Deoxy.-

Mal Diagnóstico

14-09-2005 12:31:25

Ayer fue un día asqueroso, uno de esos días en que te levantas y dices: “Hoy será un gran día” sin saber que todas las cosas pueden salir irremediablemente mal.

 

Cuando te levantas temprano para ir a tu trabajo, más temprano que de costumbre, porque no has dormido mucho, piensas en todas las cosas que debes hacer y preparar en el día.

 

En la mañana, lo primero que pensé fue llamar al taller para saber el diagnostico de “Mi negra”, mi moto, relajadamente pues no tenia nada grabe, pero recibir noticias como las que recibí no son buenas para nadie, saber que a tu regalona, por la que te esforzaste le tienen que hacer un ajuste de motor, como por arte de magia, como si alguien te hubiera tirado todos los conjuros del mundo, fue un golpe nada de agradable. Con resignación tu dices “bueno, que se le va a hacer, hay de darle no más, arréglala” y así transcurrirá toda esta semana y la próxima, esperando saber si mi mecánico encuentra los repuestos que necesito.

 

Luego, después de unas tazas de café, de esas que te dejan tiritón, bien cargado como en los viejos tiempos, con tres cucharadas de café y dos de azúcar, me apronté a llamar a la universidad para saber como me había ido con mi postulación, que ya me deberían haber dado la respuesta hace rato. Llamar a Beatriz, la amable secretaria a cargo de recibir a los postulantes, y escuchar su tierna voz te da un segundo de paz en todos los malos ratos que has pasado. Con mucha amabilidad y sutilmente me dice que “las postulaciones aun no están definidas”, ¡¡¡pueden creerlo!!!, fue solo un segundo de tranquilidad, porque esa voz tierna que les comento me da esa respuesta ¡tuve que tomarme otro café!, estaba ansioso y no obtengo las respuestas que yo quería escuchar.

 

En fin, pasado las seis de la tarde, me fui a mi casa derrotado, con todas las cosas que había planeado hacer, inconclusas. Con esa sensación de derrota que no te deja pensar bien. Pero ¡¡¡aún queda más!!! Imagínense, ¡¡no llamé para poder conseguir arriendo de departamento!!, porque el contrato actual no lo renovaremos y se termina ahora en octubre, no lo puedo creer entre todas las cosas y tragedias que me pasaron, incluso las que no he comentado, ¡se me olvidó conseguir y llamar por arriendos y ya se acaba el plazo!.

 

En fin, me resigné a tomar once, viendo en la televisión una teleserie de mecánicos que estaba viendo la Andrea, imagínate ¡¡¡teleserie de mecánicos!!! ¡No eran mecánicos de motos, pero mecánicos!, y me hacer hervir la sangre nuevamente al recordar el diagnostico de mi CBR.

Bien, tomé once, pero con un sabor amargo, luego, como a las nueve y media de la noche, recibí un llamado que me hizo sentir mejor. ¡¡Me llamó Beatriz!! Si ella, la secretaria de la universidad y me dice que recién se habían puesto de acuerdo los profesores y los directores respecto de quienes eran los postulantes seleccionados y me dice que puedo matricularme. A esa hora me sentí mucho mejor, y me agradó tanto la noticia que le prometí un chocolate, ¡¡nooo, no no me estoy lanzando!!, pues ya está encaminado mi nuevo proyecto universitario, aunque asista a pie y mi negra siga internada en la UTI.

 

Juan Rodrigo Anabalón (Deoxy)

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