Prólogo
 

Si damos una mirada retrospectiva a los anales de la humanidad, desde sus tiempos primigenios, tenemos la certeza de que el hombre, ser sociable por excelencia, necesitó de la comunicación con sus congéneres, en sus distintas formas de lenguaje: símbolos, imágenes, pictografías, que han permitido conocer su vida, actividades, costumbres, religión.

Palabra, hecha de luz y de misterio, acunada en las más remotas dimensiones del tiempo y espacio. Se irguió como un hada mágica y al conjuro de ella el Artífice Divino hizo surgir los mundos terrenos, todas las maravillas que concibió en ellos, en ámbitos celestes, los inconmensurables océanos y mares, el rey de la creación...

Gabriela Mistral dice que "Dios le ha dado al hombre después del alma, el don de la palabra"; ello evidencia el valor supremo que la poetisa chilena atribuye a esta subunidad de expresión.

Espigando los distintos temas que conforman éste, el primer libro del periodista Oscar B. Nicola, los que fueron publicados en la columna diaria de "El Rincón", "Noticias" de Villa María (Córdoba) en 1977, con el agregado de otros nuevos, él los ha compaginado y exterioriza sus experiencias, vivencias, puntos de vista.

En casi todos hace referencia al hombre en su faz social y espiritual, el imperativo sagrado que éste debe cumplir en el mundo: servir a Dios, a la Patria, a sus semejantes, sin soslayar los atributos que dan relevancia al ser y sentido a la vida: fe, esperanza y caridad. Y "el amor que, al decir de M. Gandhi, es la más humilde pero la más poderosa fuerza del mundo".

Fe, amor, dos luminares que Dios puso en el espíritu del hombre para ser feliz y dar felicidad a los que comparten este dulce peregrinar. B. S. V.

Desgrana entre estas páginas el supremo valor de la vida, con su sabor agridulce, carrusel de luces y de sombras, pero al cual nos aferramos sorteando escollos. La amistad, ese sentimiento que el Supremo encendió en nuestro corazón como una chispa de amor. La solidaridad, lazo de hermandad que tanto necesita el mundo; la libertad, don maravilloso, que hoy confusamente hace uso el hombre. No busquemos la pura libertad en esta vida, no tiene morada en ella, tal como no encontraremos la rosa sin espina.

Con expresiones muy entrañables hace alusión a la mujer, su trascendente función en los destinos del hombre, de la sociedad y de la familia universal. "La mujer es el verdadero principio de continuidad de un pueblo, el arca de sus más preciadas y más profundas tradiciones".

Todos sus temas en general tienen un sentido trascendente y en su lenguaje simple, accesible, deja traslucir principios éticos de gran valía, que pueden ser simiente proficua, especialmente para la juventud.

Auguro al Sr. Oscar B. Nicola todo el éxito y gratificaciones, en éste su primer libro; que él preludie nuevas realizaciones y la mejor acogida en su medio cultural.
 

Blanca Suárez de Vidal
Córdoba, marzo de 1999



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