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Rincón Poético

El entorno antártico es fuente de inspiración, seleccionamos aquí algunos poemas y composiciones artísticas puramente antárticas:

Poemas de Silvia Peruggia

Poemas de Delia María Musso

 

 

 

 

Poemas de Silvia Peruggia 

La catedral 

Hoy he caminado
Bajo lo claro del silencio
escuchando sus sonidos

La magia se descolgó
en un camino surgente
peregrino de sal
espuma y nieve
vida eterna en eterna muerte.

Hoy he caminado hacia tí y en tí
junto a los amigos.
 

Antártida

Blanca dama intemporal
silenciosa, calma, tierna.
cambiante, hermosa
tu pureza, invadida por mí
me recuerda en tu ímpetu
que tú me abrazas
como una tierna madre
pero me das un espacio
a mi pequeñez y pensamiento.

Te siento dulce
te siento amarga
te siento.

 

CAMINO

Te yergues como blanco desierto
luces cristalinas, diamantes en tu mano
formas inéditas de olas
sobre remolinos de ventisca

Cristales geométricos depositando
en mi ventana
mágicos, efímeros.

Sonido de crujir entre mis pies
deslizando al fondo
corazón batiente que teme 
su destino.

Como gran dama silenciosa
mágica cambiante
me invitas a mí
extraño caminante

  COPOS DE NIEVE

Luz plata sobre quieto mar
haz de oro sobre cristalino 
turquesa
cambiante segundo a segundo
instante a la eternidad

Cristal azúcar luego de rozar
con tus copos
algodón merengado
vidrio lustroso que me 
arrastra a la rápida caída
ergo así cambiante,
acogedora,intimidante.
Pero siempre me permites entrar y sentir

Reencuentro

He descubierto tu magia
eres mi viento 
que destruye mis entrañas

La renuevas con dolor
desnudando mi ser 
que está allí agazapado
entre mis moléculas

Eternidad sin fin 
que fluye constante
dolorosa 
como tormento blanco

Tú lamiste mi corazón 
abriendo 
desde lo intenso y cruel 
de la vida

me escondí pero 
me encontraste
agazapado 
entre los guijarros de la arena

 

 

 

Poemas de Delia María Musso (C)

Selección de poemas de su obra "VERSOS ANTARTICOS"

Tomado del manuscrito existente en la biblioteca de la Base Artigas, firmado por la autora, con una dedicatoria que dice: Obra dedicada a "mis amigas antárticas"  

VII
Me aproximé
a la cuenca bahía
azul receptáculo
irizado de latencias

En su orilla reposaban
y sin perturbarse
transcurrían,
trozos de hielo
como gajos albos
de incipientes capullos.

Huertos de algas brunas
entretejían arabescos
entre sus translúcidos bordes
a veces imitando 
estilizados zarcillos

Invisibles remeros
al son de sus remos
golpeaban las aguas
emitiendo latidos
de gigantesco tambor.

A lo lejos, 
bajo celeste cúpula
soberbias y armónicas
esculturas blancas
finalizando el durmiente verano
iniciaban su finita peregrinación.


El sonido
de un desconocido recitado
se fue irguiendo 
desde aquella bahía
en forma
de árabe Nun (1)
tintero sagrado
escondido poeta
que cantó para mí.

(1) Nun: Nombre de la letra N, en el alfabeto árabe, cuyo trazo curvado hacia abajo, se asemeja a un tintero.

(c) Delia Musso 

XII

Me alejé solitaria 
hacia lo alto del roquedal lejano
desde donde la vista 
confunde lo líquido y lo sólido
sin saber cual de los dos
avanza

y fui testigo y escucha

Todo reposaba
en vago encantamiento
Todo callaba
la bruma envolvía las filosas grietas
y las aves sugerían
en su lento planear
la posesión 
de un sueño terrible.

El Señor de los dos equinoccios
el Señor de los solsticios
hizo restallar del sol
la soga de oro
que refleja en sus nudos
todo el pasado
y advierte el futuro.

Un petrel gigante
llegó volando desde el acantilado.
Vi entonces que desde el Sur
venía otro pájaro 
al que llaman "de las tormentas".

Se enfadó el primero
y lo mismo el recién llegado.
Lucharon fieramente
y durante mucho tiempo.
Y vi que sangraban 
gotas rubíes
que se desprendieron como puqueños pétalos
y que en su final rozaron
mi ensombrecido rostro

Su sabor quemó mis labios
y de su color
aprendí el secreto.

La atmósfera se volvió 
pesada y opresiva.
Fue blandido
el amarillo de la tempestad
y como romanza tristísima
los rojizos bucles
que adornaban las matinales nubes
la tarde súbita
las volvió blancas
con blanco de espuma y de sal.

Desde las aguas
un brazo argénteo
tornó de un soplo
oscuro al viento
que desdeñoso y arrebatado
sordo a su amonestación
pretendió quebrar
la lanza de marfil
que esgrimió Tánatos.

De entre las azoradas piedras
emergieron fantásticos
nudosos leños
sobre los que posaron
dos cuervos negros.

Pero Aquel
que cubre la noche
y desvela el claro día 
encendió sobre ellos
la chispa
que como nueva Zarza
ardió votiva.

Hasta que desde las nubes
la Belleza extendió su mano
revelando un arco iris,
que en un tramo
fue separando
el candor de los acantilados
del extendido mar
de susurrantes riberas.

Todo ha terminado
cesó el fuego
las aves claras reemprendieron su vuelo
las voces del agua su canto.

El ángel de la paz
extendió sobre mí, su manto,
y me dijo:

"La voz del agua es santa!."

(c) Delia Musso

XIII

Alcé mis ojos 
confundiéndolos
con el azul profundo
de la temprana noche.

Gotas de agua nieve
decoradas de estrellas
diseminaron
arpegios de luz

embellecidas lámparas

que fueron encendiendo
sus pabilos en mis pupilas
ellas, dentro de su líquido cristal
yo, dentro del árbol
olivo de mi cuerpo

que vivificaron
en el patio seco de mi memoria
el recuerdo

"de cuando Adán
estaba
entre la arcilla y el agua"

(c) Delia Musso

XVI

Fuera el frío 
habla palabras que no entiendo
una noche blanca y oro se levanta
vistiendo estos muros de miedo.

Cien mil gritos imperceptibles
confunden y desafían al silencio,
tallando en los hielos
horrendas figuras blancas.

Una extraña obsesión
de arraigo ancestral
se apodera de mi imaginación:

En la mutabilidad de las formas, 
cómo reconocer al maléfico hechicero
que cautivando el porte de un perro-lobo
con la cabeza baja y extendida
aspirando el vacío
desde sus cuencas ambarinas y colmillos marfileños,
no se lleve mi seguna alma, dormida?.

Pero si en su aullido
persiste 
un gesto de mi mano
oficia a la luz de la luna.
Y en la vaporosa humedad de mi ventana 
traza el diseño 
de mi segundo rostro espejo,

exorcisando el miedo
de tatuadas memorias ocres
con un sol en O coronado por dos cuernos
riente metáfora
de una benéfica máscara kple kple. (1)

Y recordando de los poetas sus cultos perdidos
mis tibios dedos
detienen el clamor desgarrado del viento
abandonando sus gélidos harapos
en las manos aún frías
de la queda luna.

(1) kple kple: Máscara de etnia baoulé (Costa de Marfil), que simboliza un animal mítico benevolente; radicalmente estilizada que tiene la forma de un simple disco que lleva encima un par de cuernos. 

(c) Delia Musso 

 

 

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