Himno Nacional de la Bayamesa
Por Gislania Tamayo Cede�o
Publicado: 10 de junio de 2005

En la iglesia San Salvador de Bayamo el 11 de junio de 1868 se escuch� por primera vez el Himno Nacional cubano.
En una de las cuatro esquinas que rodean la plaza estaba la casa del licenciado Pedro Figueredo y Cisneros (Perucho), el rom�ntico poeta que los espa�oles llamaban �la �gida de C�spedes�.
En ese hogar se fund� el Comit� Revolucionario de Bayamo, primer n�cleo organizador de la revoluci�n cubana el 13 de agosto de 1867, presidido por Francisco Vicente Aguilera e integrado por Perucho Figueredo y Francisco Maceo Osorio.
Al terminar aquella reuni�n conspiradora Maceo Osorio le dijo a Perucho: �Se puede decir que ya estamos reunidos en Comit� de guerra. Te ha tocado a ti, que eres m�sico, componer nuestra Marsellesa.�
Aquella madrugada del 14 de agosto de 1867 naci� la inspiraci�n tecleada al piano de la marcha guerrera nombrada inicialmente
La Bayamesa. La melod�a solo hab�a sido compuesta para piano, por lo que Perucho decide su orquestaci�n, de lo cual encarga al maestro Manuel Mu�oz Cede�o. Nada le dijo del verdadero significado, solo le recomend� discreci�n.
Arriba: Pedro (Perucho) Figueredo: Compositor del Himno Nacional.
Este se comprometi� a interpretarla en p�blico con su orquesta en la fiesta del Corpus Christi, en el Te deum y la procesi�n, acuerdo que cont� con la aprobaci�n del padre Diego Jos� Baptista, p�rroco de la villa San Salvador de Bayamo.
El 11 de junio de 1868 Bayamo se despert� con un incesante repiquetear de campanas que anunciaban la fiesta religiosa.
Repleto de p�blico el templo, all� estaban el Gobernador Militar de la ciudad, teniente coronel de caballer�a Juli�n de Udaeta y Arrechavala, su estado mayor y un batall�n de infanter�a que le serv�a de escolta. Del otro lado del altar estaba un grupo de conspiradores presididos por Perucho Figueredo, Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y otros conspiradores.
En el atrio los m�sicos de la orquesta de Manuel Mu�oz Cede�o esperaban el momento final de la misa para interpretar aquella m�sica que ten�a mucho esp�ritu guerrero y car�cter revolucionario.
Terminada la procesi�n el Gobernador Militar reclam� la presencia del maestro Manuel Mu�oz, quien ante las interrogantes hechas le dijo que era obra de Figueredo, y la hab�a tocado solo para complacerlo, negando conocer que era un canto patri�tico.
M�s tarde fue llamado Perucho, y ante similares interrogantes se irgui� rebelde y con ecuanimidad, le contest�... ��Es usted m�sico?...�
A lo que Udaeta le responde...�Dice usted bien, no soy m�sico; pero tenga la seguridad de que no me enga�o.
Ese d�a la iglesia y la plaza fueron escenario de las primicias musicales de nuestro Himno Nacional.
Cuatro meses m�s tarde, el 18 de octubre de 1868 la ciudad de Bayamo era tomada por las tropas de Carlos Manuel de C�spedes, que d�as antes se hab�a alzado en su ingenio La Demajagua y liberado a los esclavos. Tres d�as despu�s el pueblo reclama a Perucho la letra de aquella marcha y �l desde la montura de su caballo escribi� los versos, que circularon de mano en mano en la misma plaza en que fuera ejecutada por primera vez la m�sica.
-REGRESAR- �Al combate corred Bayameses,
que la patria os contempla orgullosa;
no tem�is una muerte gloriosa,
que morir por la patria es vivir!

En cadenas vivir es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clar�n escuchad el sonido;
�a las armas, valientes, corred!


No tem�is; los feroces Iberos
son cobardes cual todo tirano
no resisten al brazo Cubano;
para siempre su imperio cay�.

�Cuba libre! Ya Espa�a muri�,
su poder y su orgullo �do es ido?
�Del clar�n escuchad el sonido
��a las armas!!, valientes, corred!

Contemplad nuestras huestes triunfantes
contempladlos a ellos ca�dos,
por cobardes huyen vencidos:
por valientes, supimos triunfar!

�Cuba libre! podemos gritar
del ca��n al terrible estampido.
�Del clar�n escuchad el sonido,
��a las armas!!, valientes, corred!
Hosted by www.Geocities.ws

1