I Seminario de Ciencias Sociales y Humanas del ICCI
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Poética de la experiencia: Horizonte de comprensión (aproximaciones)

Cynthia Pech        

 

  

Resumen:

Parto de la definición de experiencia como el lugar de enunciación, lugar en donde el/la sujeto tiene un posicionamiento en un espacio y tiempo determinados, porque me interesa estudiar la subjetividad desde el lenguaje ya que me parece que los seres humanos estamos cruzados(as) por él y desde ahí miramos el mundo y dotamos de sentido las cosas, lo creamos. Con el lenguaje, la palabra zurce la reflexión con el hecho comunicativo en un acontecimiento creativo. En esta reflexión sobre la experiencia y la subjetividad, me interesa retomar la polifonía de la enunciación para acentuar al diálogo como confrontación de contrarios, en el sentido de tanto el emisor como el receptor, son partícipes del acto comunicativo. Sin embargo, en el proceso de lectura, el/la receptor (a) es quien completa dicho proceso, o como dijera Barthes, no existe texto si no hay quien lo lea. Cabe decir, que a la idea de lectura le he conferido el alcance de producción de sentido y esto tiene que ver con el proceso de cómo construimos el conocimiento –mediante la comprensión, a través del lenguaje- y a través de éste, nuestra subjetividad. En este sentido, poética es acto creativo.

Palabras clave:

Lingüística, Hermenéutica, Experiencia

 

 Poética de la experiencia: Horizonte de comprensión (aproximaciones)

Cynthia Pech

"el ser que puede ser comprendido, es lenguaje"

Gadamer

Introducción

Para la realización de este ejercicio de escritura, que quiero señalar, son sólo aproximaciones al tema de la poética de la experiencia como horizonte de comprensión, he tomado en cuenta algunas de las ideas expuestas por Paul Ricœur en algunos de sus textos, ideas que me propongo aplicar siguiendo la propuesta hermenéutica de la dialéctica de la explicación y la comprensión, fases que se dan en el proceso de una lectura interpretativa planteada por el autor, en el interés no sólo de hacer clara mi escritura sino de hacer claro el sentido (de lectura) que he tenido yo como lectora de sus textos y que he considerado aquí. Es decir, que mi escritura tiene el límite indiscutible de decir sólo lo que dice (para mí, términos semánticos) y no otra cosa, y pone en juego a un texto que no dice más que lo que se lee (para mí, términos de interpretación), esto es, más allá del estudio estrictamente gramático de lo escrito se apela a una construcción de sentido.

 

Muchas son las ideas y muchos los conceptos que Ricœur me sugirió tanto en un primer momento en su Teoría de la interpretación, y en un segundo momento, en sus Tiempo y narración, pero finalmente encontré que muchos de estos conceptos tenían relación a las propuestas de otros autores y en un juego intertextual establecí vínculos entre lo recién leído en Ricœur y lo que consideré relacionado con su posición teórica.

En este proceso de lectura encontré frases formadas por palabras que desfilaban ante mis ojos y que me permitieron seleccionar unas ideas y desechar otras pero que al fin y al cabo me posibilitaron poner en práctica ese método hermenéutico planteado por Ricœur. Dicho método me coloca a mí, lectora, en el espacio y tiempo donde la interpretación se realiza, donde "se hace propio lo que antes era extraño", y donde se da sentido a eso que se lee para construir un "mundo posible". Entiendo por mundo posible el conjunto de referencias abiertas por el texto mismo, en el sentido de que, siguiendo a Nelson Goodman, "el significado de verdad no reside en aquellos mundos, sino en nosotros mismos –o mejor dicho, en nuestras versiones y en lo que hacemos con ellas-.

Para efectos de este ejercicio, he tomado en cuanta sólo algunos de los conceptos que Ricœur maneja, tales como: lenguaje, discurso, enunciación, enunciado y experiencia. Dichos conceptos los he utilizado para ejercitar lo que he estado pensando acerca del problema de la subjetividad en la construcción de sentidos y de la idea de experiencia vivida que propone Ricœur. Pese a que considero que de esta experiencia vivida habla en el segundo libro de Tiempo y narración cuando confiere a la experiencia de la vivencia temporal (Zeiterlebnis), en sus indagaciones sobre la configuración del tiempo en el relato de ficción, una prioridad con respecto a lo que la narratología -específicamente Gérard Genette- plantea acerca del juego del tiempo en el acto de narrar y de lo que es narrado y manejando a la Zeiterlebnis como un seudotiempo que carece de otra referencia que no es el mismo y únicamente el texto y en este sentido, creo yo que la propuesta de Ricœur excede los límites de esa narratología pues sus indagaciones, presiento, apuntan hacia una diferenciación de esta experiencia vivida. Considero que hay una traslación de la experiencia de ficción tratada en la narratología como seudotiempo inscrito en una trama (experiencia limitada a lo que Ricœur llama el momento de la Mimesis II), hacia una experiencia de uso, que tiende al tiempo derivado de la relación entre quien lee y lo leído, es decir, una experiencia inscrita en el tiempo cotidiano que alcanza no sólo a lo que el texto me sugiere a mí, lectora, sino a la experiencia de quien lee, que ubicaré en un espacio y tiempo específico desde donde se da sentido a ese texto.

Para efectos de este ejercicio, entenderé por experiencia el lugar de enunciación en donde el sujeto y la sujeto tienen un posicionamiento en un espacio y tiempo determinados. Por otra parte, he encontrado que Ricœur, en Teoría de la interpretación como en sus Tiempo y narración hace un repaso -o ejercicio intertextual- sobre los elementos teóricos que toma en cuenta para su planteamiento hermenéutico que posteriormente lo ensayará tomando en cuenta también los relatos de ficción pero ampliando esta categoría de ficción hacia cualquier texto escrito, no sólo lo que llamamos novelas. La postura del autor se extiende a los textos históricos y la ficcionalidad de los mismos, antaño impensable.

De esta manera y dicho lo anterior, mi interés es, como ya lo he mencionado, desarrollar lo que me ha sugerido Ricœur acerca del problema de la subjetividad en cuanto al reconocimiento de el/la sujeto por sí mismo(a) y que marca una diferencia de los/las otros(as) sujetos.

 

De la polifonía del texto a la polifonía de la enunciación

Pese a que Paul Ricœur no entra mucho en detalle sobre el asunto de la enunciación desde la perspectiva polifónica, creo importante destacar que este concepto bajtiniano lo lleva a sus indagaciones sobre de la construcción de sentido(s) del texto por parte de el/la lector(a). Considero que el autor -siguiendo esta línea polifónica- traslada del autor al receptor y la receptora la capacidad de producir "mundos posibles".

Durante los dos siglos anteriores se pensó que todo enunciado posee un solo autor y una voz única -idea manejada principalmente en teoría literaria- hasta que en los años veinte del siglo pasado, el ruso Mijail Mijailovich Bajtín aportó el concepto de polifonía para reconocer distintas voces en un texto y para romper con la idea de la unicidad del sujeto hablante.

Bajtín consideraba que existe toda una categoría de textos, y en particular los literarios, en los cuales es preciso reconocer la existencia de varias voces que hablan simultáneamente, y donde no hay ninguna que sea preponderante y que juzgue a las demás. Esto lo explica en "La palabra en Dostoievski" en donde considera a la palabra como "la lengua en su plenitud, completa y viva" a la vez que es un fenómeno complejo y polifacético.

Es entonces palabra igual a lengua y esta palabra=lengua "sólo existe en la comunicación dialógica que se da entre los hablantes. Para él, la comunicación dialógica es la auténtica esfera de la vida de la palabra. Toda la vida de una lengua en cualquier área de su uso (cotidiana, oficial, científica, artística, etc.) está compenetrada de relaciones dialógicas".

Es en esta idea de las relaciones dialógicas en donde se encuentra el sentido polifónico de la lengua. La palabra, dice Bajtín, es bivocal pues tiene una doble orientación en el discurso que sería un diálogo entre voces distintas que conviven y se confrontan a la vez en un mismo espacio y tiempo. Creo que la palabra bivocal se orienta hacia el objeto del discurso y hacia el discurso ajeno a la vez, en una reunión de otredades interdependientes entre sí para diferenciar sus voces pues en el caso de que su consistencia formara una sola voz, no habría diferencias y entonces se estaría hablando de un discurso monofónico. "Así, cada discurso es dialógico pues es un discurso elaborado por un emisor para dirigirse a un receptor. Ello conlleva, en primer lugar, a la necesidad de considerar una serie de características extralingüísticas del discurso. En segundo lugar, considera la interacción de una palabra sobre otra como factor de creación de un potencial artístico nuevo y significante".

Desde esta idea de pluralidad de voces en un texto -literario- quisiera partir para tratar de explicar lo que he entendido de la lectura de Ricœur acerca del concepto de experiencia, término que considero esencial para entender el problema de la subjetividad y que tiene que ver con la enunciación.

Como ya lo mencioné, polifonía es para Bajtín, la "pluralidad de voces independientes, de conciencias inconfundibles aunque nunca autosuficientes, cada una combinada en una unidad en su mundo correspondiente". Sin embargo, Oswald Ducrot coloca a la polifonía como un "mostrar cómo el enunciado señala, en su enunciación, la superposición de varias voces... La enunciación obliga a que cuando un sujeto hablante realiza un acto ilocutorio*, lo que hace saber al interlocutor es que su enunciación posee tal o cual virtud jurídica, pero no que él la presenta como algo que posee esta virtud". Esto es el sentido de la enunciación que creo yo, tiene lugar en la argumentación, en el cómo escribimos nuestras explicaciones de tal o cual cosa y no en el sentido de expresar lo que sentimos y pensamos pues, siguiendo con Ricoeur, el expresar es imposible pues "mi experiencia no puede convertirse directamente en tu experiencia (...) Aquí esta el milagro. La experiencia tal como es experimentada, vivida, sigue siendo privada, pero su significación, su sentido se hace público".

Ducrot sostiene la existencia de una diferencia entre él y Bajtín y el concepto de polifonía pues dice que el autor ruso, se centró en la polifonía del discurso en su totalidad, mientras él ve que también hay polifonía en un micronivel: el del enunciado. Diferencia o no, creo importante que la acuñación del concepto haya puesto en duda que la única voz de un texto o de un enunciado es la del autor, así como también logró establecer la importancia de la situación o contexto en el que se dicen las cosas pues cuando se enuncia, interviene el contexto para dar sentido a lo que se dice, primero, y a lo que se escucha, en segundo.

Por mi parte, me interesa centrarme en lo que llamo la polifonía de la enunciación, que pasa del análisis del enunciado al lugar en que se enuncia ese enunciado. Tal análisis estaría centrado en por qué es posible servirse de palabras para ejercer una influencia, por qué ciertas manifestaciones, en determinadas circunstancias están dotadas de eficacia pues es un hecho que incitan a actuar. Esta motivación a actuar se da en el sentido de la enunciación. Si parto de la diferencia que Ducrot marca entre enunciado y frase y entre sentido y significación, el sentido corresponde al enunciado en cuanto éste es la manifestación particular de el/la sujeto de la enunciación que se vale de las frases -y de su significación- para hacer un discurso, para comunicar algo a alguien. Es ese algo el que da sentido al enunciado. Sobre esta diferenciación de enunciado y frase, Ricœur plantea también una distinción entre enunciado y enunciación; el enunciado como la marca escrita y la enunciación como la acción de enunciar.

A lo largo de este escrito he echado mano de algunas ideas de Oswald Ducrot, pues considero que es importante también para mi reflexión. Ducrot, moviéndose solamente en el terreno de enunciado, distingue algo muy importante entre el decir y lo dicho. El decir equivaldría al enunciado, conjunto gramatical que ordena fonemas y forma palabras y frases, y lo dicho, a la articulación de sentido en lo enunciado. En estas palabras, es sobre lo dicho que yo lectora construyo sentido a lo leído pero bajo los límites de mi experiencia en cuanto por medio de esta, algunos textos me son familiares y otros no, entonces el texto puede estar abierto a múltiples lecturas (que no exceso de sentido) de las cuales yo sólo soy una parte. Otro límite es que el texto me sugiere un sentido que yo debo completar con mi interpretación. Es en este momento cuando yo digo que el texto dice lo que dice y no otra cosa. El texto, reitero, sugiere y yo lo completo de acuerdo a mi experiencia, es decir compatibilizo mi horizonte de lectura con el horizonte del texto.

 

Discurso y subjetividad

Quisiera aclarar que en este trabajo pienso el término "discurso" como "texto", equivalencia propuesta por Ricœur quien considera que texto significa discurso a pesar de que establece que texto hace referencia a la textura y discurso a lo que nos dice esa textura. Para el autor, esa diferenciación desaparece pues los problemas de la inscripción (discurso) y de la producción (texto) tienden a traslaparse en la literatura. Aquí, como ya he señalado, mi interés va más allá de lo estrictamente literario, pues considero la idea de "texto" en un sentido contrario a Ricœur, ya que me parece, él piensa que de la confrontación entre el mundo de el/la lector(a) y el mundo del texto, surge la obra. Esta "obra" es la convergencia de texto y lector o lectora y posee forzosamente carácter virtual puesto que no puede reducirse a la realidad del texto ni a las disposiciones que constituyen al lector.

Mi propuesta para definir "texto" compete con la definición manejada por Roland Barthes para quien decir "obra" es mirar al texto encerrado en sí mismo, sin la participación de alguien que lo está significando. "Texto" para Barthes es la relación entre quien lee y lo leído, esa relación que él le llama "de zurcido" hace referencia al significado etimológico de la palabra "texto" que es "tejido". Entonces "texto" es el tejer sentido de quien lee a un texto determinado. Construir sentido es hacer propio lo que era extraño, en palabras de Ricœur, esto es, producir mundos posibles a través del proceso de lectura.

No me cabe la menor duda que se conoce, se piensa, se escribe y se lee desde el lenguaje, y aquí apelo a lo que dice Ricœur acerca de no olvidar que el lenguaje no se puede separar del ser humano, idea que difiere a los planteamientos del estructuralismo y de la idea de concebir al lenguaje como un sistema que sólo puede verse y estudiarse en sí mismo. La idea de Ricœur me parece importante en el sentido de que creo que todos los seres humanos estamos cruzados por el lenguaje, pues, siguiendo a Émile Benveniste, "es en y por el lenguaje como el hombre se constituye como sujeto, porque el sólo lenguaje funda en realidad, en su realidad que es la del ser, el concepto de ego", es decir, se estaría hablando de la subjetividad. En este sentido considero que Ricœur no difiere de Benveniste en vista de que para él "el lenguaje es en sí el proceso por el cual la experiencia privada se hace pública", y se hace por medio del discurso en donde se da una relación dialéctica entre el acontecimiento y el sentido dentro de éste, es decir, el discurso es acontecimiento porque es un acto de habla (Austin) que se dice y que se dice para una comunidad interpretativa (Fisch) que lo dota de sentido.

Creo que en todo momento Ricœur se esfuerza por hacer la distinción entre sus indagaciones y las consideraciones estructuralistas al respecto del lenguaje y su encasillamiento en lo sincrónico olvidándose de lo diacrónico, es decir, de la actualización del lenguaje en su uso. En este sentido me viene a la mente el artículo de Benveniste sobre "El aparato formal de la enunciación", en donde define esta actualización de la lengua como enunciación y que ésta, dice, "supone la conversión individual de la lengua en discurso (...) en tanto que realización individual, la enunciación puede definirse en relación con la lengua, como un proceso de apropiación". Y es en la apropiación de la lengua por parte de quien habla que también se estaría haciendo alusión a la subjetividad, pues dice Ricœur que "la noción de traer la experiencia al lenguaje es la condición ontológica de la referencia", es decir, el lugar desde donde se enuncia y se construye sentido.

Hablar de subjetividad es hablar del mundo de el/la lector(a) al que Ricœur hace alusión, y establece una correspondencia con la postura del traslado del sentido del autor o de la autora del discurso al sentido del lector o de la lectora. Me parece que en este punto el autor se colocaría dentro de los estudios de recepción que cuestionan el querer comprender los textos tomando como prioridad a la intención del autor y al auditorio original. Creo que Ricœur no descarta al autor o autora y a su intención que está en el discurso; sin embargo coloca al receptor y la receptora en el mismo lugar que el autor o la autora en cuanto sujeto capaz de construir un sentido al discurso leído. Digo que Ricœur no descarta a el/la sujeto de autoría pues habla de que en toda narración -literaria- hay un tiempo de la experiencia (Zeiterlebnis) que la narratología a dejado de lado al centrarse sola y únicamente en el texto, sin importarle la experiencia vivida (por el héroe-narrador de En busca del tiempo perdido, por ejemplo). Si traslado esta experiencia vivida a la de el/la lector(a) y no sólo a los personajes (voces) de la narración, el discurso, cualquiera que sea -aunque Ricœur se refiere específicamente a lo escrito- permite a el/la receptor(a) vivir una experiencia de vida a partir de la lectura de ese discurso.

Esa experiencia no sólo sería la construcción de sentido utilizando el lenguaje sino que estaríamos hablando del lugar que ocupa el/la sujeto a la hora de la lectura, es decir, de retomar el texto escrito para enunciarlo desde su propio lugar, con su propia voz y desde su punto de vista, entendido este punto de vista como toda la carga cultural que el sujeto y la sujeto trae detrás de sí. Así, al retomar lo enunciado en ese texto leído y construir un sentido se estaría hablando de la actualización de ese texto, de un acto poético. Acto que ha de entenderse como "creativo" a la hora de actualizar, o mejor aún, renovar lo enunciado en y por ese texto leído. La experiencia vivida, creo yo, corresponde a este construir un sentido del texto, la creación de un mundo posible a partir del mundo del texto. Sin embargo, esa experiencia vivida también sería desde donde estoy parada yo lectora, con toda mi carga cultural y demás.

 

Conclusiones

A lo largo de este texto, he propuesto, primero que nada, ver a la subjetividad desde el lenguaje ya que los seres humanos estamos cruzados por él y desde ahí miramos el mundo y dotamos de sentido a las cosas.

He definido a la subjetividad como eso que a cada sujeto, mujeres y hombres por igual, nos amarra en un nosotros mismos y nosotras mismas, nos sujeta en una identidad que nos diferencia de los otros y las otras pero también sujetos y sujetas a una experiencia que es la de cada quien y que se diferencia de la de los otros y las otras.

Por otra parte, retomé la polifonía de la enunciación no sólo para distanciarme de la idea de que todo enunciado tiene un solo autor sino que también lo he tratado de aplicar para decir que dentro de la plurivocidad cada voz se hace oír, además de rescatar el concepto de dialogicidad manejado por Bajtín y que creo, rompe con el esquema de la comunicación que contemplaba al emisor y a su mensaje como el hacedor de todo acto comunicativo. Sin embargo, esta idea de diálogo como confrontación de contrarios, da animación al destinatario y a la destinataria, en el sentido de que son participes del acto comunicativo y sin él o ella no habría tal acto ya que, específicamente en el proceso de lectura, el receptor y la receptora son los que completan dicho proceso, o como dijera Barthes, no existe el texto si no hay quien lo lea.

Si en un primer momento partí de la experiencia para definir lo que entendía por ella, es en este sentido del lugar, espacio-tiempo- en que estamos posicionados(das) los/las sujetos al momento de leer un texto, de interpretar un texto. A esta idea de lectura le he conferido el alcance de producción de sentido y esto tendría que ver con el proceso de cómo comprendemos "el mundo" y cómo construimos el conocimiento a través del lenguaje, y a través de éste, nuestra subjetividad. En este sentido, poética es acto creativo.

 

Notas:

(1) En Teoría de la interpretación, p. 86.

(2) Definición que da Ricœur de toda hermenéutica. Ver Op. Cit., p. 103.

(3) En De la mente y otras materias. Visor, España, 1997. p. 71.

(4) En "Los juegos con el tiempo", en Tiempo y narración II. pp. 493- 513.

(5) Nos dice DUCROT, O. en El Decir y lo dicho. p.175.

(6) en Problemas de la poética de Dostoievski. FCE. México, 1986.

(7) Op. cit. p.255.

(8) Idem.

(9) Este concepto queda más claro cuando Bajtín dice que la palabra "nunca tiene una sola conciencia, una sola voz; su vida consiste en pasar de boca en boca y de un contexto a otro. Todo miembro de una colectividad hablante se enfrenta a la palabra mediante la voz del otro y saturada de esa voz". Véase BAJTÍN, M. Op. cit. p. 283.

(10) VV.AA. Bajtín y la literatura. Visor. España. 1995. p.401.

(11) Op. cit. p. 17.

(12)* Es el acto de enunciación que equivale al cumplimiento de la acción que denota. Ejemplo, prometo que volveré (en Beristáin, Helena. Diccionario de Retórica y Poética. Porrúa, México. p. 15)

(13) DUCROT, O. Op. cit. p.185.

(14) en Teoría de la interpretación, p.30.

(15) en Problemas de lingüística general. Tomo I.p.180.

(16) en Teoría de la interpretación, p.33.

(17) en Problemas de lingüística general. Tomo II. Págs 83-84.

(18) en op.cit. p. 35

 

Bibliografía

BAJTÍN, M. Problemas de la poética de Dostoievski, FCE, México.

BARTHES, Roland. "De la obra al texto". ¿Por dónde empezar?. Tusquets Editor. España, 1974.

BENVENISTE, Émile. Problemas de lingüística general. Vols. I y II, Siglo XXI, México, 1995 (1974)

BERISTÁIN, Helena. Diccionario de Retórica y Poética. Porrúa. México, 1997 (1985)

DUCROT, Oswald. El decir y lo dicho. Paidós, España, 1986 (1984)

GENETTE, Gérard. Figuras III. Lumen, España, 1989.

GOODMAN, Nelson. De la mente y otras materias. Visor, España, 1995 (1984)

PECH, Cynthia. " Del tautismo y la comunicación en la era Frankenstein". Revista Mexicana de Ciencias Políticas. No. 69, FCPyS, UNAM, México, jul-sep 1997, pp. 229-232.

RICŒUR, Paul. Teoría de la interpretación. Siglo XXI, México, 1998 (1976)

RICŒUR, Paul. Tiempo y narración. Vol. II, Siglo XXI, México, 1995 (1984)

 


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