JOAQUIN PEDRALBES

Joaquín Pedralbes, nacido en Cataluña, España, había estado en Montevideo entre 1825 y 1928, cuando se dirigía hacia Buenos Aires. En esa ocasión conoció a Ramón Masini, quien lo invitó a hacerse cargo de la versión taquigráfica de las sesiones parlamentarias. Su respuesta fue negativa, debido a que "no quería dejar mi carrera y me repugnaba trabajar como taquígrafo mientras no se me diese un compañero o el tiempo necesario para formarlo".

En 1834, el periódico "El Universal" se ocupa del tema, mostrando la preocupación que existía en el momento por el hecho de que se acercaba el nuevo período de la II Legislatura Constitucional y todavía las Cámaras no tenían taquígrafos que trasmitiesen por la prensa los discursos de los oradores.

Entonces, Masini vuelve a ponerse en contacto con Pedralbes, que estaba radicado en Buenos Aires, y le asegura que si se trasladara a Montevideo el Gobierno lo contrataría y que, de acuerdo con las leyes vigentes en esta República, su ocupación sería permanente.

Esta vez acepta. Cuando llega a Montevideo -relata- "me dediqué dos meses y medio a recordar la práctica de este arte que había abandonado desde que lo aprendí en 1814, empleando par ello cinco o seis horas diarias, en la mayor parte de las cuales el Sor. Masini tuvo la condescendencia de leer en alta voz mientras yo copiaba en taquigrafía". Pedralbes empleaba el sistema Martí en la metodización de la Escuela Madrileña con algunas mejoras introducidas por la Escuela Catalana.

Ese año comenzó a actuar por primera vez un taquígrafo en el Parlamento, ya instalado en el Cabildo, encargándose de las versiones taquigráficas de las sesiones de ambas ramas de Poder Legislativo -en el Senado a partir del 5 de febrero y en la Cámara de Representantes desde el 26 de febrero de 1834- y de la Comisión Permanente durante el receso. El motivo de su ingreso, según el propio Pedralbes, era que "en todos los ángulos de la República se conociesen los fundamentos de sus leyes, contribuyendo de este modo a que, difundiéndose la ilustración, se perfeccionase el sistema representativo".

En el ala izquierda del primer piso del Cabildo funcionaba el Senado, y en el ala derecha -sobre la calle Sarandí- la Cámara de Diputados y la Asamblea General. La oficina de Pedralbes estaba ubicada en una habitación adyacente a la Sala de sesiones.

Cuando Pampillo y Novás asumió las tareas que años antes realizaba Pedralbes, ocupó el mismo salón. Pero cuando la cantidad de funcionarios se hizo mayor, la oficina se trasladó a un edificio ubicado detrás del Cabildo, sobre la calle Bartolomé Mitre. De esta manera, los taquígrafos tenían que caminar más de una cuadra cada vez que cambiaban un turno.

Allí permanecen hasta 1925, año en que el Parlamento se traslada al recién inaugurado Palacio Legislativo.

A Pedralbes se le encomienda, además, la enseñanza de la Taquigrafía durante el receso parlamentario, junto con la atención de la Comisión Permanente. Se inicia de esta manera la tradición del aprendizaje del sistema dentro de los Cuerpos de Taquígrafos, que continuó hasta alrededor de 1921, fecha en que ambas Cámaras resolvieron llamar a concurso para ocupar las vacantes, poniendo como únicas condiciones las naturales para desempeñar las funciones públicas y la práctica del sistema utilizado por cada Cuerpo.

Comenzaron a publicarse en el diario "El Fanal" solamente extractos de las versiones taquigráficas de los debates parlamentarios, por lo que, "con el objeto de que nos sirviese principalmente para que salieran a luz con menos tropiezo y por primera vez en esta República, las discusiones de ambas Cámaras Legislativas", junto con Ramón Masini fundó el diario "El Estenógrafo, diario de la tarde, literario y mercantil".

Tanto "El Fanal" como "El Estenógrafo" representaron el inicio de lo que actualmente es el "Diario de Sesiones". Las colecciones pueden ser consultadas en la Biblioteca Nacional.

Pedralbes, autor de "Prontuario de Taquigrafía Castellana", que apareció en Montevideo en 1837, había enseñado la Taquigrafía a Antolín Mazariegos y a José Agustín Iturriaga, quienes pronto pasaron a cumplir funciones de Taquígrafos Auxiliares.

Al año siguiente se prescindió de los servicios taquigráficos, considerados como poco convenientes por algunos legisladores. Uno de ellos, Julián Alvarez, manifestó que deseaba "que no se siguiesen sus discursos palabra por palabra, porque naturalmente no tenía confianza de que estuviera a prueba del examen que sufriría en aquella forma, si bien" -agregó- "lo que no conviene a los intereses de su amor propio, podría importar a los del Senado"; otro legislador -Solano García- expresó que el trabajo de los taquígrafos "resulta perjudicial, por cuando quita libertad para que los miembros de la Cámara puedan expresar sus ideas que, siendo generalmente improvisadas, no se vierten en el estilo del culto que corresponde para dar a la prensa". Estos argumentos demuestran que aún no se tenía conciencia de los beneficios para el sistema democrática que reporta la existencia de versiones taquigráficas de las deliberaciones.

El propio Pedralbes comenta sobre el particular: "En el período legislativo de 1834 varios señores Senadores y Representantes habían manifestado que no querían que se publicasen sus discursos y, por desgracia, un incidente que no pude evitar acabó de prevenir a uno de ellos. Se me llamó una tarde mientras estaba dando lección de taquigrafía para que asistiese a una sesión de la Comisión Permanente a que concurrió el Sor. Ministro interino de Hacienda, para dar explicaciones sobre la introducción en el territorio de la República de algunos negros con la denominación de colonos; la copié y traduje, y habiéndola visto uno de los Diputados en poder del Sor. Dn. Ramón Masini, la tomó ofreciendo devolverla inmediatamente; pero la hizo publicar en un periódico. Esto dio lugar a que un Sor. Senador me reconviniese sin darse por satisfecho con las manifestaciones de lo ocurrido".

El 4 de abril de 1835, el periódico "El Estandarte Nacional" publica el siguiente comentario: "La inesperada expulsión del taquígrafo de las sesiones del Senado ha producido una impresión sobre el espíritu de los amigos de la publicidad que es poco favorable al Senado".

Pedralbes continuó por un tiempo prestando sus servicios en la Cámara de Representantes, acompañado por Mazariegos e Iturriaga. Ramón Masini propuso a la Cámara de Representantes la publicación de un "Diario de Sesiones", pero tras una acalorada discusión la moción fue rechazada.

El 15 de febrero de 1836, Pedralbes deja definitivamente de prestar sus servicios taquigráficos en el Parlamento.

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