Deoxy.-

Todos hemos escuchado recurrentemente en todos los discursos nombrar la palabra ya bastante manoseada “globalización” y me gustaría dar mi opinión al respecto de qué oportunidades trae para Chile un mercado “globalizado”.

El sentido común nos puede decir que tenemos nuevas oportunidades de mercados a los cuales puede acceder nuestro país y así poner nuestros productos en lugares donde antes era poco probable o eran mercados de muy difícil acceso, pero, ciertamente con los nuevos tratados de libre comercio y además de Estados Unidos tenemos un nuevo socio comercial, China, nuestros productos tienen la posibilidad de entrar a este nuevo mercado gigantesco en el cual actualmente en China los productos Chilenos casi ni se conocen y representan menos del 2%, o sea, una cifra muy ínfima, pero, ¿cuales son específicamente las oportunidades que tiene Chile para lograr el tan anhelado desarrollo?.

Es innegable, que las tecnologías de la información (TI) son una herramienta fundamental para otorgar al país agilidad en relación a las personas y empresas con el estado, con la promulgación de la agenda digital en el año 2003 se han realizado avances notables con este propósito, en esta economía “globalizada” Chile tiene la oportunidad de exportar no sólo materias primas sino que también conocimientos, existe la oportunidad de generar una industria de servicios fuerte y competitiva, donde es indispensable apegarse a los estándares de calidad mundiales. Esta industria de servicios a la que me refiero es en primera medida a generar servicios informáticos, asesoramiento en materias tecnológicas, Chile debe orientarse al outsoucing en materia tecnológica hacia otros países, ya existen proyectos en marcha como el edificio tecnológico en Valparaíso, que pretende captar inversiones especializadas en esta materia.

Pero, también deberíamos formular una iniciativa similar en materia de biotecnología, por ejemplo, en Concepción, pues si el siglo XX se caracterizó por ser el siglo de la física, el siglo XXI será el de la biotecnología, y Chile debe adelantarse a todos estos acontecimientos y generar las políticas necesarias que fomenten la investigación en el área, así como  incentivar la formación de nuevos profesionales en esta materia que visualicen el futuro, que sean líderes en conocimientos y así “proporcionar un nuevo cobre que aporte al desarrollo del país”.

Otra área que ya se está investigando, no por iniciativa, sino por necesidad es la investigación en el desarrollo de fuentes alternativas de energía, es el caso de ENAP que a establecido alianzas para la investigación de nuevas fuentes energéticas en los volcanes a lo largo del país.

Si Chile quiere ser partícipe de este desarrollo y no quiere quedarse atrás, como ya sucedió en la captación de inversiones en tecnologías de la computación tal como lo hizo Malasia, Singapur o India, debe ser capaz de adelantarse a las necesidades de la sociedad global, si somos inteligentes podremos asesorar o vender nuevas tecnologías cuando se necesiten y nadie más esté en condiciones de aportarlas.

Deoxy.