1. La carne, es decir, el músculo, es un alimento univalente que contiene pocas vitaminas y sales minerales; su asimilación perjudica a nuestras reservas de esas substancias vitales de las que nuestra alimentación está, a menudo, poco provista, porque la industrialización parece ingeniarse en eliminarlas por refinación, cocción demasiado prolongada a altas temperaturas o tratamientos "industriales" que desvitalizan y desmineralizan los alimentos.
2. La carne encierra un exceso de proteínas (animales, por definición), lo que perturba el metabolismo y provoca la producción de toxinas (purinas o desechos úricos, causa de reumatismos).
3. Los músculos de los cadáveres contienen todos los desechos orgánicos del animal muerto y especialmente la xantina, violento veneno.
4. La carne es un excitante: esto es lo que hace que la apreciemos. Como todos los excitantes, después de la euforia sobreviene la fase depresiva y, para restablecer ese bienestar engañoso, se recurre a otros excitantes (té, café, tabaco) o a la sustancia "eufórica" por excelencia, el alcohol. El consumo de carne, de alcohol, de tabaco, de café, etc., van parejos, porque la utilización de uno produce el recurso de los demás.
5. En su forma natural, la carne es sosa,
insípida, y sólo llega a ser consumible cocida, frita o asada,
y siempre sazonada. Cruda no es comestible sino fuertemente condimentada,
acompañada de pickles y de salsas de todo género que contienen
substancias agresivas para el organismo.
Ningún animal carnívoro salvaje comería carne salada
o sazonada con pimienta.
6. Es imposible alímentarse con carne excluyendo todo producto vegetal. El ejemplo de los esquimales o de los kirghizos no puede ser evocado, porque esos pueblos son carnívoros por necesidad absoluta. Además, no comen únicamente los músculos sino que además beben la sangre y consumen las entrañas y los órganos. Los esquimales comen el estómago y el intestino con su contenido. La duración media de sus vidas se sitúa entre los 20 y los 26 años: mueren víctimas de arteriosclerosis causada por el exceso de carne en su alimentación. Los animales carnívoros devoran su presa entera y encuentran las proteínas, hidratos de carbono, grasa, vitaminas y sales minerales menos en los músculos que en la sangre, el hígado, el bazo, los riñones y la médula. A menudo llegan hasta triturar los huesos, y en todo caso, los tejidos cartilaginosos.
7. Carne, huevos, pescado tienen una característica común: abandonados a sí mismos esos artículos se pudren muy pronto. La leche no "se pudre", se vuelve agria, lo que es muy diferente; en cuanto a los cereales, enmohecen o fermentan igual que las frutas y legumbres. El mayor inconveniente de la putrefacción proviene, no de la alteración del gusto, sino de las toxinas muy nocivas producidas por los bacilos de la putrefacción. El laboratorio del Instituto Americano de la Salud Pública ("Publio Health Service in USA") -que no puede ser tachado de parcialidad- ha efectuado investigaciones bacteriológicas para establecer el número medio de bacilos de putrefacción contenidos en un GRAMO de los siguientes productos:
8. Agreguemos, para aquellos que lo admiten, que ingiriendo carne usted absorbe vibraciones animales que entraban el desarrollo espiritual.
Si desea, a pesar de todo, comer carne, huevos y pescado, respete, por lo menos, las reglas siguientes, que son imperativas:
- evite las cecinas, prefiera el bife;
- al consumir la carne, muy cocida, usted reduce el número de bacterias de putrefacción en el intestino. La carne del cocido es estéril desde este punto de vista.
- los huevos y el pescado deben ser MUY FRESCOS.
Si sus deposiciones tienen muy mal olor, índice de una putrefacción Intestinal intensa, llame en auxilio al fermento láctico (yoghourt), enemigo del bacilo de la putrefacción, para acidificar su Intestino y frenar la recuperación de los bacilos pútridos.
Recuerde que nuestros abuelos consumían mucha menos carne que nosotros. Hasta hace algunas décadas, durante la semana, en el campo, la carne sólo aparecía una vez al día, en forma de una tajada de tocino que acompañaba a las patatas. La tajada dominical de carne vacuno era un "extra".