Después
de leer un texto de Josefina Tallerista, el coordinador se pasó un pañuelo
por la frente, respiró hondo y con voz firme dijo:
—Creo
que hace falta que hablemos del uso de los guiones, los incisos...
-¡Por
fin! - interrumpió Josefina. Tenía las ojeras oscuras y los pelos algo
alborotados - Los guiones de diálogo son un dolor de cabeza, la verdad. No
hay caso, no le encuentro la vuelta.
—A
ver —contestó el coordinador— ¿Qué es lo que pasa?
-Es
que nunca sé si va el guión antes o después. Con espacio o sin espacio.
Que los cortes, que los
parlamentos... De sólo pensarlo-siguió la tallerista-comienzo a temblar.
—¿A
qué te referís con los cortes?
-Los
cortes...ese texto que ponemos en
medio de las palabras de los personajes.
—Vamos
por partes, que no es tan difícil como parece —dijo el coordinador, que
parecía curtido por años de docencia—. Esos cortes
se llaman incisos. Se usan
para incluir la "voz" del narrador en el medio del parlamento de
un personaje. También los llamamos acotaciones,
término que tomamos prestado del teatro, porque nos parece más preciso.
Josefina
escuchaba en silencio, a la espera de revelaciones trascendentales.
—Hecha
esta acotación acerca de las acotaciones
—siguió diciendo el coordinador—, podemos empezar. En primer lugar,
observo que estás usando el guión incorrecto: es
preferible usar el guión largo (—) en vez del corto (-). Seguro que
tu teclado lo tiene en alguna parte, o con alguna combinación de teclas.
-
Claro, cómo no me di cuenta de ese detalle - contestó la Tallerista, con
emoción— ¿Va mejor ahí?
—Muy
bien. Ahora que solucionamos eso, vamos con la segunda regla a tener en
cuenta: siempre el guión del
comienzo de un parlamento va pegado a la primera palabra. Como lo estoy
haciendo yo.
—Eso
sí que es fácil. Creo que voy a poder hacerlo sin problemas.
—Ah,
sí —respondió el coordinador con una sonrisita socarrona—, claro que sí.
No me caben dudas. Igualmente, permitime sugerirte algunas otras cositas.
—¿Como
cuáles? — dijo Josefina, mostrando cierta autosuficiencia —.
—Como
esta: cuando el parlamento se termina
con una acotación del narrador, el guión de cierre es superfluo, razón
por la cual se elimina.
—¡Oh,
perdón! ¡Qué torpe soy! —contestó ella, levemente sonrojada.
—Bien.
Me alegro de que ya estás aplicando esta segunda regla. Pasemos entonces a
la siguiente, que sirve para evitar errores como los que mostraste al
principio de esta charla. Cuando los
guiones encierran la acotación de un narrador, siempre van pegados a ésta,
y separados de las palabras del personaje.
El
coordinador hizo una pausa para que Josefina pudiera revisar lo dicho al
comienzo.
—Si
no lo ves claro —continuó— mira con atención cómo lo estoy haciendo
en este mismo párrafo.
—Es
cierto —respondió asombrada—. Ahora que reviso lo dicho al principio,
veo los horrores que cometí. Bueno, —agregó— después de todo para
esto vengo al taller, ¿no?
—Sí,
claro... —contestó el coordinador, la mirada elevada al cielo, como
pidiendo paciencia para enfrentar la situación—. Venís para esto y para
varias cosas más. Porque aún tendríamos para un ratito.
—¡Uf!
¿Más todavía? —exclamó agitada la tallerista— Está bien. Que vengan
nomás esas reglas.
—Tengo
una idea mejor. Ya que te noto algo cansada, te propongo esto: ¿por qué no
revisás todo el texto que trajiste e intentás corregirlo a la luz de estas
cuatro reglas que vimos hoy?
Josefina
reflexionó un instante. Después paseó la vista por el texto que había
escrito, y dijo:
—De
acuerdo. Debo reconocer que con esto solo ya tengo mucho para modificar.
Revisaré el texto, y lo tendré listo para nuestro próximo encuentro.
—Nos
vemos la próxima —se despidió el coordinador—. ¡Y ánimo, Josefina,
que esto recién comienza!
A
la luz de un texto de Josefina Tallerista, en el encuentro anterior el
coordinador explicó estas cuatro valiosas reglas para el uso de los guiones
de diálogo:
-
Es
preferible usar el guión largo (—) en vez del corto (-).
-
Siempre
el guión del comienzo de un parlamento va pegado a la primera palabra.
— Me
hubieran avisado con tiempo —dijo él. (incorrecto)
—Me
hubieran avisado con tiempo —dijo él. (correcto)
-
Cuando
el parlamento se termina con una acotación del narrador, el guión de
cierre es superfluo, razón por la cual se elimina.
—Me
hubieran avisado con tiempo —dijo él—. (incorrecto)
—Me
hubieran avisado con tiempo —dijo él. (correcto)
-
Cuando
los guiones encierran la acotación de un narrador, siempre van pegados
a ésta, y separados de las palabras del personaje.
—Calmate—dijo—.Es
así; las cosas siempre son así (incorrecto)
—Calmate
—dijo—. Es así; las cosas siempre son así (correcto)
El
coordinador se despidió con la promesa de que habría más. Veamos qué
sucedió una semana más tarde.
—¡Hola,
Josefina! —saludó el coordinador—. ¿Y? ¿Cómo fueron esas
correcciones? Ardo en deseos de ver el resultado.
—¿Cómo
te parece que me pudo ir? —contestó Josefina— Más o menos. Algunos
detalles los descubrí. Pero hay casos en los que tengo aún muchas dudas.
—Lo
imaginaba. Pero no hay que preocuparse. Si querés, podemos arrancar
corrigiendo un error que se te escapó en esto último que dijiste.
—¿Ya
me equivoqué? —se quejó la Tallerista— ¡No me das respiro!
—Otra
vez cometiste el mismo error...Presta atención con esta regla: debe
figurar un punto de cierre luego de la acotación del narrador y antes de
comenzar la nueva oración, aun cuando el parlamento previo del personaje
termine con un signo de interrogación, de exclamación o con puntos
suspensivos —explicó el coordinador—. Si volvés al párrafo previo
podrás comprobar tu error. Y si mirás mi intervención inmediatamente
anterior podrás ver cuál es la forma correcta.
Josefina
estudió el diálogo detenidamente, con el ceño fruncido. Se rascó la
cabeza.
—¿No
te alcanza con esos ejemplos? —dijo el coordinador—. Espero que entonces
te sirva este mismo párrafo.
—Ahora
sí. Creo que, después de semejantes clases prácticas, —dijo ella— ya
me van quedando más claras algunas cosas.
—Veo
que sí —dijo el maestro. Y agregó con una sonrisa—: Pero aún hay más.
Por ejemplo, el uso de las comas.
—¿Qué
pasa con las comas? Estamos hablando de guiones, no de comas.
—Justamente,
el problema suele aparecer cuando se mezclan irresponsablemente las comas y
los guiones. Fijate, si no, lo que hiciste dos párrafos atrás: la coma que
está detrás de la palabra "prácticas" es incorrecta. En casos
como ese (y otros que te dejé pasar antes) la
coma debe ir detrás del inciso del narrador, nunca antes.
—¡No
me perdonás una!
—Para
eso venís al taller, ¿no? —continuó el coordinador—. Pero para que
veas que no sólo me baso en tus errores, vamos a terminar con una regla que
suele confundir aún a los más aguerridos coordinadores de talleres. —Se
levantó y caminó hasta la ventana. Siguió hablando con la mirada perdida
en la calle—. Necesitaba estirar las piernas. Un poco porque estoy
cansado, pero en realidad lo hice también para mostrarte el ejemplo.
Ella
lo miró con desconcierto.
—No
veo ningún ejemplo —Josefina caminó también hacia la ventana—. ¿Qué
mirás con tanto interés ahí afuera?
—Nada,
nada —sonrió el coordinador—. Simplemente, como sé que sos curiosa,
miré afuera para que te levantaras también y me ayudaras a completar el
ejemplo.
Ya
visiblemente molesta, la Tallerista se quejó.
—Por
favor aclaráme un poco de esto, que cada vez entiendo menos.
—Calma,
calma —intentó tranquilizarlo el maestro—. Es así. Si fueses un
poquito observadora, habrías notado que cuando me levanté yo, puse el
punto después de "talleres" y antes
del guión de la acotación. ¿No te pareció raro?
—A
decir verdad, ni me había dado cuenta.
—Lo
imaginaba, porque la diferencia es mínima. Pero no te asustes, porque no
significa un problema. Y la prueba está en que, en el párrafo en que vos
te levantaste para venir a curiosear, utilizaste la otra variante (es decir,
el punto después del guión de cierre
de la acotación).
—¡Es
cierto! Pero, ¿cuál de las dos está bien?
—Las
dos. En la elección tuya, se puede
asumir que hay un verbo dicendi (como "decir", "acotar",
"agregar") que está implícito y que puede eliminarse. Funciona
como "... ejemplo —dijo
Josefina y caminó...". En cambio, si se supone que la acotación no
tiene relación directa con el parlamento anterior, puede ir tal como está
en mi ejemplo: el punto antes del guión, y el inciso comenzando con mayúscula.
Ella
lo miró en silencio, perpleja.
—Creo
que es suficiente por hoy —dijo—. Además de que está por estallarme la
cabeza, tengo entradas para ir al cine y se me hace tarde.
—¿Qué
película vas a ver?
—Nueve
reinas, de Fabián Bielinsky.
—He
leído que tiene un muy buen guión.
—¿Que
tiene un buen qué? —casi gritó Josefina, palideciendo súbitamente.
—Está
bien, no te asustes. Reconozco que no usé la palabra más adecuada después
de toda esta clase. Por ahora digamos que tiene un buen argumento.
¿Está mejor así?
—Así
está mejor, sí —contestó ella, y sonrió aliviada.
Resumen
final:
Las
reglas explicadas en esta segunda entrega fueron:
-
Debe
figurar un punto de cierre luego de la acotación del narrador y antes
de comenzar la nueva oración, aun cuando el parlamento previo del
personaje termine con un signo de interrogación, de exclamación o con
puntos suspensivos (todos signos que habitualmente reemplazan al punto).
—¿Te
fijaste? —le dije a Adela— Él tiene pelos, en las orejas. (incorrecto)
—¿Te
fijaste? —le dije a Adela—. Él tiene pelos, en las orejas. (correcto)
-
Cuando
la acotación está en medio una oración, y en caso de usar una coma,
esta debe ir detrás del inciso del narrador, nunca antes.
—Señora,
—el tono de Núñez era casi dolorido— tenga a bien no perturbarme
(incorrecto)
—Señora
—el tono de Núñez era casi dolorido—, tenga a bien no perturbarme
(correcto)
-
Cuando
el inciso no tiene relación directa con el diálogo, hay dos
posibilidades:
-
Punto
antes del inciso, que
comienza con mayúscula.
—No
saqué ningún pasaje. —El que estaba de pie hizo una pausa. —Además,
pensaba quedarme esta noche. (correcto)
-
Punto
después del inciso del
narrador. En este caso, se está asumiendo que el verbo dicendi
está implícito en la acotación.
—No
saqué ningún pasaje —el que estaba de pie hizo una pausa—. Además,
pensaba quedarme esta noche. (correcto)
Ariel Mazzeo
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