El Escribidor

Estructura de una obra

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La novela puede dividirse en tres fases importantes. En una buena obra se podrá identificar fácilmente todas esas partes.

El Comienzo

La Zona intermedia

El final

Notas finales

El Comienzo

El principio de una novela es el momento más delicado, nunca se la juega uno tanto como en esos primeros párrafos y páginas. El lector debe sentirse atraído como un imán por nuestra prosa, hay muchos métodos para conseguir eso, pero no olvidemos que debemos ser honestos, con nosotros y sobre todo con los lectores. Debemos situar, dar a conocer al personaje central (o personajes).

Ejercicios:
Escribir varios comienzos alternativos (dos o tres párrafos)

  1. Descripción de algunos objetos de importancia en la escena

  2. Desde el punto de vista del Narrador comenzar desde alguna acción inesperada

  3. Desde algún punto de vista exterior al Narrador (como reflexión o pensamiento)

  4. Seis líneas de diálogo entre dos personajes (tres para cada uno de ellos) tratando algo que sea importante para el argumento

  5. Una descripción del lugar donde ocurre la primera escena (incidiendo en detalles importantes de la trama) y/o que nos cuenten algo sobre la personalidad del personaje principal

  6. Escoger entre el que se escribió como primero y estos otros.

La Zona intermedia

El Medio no es tan delicado como el principio, por cuanto será difícil que el lector nos abandone, a menos, claro está, que lo matemos de puro aburrimiento. Sin embargo aquí es donde se desarrollará todo lo que en el comienzo se presentaba. Aquí los personajes cogerán entidad propia, donde los conflictos adquirirán todo su esplendor, la problemática debería aumentar su dramatismo y en definitiva dejar al lector, con un ansia por ver como las cosas van a resolverse.

Ejercicios:

  1. Escoger tres novelas o relatos que se conozcan bien e intentar en un párrafo o dos un resumen del argumento (no del tema).

  2. Escoger de estas tres novelas o relatos una y hacer una lista de todas las fuerzas que intervienen en esa parte concreta y como contribuyen al clímax

  3. Escoja una de las tres y liste todas las escenas. Considere cada una de ellas por separado. ¿Cual es su función? ¿Desarrollo del personaje principal, argumento o ambos? Si es un relato ¿podría convertirla en una novela corta?

  4. Escoja una novela o relato propio. Haga los puntos A y B Liste todas las escenas. Analice como contribuyen cada una de ellas al avance del argumento. Analice como contribuye cada una de ellas al desarrollo psicológico del personaje principal. Intente encontrar dos escenas que se puedan combinar ¿Podría hacerlo? Intente encontrar una escena que pueda cortar sin mutilar la acción ni el desarrollo del argumento ni del personaje principal. ¿Puede distribuir la información vital de esa escena en otras y eliminarla? ¿Puede incluir alguna otra escena? ¿Cual? ¿Por qué?

  5. Vuelva de nuevo sobre su propio relato. Intente imaginar que el punto de vista del narrador bascula hacia un personaje secundario. ¿Es más o menos interesante?

  6. Escoja una novela con multipuntos de vista de Narrador. Analice como el autor cambia de uno a otro y cuan a menudo lo hace.

El final

Acabar la novela es también un momento delicado, aunque menor en importancia que el principio. Muchas novelas después de magníficos comienzos y estupendos Zonas Medias, se hunden en la miseria de un final precipitado, por cansancio (ya llevamos mucho tiempo invertido en la novela o relato), por falta de tiempo (debemos entregarla al editor, enviarla a ese Premio tan suculento, o dedicarse simplemente a otras necesidades imperiosas), o sobre todo, por exceso de páginas que nos obliga a cerrarla sin contemplaciones (y el error en ese caso es de planteamiento inicial de las escenas). No se deje vencer por nada. Acabar bien es, ante todo, primordial, incluido el último párrafo, este ha de ser pensado como la primera frase y debería servir para resumir la novela de forma completa. Hay que concluir todos los conflictos, no dejar cabos sueltos y que la acción llegue a su punto culminante en el momentos justo, de forma natural, sin avanzarlo ni retrasarlo.

Para asegurarse un buen final pregúntese:

  1. ¿El clímax crece de forma lógica desde la mitad hasta el final?

  2. ¿El carácter principal ha cambiado teniendo en cuenta los acontecimientos ocurridos en la historia

  3. ¿Están las fuerzas representadas en la mitad de la historia al final? ¿Se resuelve todo con un Deux Ex Machina?

  4. ¿Se cumple la promesa implícita del principio o de la mitad de la historia?

  5. ¿Esta el clímax proporcionado a las expectativas del principio o de la mitad de la historia?

Notas finales.

  1. Escoja un relato que nunca haya leído antes, de al menos 20 páginas y que no supere las 50. Lea cuatro o cinco páginas. Liste las expectativas que esas páginas le haya dado sobre la historia. Incluya aspectos como: estilo, personajes, situación, conflictos, puntos de vista del narrador. Una vez hecho esto acabe de leer la historia y compare.

  2. Identifique en esa historia el clímax, ¿cuando empieza? cuando acaba? ¿qué fuerzas están implicadas? ¿cómo se forma el clímax?

  3. De a leer su historia a alguien en quién confíe y que tenga una cierta experiencia. Pregúntele luego las mismas cuestiones de antes ¿entendió ese lector y pudo identificar todos los aspectos antes mencionados?

  4. Escriba varios finales de la misma manera que los comienzos. Estudie que personajes puede variar en su caracterización para cambiar ese final.  

     Ricard de la Casa


© Ricard de la Casa es autor de ciencia ficción y ha publicado los libros Sota presió y Mes enllá de la equació QWR. Ha ganado el Premio Juli Verne y el Premio Domingo Santos. 
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