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YO NO CREO EN BRUJAS, PERO QUE LAS HAY...
(Noviembre 2003)

La Historia está llena de historias. Y muchas veces las historias de la Historia son más interesantes que la Historia misma. Varias de ellas son historias sobre conspiraciones, conjuras, complots, confabulaciones, intrigas, maquinaciones y enredos colosales; algunas de ellas - especialmente las intrigas - pueden llegar a lindar en la genialidad. Han habido coleccionistas de este tipo de cosas y hasta hubo algunos que elaboraron algo así como una Teoría Conspirativa de la Historia. Personalmente, no creo que la Historia sea el resultado de conspiraciones. Pero, tampoco creo en brujas. Y sin embargo, según dicen los entendidos... que las hay, las hay!


LOS AGUJEROS NEGROS...

En astronomía un "agujero negro" es un cuerpo dotado de una gravedad tan inmensa que nada puede escapar de él. Nada. Ni siquiera la luz. Según la teoría, un agujero negro puede formarse por la muerte de una gran estrella. Pero no de cualquiera. Solamente las estrellas más grandes, aquellas que tienen más de tres veces la masa de nuestro sol, pueden volverse agujeros negros al morir. Las más pequeñas, al morir se convierten en cuerpos menos comprimidos como, por ejemplo, las enanas blancas.

Es curioso, pero parece haber alguna similitud entre esto y nuestra Historia. Por un lado, hace falta cierta masa crítica - en un sentido bastante literal - para formar un "agujero negro" histórico. No sabemos realmente mucho acerca de la muerte de Carlos Menem (h) y hasta es posible que el caso no se termine de aclarar del todo jamás. De lo que sí podríamos estar seguros es de que, aun si no se aclara nunca, dentro de 138 años nadie se va a devanar los sesos tratando de averiguar qué pasó. En cambio, muchos norteamericanos todavía se preguntan por qué el Viernes Santo del 14 de Abril de 1865 un señor llamado John Wilkes Booth mató a Abraham Lincoln de un tiro en la cabeza. El del Carlitos Menem fue un caso policial que, a pesar de su relevancia y de los esfuerzos de su pobre madre, duró lo que duran las noticias periodísticas. En términos astrofísicos diríamos que su caso es una enana blanca. Pero el de Abraham Lincoln no. Abraham Lincoln es uno de esos agujeros negros que tiene la Historia.

Lo notorio, en todo caso, es la gran cantidad de esos agujeros que presenta la Historia de los Estados Unidos de Norteamérica. En la mayoría de estos casos sabemos - al menos aproximadamente - el quién lo hizo pero seguimos preguntándonos el por qué se hizo. Y, naturalmente, esto da lugar a infinitas especulaciones. Desde tenebrosas intrigas urdidas en los sótanos de alguna secta estrambótica, pasando por complicadas conspiraciones armadas en lujosas oficinas públicas y privadas, hasta las misteriosas operaciones de los Hombres de Negro que, como todo el mundo sabe, reciben instrucciones directamente de los hombrecillos verdes de Alfa Centauri...

John W. Booth le disparó a Lincoln un tiro en la cabeza. No sabemos por qué lo hizo porque, lamentablemente, murió acribillado por la patrulla enviada para arrestarlo y jamás declaró ante un tribunal.

James A. Garfield, el presidente N° 20 de los EE.UU. fue asesinado el 2 de Julio de 1881 por Charles J. Guitteau. No sabemos muy bien por qué lo hizo. Oficialmente estaba loco pero, curiosamente, su insanía no fue obstáculo para que lo ejecutaran casi un año más tarde.
William MacKinley, el presidente N° 25, murió asesinado en Septiembre de 1901 por Leon Czolgosz un "loco" anarquista descendiente de una familia de inmigrantes polacos. Cuando le preguntaron por sus motivos respondió "Soy un anarquista - un discípulo de Emma Goldman. Sus palabras me incendiaron." Cierto o no, la cuestión es que tenemos otro loco más actuando por cuenta propia. Tampoco a Czolgosz lo salvó la insanía de morir ejecutado en la silla eléctrica.
El presidente de la Ley Seca, Warren G. Harding - el N° 29 en la lista de presidentes americanos - murió de un "probable" ataque cardíaco en medio de generalizados escándalos de corrupción. Su enigmática - y varias veces engañada - esposa se rehusó a permitir una autopsia y tampoco consintió en que se tomara una máscara mortuoria del difunto.

En 1963 Lee Harvey Oswald asesina a John F. Kennedy. No sabemos muy bien por qué lo hizo ya que, lamentablemente, Jack Ruby lo mató muy poco tiempo después y la discusión todavía sigue. El presidente N° 35 de los EE.UU. es un agujero negro de tal tamaño que hasta el cine se ha ocupado de él.

Con Ronald Reagan - el presidente N° 40 - pasa algo curioso: nadie parece recordar que se salvó por muy poco. Y no en una oportunidad sino en, al menos, cuatro. Su primer atentado lo sufrió en Enero de 1981 y luego tuvo tres intentos más en 1983.

...LA PREGUNTA EQUIVOCADA...

Quienes se han dedicado a este tipo de incógnitas con bastante frecuencia han cometido el error de hacer las preguntas equivocadas tan sólo para arribar - como no podía ser de otro modo - a las respuestas equivocadas. O, al menos, a las respuestas intrascendentes.

La primer pregunta y la que con mayor frecuencia se hace en estos casos es la de quién lo hizo. Desde el punto de vista de la novelística policial ésta es la pregunta clásica y la respuesta clásica es, por supuesto: "el mayordomo" - es decir: aquél de quien menos se sospechaba. La Historia oficial, especialmente la norteamericana, está repleta de estos "mayordomos" que cometen sus crímenes pero que, por alguna misteriosa razón, o bien están rematadamente locos o mueren antes de que alguien pueda desentrañar sus verdaderos motivos. Con lo cual la pregunta que pocos hacen es la de por qué hicieron lo que hicieron y menos investigadores aún han seguido las dos, no menos clásicas, recomendaciones policíacas de cherchez la femme y de cherchez l'argent.

En un sentido extendido, esta problemática puede aplicarse prácticamente a toda la política exterior norteamericana. Muchos se preguntan qué harán los EE.UU. en un futuro cercano, o en el mediano plazo, y ya varios se están preguntando quién será el próximo presidente de aquél país. Lo que pocos se preguntan es por qué los EE.UU. persiguen archienemigos que no encuentran, armas de destrucción masiva que no encuentran y una paz que, al parecer, tampoco encuentran. ¿Cuál es la "lógica" detrás de todo esto? ¿Cuál es la "lógica" detrás de toda la política norteamericana?

Puesto que difícilmente las cuestiones involucradas sean de índole pasional, es muy poco probable que el seguir la recomendación de cherchez la femme nos conduzca a alguna Mesalina o Mujer Fatal que nos lo explique todo. En cambio, el cherchez l'argent podría dar alguna pista. El galicismo, contrariamente a lo que algún desprevenido podría pensar, no significa "busque al argentino" sino "busque al dinero". La pista del dinero podría ser útil. En este mundo tan fuertemente plutocrático, con un Euro que ya vale más que un dólar y con una economía norteamericana que está lejos de encontrarse en su mejor momento, si yo fuese Alan Greenspan me sentiría algo nervioso. Y todo el mundo sabe que cuando Alan Greenspan se pone nervioso las cosas se vuelven algo moviditas. Por decirlo suavemente...

... Y LAS ENANAS BLANCAS

Sin llegar a la magnitud de los agujeros negros norteamericanos, por estos lares coloniales también tenemos nuestras cosas raras y difíciles de interpretar.

Por ejemplo, tenemos el "Factor K". Es un factor nuevo en la política latinoamericana y nadie sabe muy bien cómo funciona en realidad. Pero de lo que no cabe duda alguna es que sus resultados son poco menos que fantásticos. Hace apenas algunos meses atrás Eduardo Duhalde buscaba desesperadamente alguien que le sucediera en el Sillón de Rivadavia. Intentó con Reutemann pero éste, según sus propias palabras contestó que, "a lo mejor vi algo que no me gustó" y terminó diciendo gracias, pero no, gracias. Luego intentó con De La Sota. Y la cosa no funcionó. Y luego, no pudiendo organizar una "re-re" y ante la disyuntiva del Adolfo o el Carlos, metió mano en la galera y de las australes regiones del mágico arcón político sacó a un pingüino.
La cuestión es que el pingüino perdió la elección en la primera vuelta sacando algo más del 20% de los votos pero, así y todo, ganó la elección. Milagros de la matemática electoral y la magia partidista. La cosa es que, los desprevenidos de siempre pensaron: "el cabezón puso a su hombre en La Rosada". Se equivocaron. Intervino el Factor K y fíjense lo que pasó después:

  • Descabezamiento de la cúpula militar.
  • Apriete a la Corte Suprema, renuncia de un juez y su suplantación por un "amigo". Y sigue el apriete.
  • Acuerdo con el FMI. A medias y discutible pero acuerdo al fin.
  • Descabezamiento de la Policía Federal.
  • Descabezamiento de la Bonaerense.
  • Felipe Solá, entre dos fuegos, ya no sabe si quedar bien con Duhalde o con Kirchner.
  • El PJ que supuestamente debía "controlar" al candidato comienza a alinearse y a negociar lo que no tiene más remedio que negociar.

Y ¿saben qué? ¡Kirchner ni siquiera asumió todavía!

¿Se puede juntar tanto Poder, en tan pocos meses, habiendo partido desde tan atrás? ¿Es Kirchner realmente tan hábil o aquí también algún día descubriremos que había una historia detrás de la Historia?

Como dije al principio. Yo no creo en brujas. Pero que las hay...

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