las obras de los nicolaítas» (Ap 2.6; y
en el v. 15, en algunos mss.; véase rvr); (c) de la preferencia relativa de una
cosa por encima de otra, mediante la expresión de menosprecio a, o aversión a,
las demandas de una persona o cosa en relación a los de otra persona (Mt 6.24;
Lc 16.13), en cuanto a la imposibilidad de servir a dos «señores»; en cuanto a
las demandas de los padres en relación a las de Cristo (Lc 14.26); en relación
al menosprecio de la propia vida en relación a las demandas de Cristo (Jn
12.25); negativamente, de la propia carne, esto es, de lo perteneciente a uno
propio, y por ende de la esposa de un hombre como una con Él (Ef 5.29).
Nota: en 1 Jn 3.15, al que aborrece a su hermano se le llama homicida; porque el
pecado consiste en la disposición interna, de la que el acto es tan solo la
expresión exterior.
2. apostugeo (ajpostugevw) denota estremecerse [apo, de (en forma partitiva)
utilizado aquí intensivamente; stugeo, odiar]; de ahí, aborrecer (Ro 12.9).
B. Nombres
1. afilagathos (ajfilavgaqo"), no amante de lo bueno (a, negación; fileo, amar;
agathos, bueno). Se usa en 2 Ti 3.3: «aborrecedores de lo bueno» (rvr y rv).
2. theostuges (qeostughv"), (de theos, Dios, y stugeo). Se usa en Ro 1.30 como
«aborrecedores de Dios» tanto en la rv como en la rvr, rvr77 y vm. Hay
versiones, como la Versión Revisada Inglesa, que traducen «aborrecibles a Dios»,
y aunque la primera traducción está apropiada para las palabras que siguen,
«injuriosos», «soberbios», «altivos», parece que es la segunda traducción la que
da el verdadero sentido. Lightfoot cita de la epístola de Clemente de Roma en
confirmación de ello, «aquellos que practican estas cosas son aborrecibles para
Dios».
C. Adjetivo
stugetos (stughtov"), odioso, aborrecible (de stugeo, odiar, no utilizado en el
NT). Se usa en Tit 3.3.
Aceite
elaion (e[laion), aceite de oliva. Se menciona más de 200 veces en la Biblia. Se
conocían diferentes clases en Palestina. El aceite «puro» (rvr) o «batido» (vm),
mencionado en Éx 27.20; 29.40; Lv 24.2; Nm 28.5 y ahora conocido como aceite
virgen, extraído por presión, sin aplicación de calor, recibe el nombre de «como
oro» en Zc 4.12. Había también de tipos inferiores. En el NT se mencionan sus
usos para (a) lámparas, en las que el aceite es símbolo del Espíritu Santo (Mt
25.3,4,8); (b) como agente medicinal, para tratamiento (Lc 10.34); (c) para
unción en las fiestas (Lc 7.46); (d) en ocasiones festivas (Heb 1.9), donde la
referencia es probablemente a la consagración de los reyes; (e) como
acompañamiento al poder milagroso (Mc 6.13), o de la oración de fe (Stg 5.14).
Para su uso general en el comercio, Véase Lc 16.6; Ap 6.6; 18.13.
Acusador
1. diabolos (diavbolo"), acusador. Se usa 34 veces como título de Satanás, «el
diablo» (la palabra castellana se deriva de la griega); una vez de Judas (Jn
6.70), que, en su oposición a Dios, jugó el papel del diablo. Aparte de Jn 6.70,
nunca se habla de hombres como diablos. Se debe siempre distinguir de daimon,
demonio. Se halla tres veces, 1 Ti 3.11; 2 Ti 3.3; Tit 2.3, de falsos
acusadores, calumniadores.
Adoptar, Adopción
juiothesia (uiJoqesiva), (de juios, hijo, y thesis, colocación); relacionado con
tithemi, colocar. Significa el lugar y la condición de un hijo dado a alguien a
quien no le pertenece de forma natural. Esta palabra la utiliza únicamente el
apóstol Pablo.
En Ro 8.15 se dice de los creyentes que han recibido «el Espíritu de adopción»,
esto es, el Espíritu Santo, quien, dado como las primicias de todo lo que tiene
que ser de ellos, produce en ellos la conciencia de la filiación y la actitud
que corresponde a hijos. En Gl 4.5 se dice de los que han recibido «la adopción
de hijos»; esto es, que se les ha otorgado la filiación en distinción a una
relación meramente consiguiente al nacimiento. Aquí se presentan dos contrastes:
(1) entre la filiación del creyente y la filiación eterna de Cristo, y (2) entre
la libertad de que disfruta el creyente y la esclavitud, sea la procedente de la
condición natural de los gentiles, o la de Israel bajo la Ley. En Ef 1.5 se dice
que han sido ordenados de antemano a la «adopción de hijos» mediante Jesucristo.
Aquí hay dos términos en griego que se tienen que distinguir, y que la
traducción castellana no distingue, y es el de «niños» y el de «hijos». Los
creyentes son engendrados como «niños» por el Espíritu Santo mediante la fe. En
el caso de la adopción, se usa el término «hijo», que involucra la dignidad de
la relación de los creyentes como hijos; no es la entrada en la familia mediante
el nacimiento espiritual, sino el ser situado en la posición de hijos. En Ro
8.23 se expone la adopción del creyente como todavía futura, ya que allí incluye
también la redención del cuerpo, cuando los vivos serán transformados y cuando
los que han dormido se levantarán. En Ro 9.4 se habla de la adopción como
perteneciendo a Israel, de acuerdo con la afirmación en Éx 4.12, «Israel es mi
hijo» (cf. Os 11.1). Israel fue traído a una relación especial con Dios, a una
relación colectiva, que no disfrutaban otras naciones (Dt. 14.1; Jer 31.9, etc).
Adorar, Adorador
A. Verbos
1. eusebeo (eujsebevw), actuar piadosamente hacia. Se traduce «adoráis» en Hch
17.23.
2. proskuneo (proskunevw), hacer reverencia, dar obediencia a (de pros, hacia, y
kuneo, besar). Es la palabra que con más frecuencia se traduce adorar. Se usa de
un acto de homenaje o de reverencia: (a) a Dios (p.ej., Mt 4.10; Jn 4.21-24; 1
Co 14.25; Ap 4.10; 5.14; 7.11; 11.16; 19.10(b) y 22.9); (b) a Cristo (p.ej., Mt
2.2,8,11; 8.2; 9.18; 14.33; 15.25; 20.20; 28.9,17; Jn 9.38; Heb 1.6, en una cita
de la lxx de Dt 32.43, refiriéndose a la Segunda Venida de Cristo); (c) a un
hombre (Mt 18.26); (d) al dragón, por parte de los hombres (Ap 13.4); (e) a la
bestia, su instrumento humano (Ap 13.15; 14.11; 16.12); (g) a demonios (Ap
9.20); (h) a ídolos (Hch 7.43).
Nota: En cuanto a Mt 18.26, se menciona de la siguiente manera en la «Lista de
lecturas y de traducciones preferidas por el Comité Estadounidense» (véase la
Versión Revisada Inglesa, Classes of Passages, IV): «a la palabra «adorar»» en
Mt 2.2, etc., añadir la nota marginal «la palabra griega denota un acto de
reverencia, tanto si se hace al hombre (véase cap. 18.26) o a Dios (véase cap.
4.10)»». La nota de Jn 9.38 en la Versión Standard Estadounidense (ASV) en
relación con esto es de lo más falso, implicando que Cristo era una criatura. J.
N. Darby traduce este verbo en su New Translation como «hacer homenaje»
3. sebo (sevbw), reverenciar, acentuando el sentimiento de maravilla o de
devoción. Se usa de adorar: (a) a Dios (Mt 15.9; Mc 7.7; Hch 16.14; 18.7,13);
(b) a una diosa (Hch 19.27).
4. sebazomai (sebavzomai), similar al Nº 3, honrar religiosamente. Se usa en Ro
1.25 (rvr), «honrando» (rvr77) y «adorando» (vm).
5. latreuo (latreuvw), servicio, dar servicio u homenaje religioso. Se traduce
como adorar en Flp 3.3 en la vm.
Nota: La adoración a Dios no se define en ningún pasaje de las Escrituras. Una
consideración de los verbos anteriores muestra que no queda limitada a la
alabanza; ampliamente puede considerarse como el reconocimiento directo de Dios,
de su naturaleza, atributos, caminos, y demandas, ya bien por el derramamiento
del corazón en alabanza y acción de gracias, o bien mediante actos ejecutados en
el curso de tal reconocimiento.
B. Nombre
proskunetes (proskunhthv"), similar a A, Nº 2, aparece en Jn 4.23.
Adornar, Adorno
A. Verbos
1. kosmeo (kosmevw), principalmente arreglar, poner en orden. (En castellano,
cosmético). Se usa de amueblar una habitación (Mt 12.4; Lc 11.25), y de
arreglar, o disponer, las lámparas (Mt 25.7). De ahí, adornar, ornamentar, como
adornar los monumentos funerarios (Mt 23.29); edificios (Lc 21.5; Ap 21.19); la
propia persona (1 Ti 2.9; 1 P 3.5; Ap 21.2); metafóricamente, de adornar una
doctrina (Tit 2.10).
2. crusoo (crusovw), lit. dorar con oro (crusos, oro). Se usa en Ap 17.4; 18.6.
B. Nombres
1. kosmos (kovsmo"), disposición u orden armónicos, y por ende, adorno,
decoración; de ello vino a denotar el mundo, al universo, como aquello que ha
sido divinamente dispuesto. El significado de «adorno» solo aparece en 1 P 3.3 (rv
y vm); «atavío» (rvr y rvr77). En todos los otros pasajes en que aparece esta
palabra (186) se traduce como «mundo».
2. perithesis (perivqesi") se traduce en 1 P 3.3, como «adornos» (rvr); «atavío»
(rv); y «traer joyas» (vm).
Adulterar, Adúltero/a, Adulterio, Adulterado
A. Verbos
1. doloo (dolovw), corromper. Se usa en 2 Co 4.2, «adulterando (la Palabra de
Dios)», en el sentido de «manejar engañosamente, o con engaño (dolos)»; su
significado se aproxima al de adulterar (cf. kapeleuo, en 2.17).
2. moicao (moicavw), usado en la voz media en el NT. Se dice de hombres (Mt
5.32; 19.9; Mc 10.11); y de mujeres (Mc 10.12).
3. moiqueuo (moiceuvw) se usa en Mt 5.27, 28, 32 (en el v. 32 algunos textos
tienen el Nº 2); 19.18; Mc 10.19; Lc 16.18; 18.20; Jn 8.4; Ro 2.22; 13.9; Stg
2.11. En Ap 2.22, metafóricamente, de aquellos que son arrastrados a la
idolatría por la seducción de una Jezabel.
B. Nombres
1. moicos (moicov") denota a uno que tiene relación ilegítima con la esposa de
otro (Lc 18.11; 1 Co 6.9; Heb 13.4). En cuanto a Stg 4.4, véase a continuación.
2. moicalis (moicaliv"), adúltera. Se usa: (a) en el sentido natural (2 P 2.14;
Ro 7.3); (b) en el sentido espiritual (Stg 4.4; aquí la rvr, rvr77 y vm eliminan
correctamente la palabra «adúlteros». Fue añadida por un copista). Así como en
Israel el quebrantamiento de su relación con Dios por su idolatría se describía
como adulterio o prostitución (p.ej., Ez 16.15, etc.; 23.43), así los creyentes
que cultivan la amistad con el mundo, quebrantando de esta manera su unión
espiritual con Cristo, son adúlteros espirituales, habiendo sido espiritualmente
unidos a Él como esposa a su marido (Ro 7.4). Se utiliza en modo adjetivo para
describir al pueblo judío al apartar sus afectos de Dios (Mt 12.39; 16.4; Mc
8.38). En 2 P 2.14, la traducción literal es «llenos de una adúltera».
3. moiqueia (moiceiva), adulterio. Se halla en Mt 15.19; Mc 7.21; Jn 8.3, Gl
5.19.
Notas: (1) El verbo moicao, se traduce como «adulterio» en Mt 5.32, 19.9, Mc
10.11,12, como parte de la cláusula verbal con que se traduce el verbo, lit.
«adulterar», cometer adulterio.
(2) El verbo moiqueuo, «adulterar», «cometer adulterio», aparece en la segunda
forma en dos pasajes (Mt 5.27; Stg 2.11, dos veces).
C. Adjetivo
adolos (a[dolo"), sincero, puro. Se traduce «no adulterada» en 1 P 2.2 (rvr),
«sin engaño» (rv); «pura» (vm).
Advenimiento
parousia (parousiva), lit.: presencia (para, con, y ousia, un ser; de eimi,
ser). Denota tanto una llegada como una consiguiente presencia con. Por ejemplo,
en una carta sobre papiro una dama habla de la necesidad de su parousia en
cierto lugar a fin de atender algunos asuntos relacionados con su propiedad
allí. Pablo habla de su parousia en Filipos (Flp 2.12; en contraste a su apousia,
su ausencia). Otras palabras denotan la llegada (véanse eisodos y eleusis,
encima). Parousia se usa para describir la presencia de Cristo con sus
discípulos en el monte de la transfiguración (2 P 1.16). Cuando se usa del
retorno de Cristo, en el arrebatamiento de la Iglesia, significa no meramente su
llegada momentánea por sus santos, sino su presencia con ellos desde aquel
momento hasta su revelación y manifestación al mundo. En algunos pasajes la
palabra da prominencia al inicio de aquel período, implicándose el curso del
período (2 P 3.4). En otros, es el curso del período lo que es prominente (Mt
24.3,37; 1 Ts 3.13; 1 Jn 2.28); en otros la conclusión del período (Mt 24.27; 2
Ts 2.8).
También se usa esta palabra del Inicuo, del hombre de pecado, de su acceso al
poder y de sus actos en el mundo durante su parousia (2 Ts 2.9). Además de Flp
2.12 (véase más arriba), se usa de la misma manera del apóstol, o de sus
compañeros (1 Co 16.17; 2 Co 7.6,7; 10.10; Flp 1.26); y del día de Dios (2 P
3.12).
Adversario
A. Nombre
antidikos (ajntidikov"), en primer lugar, oponente en un pleito (Mt 5.25, dos
veces; Lc 12.58; 18.3). Se usa también para denotar a un adversario o a un
enemigo, sin referencia a asuntos legales, y es posible que este sea el sentido
en 1 P 5.8, cuando se usa del diablo. Algunos consideran que la palabra se usa
en este pasaje en sentido legal, ya que el diablo acusa a los hombres delante de
Dios.
B. Verbo
antikeimai (ajntikeivmai), significa, lit.: yacer opuesto a, estar situado
contra. Además de su sentido legal significa resistir; el gerundio del verbo con
el artículo, que equivale a un nombre, significa un adversario (p.ej., Lc 13.17;
21.25; 1 Co 16.9; Flp 1.28; 1 Ti 5.14). Esta construcción se usa del hombre de
pecado (2 Ts 2.4), y se traduce «el cual se opone», donde, adoptando la forma
nominal, se pudiera traducir como «el oponente y el que se exalta en contra» En
Gl 5.17 se usa del antagonismo entre el Espíritu Santo y la carne en el
creyente; en 1 Ti 1.10, de cualquier cosa, además de personas, que se oponga a
la doctrina de Cristo. En estos dos pasajes la palabra se traduce «se oponen», o
«que se oponen». En la lxx se usa de Satanás (Zac 3.1), y de hombres (Job 13.24;
Is 66.6).
C. Adjetivos
1. enantios (ejnantivo"), situado en contra (en, en, antios, en contra). Se usa
principalmente de un lugar (Mc 15.39); de un viento contrario (Mt 14.24; Mc
6.48; Hch 27.4); metafóricamente, opuesto como adversario, antagonista (Hch
26.9; 1 Ts 2.15; Tit 2.8; Hch 28.17, «contra»).
2. jupenantios (upenantios) (uJpevnantivo"), contrario, opuesto. Es una forma
intensiva de enantios (véase Nº 1). La fuerza intensiva le viene por la
preposición jupo. Se traduce «contrario a» en Col 2.14, de decretos; en Heb
10.27, «adversarios». En cada pasaje se sugiere una forma más violenta de
oposición que en el caso de enantios.
Agonizar, Agonía
A. Verbo
eco (e[cw) se usa en la frase escatos eco, lit.: tener extremadamente; esto es,
estar en extremidad, in extremis, en las últimas, estar al borde de la muerte, y
se usa en Mc 5.23 con el sentido de «agonizar».
Nota: escatos se usa en Mc 5.23 en el sentido de último, de estar en las
«últimas», traducido agonizando.
B. Nombre
agonia (ajgwniva), en castellano, agonía, se utilizaba entre los griegos como
una alternativa a agon, lugar de reunión; después se utilizó de los concursos o
juegos que tenían lugar ahí, y de ello a denotar una emoción intensa. Llegó a
utilizarse con mucha mayor frecuencia en cuanto a esto último, para denotar una
extrema tensión emocional y angustia. Así es como se utiliza en Lc 22.44, de la
agonía del Señor en Getsemaní.
Agua
1. udor (u{dwr), de donde proviene el prefijo castellano hidro-. Se usa: (a) del
elemento líquido natural, con frecuencia en los Evangelios; en el plural
especialmente en el Apocalipsis; en otros pasajes (p.ej., Heb 9.19; Stg 3.12);
en 1 Jn 5.6 que Cristo «vino mediante agua y sangre», puede ya referirse. (1) a
los elementos que fluyeron de su costado en la cruz después de su muerte, o (2)
en vista del orden de las palabras y de las preposiciones aquí utilizadas, a su
bautismo en el Jordán y a su muerte en la cruz. En cuanto a (1), el agua sería
el símbolo de la purificación moral y práctica efectuada por la eliminación de
las impurezas al dar oído a la Palabra de Dios en el corazón, en la vida, y en
los hábitos; cf. Lv 14, en cuanto a la purificación del leproso. En cuanto a
(2), Jesús el Hijo de Dios vino en su misión por, o mediante, el agua y la
sangre, esto es, en su bautismo, cuando Él entró públicamente en su misión y fue
declarado ser el Hijo de Dios por el testimonio del Padre, y en la cruz, cuando
Él dio término a su testimonio públicamente. La afirmación del apóstol
contradice así la doctrina de los gnósticos de que el Logos divino se unió con
el Hombre Jesús en su bautismo, y que lo dejó en Getsemaní. Al contrario, aquel
que fue bautizado y aquel que fue crucificado fue el Hijo de Dios totalmente en
su Deidad y humanidad combinadas.
La palabra agua se usa simbólicamente en Jn 3.5, ya (1) de la Palabra de Dios,
como en 1 P 1.23 (cf. el uso simbólico en Ef 5.26), o, a la vista de la
preposición ek, fuera de, (2) de la verdad que expresa el bautismo, siendo este
la expresión, no el medio, el símbolo, y no la causa, de la identificación del
creyente con Cristo en su muerte, sepultura, y resurrección. Así que el nuevo
nacimiento es, en un sentido, el dejar a un lado todo lo que el creyente era en
cuanto a la carne, porque es evidente que tiene que haber un nuevo principio por
entero. Los hay que consideran a kai, «y», en Jn 3.5, como epexegético, «aún»,
en cuyo caso el agua sería emblema del Espíritu, como en Jn 7.38 (cf. 4.10,14),
pero no en 1 Jn 5.8, donde se hace distinción entre el Espíritu y el agua. «El
agua de vida» (Ap 21.6 y 22.1,17), es emblemática de la preservación perpetua de
la vida espiritual. En Ap 17.1 las aguas son un símbolo de naciones, pueblos,
etc.
2. dithalassos (diqavlasso") significa principalmente dividido entre dos mares (dis,
dos veces, y thalassa, mar); después, dividir el mar, como lo puede hacer un
arrecife o una proyección rocosa hacia dentro del mar (Hch 27.41, «un lugar de
dos aguas»).
3. ombros (o[mbro") denota una fuerte lluvia tormentosa (Lc 12.54).
4. anudros (ajnuvdro"), sin agua (a, negación; n, partícula eufónica; udor,
agua) se traduce «seco» en Mt 12.43; Lc 11.24; y «sin agua» en 2 P 2.17 y Jud
12.
Aguijón
1. kentron (kevntron), de kenteo, pinchar. El término denota: (a) aguijón (Ap
9.10); metafóricamente, del pecado como el aguijón de la muerte (1 Co 15.55,56);
(b) en Hch 26.14, y en el tr también en 9.5, se dice de las llamadas y de las
preocupaciones que Pablo había sentido y resistido antes de su conversión.
2. skolops (skovloy) denotaba originalmente cualquier cosa aguzada, p.ej., una
estaca; en vernáculo griego, una espina (y así se usa en la lxx en Nm 33.55; Ez
28.24; Os 2.6); del «aguijón en la carne» del apóstol (2 Co 12.7). Su manera de
hablar indica que se trataba de algo físico, doloroso, humillante. Se trataba
también del efecto de un antagonismo satánico permitido por Dios. Los verbos
traducidos «y para que … no me exaltase desmedidamente» y «que me abofetee» se
hallan en tiempo presente, significando una acción recurrente, y un ataque
constantemente repetido. Lightfoot lo interpreta como «una estaca ensartada en
la carne», y Ramsay concuerda con ello. La mayor parte de los comentaristas se
adhieren a la traducción «espina». Fields dice que «no hay duda de que la
utilización alejandrina de skolops para espina es lo que aquí se significa, y
que se tiene que rechazar el significado ordinario de «estaca»». Lo que se
resalta es no el tamaño metafórico, sino la agudeza del sufrimiento y de sus
efectos. Los intentos de relacionar esto con las circunstancias de Hch 14.19 y
Gl 4.13 son especulativos.
Aguja
1. rafis (rJavfi"), (de rapto, coser). Aparece en Mt 19.24; Mc 10.25.
2. belone (belovnh), similar a belos, dardo. Denota un pincho aguzado, y, por
ende, una aguja (Lc 18.25; algunos mss. tienen el Nº 1).
Nota: La idea de aplicar el «ojo de una aguja» a portillos parece ser moderna;
no hay rastros de ella en la antigüedad. El objeto del Señor en esta afirmación
es el de expresar la imposibilidad humana y no hay necesidad de tratar de
suavizar la dificultad haciendo que la aguja signifique otra cosa que el
instrumento normal que se expresa con esta palabra. Mackie señala (Hastings<
Bible Dictionary) que se hace a veces el intento de explicar las palabras como
una referencia a la pequeña puerta, o portillo, de poco más de dos pies
cuadrados, en la gran y pesada puerta de una ciudad amurallada. Esto desfigura
la figura sin alterar materialmente el significado, y no se justifica ni en base
del lenguaje ni de las tradiciones de Palestina.
Alabanza, Alabar
A. Nombres
1. ainos (ai\no"), principalmente relato, narración, vino a denotar alabanza; en
el NT es solo alabanza a Dios (Mt 21.16; Lc 18.43).
2. ainesis (ai[nesi"), alabanza (similar al Nº 1). Se halla en Heb 13.15, donde
se representa metafóricamente como una ofrenda sacrificial.
3. epainos (e[paino"), forma fortalecida del Nº 1 (epi, sobre). Denota
aprobación, recomendación, alabanza. Se usa: (a) de aquellos por causa de los
cuales, y por razón de los cuales, como herencia de Dios, se debe adscribir
alabanza a Dios, en razón de su gloria (la exhibición de su carácter y de sus
obras; Ef 1.12); en el v. 14, de toda la compañía, la Iglesia, considerada como
la «posesión (de Dios)»; en el v. 6, con particular referencia a la gloria de su
gracia hacia ellos; en Flp 1.11, como resultado de «los frutos de justicia»
manifestados en ellos mediante el poder de Cristo; (b) de la alabanza dada por
Dios, sobre el que es judío espiritualmente (Judá = alabanza; Ro 2.29); otorgada
a los creyentes ante el Tribunal de Cristo (1 Co 4.5, donde el artículo
determinado indica que la alabanza estará en exacta proporción con las acciones
de cada persona); como resultado de las pruebas actuales, «cuando sea
manifestado Jesucristo» (1 P 1.7); (c) de todo aquello que sea digno de alabanza
(Flp 4.8); (d) de la aprobación por parte de las iglesias de aquellos que
laboran fielmente en el ministerio del evangelio (2 Co 8.18); (e) de la
aprobación de los bienhechores por parte de los gobernantes humanos (Ro 13.3; 1
P 2.14).
4. eulogia (eujlogiva), similar al verbo eulogeo, lit.: hablar bien de. Se
traduce variadamente como alabanza, bendición, lisonja, etc. Se traduce como
alabanza en Ap 5.12,13 (rvr), en tanto que la vha y la vm vierten «bendición».
B. Verbos
1. aineo (aijnevw), hablar en alabanza de, alabar (relacionado con A, Nº 1). Se
usa siempre de la alabanza a Dios: (a) por los ángeles (Lc 2.13); (b) por los
hombres (Lc 2.20; 19.37; 24.53; Hch 2.47; 3.8,9; Ro 15.11, en algunos textos se
da el Nº 2; Ap 19.5).
2. epaineo (ejpainevw), relacionado con A, Nº 2, se traduce «alabar» en Lc 16.8;
1 Co 11.2,17, 22 (dos veces).
3. exomologeo (ejxomologevw) se traduce «alabar» (Mt 11.25) y como «te alabo» (Lc
10.21).
4. doxazo (doxavzw) significa primariamente «suponer» (de doxa, opinión); y en
el NT magnificar, exaltar, alabar (relacionado con doxa, gloria). Se usa
especialmente de glorificar a Dios, esto es de adscribirle honor a Él,
reconociéndole en cuanto a su ser, sus atributos y obras, esto es, su gloria. Se
traduce como «alabar» en Mt 6.2.
5. megaluno (megaluvnw), engrandecer (megas). Se traduce «alabar» en Hch 5.13,
«el pueblo los alababa grandemente».
6. sunistemi (sunivsthmi), o sunistano, lit.: poner junto. Denota presentar una
persona a otra, presentarla como digna, y se traduce «alabar» en 2 Co 10.12,18
(dos veces).
7. umneo (uJmnevw) se traduce alabar solo en Heb 2.12, siendo su significado
«cantar himnos», apareciendo con esta traducción en Mt 26.30; Mc 14.26; Hch
16.25.
8. psallo (yavllw), primariamente, puntear o rasgar (la cuerda de un arco), y
por ende, tocar (un instrumento de cuerdas con los dedos). En la lxx, cantar
salmos, denota, en el NT, cantar un himno, cantar alabanzas. En Stg 5.13, «cante
alabanzas»
Aleluya
alelouia (aJllhlouiav) significa «alabad a Jehová». Aparece como doxología corta
en los Salmos, generalmente al principio (p.ej., 111,112), al final (p.ej.,
104,105), o en ambos lugares (p.ej., 106,135, donde también aparece en el v. 3;
146-150). En el NT se halla en Ap 19.1,3,4,6, como tema del cántico de la gran
multitud en el Cielo.
Alma
psuque (yuchv) denota el aliento, el aliento de la vida, y luego el alma, en sus
varios significados. Los usos del NT «pueden ser analizados aproximadamente de
la siguiente manera: (a) la vida natural del cuerpo (Mt 2.20; Lc 12.22; Hch
20.10; Ap 8.9; 12.11; cf. Lv 17.11; 2 S 14.7; Est 8.11); (b) la parte
inmaterial, invisible, del hombre (Mt 10.28; Hch 10.27; cf. 1 R 17.21); (c) el
hombre desencarnado (Ap 6.9), o «desnudos» o «desnudado» (2 Co 5.3,4); (d) el
asiento de la personalidad (Lc 9.24, explicado como = «sí mismo», v. 25; Heb
6.19; 10.39; cf. Is 53.10 con 1 Ti 2.6; (e) el asiento del elemento sensible en
el hombre, aquello mediante lo que percibe, refleja, siente, desea (Mt 11.29; Lc
1.46; 2.35; Hch 14.2,22; cf. Sal 84.2; 139.14; Is 26.9); (f) el asiento de la
voluntad y del propósito (Mt 22.37; Hch 4.32; Ef 6.6; Flp 1.27; Heb 12.3; cf. Nm
21.4; Dt 11.13); (g) el asiento de los apetitos (Ap 18.14; cf. Sal 107.9; Pr
6.30; Is 5.14, «deseo»; 29.8); (h) personas, individuos (Hch 2.41,43; Ro 2.9;
Stg 5.20; 1 P 3.20; 2 P 2.14; cf. Gn 12.5; 14.21, «personas»; Lv 4.2,
«cualquiera»; Ez 27.13); de cuerpos muertos (Nm 6.6, lit.: «el alma muerta»); y
de animales (Lv 24.18, lit.: «alma por alma»); (i) el equivalente a los
pronombres personales, utilizado para énfasis y efecto; 1ª persona (Jn 10.24,
«nosotros»; Heb 10.38; cf. Gn 12.13; Nm 23.10; Jue 16.30; Sal 120.2, «me»); 2ª
persona (2 Co 12.15; Heb 13.17; Stg 1.21; 1 P 1.9; 2.25; cf. Lv 17.11; 26.15; 1
S 1.26); 3ª persona (1 P 4.19; 2 P 2.8; cf. Éx 30.12; Job 32.2, en hebreo,
«alma»); (j) una criatura animada, humana o no (1 Co 15.45; Ap 16.3; cf. Gn
1.24; 2.7, 19); (k) «el hombre interior», el asiento de la nueva vida (Lc 21.19;
cf. Mt 10.39; 1 P 2.11; 3 Jn 2).
El lenguaje de Heb 4.12 sugiere la extrema dificultad de distinguir entre el
alma y el espíritu, similares en su naturaleza y en sus actividades.
Generalmente hablando, el espíritu es el elemento más elevado. El espíritu puede
ser reconocido como el principio vital dado al hombre por Dios, y el alma como
la vida resultante constituida en el individuo, siendo el cuerpo el organismo
material animado por el alma y el espíritu.
El cuerpo y el alma son los constituyentes del hombre, según Mt 6.25; 10.28; Lc
12.20; Hch 20.10; cuerpo y espíritu según Lc 8.55; 1 Co 5.3; 7.34; Stg 2.26. En
Mt 26.38 se asocian las emociones con el alma, en Jn 13.21 con el espíritu; cf.
también Sal 42.11 con 1 R 21.5. En el Sal 35.9 el alma se goza en Dios, en Lc
1.47 el espíritu.
Evidentemente, entonces, las relaciones se pueden resumir de la siguiente
manera, «Soma, el cuerpo, y pneuma, el espíritu, pueden separarse, pneuma y
psuque, alma, solo pueden distinguirse» (Cremer)» (de Notes on Thessalonians,
por Hogg y Vine, pp. 205-207).
Altar
1. thusiasterion (qusiasthvrion), probablemente el neutro del adjetivo
thusiasterios; y se deriva de thusiazo, sacrificar. Por ello, denota un altar
para el sacrificio de víctimas, aunque se usaba este nombre también del altar de
incienso (p.ej., Lc 1.11). En el NT esta palabra se reserva para el altar del
Dios verdadero (Mt 5.23,24; 23.18-20,35; Lc 11.51; 1 Co 9.13; 10.18), en
contraste a bomos, Nº 2, abajo. En la lxx, thusiasterion se usa principalmente,
aunque no siempre, del altar divinamente señalado; se usa también para altares
de ídolos (p.ej., Jue 2.2; 6.25; 2 R 16.10).
2. bomos (bwmov"), propiamente un lugar alto, denota siempre un altar pagano o
un altar levantado sin orden divino. En el NT solo se halla en Hch 17.23, y es
la única mención de los tales. En la lxx se usa tan solo en tres ocasiones, pero
solo en los libros apócrifos, del altar divino. En Jos 22, los traductores de la
lxx observaron cuidadosamente la distinción, utilizando bomos para el altar que
las dos tribus y media erigieron (vv. 10, 11,16, 19, 23,26, 34), sin que hubiera
existido una disposición divina para el tal; en los vv. 19, 28, 29, donde se
menciona el altar ordenado por Dios, se usa el término thusiasterion.
Amar, Amor
A. Verbos
1. agapao (ajgapavw) y el correspondiente nombre agape constituyen «la palabra
característica del cristianismo, y ya que el Espíritu de la revelación la ha
usado para expresar ideas previamente desconocidas, la investigación de las
formas en que se utiliza, tanto en la literatura helénica como en la lxx, arroja
más bien poca luz sobre su significado distintivo en el NT. Cf., sin embargo, Lv
19.18; Dt 6.5.
Agape y agapao se usan en el NT: (a) para describir la actitud de Dios hacia su
Hijo (Jn 17.26); hacia la raza humana, en general (Jn 3.16; Ro 5.8); y hacia
aquellos que creen en el Señor Jesucristo, en particular (Jn 14.21); (b) para
expresar su voluntad a sus hijos con respecto a la actitud que tienen que
mostrarse mutuamente (Jn 13.34), y hacia todos los hombres (1 Ts 3.12; 1 Co
16.14; 2 P 1.7); (c) para expresar la naturaleza esencial de Dios (1 Jn 4.8).
El amor solo puede conocerse a base de las acciones que provoca. El amor de Dios
se ve en la dádiva de su Hijo (1 Jn 4.9, 10). Pero es evidente que no se trata
de un amor basado en la complacencia, ni afecto, esto es, no fue causado por
ninguna excelencia en sus objetos (Ro 5.8). Se trató de un ejercicio de la
voluntad divina en una elección deliberada, hecha sin otra causa que aquella que
proviene de la naturaleza del mismo Dios (cf. Dt 7.7, 8).
El amor tuvo su perfecta expresión entre los hombres en el Señor Jesucristo (1
Co 5.14; Ef 2.4; 3.19; 5.2); el amor cristiano es el fruto de su Espíritu en el
cristiano (Gl 5.22).
El amor cristiano tiene a Dios como su principal objeto, y se expresa ante todo
en una implícita obediencia a sus mandamientos (Jn 14.15, 21,23; 15.10; 1 Jn
2.5; 5.3; 2 Jn 6). La propia voluntad, esto es, complacer los propios deseos, es
la negación del amor debido a Dios.
El amor cristiano, sea que se ejercite hacia los hermanos, o hacia hombres en
general, no es un impulso que provenga de los sentimientos, no siempre concuerda
con la general inclinación de los sentimientos, ni se derrama solo sobre
aquellos con los que se descubre una cierta afinidad. El amor busca el bien de
todos (Ro 15.2), y no busca el mal de nadie (13.8-10); el amor busca la
oportunidad de hacer el bien a «todos, y mayormente a los de la familia de la
fe» (Gl 6.10). Véanse además 1 Co 13 y Col 3.12-14. (De Notes on Thessalonians
por Hogg y Vine, p. 105.)
Con respecto a agapao cuando se usa de Dios, expresa el profundo y constante
amor e interés de un ser perfecto hacia objetos totalmente indignos de este
amor, produciendo y promoviendo en ellos un amor reverente hacia el dador, y un
amor práctico hacia aquellos que participan del mismo, y un deseo de ayudar a
otros a que busquen al dador.
2. fileo (filevw) se debe distinguir de agapao en que fileo denota más bien un
afecto entrañable. Las dos palabras se usan del amor del Padre hacia el Hijo (Jn
3.35, Nº 1; y 5.20, Nº 2); hacia el creyente (14.21, Nº 1; y 16.27, Nº 2);
ambos, del amor de Cristo hacia un cierto discípulo (13.23, Nº 1; y 20.2, Nº 2).
Pero permanece la distinción entre los dos verbos, y nunca se usan
indiscriminadamente en el mismo pasaje; si cada uno de ellos se usa con
referencia a los mismos objetos, como se acaba de mencionar, cada palabra
retiene su carácter esencial y distintivo.
Fileo nunca se usa en ningún mandato a que los hombres amen a Dios; se lo usa,
sin embargo, como advertencia en 1 Co 16.22; en lugar de ello se usa agapao (p.ej.,
Mt 22.37; Lc 10.27; Ro 8.28; 1 Co 8.3; 1 P 1.8; 1 Jn 4.21). La distinción entre
los dos verbos aparece de una manera conspicua en la narración de Jn 21.15-17.
El mismo contexto indica que agapao sugiere en las dos primeras preguntas el
amor que es capaz de valorar y estimar (cf. Ap 12.11). Este es un amor
desprendido, dispuesto a servir. El uso de fileo en las respuestas de Pedro y en
la última pregunta del Señor comporta el pensamiento de valorar al objeto por
encima de cualquier otra cosa, de manifestar un afecto caracterizado por la
constancia, motivado por la más alta veneración.
Además, amar (fileo) la vida, a base de un deseo indebido de preservarla, con
olvido del verdadero propósito de vivir, se encuentra con la reprobación del
Señor (Jn 12.25). Al contrario, amar la vida (agapao) tal como se usa en 1 P
3.10, significa considerar el verdadero motivo de vivir. Aquí, la palabra fileo
sería totalmente inapropiada.
Notas: El verbo epipotheo, desear, se traduce «os amo» en la rv y rvr en Flp 1.8
(«tengo deseos», vha; «ardiente afecto», vm). Véanse ANHELAR, DESEAR. (2)
Filadelfos aparece en 1 P 3.8, traducido como «amándoos fraternalmente». (3)
Filandros aparece en Tit 2.4 «amar a sus maridos», lit.: ser amantes de sus
maridos. (4) Filoteknos, «amar a sus hijos», lit.: amantes de hijos, aparece
solamente en Tit 2.4.
B. Nombres
1. agape (ajgavph), cuyo significado ya ha quedado señalado en relación con A,
Nº 1, se traduce siempre como «amor» en la rvr, excepto en Jud 12, donde se
halla en plural, y se vierte como «agapes». En cambio, en la rv se traduce en
varios pasajes como «caridad» (p.ej., Ro 13.10; 1 Co 8.1, 13.1,14.1; Flm 5; Ap
2.19). En Jud 19, la rv traduce «convites». Véase agape, y Nota (2) abajo.
Notas: (1) En las dos afirmaciones en 1 Jn 4.8 y 16, «Dios es amor», se usan
ambas para dar mandamiento a que los creyentes ejerciten el amor. En tanto que
el primer pasaje introduce una declaración del modo en que el amor de Dios se ha
manifestado (vv. 9, 10), el segundo introduce una afirmación de la
identificación de los creyentes con Dios en carácter, y el resultado después en
el tribunal de Cristo (v. 17); identificación esta representada idealmente en la
frase «como Él es, así somos nosotros en este mundo».
(2) Con respecto a su utilización en plural en Jud 12, y en algunos manuscritos
en 2 P 2.13, se puede señalar lo siguiente. Estos «convites» (rv) o «ágapes»
surgieron a partir de las comidas en común de las iglesias primitivas (cf. 1 Co
11.21). Pueden haber tenido su origen en las comidas privadas de las familias
judías, con la adición de la observancia de la Cena del Señor. Había, sin
embargo, comidas en común similares entre las fraternidades paganas. El mal que
tuvo que tratarse en Corinto (1 Co 5) se vio agudizado por la presencia de
personas inmorales, que degradaban las fiestas en banquetes desenfrenados, tal
como se menciona en 2 P y en Jud. En tiempos posteriores, el ágape fue separado
de la Cena del Señor.
2. filanthropia (filanqrwpiva) denota, lit.: amor por el hombre (fileo, amar,
querer, y anthropos, hombre); de ahí, bondad (Hch 28.2); en Tit 3.4: «su amor
para con los hombres». Cf. el adverbio filanthropos, humanamente,
bondadosamente.
Amén
amen (ajmhvn) es transliteración desde el hebreo al griego y al castellano. «Sus
significados pueden verse en pasajes tales como Dt 7.9: «Dios fiel amen»; Is
49.7: «Porque fiel es el Santo de Israel»; 65.16: «el Dios de verdad». Y si Dios
es fiel sus testimonios y preceptos son «fieles amen» (Sal 19.7; 11.7), como
también lo son sus advertencias (Os 5.9), y sus promesas (Is 33.16; 55.3).
«Amén» se usa también de hombres (p.ej., Pr 25.13).
Hay casos en los que el pueblo usaba esta palabra para expresar su asentimiento
a una ley y la buena disposición de ellos de someterse a la pena que conllevaba
el que esta fuera quebrantada (Dt 27.15, cf. Neh 5.13). Se utiliza también para
expresar aquí esencia en la oración de otro (1 R 1.36), donde se define como
«Diga Dios también esto; o en la acción de gracias por parte de otro (1 Cr
16.36), tanto por parte de un individuo (Jer 11.5), como por parte de la
congregación (Sal 106.48).
Así «amén», cuando es pronunciado por Dios, equivale a así es y así será, y
cuando es dicho por hombres, «así sea».
Una vez en el NT, «Amén» es el título de Cristo (Ap 3.14), debido a que es a
través de Él que se establecen los propósitos de Dios (2 Co 1.20).
Las iglesias primitivas cristianas siguieron el ejemplo de Israel asociándose de
manera audible con las oraciones y acciones de gracias ofrecidas en nombre de
ellos (1 Co 14.16), donde el artículo «el» señala a una práctica común. Además,
esta costumbre se conforma a la pauta de las cosas en los cielos (véase Ap 5.14,
etc).
Los individuos decían también «amén» para expresar su «así sea» en respuesta al
divino «así será» (Ap 22.20). Con frecuencia el que habla añade «amén» a sus
propias oraciones y doxologías, como sucede en Ef 3.21, por ejemplo.
El Señor Jesús usaba a menudo «amén», traducido de cierto, para introducir
nuevas revelaciones de la mente de Dios. En el Evangelio de Juan siempre se
repite, «amén, amén», pero no en ningún otro lugar. Lucas no lo usa en absoluto,
pero allí donde Mateo, 16.28, y Mc 9.1, tienen «amén», Lucas dice, «en verdad»;
así, al variar la traducción de lo que el Señor dijo, Lucas arroja luz sobre su
significado». (De Notes on Galatians, por Hogg y Vine, pp. 26, 27.)
Amo
1. despotes (despovth"), uno que tiene «posesión absoluta y poder sin control
alguno». Se traduce «amos» en 1 Ti 6.1,2; Tit 2.9; 1 P 2.18. Se aplica a Cristo
(2 Ti 2.21; 2 P 2.1, rv y rvr, «Señor»; vm: «soberano»; rvr77: «dueño»); en Jud
4, se dice de Cristo «nuestro único soberano»; en Ap 6.10, dirigiéndose a Dios,
«Hasta cuando, Señor» (rvr) «soberano» (vm); se traduce «Señor» en Lc 2.29; y
«soberano Señor» en Hch 4.24.
2. kurios (kuvrio"), señor, alguien que ejerce poder. Se traduce «amos» en Lc
16.3,5, 8; Lc 19.33; Hch 16.16,19; Ef 6.5, 9; Col 3.22; Col 4.1, dos veces.
Anatema
anathema (ajnavqema), transliteración del griego. Se usa frecuentemente en la
lxx, donde traduce el vocablo hebreo querem, o jerem, algo dedicado a Dios, sea
que sea: (a) para su servicio, como los sacrificios (Lv 27.28; cf. anathema,
ofrenda votiva), o (b) para su destrucción, como en el caso de un ídolo (Dt
7.26), o una ciudad (Jos 6.17). Más tarde adquirió el sentido más general del
desfavor de Jehová (p.ej., Zac 14.11). Este es el significado con que se usa en
el NT. Se usa de: (a) la sentencia pronunciada (Hch 23.14; lit.: «se maldijeron
a sí mismos con una maldición»); véase anathematizo en ; (b) del objeto sobre el
que se arroja la maldición, «maldito». En los siguientes pasajes, la rvr
mantiene el vocablo «anatema». Ro 9.3; 1 Co 12.3; 16.22; Gl 1.8, 9. La rv tiene
«apartado» en Ro 9.3, y mantiene «anatema» en los otros cuatro pasajes. En Gl
1.8, 9, el apóstol declara en los términos más enérgicos posibles que el
evangelio que él predicaba era el único y exclusivo camino de la salvación, y
que predicar otro equivalía a hacer nula la muerte de Cristo.
Anciano
1. gerousia (gerousiva), consejo de ancianos (de geron, hombre anciano, término
este que pronto adquirió un significado político entre los griegos,
incorporándose la noción de edad en la de dignidad). Se usa en Hch 5.21,
aparentemente para clarificar la palabra anterior sunedrion, «consejo», el
sanedrín.
2. presbutes (presbuvth"), hombre anciano, es una forma más larga de presbus,
cuyo grado comparativo es presbteros, anciano; siendo ambos vocablos, así como
el verbo presbio, ser anciano, ser un embajador, derivados de proeisbano, estar
muy adelantado. El nombre se traduce como, «viejo» (Lc 1.18); y «ancianos» (Tit
2.2; Flm 9), donde se debe aceptar la traducción que se da en algunos márgenes,
«Pablo, embajador», siendo que el original, casi con toda certeza, dice
presbeutes, y no presbutes, embajador. Y así es como se describe a sí mismo en
Ef 6.20. Como señala Lightfoot, difícilmente hubiera hecho de su edad una base
para su petición a Filemón, que, si era padre de Arquipo, no puede haber sido
mucho más joven que el mismo Pablo.
3. presbuterion (presbutevrion), asamblea de ancianos. Denota: (a) el consejo o
senado entre los judíos (Lc 22.66; Hch 22.5); (b) los ancianos u obispos en una
iglesia local (1 Ti 4.14)
4. presbuteros (presbuvtero"), adjetivo, grado comparativo de presbus, anciano.
Se usa: (a) de edad, de cuál sea la más anciana de dos personas (Lc 15.25), o
entre más (Jn 8.9, «el más viejo»); o de una persona entrada ya en años, con
experiencia (Hch 2.17); en Heb 11.2, los «ancianos» son los patriarcas de
Israel; igualmente en Mt 15.2; Mc 7.3,5. Se usa el femenino del adjetivo de las
mujeres ancianas en las iglesias (1 Ti 5.2), no con respecto a la posición de
ellas, sino en cuanto a ser de mayor edad. (b) De rango o posiciones de
responsabilidad: (1) entre los gentiles, como en la lxx en Gn 50.7; Nm 22.7; (2)
en la nación judía, en primer lugar, aquellos que eran las cabezas o líderes de
las tribus y de las familias, como en el caso de los setenta que ayudaban a
Moisés (Nm 11.16; Dt 27.1), y aquellos reunidos por Salomón; en segundo lugar,
miembros del sanedrín, que consistían de los principales sacerdotes, ancianos, y
escribas, conocedores de la ley judía (p.ej., Mt 16.21; 26.47); en tercer lugar,
aquellos que dirigían los asuntos públicos en las varias ciudades (Lc 7.3); (3)
en las iglesias cristianas, aquellos que, siendo suscitados y calificados para
la obra por el Espíritu Santo, eran designados para que asumieran el cuidado
espiritual de las iglesias, y para supervisarlas. A estos se aplica el término
de obispos, episkopoi, o supervisores (véase Hch 20, v. 17 con v. 28, y Tit 1.5
y 7), indicando el último término la naturaleza de su actividad, presbuteroi su
madurez de experiencia espiritual. La disposición divina que se ve en el NT era
que se debía señalar una pluralidad de ellos en cada iglesia (Hch 14.23; 20.17;
Flp 1.1; 1 Ti 5.17; Tit 1.5). El deber de los ancianos se describe por el verbo
episkopeo. Eran designados en base de la evidencia que daban de cumplir las
calificaciones que Dios había dispuesto (Tit 1.6-9; cf. 1 Ti 3.1-7 y 1 P 5.2);
(4) los veinticuatro ancianos entronizados en el cielo alrededor del trono de
Dios (Ap 4.4,10; 5.5-14; 7.11,13; 11.16; 14.3; 19.4). La cantidad de
veinticuatro es representativa de condiciones terrenales. La palabra «anciano»
no se aplica en ningún lugar a ángeles.
Ángel
1. angelos (a[ggelo"), mensajero (de angelo, entregar un mensaje), ya sea
enviado por Dios, por el hombre, o por Satanás; se usa también de un guardián o
representante en Ap 1.20 (cf. Mt 18.10; Hch 12.15, donde se entiende mejor como
«fantasma»), pero más frecuentemente se refiere a un orden de seres creados,
superiores a los hombres (Heb 2.7; Sal 8.5), que pertenecen al cielo (Mt 24.36;
Mc 12.25), y a Dios (Lc 12.8), y dedicados a su servicio (Sal 103.20). Los
ángeles son espíritus (Heb 1.14), esto es, no tienen cuerpos materiales como los
humanos, pero su forma es humana o pueden asumir la forma humana cuando es
necesario. Cf. Lc 24.4, con el v. 23, Hch 10.3 con el v. 30).
«Son llamados «santos» en Mc 8.38, y «elegidos» en 1 Ti 5.21, en contraste con
algunos de su número (Mt 25.41), que «pecaron» (2 P 2.4), «abandonaron su propia
morada» (Jud 6, oiketerion), palabra esta que solo vuelve a aparecer, en el NT,
en 2 Co 5.2. Los ángeles siempre son mencionados en género masculino; la forma
femenina de la palabra no aparece» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine,
p. 229).
2. isangelos (ijsavggelo"), «igual a los ángeles». Se halla en Lc 20.36.
Anticristo
anticristos (ajntivcristo") puede significar tanto en contra de Cristo o en
lugar de Cristo, o quizás, combinando ambos significados, «uno que, asumiendo el
papel de Cristo, se opone a Cristo» (Westcott). La palabra se halla solamente en
las Epístolas de Juan: (a) de los muchos anticristos que son precursores del
mismo anticristo (1 Jn 2.18, 22; 2 Jn 7); (b) del poder del mal que ya opera en
espera del anticristo (1 Jn 4.3).
Lo que el apóstol dice de él se asemeja tan estrechamente a la primera bestia de
Apocalipsis, y a lo que dice Pablo acerca del hombre de pecado en 2 Ts 2. Parece
que es la misma persona la que está a la vista en estos pasajes, siendo distinta
la segunda bestia en Ap 13, el falso profeta; porque esta última apoya a la
primera en sus pretensiones anticristianas.
Nota: El término pseudocristos, falso Cristo, tiene que distinguirse del
anterior; se halla en Mt 24.24 y Mc 13.22. El falso Cristo no niega la
existencia de Cristo, sino que se apoya en la esperanza de su aparición,
afirmando que él es el Cristo. El anticristo niega la existencia del verdadero
Dios.
Año
A. Nombres
1. etos (e[to") se usa: (a) para marcar un punto del tiempo en o a partir del
cual tienen lugar sucesos (p.ej., Lc 3.1; las fechas se contaban frecuentemente
a partir del comienzo del reinado de un monarca); en Gl 3.17 se afirma que el
tiempo en que se dio la Ley fue 430 años después que se diera el pacto de la
promesa a Abraham; no hay una discrepancia verdadera entre esto y Éx 12.40. El
apóstol no está interesado en la duración exacta del intervalo; y ciertamente
que no fue menor de 430 años. Lo que verdaderamente cuenta en el argumento es
que el período fue considerable. Gl 1.18 y 2.1 marcan eventos en la vida de
Pablo. En cuanto al primero de estos pasajes, lo que es importante es que
pasaron tres años antes de que viera a ninguno de los apóstoles. En 2.1, los 14
años puede que se cuenten desde su conversión, o desde su visita a Pedro
mencionada en 1.18. Esto último parece lo más natural. Para una consideración
exhaustiva de este tema. (b) Para marcar un espacio de tiempo (p.ej., Mt 9.20;
Lc 12.19; 13.11; Jn 2.20; Hch 7.6; Heb 3.17; Ap 20.2-7). En Hch 7.6 los 400 años
no marcan tan solo el tiempo que Israel estuvo en la esclavitud de Egipto, sino
que cuentan el tiempo en que peregrinaron o fueron extranjeros allí. La rvr
coloca una coma después de la palabra «maltratarían», al igual que la rv y la
rvr77, en tanto que la vm no da solución de continuidad, uniendo los malos
tratos a los 400 años; la versión de Ginebra traduce Gn 15.13, «tu posteridad
habitará una sierra extraña durante 400 años». (c) Para datar un suceso a partir
de la propia fecha de nacimiento (p.ej., Mc 5.42; Lc 2.42; 3.23; Jn 8.57; Hch
4.22; 1 Ti 5.9). (d) Para señalar eventos repetitivos (Lc 2.41, con kata,
utilizado distributivamente; 13.7). (e) De una cantidad innumerable (Heb 1.12).
2. eniautos (ejniautov"), originalmente un ciclo de tiempo. Se usa: (a) de un
tiempo particular marcado por un evento (p.ej., Lc 4.19; Jn 11.49, 51; 18.13; Gl
4.10; Ap 9.15); (b) para marcar un espacio de tiempo (Hch 11.26; 18.11; Stg
4.13; 5.17); (c) de aquello que tiene lugar cada año (Heb 9.7; con kata, cf. (d)
en Nº l; Heb 9.25; 10.1,3).
3. dietia (dietiva) denota un espacio de dos años (dos, dos veces, y Nº l), (Hch
24.27; 28.30).
4. trietia (trietiva) denota un lapso de tres años (treis, tres, y Nº l) (Hch
20.31).
B. Adjetivo
dietes (diethv"), relacionado con A, Nº 3. Denota que se tienen dos años, de dos
años de edad (Mt 2.16).
C. Adverbio
perusi (pevrusi), el año pasado, hace un año (de para, más allá), se usa con apo,
de (partitivo) en 2 Co 8.10; 9.2.
Aparición
epifaneia (ejpifavneia), en castellano, epifanía; lit.: «resplandecimiento». Se
usaba de la aparición de un dios a los hombres, y de un enemigo a un ejército en
el campo. En el NT se usa: (a) de la venida del Salvador cuando el Verbo se hizo
carne (2 Ti 1.10); (b) de la venida del Señor Jesús en el aire para el encuentro
con sus santos (1 Ti 6.14; 2 Ti 4.1,8); (c) del resplandor de la gloria del
Señor Jesús «como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el
occidente» (Mt 24.27), inmediatamente posterior a la revelación, apokalupsis, de
su parousia en el aire con sus santos (2 Ts 2.8; Tit 2.13). (De Notes on
Thessalonians por Hogg y Vine, p. 263).
Nota: El verbo faino se traduce como «aparición» en Mt 2.7 en la rvr, y como «el
tiempo en que apareció» en la vm.
Apóstol
1. apostolos (ajpovstolo") es, lit.: uno enviado [apo, de (partitivo); stello,
enviar]. «Este vocablo se usa del Señor Jesús para describir su relación con
Dios (Heb 3.1; véase Jn 17.3). Los doce discípulos elegidos por el Señor para
recibir una instrucción especial fueron así designados (Lc 6.13; 9.10). Pablo,
aun cuando había visto al Señor Jesús (1 Co 9.1; 15.8), no había acompañado a
los Doce «todo el tiempo» de su ministerio terreno, y por ello no podía tomar un
lugar entre ellos, en base de su carencia de las condiciones necesarias para
ello (Hch 1.22). Pablo recibió una comisión directa, por parte del Señor mismo,
después de su ascensión, para llevar el evangelio a los gentiles.
La palabra tiene también una referencia más amplia. En Hch 14.4,14 se usa de
Bernabé además de acerca de Pablo; en Ro 16.7 de Andrónico y de Junias. En 2 Co
8.23 se menciona a dos hermanos anónimos como «mensajeros (esto es, apóstoles)
de las iglesias»; en Flp 2.25 se menciona a Epafrodito como «vuestro mensajero».
Se usa en 1 Ts 2.6 de Pablo, Silas y Timoteo, para definir la relación de ellos
con Cristo» (De Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 59, 60).
Nota: Pseudoapostoloi (yeudapovstolo"), «falsos apóstoles», aparece en 2 Co
11.13.
Arcángel
arcangelos (arcavggelo") «no se halla en el AT, y en el NT solo en 1 Ts 4.16 y
Jud 9, donde se usa de Miguel, que en Daniel recibe el nombre de «uno de los
principales príncipes», «vuestro príncipe», y «el gran príncipe» (lxx, «el gran
ángel»), Dn 10.13,21; 12.1. Cf. también Ap 12.7. Las Escrituras no revelan si
hay otros seres de este exaltado rango en las huestes celestes, aunque la
designación, «uno de los principales príncipes» ciertamente sugiere que este
pueda ser el caso; cf. también Ro 8.38; Ef 1.21; Col 1.16, donde la palabra
traducida «principados» es arce, el prefijo en arcángel» (De Notes on
Thessalonians, por Hogg y Vine, p. 142). En 1 Ts 4.16 el significado parece ser
que la voz del Señor Jesús participará del carácter de un grito arcangélico.
Arma(S), Armadura, Armar
A. Nombres
1. joplon (o{plon), originalmente cualquier herramienta o utensilio para
preparar una cosa, vino a utilizarse en plural de armas de guerra. Se usa una
vez en el NT de verdaderas armas (Jn 18.3); en los otros pasajes se usa
metafóricamente, de: (a) los miembros del cuerpo como instrumentos de injusticia
y como instrumentos de justicia (Ro 6.13); (b) de las armas de la luz (Ro
13.12); de las armas de justicia (2 Co 6.7); de las armas de guerra del
cristiano (2 Co 10.4).
2. panoplia (panopliva), de allí en castellano, panoplia; lit.: toda armadura,
plena armadura (pas, todo; oplon, arma). Se usa: (a) de una armadura literal (Lc
11.22); (b) de ayudas espirituales provistas por Dios para vencer las
tentaciones del diablo (Ef 6.11, 13). Entre los griegos, la panoplia era el
equipo completo utilizado por la infantería pesada.
B. Verbos
1. joplizo (oJplivzw), armarse. Se usa en 1 P 4.1, en una exhortación a que nos
armemos con la misma mente que la de Cristo con respecto a sus sufrimientos.
2. kathoplizo (kaqoplivzw) es una forma intensiva, proveer totalmente de armas (kata,
abajo, intensivo, oplon, arma), (Lc 11.21, lit.: «un hombre fuerte totalmente
armado»).
Arras
arrabon (ajrjrJabwvn), originalmente prenda en dinero depositado por el
comprador, y que se perdía si la compra no se efectuaba. Fue probablemente una
palabra fenicia, introducida en Grecia. En su uso general vino a denotar una
prenda del tipo que fuera. En el NT se usa solo de aquello que Dios asegura a
los creyentes. Se dice del Espíritu Santo como la prenda divina de toda su
futura bendición (2 Co 1.22; 5.5); en Ef 1.14, en particular de su herencia
eterna. En la lxx, Gn 38.17, 18, 20. En griego moderno, arrabona es el anillo de
compromiso.
Arrebatar
1. arpazo (aJrpavzw), arrebatar. Se dice del acto del Espíritu del Señor con
respecto a Felipe (Hch 8.39); de Pablo al ser llevado al paraíso (2 Co 12.2,4);
del arrebatamiento de los santos al retorno del Señor (1 Ts 4.17); del
arrebatamiento del niño varón en la visión de Ap 12.5. Este verbo comunica que
se ejerce una fuerza de una manera súbita, como en Mt 11.12: «lo arrebatan»; en
12.29: «saquear», algunos mss. tienen ahí diarpazo; en 13.19: «arrebata»; para
tomar por la fuerza, véase también su uso en Jn 6.15; 10.12,28, 29; Hch 23.10;
en Jud 23: «arrebatándolos».
2. sunarpazo (sunarpavzw), (sun, usado intensivamente, y el Nº 1), apoderar(se),
arrebatar, asir con fuerza de. Lo usa solamente el evangelista Lucas, y se
traduce en Lc 8.29 como «se había apoderado», de posesión demoníaca; en Hch
6.12, del acto de los ancianos y de los escribas de prender a Esteban, que se
traduce más apropiadamente como «prendieron», lo mismo que 19.29 (en este último
pasaje, la vm traduce este vocablo por «prender». En 27.15, se usa de los
efectos del viento sobre una nave.
Arrepentir(Se), Arrepentimiento
A. Verbos
1. metanoeo (metanoevw), lit.: percibir posteriormente (meta, después,
implicando cambio; noeo, percibir; nous, mente, el asiento de la reflexión
moral), en contraste a pronoeo, percibir de antemano. Significa, por ello,
cambiar de opinión o el propósito, y en el NT involucra siempre un cambio a
mejor, una enmienda, y siempre, excepto en Lc 17.3, 4, de arrepentimiento del
pecado. La palabra se halla en los Evangelios Sinópticos (en Lucas, nueve
veces), cinco veces en los Hechos, doce veces en Apocalipsis, ocho en los
mensajes a las iglesias (2.5, dos veces, 16, 21, dos veces, «no quiere
arrepentirse»; 3.3,19; las únicas iglesias en este capítulo que no reciben
exhortación a este respecto son las de Esmirna y Filadelfia); el único otro
pasaje en que se halla es en 2 Co 12.21.
2. metamelomai (metamevlomai), (meta, como en el Nº 1, y melo, tener cuidado
de), se usa en la voz pasiva en sentido de voz media, significando lamentar,
arrepentirse en Mt 21.29, «arrepentido»; en el v. 32. no «os arrepentisteis»; en
27.32: «arrepentido»; en 2 Co 7.8, dos veces: «no me pesa»; (rv: «no me
arrepiento»); «lamenté» (rv: «arrepentí»); y en Heb 7.21, el único pasaje del NT
en que se usa (negativamente) de Dios.
B. Adjetivos
1. ametanoetos (ajmetanovhto"), lit.: sin cambio de mente o de opinión (a,
negativo, metanoeo, cambiar de opinión o de parecer; meta, significando cambio;
nous, mente). Se usa en Ro 2.5, «no arrepentido». Moulton y Milligan muestran de
los escritos en los papiros que la palabra se usa también «en un sentido pasivo,
no afectado por un cambio de mente, como ametameletos en Ro 11.29»: «sin
arrepentimiento».
2. ametameletos (ajmetamevlhto"), no arrepentido de, sin lamentarse (a,
negativo, y un adjetivo verbal de A, Nº 2). Significa «sin cambio de propósito».
Se dice. (a) de Dios con respecto a sus dones y el llamamiento, «irrevocables» (rvr);
«sin arrepentimiento» (rv); (b) del hombre (2 Co 7.10, «arrepentimiento».
metanoia, véase C) «de que no hay que arrepentirse»; la diferencia entre
metanoia y metamelomai, aquí ilustrada, se expresa brevemente en el contraste
entre arrepentimiento y lamentación.
C. Nombre
metanoia (metavnoia), pensamiento posterior, cambio de parecer, arrepentimiento.
Se corresponde en significado a A, Nº 1, y se usa del arrepentimiento del pecado
o del mal, excepto en Heb 12.17, donde la palabra «arrepentimiento» parece
significar, no simplemente un cambio de parecer de parte de Isaac, sino tal
cambio que revertiría los efectos de su anterior estado de mente. La
primogenitura de Esaú no podía ser devuelta, implicaba una pérdida irrevocable.
Por lo que respecta al arrepentimiento del pecado, (a) se expone la demanda de
parte de Dios sobre el hombre (p.ej., Mt 3.8; Lc 3.8; Hch 20.21; 26.20); (b) la
misericordia de Dios en dar arrepentimiento o llevando a hombres a Él se expone
(p.ej., en Hch 5.31; 11.18; Ro 2.4; 2 Ti 2.25). Los mss. más auténticos omiten
la palabra en Mt 9.13 y en Mc 2.17, tal como lo vierte la vm.
Nota: En el AT no es tan prominente el arrepentimiento con referencia al pecado
como aquel cambio de parecer o propósito, por piedad hacia aquellos que han sido
afectados por las propias acciones, o en quienes los resultados de las acciones
no han cumplido sus esperanzas, un arrepentimiento atribuido tanto a Dios como
al hombre (p.ej., Gn 6.6; Éx 32.14; lo cual no implica nada contrario a la
inmutabilidad de Dios, sino que el aspecto de su mente cambia hacia un objeto
que ha cambiado en sí mismo).
En el NT el tema tiene principalmente referencia al arrepentimiento del pecado,
y este cambio de parecer involucra tanto un apartarse del pecado como un
acercarse a Dios. La parábola del hijo pródigo es una notable ilustración de
esto. Cristo empezó su ministerio con un llamamiento al arrepentimiento (Mt
4.17), pero el llamamiento es dirigido, no a la nación, como en el AT, sino al
individuo. En el Evangelio de Juan, de carácter distinto a los Evangelios
Sinópticos, mencionados arriba, no se menciona el arrepentimiento, ni siquiera
en relación con la predicación de Juan el Bautista; en el Evangelio de Juan y en
la 1ª Epístola se acentúan los efectos, p.ej., en el nuevo nacimiento, y,
generalmente, en el volverse activamente del pecado a Dios por el ejercicio de
la fe (Jn 3.3; 9.38; 1 Jn 1.9), como en el NT en general.
Atormentar, Tormento
A. Verbos
1. basanizo (basanivzw). Se traduce atormentar: (a) de enfermedades (Mt 8.6);
(b) de la suerte de los espíritus malvados (Mc 5.7; Lc 8.28); (c) de los juicios
retributivos sobre la humanidad impenitente al final de esta era (Ap 9.5;11.10);
(d) sobre aquellos que adoran a la Bestia y su imagen y que reciben la marca de
su nombre (Ap 14.10); (e) de la condenación de Satanás y de sus agentes (20.10).
2. daimonizomai (daimonivzomai) significa estar poseído por un demonio, actuar
bajo el control de un demonio. Aquellos que estaban así afligidos expresaban la
mente y la conciencia del demonio o demonios poseyéndolos. Se traduce como
«atormentar» en los siguientes pasajes, Mt 15.22: «atormentada por un demonio»;
Mc 5.15: «había sido atormentado». Es un verbo que generalmente se traduce como
«endemoniado».
3. ocleo (ojclevw), perturbar, angustiar. Se usa en la voz pasiva, de ser
atormentado por espíritus malignos (Hch 5.16).
4. enocleo (e[noclevw), (de en, en; y oclos, multitud, gentío). Se usa en Heb
12.15 de una raíz de amargura; en Lc 6.18 (en los mss. de mayor aceptación;
algunos tienen ocleo), «habían sido atormentados».
5. Odunao (ojdunavw) significa, en las voces media y pasiva, sufrir dolor, estar
en angustia, estar grandemente atormentado (similar a odune, dolor, angustia).
Se traduce «con angustia» en Lc 2.48 (vm: «angustiados»); «atormentado» en Lc
16.24,25; «doliéndose» en Hch 20.38.
6. tumpanizo (tumpanivzw) denota primariamente tocar un tambor (tumpanon,
timbal; en castellano, timpanal, timpanitis, tímpano), de ahí, torturar por la
aplicación de golpes, matar a golpes (Heb 11.35: «atormentados»; rv:
«estirados»; vm: «muertos a palos»; la rvr77 sigue a la rvr).
B. Nombres
1. basanismos (basanismov"), relacionado con basanizo. Se usa de juicios divinos
en Ap 9.5; 14.11; 18.7, 10,15.
2. basanos (bavsano"), principalmente piedra de toque, empleada para ensayar
metales, y de ahí tormento. Se utiliza: (a) de enfermedades físicas (Mt 4.24);
(b) de una condición de retribución en el Hades (Lc 16.23,28).
Ayo
paidagogos (paidagwgov"), guía, guardián, o instructor de muchachos, lit.: un
conductor de niños (pais, mozo, o niño; ago, conducir), tutor. Se traduce como
«ayos» en 1 Co 4.15; en este pasaje se refiere más a pastores que a maestros; en
Gl 3.24,25, «ayo», pero aquí está ausente el concepto de instrucción. Se traduce
como «ayo/s» en todos los pasajes en rv, rvr, rvr77, vm: «En esta palabra, y las
que se relacionan con ella, la idea que se comunica es la de instrucción,
disciplina; no la comunicación de conocimiento. El paidagogos no era el
instructor del niño; ejercitaba una supervisión general sobre él, y era
responsable de su bienestar moral y físico. Así entendido, paidagogos se usa de
manera apropiada con «confinados» y «encerrados» (v. 23), en tanto que si se
entendiera como equivalente a «maestro» introduce una idea totalmente extraña al
pasaje, y arroja confusión sobre el argumento del apóstol» (de Notes on
Galatians, por Hogg y Vine, págs. 163,164).
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