Licenciada en Filosofía

Universidad de Barcelona.

El objetivo del presente estudio es dar a conocer algunos de los muchos aspectos positivos que puede aportar la inmigración a nuestro país; en unos momentos en que ésta, más que una corriente cultural aceptada durante siglos, se está convirtiendo en un fenómeno social precursor de cierta problemática. El hecho evidente de que, en todo tiempo y en todo lugar, los seres humanos han emigrado, ya fuere por afán aventurero, por ambición de conquista, por razones económicas, por motivos políticos o simplemente por espíritu de supervivencia, nos hace reflexionar sobre la situación actual y crear un proyecto consecuente.

Comentarios alarmistas sin fundamento estadístico, informaciones mal orientadas, afirmaciones poco creíbles pero divulgadas, crean un cierto rechazo que debemos apagar con un espíritu abierto a otras civilizaciones y culturas en miras a crear un mundo mejor. Así, no debemos caer en corrientes manipuladoras que transforman la honestidad del pensamiento colectivo y tienden a destruir la dignidad humana.

La propia Historia ha sido expuesta de diferentes formas según las etapas vividas, las situaciones políticas y los lugares en que ha sido contada. Incluso actualmente su comprensión se encuentra en peligro siempre que los hechos ya no sean considerados como parte del mundo pasado y del actual, y asimismo sean mal utilizados para mostrar diversos pareceres. El paso del tiempo nos ha descubierto muchos componentes históricos que hasta el momento permanecían ocultos a nuestro conocimiento, o explicados de manera totalmente diferente.

A los inicios del siglo XXI, debemos evitar los comportamientos colectivos que, de una manera más o menos visible, desembocan en una marginación o discriminación, a veces disimulada pero existente. El fenómeno migratorio acontecido en España durante la última década está claramente definido como un proceso de cambio al que no estábamos habituados, que ya experimentaron hace años países de Europa como Francia, Alemania, Gran Bretaña, entre otros; y mucho antes, Estados Unidos. Las estadísticas han demostrado que, pese a la sensación que en ciertos momentos se ha vivido en España como posible invasión por parte de personas de diferentes nacionalidades y etnias, el número de inmigrantes es porcentualmente muy inferior al de otros lugares.

El hecho de haber experimentado la llegada de inmigrantes posteriormente a otros territorios, nos da la posibilidad de no repetir los errores que allí se cometieron o rectificar las incorrecciones que aquí, conscientemente o no, ahora se están dando. En este sentido, un caso bastante generalizado es la circunstancia de que en algunos países o ciudades se tendía a negar el alquiler o venta de apartamentos a los miembros de diversos grupos étnicos; o incluso ahora todavía se les imponen restricciones que los desaniman o se les exige un precio mayor del fijado para otras personas. Estas actitudes, no siempre motivadas por racismo, sino a veces por temor a ver frenados ciertos afanes especulativos, han conducido a los inmigrantes a determinados barrios, aislados de otros núcleos urbanos; llegando a crear una discriminación y, consecuentemente, una segregación de hecho. Estas nefastas situaciones pueden observarse, por ejemplo, en los conocidos ghetos de algunas importantes ciudades norteamericanas.

En según que países, otro aspecto negativo fue la enseñanza: se ofreció a algunos grupos de emigrantes una escolaridad mediocre, lo que les proporcionó también un futuro más complicado, menos oportunidades de promoción social, de obtener mejores empleos e incluso de llegar a poder informarse sobre ellos, lo que les marginó y excluyó. La discriminación también llegó a otros ámbitos ya que en algunas empresas frenaron la promoción de empleados de determinadas etnias. También un mal uso de los medios de comunicación puede crear confusionismo y rechazo; la prensa en ocasiones ha exagerado casos poniendo en evidencia el origen o la raza de personas presuntamente implicadas en hechos violentos.

El resultado de tales injustas actitudes es que no tan sólo han perjudicado a los inmigrantes, primeras víctimas de tan inmerecidos tratos; sino que a la larga han originando ciertos conflictos de prestigio ambiental, convivencia urbana, e incluso de delincuencia, alcanzando la problemática al resto de la sociedad. Así, muchos de cuantos en su momento no prestaron la colaboración precisa o promovieron el rechazo de algunos colectivos, años después han experimentado el efecto boomerang y se han convertido de verdugos en víctimas. La reciente historia ha descubierto con posterioridad actitudes inhumanas y vergonzosas por parte de dirigentes estatales, municipales, políticos o empresarios, haciéndoles generalmente culpables del deterioro social y la degradación ambiental de pueblos y ciudades.

Pero, del pasado debemos aprender siempre. En efecto, hasta de las experiencias más crudas y reprochables debemos extraer aspectos positivos que, en último extremo, pueden llegar a ser la clara convicción de que ciertos hechos jamás debieran repetirse o el descubrimiento de que es preciso potenciar las medidas oportunas para evitarlos.

Y en esta labor de cambio, mediante la aceptación y la colaboración, estamos todos implicados. Sí, porque, aunque las Leyes, la distribución de bienes públicos, las subvenciones y ayudas dependan de los políticos; las contrataciones y promociones de empleo dependa de los empresarios; la cesión mediante venta o alquiler de viviendas o locales dependa de la voluntad de los propietarios; en buena parte, es la actitud que la sociedad adopte a favor o en contra de esos nuevos ciudadanos, lo que más influirá en quienes ostentan el poder político, empresarial o económico para decidir lo más adecuado. Muchos de ellos actuarán en función de lo que las mayorías deseen al respecto. Y la sociedad somos todos...

 La inmigración, mal acogida o injustamente tratada crea una triste y lamentable situación a sus protagonistas, pero también posteriormente origina conflictos generales. Por lejos que cada cual se vea del problema, si lo hay, por difícil que parezca resolverlo, por más impotencia que cada uno sienta delante de posibles soluciones, todos podemos y debemos actuar con la mejor voluntad, si creemos en una humanidad más auténtica: nuestra aceptación o rechazo público de una Ley; nuestro compañerismo o frialdad dentro del campo empresarial entre las personas mal consideradas diferentes; nuestra cordialidad o menosprecio frente a unos nuevos vecinos de otras etnias, puede ser determinante. De tal manera, el valor que como ciudadanos demos a los inmigrantes en todos los ámbitos puede llegar a aumentar su sentido de autoestima y también el aprecio popular, estimulando así a quienes ostentan el poder a mejorar conceptos y condiciones a su favor, en miras al bien común.

¡EL MUNDO ES DE TODOS! Sí, lo es, naturalmente; pero esta frase tan sencilla ahora está en mayúsculas y entre signos de admiración, porque deberíamos tenerla en cuenta en muchas ocasiones, tanto en el campo profesional, social o incluso familiar, si cabe.

No debemos caer en el tópico de considerarnos diferentes, mejores unos de otros. Ni tampoco debemos olvidar que América está llena de europeos, buena parte de ellos españoles, ahora bien situados, que durante el pasado siglo emigraron hacia el llamado nuevo continente para huir del hambre, de las miserias sociales, de los conflictos políticos... o simplemente por afán aventurero o de superación personal. Y si nuestros antepasados pudieron llevar a buen término sus anhelos, motivados por ambición, ideologías, o espíritu de supervivencia, es decir, tuvieron una oportunidad; no sería justo que esta misma oportunidad fuera negada a cuantos ahora la desean o la precisan imperativamente.

Si nos mostramos acogedores y cordiales con los turistas que visitan nuestro país y correctamente serviciales con los potentes inversores establecidos en España procedentes de cualquier continente, ¿por qué no actuar de igual manera con aquellos extranjeros no tan afortunados, que no han tenido la vida cómoda y que se sienten solos delante de la perspectiva de un futuro incierto? Una palabra amable, una sincera sonrisa, un trato afectuoso y digno, son sencillas actitudes que no cuestan nada, que están al alcance de todos y que dan en algunos momentos una chispa de ilusión y esperanza; son como los cristales brillantes de un calidoscopio que hacen ver las cosas tristes de un color diferente; son pequeños detalles, goteos de sentimientos que para muchos se convierten en chorros de humanidad...

Con independencia de fomentar la buena predisposición para admitir las corrientes migratorias y sus particulares protagonistas, es preciso poner de manifiesto que la llegada a nuestro país de personas procedentes de otros continentes puede aportar a todos aspectos muy positivos, especialmente a nuestros niños, adolescentes y jóvenes. A ellos va dedicado el presente proyecto, porque no debemos olvidar que son nuestro futuro, la consecución de nuestra obra, el destino del mundo.

A continuación, se expone un breve esquema que define el inicio de lo que puede ser un programa pedagógico basado en los siguientes conceptos:

1) DESTINO:

Aunque el proceso de nueva relación entre los diversos alumnos puede iniciarse ya durante la primera infancia, este proyecto se centra exclusivamente en adolescentes de institutos de educación secundaria, en sus fases de E.S.O. y Bachillerato.

2) OBJETIVOS:

Fomentar la armonía, el espíritu de compañerismo, la buena integración por parte de los nuevos alumnos extranjeros y su relación con el resto de compañeros de clase, dando la oportunidad de conocer y poner de manifiesto mutuamente la historia, la situación, las tradiciones y las riquezas culturales de sus países.

3) OTRAS OPCIONES:

Algunos de los programas proyectados para los institutos, pueden también ser aplicados en distintos ambientes: grupos de recreación, clubs deportivos, centros cívicos u otros, con unas ligeras variantes, según sea la edad de las personas que participen y las actividades habituales del lugar donde se lleven a cabo,

4) PUNTUACIÓN:

No se ha previsto, ni se considera pedagógico conceder ningún tipo de evaluación a las actividades que para el seguimiento de este proyecto se lleven a cabo, pues se considera que el fomento de la buena convivencia, la amistad y la confianza mutua no deben realizarse a cambio de ninguna recompensa, porque forma parte de los sentimientos, y de hecho, la óptima relación conseguida es el mejor premio.

5) DIRECCIÓN:

Por lo que se refiere a los centros de enseñanza secundaria, el proyecto completo, con sus correspondientes programas y fichas debería ser presentado a los profesores por el Director o Coordinador de Cursos durante una sesión de claustro u otra reunión que agrupe el conjunto del personal docente. Una vez todos los miembros sean conocedores del mismo, su aceptación y aplicación dependerá de las opiniones generales o particulares que allí se den, o bien de reflexiones posteriores que puedan hacerse sobre el mismo.

6) APLICACIÓN DIDÁCTICA:

La aceptación para introducir el proyecto, total o parcialmente dentro del programa educativo previsto, dependerá no solo del criterio y la buena predisposición de los docentes, sino de la materia que ellos tienen designada. Es obvio comprender que en una unidad didáctica de Matemáticas, por mucho que el profesor se sienta motivado por el tema, su aplicación resulte difícil. Pero en el campo de las Ciencias Sociales, por ejemplo, cierta temática cultural de costumbres y tradiciones podría formar parte del inicio o final de alguna unidad didáctica, o como complemento de la misma a través de diálogos espontáneos o previamente establecidos. El área de Lenguas daría posibilidades a la traducción de poemas o cortos relatos del país de origen de algunos adolescentes, intercambiados por los españoles. Asignaturas como la Música podrían acoger canciones y melodías de lejanos países, enseñándolas al resto de alumnos. Lo mismo podría suceder con la de Educación Física, dando un sentido de universalidad a los bailes y danzas populares. La asignatura de Dibujo podría introducir como tema opcional el diseño coloreado de vestuario típico o bien la creación de láminas con paisajes del lugar de procedencia de cada alumno, incluyendo los de aquí , organizando al final una exposición conjunta.

 7) APLICACIÓN LÚDICA:

Parecidas actividades podrían llevarse a cabo dentro del programa de horas no lectivas de los institutos de enseñanza secundaria, a través de la iniciativa y supervisión de los tutores de curso o de los profesores que voluntariamente se prestaran a ello. Esta opción podría ser para reforzar la aplicación didáctica establecida en el apartado 6) o bien en lugar de ésta, si el claustro de profesores prefiriera dejar estos aspectos al margen de las clases. Así, una serie de juegos o variadas actividades podrían llevarse a cabo en las últimas horas del día durante la cada vez más prodigada "semana blanca-sky", en posibles colonias escolares de primavera, en los viajes finales de ciclo (E.S.O. y Bachillerato). De celebrase una fiesta de final de curso con la participación de todos los alumnos y la asistencia de familiares, un sinfín de posibilidades pueden llevarnos a un ameno programa intercultural: breves obras teatrales, canciones populares, danzas típicas, interpretaciones musicales con diversos instrumentos, y otras actividades expuestas en las fichas o ideadas por iniciativa propia de los niños y jóvenes.

8) EXTENSIÓN:

El tiempo destinado a la consecución del programa es libre y depende exclusivamente de las conveniencias del equipo docente de los institutos o, en su caso, de los monitores o dirigentes de diferentes centros sociales.

9) PARTICIPANTES:

Debe organizarse de una forma amena pero estructurada, dando por supuesto que la participación ha de ser total, como en cualquier otra actividad docente o recreativa habitual en la que nadie puede excluirse. Es preciso tener en cuenta que el número de extranjeros que formen parte de la clase o grupo, en función de los del país de acogida, puede determinar el alcance de las actividades previstas, y éstas deben elegirse en consecuencia.

10) RECOMENDACIONES:

a) Es importante tener en cuenta que antes de aplicar la experiencia a los niños o jóvenes debe haberse decidido el programa previsto de acuerdo con sus características personales, el tiempo que se puede dedicar, el número de participantes y sus procedencias. No es recomendable iniciar cualquier actividad dándoles opción a la elección, ya que el proyecto es amplio y las opiniones pueden ser tantas que resulte difícil llegar a un consenso por parte de todos. Así, podría darse el caso que muchos de los participantes lo hicieran a desgana al no aceptarse su propuesta o que para ponerse de acuerdo se perdiera un tiempo que luego faltaría para llevar a buen término la actividad. La iniciativa y creatividad por parte de los adolescentes puede ser inmensa y muy válida, pero debe estimularse y aceptarse a partir del momento en que ya ha quedado concretado y establecido el programa de actividades a seguir.

b) Tal como se indica en el apartado 9), es muy importante que se oriente la actividad dando por supuesto una participación total. Si se deja como opcional, se corre el riesgo de que una sola persona que la rechace o se desentienda por cualquier motivo arrastre a casi todo el resto de adolescentes y, por amiguismo o por rutina, éstos le sigan, quedando aislados los extranjeros con la consecuente frustración o mala interpretación que del caso pudieran hacer.

c) Como se ha citado, el proyecto da diversas posibilidades. Por ello, es mejor asegurarse que la parte elegida se pueda llevar a buen término en cuanto a tiempo e interés de participación. Presentar a los niños o jóvenes una parte muy extensa, puede privarlos de conseguir su objetivo por falta de tiempo y dejarlos sin el estímulo final. Si se hicieran varias actividades paralelamente, éstas deberían ser dirigidas por diferentes profesores o monitores, de manera independiente. Cuando la actividad llevada a cabo está a punto de concluir y el éxito es evidente, puede escogerse una segunda, en las mismas condiciones, a criterio del educador y según como haya ido la primera experiencia, dejando a los participantes igualmente su iniciativa i creatividad a partir de ser presentada ésta; y así en lo sucesivo hasta que se detecte una falta de interés en la participación por conocerse suficiente entre ellos o por haber llegado a una integración social óptima de la clase o grupo.

d) Los resultados obtenidos pueden anotarse en las fichas destinadas al archivo de datos que el proyecto conlleva. Es interesante hacer constar también los aspectos negativos que hayan dificultado su realización, si los hubiera, y la opinión personal de si se trata de un problema de grupo o de estructura. Llenar estas fichas es opcional, los datos requeridos son sencillos, pero pueden servir de ayuda para comprobar la evolución y mejoras observadas. También son útiles para recibir asesoramiento por parte del creador del programa o incluso para colaborar en próximos procesos de investigación que el autor proponga.

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Nuestro país, en el siglo XXI, debería contar con una juventud abierta al resto de países del mundo, a sus gentes y a sus culturas, sin prepotencias hacia nadie, pero tampoco con sentimientos de inferioridad ante de quienes se presentan como superiores. El sentido de igualdad, de respeto mutuo y de buena predisposición para colaborar particularmente por una mejora universal debería ser algo más que unas buenas intenciones teóricas.

El día a día del vivir cotidiano, cuando se posee una base sólida de conocimientos y cierta calidad humana, puede llegar muy lejos. Los niños y adolescentes de hoy tienen toda una vida por delante, que será más o menos válida en función de la base y calidad que nosotros les ofrezcamos. Démosles posibilidades de aceptar y ser aceptados, de comprender y ser comprendidos, de ayudar y ser ayudados, de conocer y ser conocidos.... En definitiva, de crecer como personas, creando una situación modélica de convivencia en la que la tolerancia sea elemental y no se tenga en cuenta las clases sociales, las etnias, ni las procedencias; sin valorar otros distintivos que los sentimientos y las actitudes de cada cual.

Y para conseguir tales objetivos, el intercambio cultural de experiencias adquiridas a través de civilizaciones milenarias proporciona sin duda un aporte de ideas y conocimientos nada despreciables.

En otro tiempo, viajar a lejanos países era un privilegio de muy pocos, pero debe reconocerse que cuantos realizaban tales visitas eran poseedores de una riqueza cultural que muchos admiraban y deseaban.

Ahora, la posibilidad de conocer tales experiencias a través de estos nuevos ciudadanos que emigraron de sus tierras en busca de una vida mejor la tenemos al alcance de nuestras manos.

Y nunca mejor dicho: al ofrecerles nuestras manos con compañerismo y amistad.

Sabido es que los recursos del mundo, bien repartidos, evitarían que la falta de lo más elemental llegase a crear situaciones límites que provocan la emigración o destinos peores. No es fácil, todo ello depende de organizaciones políticas y potencias económicas lejos de nuestro alcance. El deseo colectivo de contemplar un futuro en el que el mundo no tenga más fronteras que la solidaridad y la ayuda para el alcance de la prosperidad mutua es todavía un sueño, posiblemente una utopía.

Este proyecto no contempla la opinión pública ni particular sobre la justicia o injusticia de los Gobiernos de algunos países, ni tampoco la conveniencia o no de la aplicación de ciertas Leyes. Se basa en el hecho práctico de que tenemos un colectivo de personas compartiendo nuestro territorio, al que generosamente debemos dar buena acogida, aprovechando sus recursos culturales para valorarlos al máximo y ofrecerles los nuestros, dándoles así oportunidad de una mejor integración. Está ideado para aplicarse en el campo didáctico, lúdico y deportivo; destinado a educadores, monitores, trabajadores sociales y, en general a todas aquellas personas que se sienten motivadas por los problemas humanos y, de una forma u otra, anhelan y desean un mundo mejor.

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Barcelona, abril del 2001.

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