AGITACIÓN POLÍTICA
Ø
El F.C. al
Marañón y Mesones Muro
Ø
Hilbck, solicita
concesión para canal
Ø
El
coronel Fernando Seminario y el Partido Constitucional
Ø
Oswaldo Seminario precipita caída del
Gabinete
Ø
Aparece “La Igualdad” de Paita
Ø
Donación de terrenos para la Plaza
Merino
Ø
Llegan
máquinas de escribir y automóviles
Ø
Elección del Diputado de Tumbes
Ø
López Albújar
apoya al coronel Seminario
Ø
Sangrientos sucesos de Chiclayo
Ø
Elecciones del 25 de mayo de 1903
Ø
Francisco Eguiguren, Ministro
Ø
La Plaza de Armas de Huancabamba
La primera oposición al trazo del ferrocarril al Marañón
desde que en 1843 Rudecindo Garrido dio a conocer su
proyecto, se produjo el 10 de abril de 1902 cuando el diario “El Comercio” de
Lima publicó una comunicación dirigida al ministro de Fomento por el explorador
ferreñefano Antonio Mesones Muro, expresando que el
trazo más conveniente para el ferrocarril era el de Eten
al Marañón, pasando por el abra de Porculla.
Para probar su tesis, Mesones Muro organizó con su propio
peculio una expedición que debía de recorrer la ruta. Fue de la partida Enrique
Brunning y Eduardo de Habich
hijo, en representación de la Junta de Vías Fluviales creada el año anterior
por el Gobierno. Los expedicionarios partieron de Ferreñafe
el 18 de mayo de 1902 y en el mismo año tras de cumplir con éxito la travesía,
hizo Mesones una exposición ante la Sociedad Geográfica de Lima a la que
concurrió el Ministro de Fomento. En 1903 en el Boletín de la Sociedad
Geográfica tanto Mesones Muro como Brunning
publicaron artículos. De acuerdo al trazo, el ferrocarril saldría de Eten, pasaría por Ferreñafe el
pueblo natal de Mesones y seguiría por Olmos para atravesar la cordillera por
el fundo “El Chiche”, seguir el curso del río Chamaya
y llegar a Puerto Meléndez.
La amplia difusión que alcanzó el proyecto amenazó al
antiguo y tradicional de Paita al Marañón estudiado por una decena de técnicos.
En 1901 Von Hazle a bordo de la
lancha “Inca” hizo diversos viajes exploratorios por el Amazonas y Marañón,
luego construyó el muelle de Iquitos, estudió la costa de Barraca a Lima para
llegar a la conclusión de las inigualables condiciones de Paita como puerto. En
1902 estudió los varaderos de Putumayo que lo exploró al igual que el río
Putumayo. En 1903 exploró el río Curaray y en 1904
los ríos Paucartambo y Alto Urubamba.
En los años 1904, 1905 y 1906 don Alejandro Garland publicó tres monografías sobre el ferrocarril de Paita
a Puerto Limón, refutando a Mesones Muro en cuanto a las condiciones
incomparables del puerto de Paita sobre las de Eten,
y la importancia del trazo por Piura porque pasaría por una muy importante zona
mineral de fierro. El trazo planteado por Garland, no pasaba por la localidad de Huancabamba,
sino que tras llegar a Piura pasaba por el abra de Porculla,
para penetrar a Pilca y Jaén, seguir a Bellavista, a Bagua Chica y a Puerto Limón.
En 1903 el capitán de navío Germán Stiglich
Álvarez, que además de hombre de mar era geógrafo, historiador y autor de
numerosas obras; había estudiado en forma detenida el proyecto de Von Hassen . Era autor también de un libro titulado “Las últimas
exploraciones ordenadas por la Junta de Vías Fluviales a los ríos Ucayali, Madre de Dios, Paucartambo
y Urubamba”. El capitán de navío Stiglich solicitó en
1903 al Gobierno peruano que diera comienzo a la brevedad al ferrocarril de
Paita al Marañón, más aún cuando ya existían nuevos estudios elaborados por
Alfredo Mac Cune y James Haggin
iniciados el 10 de octubre de 1902 en base a la ley del 8 de noviembre de 1901.
En 1904, el 16 de marzo, el Poder Ejecutivo por ley del
16 de marzo autorizó la construcción del ferrocarril.
Más adelante nos ocuparemos de los nuevos esfuerzos
desplegados por Enrique Coronel Zegarra, Alejandro Garland y el Proyecto Koppel.
El 14 de agosto de 1901 la firma F. Hilbck
y Cía. formuló ante el Ministerio de Fomento su primera solicitud para que se
le concediera autorización para abrir un canal para irrigar terrenos ubicados
en la margen derecha del río Piura, con una boca toma ubicada un poco más al
sur de la ciudad de Piura..La empresa F. Hilbck y Cía.
había sido fundada por el emigrante alemán,
Federico Hilbck Schivemann-
A partir de esa fecha, la
misma firma presentó una serie de solicitudes, sobre todo en 1902, en que con
fecha 24 de marzo dio a conocer una relación de pequeños agricultores que se
iban a beneficiar con el canal. La empresa amparaba su solicitud en la Ley
General de Irrigaciones del 9 de octubre de 1893, y en la Ley Especial de
Irrigación del Valle del Piura del 5 de diciembre de 1890, tal como antes lo
habían hecho Sears y Reid.
Hilbck había adquirido el fundo
“Coscomba” de
Al igual que en anteriores oportunidades, las comunidades
se opusieron al canal. Se manifestaba que en el Bajo Piura la agricultura era
floreciente y que nada menos que doce mil cuadras estaba bajo riego. Una cuadra
era una unidad de medida agraria de 100 varas por lado.
De ellas se aseguraba que los indios de Catacaos cultivaban 3,000 cuadras en los 10 canales
existentes, y los comuneros de Sechura tenían bajo su
control 2,000 cuadras.
Agregaban que desde que don Juan Vílchez
había comenzado a abrir canales para los indios, estos fueron asentándose en
los terrenos y que la presencia de empresarios de ascendencia extranjera
constituía un peligro, ya que podían serles obligados a vender a bajo precio
sus terrenos bajo el pretexto de que eran eriazos. Era por lo tanto el facto de
desconfianza el que una vez más volvía a aflorar.
Pero en el problema no sólo intervinieron las comunidades
de Castilla, Catacaos y Sechura,
sino también la Beneficencia Pública y los propietarios de la Hacienda Puyuntalá.
La presencia de la Beneficencia en el problema era porque
entraban en juego las tierras del fundo Yupita que
reclamaba como suyo.
También y al igual que antes, la imprenta “La Unión”
distribuyó volantes contra el proyecto de irrigación, mientras que “Revista
Norte” lo defendía.
Se denunció que la empresa trasladaba indígenas de
diversos lugares, los asentaba en las tierras eriazas, les construía cabañas para
vivir y luego les hacía firmar escrituras de venta como si fueran dueños de
esas tierras.
Las gestiones siguieron un lento curso y en el mes de
Enero de 1960 el ingeniero Pablo G. Seminario, al servicio de la empresa, les
hace llegar un informe técnico, en el que se aconseja construir la bocatoma
seis u ocho cuadras más arriba del lugar señalado originalmente, para hacerlo
en el sitio llamado Quebrada de la Margarita en donde antiguamente fue la
bocatoma de un canal tallán. La empresa solicitó el
20 de marzo de 1906 la modificación de los estudios al Ministerio de Fomento, y
por Decreto Supremo de fecha 22 de marzo fue autorizada la construcción del
canal con la modificación propuesta, pues ya en mayo de 1905 se había concedido
a la firma Hilbck autorización para irrigar
Las protestas siguieron hasta después del año 1907 pero
el canal se construyó y posteriormente se formó la compañía irrigadota.
Un hecho casual trajo a don Federico Hilbck
Schweman a Piura. Había nacido en Alemania en 1848 en
la ciudad de Lippstadt y teniendo sólo 24 años arribó
en
En el mismo hotel se hospedaban tres jóvenes piuranos:
Juan Hiliarón Helguero,
Pablo Seminario y Ricardo Wenceslao Espinoza que era
diputado por Piura. Trabaron una ocasional amistad y se trató mucho en las
conversaciones de las riquezas y del futuro de Piura. El visitante ponía gran
atención, pero pronto cada uno siguió su camino, es decir; Espinoza
se incorporó a su Cámara, Seminario y Helguero retornaron
a Piura y el viajero volvió a Alemania.
Meses más tarde, Hilbck
regresaba y se hospedaba en casa de don Juan Hiliarón
Helguero. Se dedicó a recorrer Piura y observarlo
todo.
En la calle Tacna, estaba al costado de la Iglesia Matriz
el establecimiento comercial del ciudadano español José Eugenio Moya, poseedor
también del amplio edificio del Hotel Francia ubicado en el mismo lugar, que
por entonces era el mejor de Piura.
El empresario alemán y el comerciante español trabaron
amistad, y pudo darse cuenta don Federico del gran sentido que para los
negocios y del conocimiento del mercado que tenía don Eugenio Moya, de tal modo
que se pusieron de acuerdo para hacer empresa, viajando a Europa para
seleccionar mercadería a criterio de Moya y traerla para venderla en Piura. Así
lo hicieron, con un enorme cargamento de mercadería llegaron a Paita y
rápidamente vendieron a los demás comerciantes piuranos toda la mercadería.
Alentados por el éxito, invirtieron toda la utilidad en hacer un nuevo viaje y en
esta ocasión fueron dos los barcos que trajeron con mercadería.
En esta oportunidad, el mercado piurano se saturó y sólo
pudo venderse la carga de un barco, y Hilbck decidió
que el otro barco siguiera a Pacasmayo, consignando toda la mercadería a la casa
Kaufmann y Cía. En ese puerto se pudo colocar toda la
mercadería, lo que alentó al joven empresario alemán abrir una sucursal en
Cajamarca y otra en San Pedro.
Don José Vicente Rázuri narra
estos hechos, dice que ocurrían en 1874.
Hasta 1896 la casa de Pacasmayo mantenía su prosperidad y
estaba bajo la administración de don Hermann Graffon. En Cajamarca, incursionó en minería en la zona de Hualgayoc, adquiriendo las minas “Santa Lucía” y “La
Poderosa”. Luego la mina de plata “La Tahona”.
Don Federico se radicó definitivamente en Piura y se casó
con doña Clara Seminario Echandía, con la cual tuvo
dos hijos: Federico y Emilio Hilbck Seminario; éste
último casado con doña Josefa Navarrete y Rázuri de
los que nacieron Clara, casada con don Sócrates Balarezo;
Emilio, casado con doña Constanza Barúa y Fernando Hilbck Navarrete.
Don Eugenio Moya extendió sus negocios a Chiclayo. Donde
fue alcalde. Durante la guerra con Chile atendió a mucha gente víctima de los
invasores e hizo mucha obra social. En agradecimiento a eso, existe una calle
en el centro de esa ciudad que lleva su nombre.
En 1902, los hermanos Juan, Antonio, José y Francisco
Mendoza manejaban un floreciente negocio situado en la calle de “El Comercio”
de Catacaos. Se organizaron bajo la razón social de
“Mendoza Hermanos” y también incursionaron en la agricultura, pues habían
comprado un fundo llamado “Palo Parado” próximo a la ciudad. En 1904 ya habían
logrado construir un canal de cinco kilómetros para irrigar su fundo.
Cuando en 1901 retornó al Perú el coronel Fernando
Seminario y Echandía, se hizo cargo de la dirección
del Partido Constitucional de Cáceres, por cuanto éste aún permanecía en el exilio,
a partir de entonces ya en forma voluntaria por haberse dado una ley de
amnistía.
El Partido Constitucional que fue una rama desprendida
del Partido Civil, ya no contaba con la adhesión de las masas en la forma que
en años anteriores permitió llevar al general Cáceres a la presidencia, pero de
todos modos, dentro de cualquier alianza partidaria representaba un buen
contingente electoral.
Cáceres que la darse la ley de amnistía, esperó
prudentemente un tiempo y cuando llegó de Europa, prefirió quedarse por varios
meses en Tacna que estaba bajo control de Chile. Por fin, el 10 de julio de
1902 arribó al Callao con su familia, y el pueblo acudió en manifestación a
saludarlo. También el presidente López de la Romaña
tuvo la delicadeza de enviar un edecán para darle la bienvenida.
En sus primeras declaraciones, el Héroe de la Breña dijo
que llegaba despojado de toda ambición política, como un ciudadano más y como
soldado que ponía su espada al servicio del Gobierno.
En ningún momento hubo intento alguno de Cáceres por
lograr una postulación presidencial en 1903 y dejó que el Partido
Constitucional siguiera en manos del coronel Seminario. Sin embrago, el pueblo
del Callao insistió en postularlo como senador en 1903 y ganó la curul, pero no
se incorporó.
Piérola había lanzado la
iniciativa de llevar a la presidencia a un candidato de unidad nacional,
propuesto por una gran asamblea en la que estuvieran representados todos los
partidos. Las ambiciones y desconfianzas hicieron abortar este intento.
Por esa época era máximo dirigente del Partido Civil don
Manuel Candamo, un hombre riquísimo, de mucha ponderación y cultura. Los
civilistas habían logrado muchas posiciones en el Gobierno y dominaban en el
Senado. Era ministro de Gobierno don Rafael Villanueva, conspicuo civilista que
inició tratos con el coronel Fernando Seminario para formar una alianza entre
el Partido Civil y el Partido Constitucional, a lo cual se veía como algo
completamente normal.
La fórmula que se proponía a Fernando Seminario era: la
presidencia para Candamo y la primera vice-presidencia
para el coronel Seminario. Todos estaban de acuerdo en reconocer que el coronel
era un personaje departamental, pero que no lo era a nivel nacional, ni poseía
condiciones como para manejar los delicados problemas que en el orden político
se presentaban en el país, y que demandaba mucha astucia y tino.
Otros partidos que mantenían su presencia era el Liberal
que jefaturaza Durand y la Unión Nacional de Gonzáles
Prada, aún cuando a este último se le podía
considerar más que todo un cenáculo de personas conspicuas entre los que
predominaban los escritores y literatos, pero sin arraigo popular.
Seminario se mostró excesivamente exigente e
intransigente carente de la menor ductilidad, lo que por una parte disgustó a
un numeroso e influyente grupo de miembros del Partido Constitucional, y por
otra parte Villanueva cortó sus contactos con coronel.
Si bien es cierto que el general Cáceres en ningún
momento desautorizó públicamente al coronel Seminario, y continuó apartado de
la política activa, sin duda que no compartía los criterios del empecinado
piurano, pues fue nada menos que su yerno Carlos Porras, el que en forma más
abierta se mostró en desacuerdo por la forma como se estaba conduciendo al Partido
Constitucional en sus tratos con el Partido Civil.
La discrepancia se
convirtió en abierta pugna entre los dos grupos al interior del Partido
Constitucional y habiéndose convocado en Lima a una reunión de altos
dirigentes, el coronel Seminario fue depuesto de la jefatura y en su lugar fue
nombrado el Dr. Lino Alarco, prestigioso médico
limeño, que reinició los tratos con los civilistas y llegó al trato que
Seminario no había aceptado, es decir, que se formaría una alianza para
postular a Candamo como presidente, a Lino Alarco
como primer vice-presidente y a don Serapio García
Calderón para la 2da. vice-presidencia.
Ante esa situación, el coronel Seminario con un pequeño
grupo de constitucionales que podíamos llamar del ala izquierda, se segregaron
y formaron un nuevo partido al que llamaron Partido Federal, que no logró
captar a las masas ciudadanas.
Como se podrá apreciar más tarde y de acuerdo a los
hechos que se sucedieron, el coronel Seminario perdió la gran oportunidad de su
vida, pues en 1904 bien pudo ser el presidente del Perú.
Otro suceso importante en el proceso electoral que estaba
por realizarse, fue la decisión de Piérola de
abstenerse. Esto resultaba insólito en un hombre que por decenios había sido un
pertinaz conspirador, con una ambición sin límites por la Presidencia de la
República. En los demás procesos electorales que siguieron, Piérola
iba a repetir la abstención en medio de la desesperación de sus seguidores que
no llegaban a comprender las motivaciones de su caudillo. Hasta ahora, los
historiadores plantean diversas opiniones sobre las causas profundas que
impulsaron a Piérola a esos renunciamientos. Algunos
suponen que habiendo ya logrado el poder, lo que ahora ambicionaba era la
gloria.
El Partido Demócrata no llevó
candidato oficial y sus seguidores quedaron en libertad de emitir su voto por
quien quisieran.
La oposición conformada por el Partido Liberal, la Unión
Nacional y el naciente Partido Federal, se unieron y formaron la Alianza
Liberal. Era lo que podríamos decir una alianza de partidos izquierdistas.
Los liberales eran fuertes en Huanuco, Lambayeque, Lima y
Arequipa. En este último lugar los jefaturaza Mariano Lino Urquieta,
que actuaba completamente independiente de Durand.
Sin embargo, todos se pusieron de acuerdo para llevar como candidato a la
presidencia al coronel Seminario.
Gonzáles Prada,
no obstante haberse apartado de la Unión Nacional, aceptó representarla en el
seno de la alianza de Partidos Liberales, pero no tenía la menor convicción del
triunfo del coronel Fernando Seminario, al cual haciendo alusión a su apodo de
“El Gato”, lo llamaba “El Gato Muerto”.
Las autoridades adictas al gobierno de López de la Romaña empezaron a nombrar en los puestos claves personas
de confianza de los civilistas. Toda la maquinaria electoral quedó preparada
para favorecer a Candamo, con lo cual la denuncia de Piérola
de que se estaba preparando el fraude electoral en gran escala, quedaba
justificado.
Al finalizar el año 1902 la campaña electoral ya empezaba
a tornarse violenta, pugna que fue creciendo al iniciarse el año 1903. El
ambiente en el Congreso se presentaba igual y con frecuencia había situaciones
tirantes entre las dos Cámaras.
El 9 de agosto de 1902 el presidente López de la Romaña, había nombrado como primer Ministro al doctor
Alejandro Deustua. La Cámara de Diputados era adversa
al nuevo Gabinete.
El 4 de octubre hubo una reunión de Congreso a la que asistieron
la mayoría opositora de la Cámara de Diputados y del senado 16 miembros
demócratas que ahora estaban en la oposición, algunos del Partido
Constitucional, tres que se decían civilistas pero que no estaban de acuerdo
con Deustua y dos de la Unión Nacional. La
presidencia de esa sesión de Congreso la tuvo el senador Julio Normand.
Contra el gabinete Deustua se
dijo de todo, y se dijo que era un peligro para la soberanía, integridad y
honor nacional. Se le acusó de querer negar al Poder Legislativo potestad sobre
la aprobación de los tratados internacionales y de pretender pasar
desapercibido el avance ecuatoriano en la zona selvática del Aguarico.
En el Senado dominaban los civilistas y por mayoría se
había tomado el acuerdo de no concurrir a la sesión del Congreso. Los senadores
demócratas no acataron el acuerdo y tres civilistas entre ellos Normand y Capelo también
desobedecieron. Fueron por tal motivo censurados.
La Cámara de Diputados tras de llevar a cabo una serie de
rápidas investigaciones tuvo una tumultuosa sesión el 9 de octubre de 1902, lo
que desembocó en una moción de censura al Gabinete presentada por el diputado
piurano Oswaldo Seminario Arámburu y Fernando Gazzani. Seminario que era del Partido Demócrata, estaba al
igual que los demás de su grupo, francamente en la oposición.
La moción decía lo siguiente: “La Cámara de Diputados,
emite un votos de Censura al Gabinete Deustua que ha
comprometido el decoro nacional”.
Así de simple. puesta al debate,
la censura se produjo por 70 votos contra 4 lo que significa que ni los mismos
diputados gobiernistas de los Partidos Civil y Constitucional votaron en contra
del ministro. Uno de los votos solitarios había sido el de Antonio Miró Quesada
que en sus intervenciones había tratado de probar que el Gabinete no tenía
ninguna culpa en los hechos que se le imputaban.
La pasión política y los intereses de la misma índole en
juego, siempre han contribuido a magnificar los hechos. Cuando luego el tiempo
ha pasado y los espíritus se han serenado, las cosas se pueden apreciar en sus
verdaderas dimensiones. Por eso se puede decir que los cargos que se hicieron
al Gabinete Deustua fueron injustos y desmesurados,
pero se logró el objetivo de ese momento: que cayera el Gabinete.
Lo cierto es que entre el Gabinete y la Cámara de
Diputados existía una fuerte pugna desde meses atrás. Los prefectos y
subprefectos, siguiendo instrucciones de la Dirección General de Gobierno,
iniciaron una acción muchas veces descarada a favor de los candidatos
oficialistas y daban a publicidad documentos adversos al Congreso pero que en
forma específica afectaban a la Cámara de Diputados. Don Jorge Basadre se ocupa de estos hechos y expresa que por dos
veces este cuerpo legislativo se dirigió en queja al presidente de la
República, que fuera del acuse de recibo no hacía nada.
El Ministerio de Gobierno, subvencionaba diarios o
periódicos ocasionales que habían iniciado una campaña de desprestigio contra
muchos diputados de la oposición y por otra parte el Ministerio de Gobierno
controlaba el uso del cable submarino en forma tal que los congresistas tenían
que solicitar autorización para transmitir cualquier mensaje y enterar a las
autoridades políticas de su contenido. Para colmo, el ministro de Hacienda se
negó a pagar el Presupuesto de la Cámara de Diputados, y se llegó al caso de
adeudar varios meses de remuneraciones, lo cual afectaba en mayor grado a los
diputados de provincias condenándolos materialmente al hambre.
El Gabinete trataba de ganar una lucha contra el reloj,
pues la Cámara debía de recesarse el 25 de octubre, pero el 9 de ese mes se
produjo la censura. Para cumplir con el mandato constitucional, el Congreso no
podía prolongar sus sesiones más allá del 25 de octubre pero, la Cámara de
Diputados al hacerlo dio a conocer al país un violento manifiesto contra el
gobierno. En el mismo día se aprobó un dispositivo legal que hasta ahora
perdura en el sentido de no ser el Ejecutivo el que crea los impuestos sino el
Poder Legislativo.
El Gabinete Deustua había
renunciado el 11 de octubre pero el Presidente de la República lo había
mantenido. Ante el manifiesto de la Cámara de Diputados del día 25, el Gabinete
reiteró su renuncia el 27 del mismo mes. Por fin el 4 de noviembre de 1902 se
formó un nuevo Gabinete bajo la presidencia de Eugenio Larrabure,
con el mismo ministro de Gobierno Rafael Villanueva, que había sido repudiado.
Siendo Paita la más importante provincia del departamento
de Piura, después de la provincia capital, no era de extrañar que desde el
siglo pasado tuviera una gran inquietud editorial y que fueran numerosos los
órganos de prensa que se editaron.
Como patriarca del periodismo paiteño
tenemos a José Garrido, que en 1862 pone en circulación el semanario “El
Instructor”. Más tarde dirigirá “El Eco de Paita” y “El Hado de Paita”.
La familia Garrido, ha sido siempre una de las que más
vinculadas ha estado al progreso de Paita en todo orden de cosas.
Más tarde es Benjamín García, el hombre inquieto por el
periodismo y en 1889 edita “El Fonógrafo”. Hacía 10 años que Edison había inventado el maravilloso aparato, y los
fonógrafos se habían convertido en una de las formas más populares de difundir
la música.
Posteriormente, Benjamín García lanza a la circulación
“El Constitucional” con el que fuera subprefecto de Paita Julio O. Reyes.
Luego aparece “El Rector” siendo su director Darío Rubio
Castellanos y su editor Tomás Coloma. Posteriormente Rubio edita con Alejandro
García Cortez, “El Alba”. De Darío Rubio debemos
decir que era un hombre inquieto, que a los pocos días de casarse tomó parte en
la rebelión pierolista de Sullana, habiendo caído
preso fue enviado al Real Felipe del Callao. Era poeta y había nacido en Querecotillo.
Los periódicos “El Siglo XX” y “El Independiente” fueron
editados por Eleazar Sánchez. El primero era como una especie de saludo al
nuevo siglo. Por la misma época aparece “La Reforma” que tiene como director a Gil
Antonio García.
En 1902 aparece el tabloide “La Igualdad”. Era un diario
informativo de 4 páginas, que no dejaba de informar sobre el movimiento
marítimo del puerto que era la principal actividad de Paita. Daba breves
noticias de los sucesos locales, departamentales y nacionales. Difundía avisos
de misas, judiciales, comerciales y de las entidades oficiales. Su precio era
de un real y salió durante 40 años.
“La Igualdad” fue por mucho tiempo el único diario que se
editaba en el departamento de Piura. El año 1943 en que dejó de salir, la
situación de la industria de impresiones era muy difícil porque todas las
importaciones se habían suprimido por causa de la guerra.
Fue un gran mérito de su Director, mantener “La Igualdad”
bajo las más adversas condiciones, económicas y materiales.
Don Francisco Valdez, ha sido sin lugar a dudas uno de
los más destacados periodistas de Paita y del departamento.
En 1908, había puesto en circulación un semanario llamado
“Prensa Libre”, en compañía de José Castillo. Con éste y con Enrique García
habían fundado en la ciudad de Sullana en 1905 “La Nueva Provincia” que luchó
por la creación de la provincia de Sullana, eso no obstante que le iba a
desmembrar territorios a la provincia de Paita.
En 1911, Francisco Valdez edita “La Voz del Chira” en
Sullana y la nota editorial la escribe bajo el seudónimo de “Canchinaria”.
Tuvo que significarle a don Francisco Valdez un gran
esfuerzo, el tener que dirigir dos órganos de prensa en distintas localidades,
lo cual es una muestra de que tuvo un gran afecto por la Perla del Chira en
donde en la actualidad se encuentran sus descendientes.
Antiguamente, frente a la iglesia del Carmen había una plazuela pequeña que tenía el mismo nombre.
Don Carlos Robles Rázuri, ha
hecho la historia de esta plazuela y en ella desfilan
una gran cantidad de personajes.
En las casas contiguas a la
Iglesia vivieron los abuelos del poeta Carlos Augusto Salaverry
y éste pasó allí su primera infancia.
Con frente a la calle Real que luego se llamaría
Libertad, estaba la residencia del 7mo. Conde de Lagunas, don Baltasar Melchor
Vásquez de Velazco y de la Puente.
La otra casona, que limitaba con la calle El Cuerno, más
tarde Tacna, perteneció a la familia Ramírez, hacendados de la Solana, una de
cuyas hijas, Vicenta tuvo en el general Santiago Salaverry un hijo que fue el gran poeta romántico Carlos
Augusto Salaverry, que se dice nació en ese lugar,
aún cuando los sullaneros aseguran que el
alumbramiento fue en al hacienda.la Solana
El conde de Lagunas se casó con doña Joaquina Fernández
de Paredes Carrasco, hija del tercer marqués de Salinas y conde de Torre
Bermeja. Doña Joaquina enviudó y se casó después con el administrador general
de las haciendas de su padre, don Pedro Arrese que
llegó a ser senador.
La casa de los Ramírez se deterioró con el tiempo y el
abandono. La residencia del conde de Lagunas fue destruida por el incendio de
1870.
Eran pues pampones con algunas paredes que los cercaban,
pero de caña y barro en muy malas condiciones y con peligro de venirse abajo.
Por esa época lo de menos era el feo aspecto urbano que representaban esos
inmuebles. El callejón colindante se llamó después calle Ancash,
ahora avenida Sánchez Cerro.
Dice don Carlos Robles Rázuri,
que como el techo además era de paja y barro, había el peligro de un incendio
que pudiera propagarse al resto de la manzana, por cuyo motivo los alcaldes
Vicente León, Nazario García y Juan Helguero, habían
prohibido la quema de castillos de fuegos artificiales en la plazuela.
Los inmuebles que estamos mencionando fueron sacados a
remate en 1898 y fueron adquiridos por el ciudadano alemán don Carlos Schaefer Shon el cual además era
propietario de otro inmueble colindante que tenía el número 160 y estaba en
condición habitable.
El señor Schaefer decidió hacer
donación al municipio, de todo los inmuebles, acto que se llevó a cabo el 9 de
junio de 1903 ante el notario Isidoro Bustamante, estando el Cabildo
representado por su síndico de rentas don Enrique del Carmen Ramos. Era alcalde
en esos momentos don Víctor Eguiguren.
La donación era con la finalidad de que se ensanchase la plazuela y en el centro de ella se colocase la estatua del
pintor Ignacio Merino.
Esas condiciones constaban en la escritura de donación y
el Cabildo las aceptó.
Tan pronto la estatua del pintor fue levantada, la plazuela dejó de llamarse del Carmen, para tomar el nombre
de Merino.
Con el tiempo, la callejuela estrecha o callejón llamado Ancash fue ensanchando y se transformó en la actual avenida
Sánchez Cerro.
En la tercera cuadra de la calle Tacna, en el inmueble
346 ocupado en la década del 80 por la Zapatería Ceci,
había una placa de bronce que decía: “En esta casa nació el 30 de enero de
1817, el insigne pintor piurano Ignacio Merino, tributo que a nombre de Piura,
le rinde el Concejo Provincial. Año MCMXIX”.
Pero López Albújar en su obra
“Mi Casona”, dice que “La gloria le viene sencillamente por haber nacido en
ella Ignacio Merino”. La abuela de López Albújar
ponía como testigo de tan trascendental hecho a “la Rosario Morales que lo vio
nacer”.
El 27 de julio de 1902, se colocó frente a la plazuela de la Cruz del Norte, la primera piedra del Teatro
Municipal. de Piura El sector correspondía al corazón
de la mangachería, donde habían viviendas muy
humildes, por lo cual, la obra era el primer edificio público de importancia en
el sector.
La ceremonia fue apadrinada por el alcalde de Piura don
Juan Palma, teniendo como invitado especial al diputado Miguel Checa Checa.
La obra se inició pronto pero fue avanzando muy lentamente,
pues el proyecto arquitectónico era verdaderamente ambicioso. En las primeras
décadas del siglo XX el teatro sirvió para todo, como teatro, sala de
conferencias y hasta de plaza de toros. Cuando el cine mudo llegó a Piura, el
teatro sirvió como cinema y se aceleró su construcción y fue cuando se inició
la década del treinta y empezó el cine sonoro, que prácticamente se terminó de
construir. Por esa época compitió con los cines “Fénix” y “Edén”. Años más
tarde cuando llegó a su auge el cine mexicano, empezó a funcionar el cine
“Variedades” y gran cantidad de público acudía diariamente.
Por entonces en Sullana funcionaba el cien “Excelsior” de la empresa Figallo-Klein, en Catacaos el cine del
mismo nombre, en Paita el cine “Grau” y también en Talara. Cuando llegó a Piura
la televisión, se produjo como en todo el mundo la decadencia de las salas de
cine. En la década del 90 cerró el “Variedades”, pero cuando empezaba el año
2000 seguían funcionando el Cine Municipal y el “Ramón Castilla” en Castilla.
Las máquinas de escribir como todo aparato mecánico
inventado por el hombre se inician con modelos sumamente rudimentarios, que
poco a poco van perfeccionándose hasta tornarse prácticos e interesar a los
industriales, para construirlos en escala comercial. Eso fue lo que ocurrió con
la máquina de escribir, aparato tan útil que después durante varias
décadas, sería imposible pasarlo sin
ellas.
Las primeras máquinas de escribir fueron inventadas por
el inglés Henry Mill en el año de 1714 que hasta
llegó a patentarla. No fue sin embargo sino hasta 1868 que los norteamericanos Sholes y G. Clidden las
construyeron. Todavía pasaron muchos años para que las máquinas de escribir
fueran aparatos verdaderamente útiles y fueran producidos masivamente. Desde
1878, la empresa Remington había desarrollado una máquina de escribir que rápidamente se popularizó. Fuero máquinas
de ese tipo, un poco mas avanzadas las que llegaron a Lima.
Al iniciarse el siglo XX, ya
había empezado a llegar las primeras máquinas de escribir a Lima, sumamente
imperfectas sin duda y muy diferentes a las actuales, pero de todos modos
constituían un gran avance en el desarrollo cultural e industrial.
Los agentes importadores de máquinas de escribir con el
fin de difundirlas solicitaron al gobierno que se las liberasen de los
impuestos de importación, lo que se hizo en la legislatura que terminaba en
1902.
Sin embargo, el Poder Ejecutivo observó y vetó la ley;
bajo motivos que ahora nos parecen verdaderamente insólitos. Se decía que había
que proteger a un grupo reducido de importadores y que no se veía en que forma
iba a favorecer a nadie más. El Congreso insistió y se vio precisado a expedir
una Resolución Legislativa el 11 de octubre de 1903. Años después llegaron a
Piura en gran cantidad.
Con relación a la importación de automóviles, fue el
diputado Antonio Miró Quesada en compañía de Carlos Porras que en setiembre de 1903 presentaron el proyecto de liberación
arancelaria que se convirtió en ley días más tarde o sea el 30 de setiembre de 1903.
El automóvil a vapor había sido inventado hacía más de
130 años por un francés pero resultó un armatoste muy pesado y sin utilidad
práctica. Un siglo más tarde los alemanes Carl Benz y Cottlieb Daimler inventaron en 1886 vehículos móviles a gasolina.
Los dos inventores-empresarios resolvieron
unirse y produjeron el famoso Mercedes Benz, que poco
a poco fueron exportando, pero los coches tirados por caballos siguieron siendo
por muchos años más prácticos, más rápidos y de mejor manejo.
Los primero automóviles que llegaron a Lima fueron de
manufactura europea. En 1903 Henry Ford recién
empezaba en Estados Unidos a organizar su empresa productora en serie de los
famosos automóviles Ford T., que fueron lanzados al
mercado en 1908.los que llegaron en gran cantidad al Perú.
Los automóviles al principio sólo podían circular en las
ciudades, porque fuera de ellas no existían vías adecuadas. La construcción en serie
y a gran escala de esta clase de vehículos requirió la construcción de
carreteras y de puentes especiales. Fue recién con el Gobierno e Leguía que se dio un gran impulso a la construcción de
carreteras lo cual a su vez creó un creciente
importación de autos y camiones.
No se conoce cuando llegaron a
Piura las primeras máquinas de escribir. El automóvil tardaría en llegar a
Piura. Vendría al mismo tiempo que el avión
El auto fue traído por Locatelli. Se trataba de un novedoso “Studebaker”.
Si bien es cierto que Piérola
había renunciado a la candidatura a la Presidencia de la República por el
Partido Demócrata, no pasaba lo mismo con aquellos que deseaban postular o ser
reelegidos en la renovación del tercio parlamentario.
En Lima, el Presidente del Comité Directivo del Partido
Demócrata, se encargaba de nominar a los diversos postulantes provincianos sin
tener en cuenta, la voluntad del electorado. Era éste, don Manuel Pablo Olaechea.
Si bien es cierto que el Partido Demócrata se encontraba
en la oposición, no por eso alguno de sus principales y más conspicuos
personajes no habían perdido del todo sus influencias especialmente en
provincias. Uno de estos era el coronel Augusto Seminario y Váscones,
que consideró conveniente patrocinar la candidatura a la diputación por Tumbes,
a uno de sus amigos, don Santiago Sánchez Morote, radicado hacía desde mucho en
Piura.
Don Augusto Seminario logró en Lima
que la Directiva Nacional del Partido que presidía Olaechea
confirmase la postulación, y con tal credencial quedó todo listo.
Es interesante conocer como antes y también ahora, se
decide y se juega con el destino de los pueblos. Los hechos que narramos y que
tienen sabor a anécdota fueron contados por el escritor don José Vicente Rázuri.
Santiago Sánchez era un limeño que había luchado en la
batalla de Lima defendiendo el honor nacional. Posteriormente se radicó en
Piura en donde incursionó en un negocio de camal y carnicería, esta última
ubicada en el lugar llamado Tambo del Sol donde ahora está el local de la Corte
Superior, antes mercado, frente al Parque de las Tres Culturas, antes parque
Pizarro. Seguramente que a Sánchez le fue bien en los negocios, pues con el
correr de los años compró la hacienda de Miraflores,
un poco al norte de Piura, hizo buenas amistades y se afilió al Partido
Demócrata que en Piura y Tumbes controlaban el coronel Augusto Seminario y sus
sobrinos los Seminario Arámburu.
El 6 d enero de 1903, Sánchez con su guardaespaldas
parten de Paita rumbo a Tumbes, pero no contaba con que los tumbesinos habían
sido alertados por José Lama, hacendado de “Casitas” y hombre importante de la
región. Ocurría que los demócratas de Tumbes y otras personas de filiación
independiente habían lanzado la candidatura de José Noblecilla, rico
propietario de la hacienda Zarumilla y persona muy estimada en la ciudad.
A los tumbesinos no les gustó que los piuranos tratasen
de imponerles un candidato y grupos armados se apostaron en la playa de Puerto
Pizarro.
Esperaron que Sánchez desembarque y cuando estuvieron a
distancia conveniente abrieron fuego. Demás está decir que Sánchez no llegó a
poner pie en la playa y retornó precipitadamente a Paita para dar cuenta al
coronel Augusto Seminario.
Se decidió entonces como cuestión previa disponer el
nombramiento de Emilio Sánchez Seminario como sub-prefecto
de Tumbes, lo cual probaba que aún estando en al oposición esta familia,
Seminario Váscones, no había pedido poder.
El nuevo sub-prefecto partió de
Piura con seis gendarmes, y tras de pasar por Sullana siguió rumbo a Pazul, Casitas y por fin al río Tumbes que cruzó para
llegar a la ciudad del mismo nombre el 25 de febrero de 1903.
Era Jefe del Partido Demócrata en Tumbes don Elías Da
Silva con quien de inmediato se entrevistó el nuevo sub-prefecto.
Se acordó entonces promover una reunión en la oficina sub-prefectural con el otro candidato, don José Noblecilla, con
da Silva y además de los vecinos notables Mateo Zaput
y Nicolás Delgado.
Se llegó a un acuerdo y del mismo se levantó un acta ante
el notario público Manuel Velásquez López, de acuerdo a lo cual iría como
diputado propietario Santiago Sánchez y como suplente José Noblecilla. El
titular al cabo de un año pediría permiso y sería reemplazado por el suplente.
Tal como planearon las cosas, resultaron al realizarse
las elecciones. Entonces Da Silva viajó a Piura a dar la buena noticia a
Santiago Sánchez y casi sin inmutarse preguntó al viajero si en la campaña se
había hecho algún gasto que estuviera pendiente de reintegro y se le respondió
que 300 soles, los que fueron inmediatamente entregados.
Como el sub-prefecto Emilio
Sánchez Seminario solicitaba su cambio a otro lugar, el flamante diputado
ofreció atender el pedido y nombrar como sub-prefecto
de Tumbes a Da Silva que tan bien se había portado en la campaña. El gesto fue
agradecido por éste, que se vio estimulado para solicitar al diputado Sánchez
varios cambios de autoridades a todo lo cual accedió sin titubeos y tomó nota
en una pequeña libreta.
El diputado Sánchez se integró a su Cámara y se olvidó en
Lima en forma total de Tumbes, de su gente y de sus promesas. Noblecilla sí
llegó a ser en ese período diputado accesitario, pero
ni Da Silva sub-prefecto, ni los demás que apoyaron
la campaña consiguieron cargo alguno. Sánchez Morote consideró que con los 300
soles que entregó había saldado todo compromiso y cuando se le dijo que eso era
muy poco, replicó que él no tuvo la culpa, que pagó lo que se le pidió y no
regateó nada, y si más le hubieran pedido, más hubiera pagado.
Este episodio que se relata como anécdota, revela el
criterio que tenían por entonces los que se llamaban políticos.
López Albújar había nacido en
1872, por los años violentos de 1893 tenía por lo tanto apenas 21 años, pero ya
era un agresivo periodista profundamente anti-militarista.
Al general Cáceres admiraba y respetaba como soldado defensor de la honra
nacional, pero se le oponía abiertamente en el campo político.
En 1893 escribía en el periódico “La Tunda” que como su
nombre lo indicaba, en cada artículo daba una verdadera paliza a los políticos
de turno.
Para oponérsele desde el campo periodístico, apareció “La
Contra-tunda”.
Por entonces, era prefecto del departamento el severo
coronel Fernando Seminario Echandía, del que se decía
“no se casaba con nadie”.
El 29 de abril de 1893, escribió López Albújar en el periódico un irreverente poema titulado
“Ansias” contra el general Cáceres con el seudónimo de León Cobos y el prefecto
dispone su encarcelamiento y enjuiciamiento.
Al salir en libertad, se trasladaba a Lima y viene el
Gobierno de Piérola. En la capital escribe en “La
Opinión Nacional”, en “La Neblina”, “El Comercio”, “La República”, éste último
era un periódico vocero del ala radical del ex-partido demócrata que con Durand se llamó Partido Liberal.
Era pues López Albújar un
liberal, anti-militarista por convicción y además se
alineó políticamente con grupos liberales. Por eso cuando retornó a Piura en
octubre de 1900, se une a los grupos liberales y cuando se forma la Alianza
Liberal que lleva al coronel Fernando Seminario, su otrora enemigo político, no
duda en darle su más rápido apoyo.
Chiclayo en el norte, al igual que Arequipa en el sur,
eran baluartes del liberalismo.
Hacia allá se dirigió el coronel Fernando Seminario, candidato
presidencial, accediendo a una invitación de la directiva de la Alianza
Liberal. La conformaban: Juan de Dios Lora y Cordero, Manuel María Izaga, Juan Ugaz, el capitán de
fragata Carlos Barandiarán, el doctor Víctor Manuel Amézquita, Arturo Escalante y Váscones, Guillermo Gamarra, Luis
Odar Seminario, Leoncio Brandon,
Alejandro Leguía, Everardo Soto, Moisés Escurra y
otros.
En Chiclayo, la Alianza Liberal lanzaba como candidato a
senador a Juan de Dios Lora y Cordero. En el lado opuesto, la Alianza de
Civilistas y Constitucionales tenía como candidato a don Nicanor Carmona Vílchez, hombre de mucho prestigio. Por este mismo grupo a
una diputación postulaba el médico don Wencesleao
Salazar.
El 15 de mayo de 1903 llegaba el coronel Seminario a Chiclayo
y el 18 de mayo efectuó una concentración partidaria que fue atacada por el
contra-manifestantes de la Alianza Civil-Constitucional. Las piedras menudearon
y la policía actuó en forma parcializada, resultando muchos heridos, contusos y
muerto J. Mayorga.
El coronel Seminario envió enérgicos telegramas de
protesta a las autoridades de Lima, y a poco pretextando falta de garantías,
renunció a su postulación de tal manera que Candamo y su fórmula se iban a
presentar solos en las elecciones del 25 de mayo.
Parece que Seminario se había dado perfecta cuenta de su
próxima derrota y los sucesos de Chiclayo le dieron una magnífica oportunidad
de retirarse.
Al efectuarse las elecciones Juan de Dios Lora, triunfó
de todos modos sobre su oponente.
No obstante el tenso clima electoral, las elecciones se
realizaron con relativa normalidad, a partir del 25 de mayo, pues el acto no se
cumplió en un sólo día.
Manuel Candamo se presentó sin opositores, lo cual de
antemano le aseguraba la victoria. También se efectuaron elecciones por el
tercio, tanto en la Cámara de Senadores como de Diputados, y del mismo modo,
por falta de garantías, los candidatos de Alianza Civil-Constitucional del Gobierno,
casi no tuvo opositores.
El departamento de Piura que antes tenía tres senadores,
sólo había quedado reducido a dos por segregación de Tumbes. De igual modo en
cuanto a diputados sólo quedaron cuatro, es decir uno por cada provincia cuando
antes tenía cinco diputados propietarios. De esos cinco curules,
cuatro habían acaparado los hermanos Edmundo, Felipe, Oswaldo y Enrique
Seminario Arámburu. Esto hasta 1903.
Por el sistema del tercio, no salieron vacantes las
senadurías piuranas, de tal manera que continuaron Enrique Coronel Zegarra y el coronel Augusto Seminario y Váscones. Como suplentes se eligieron al coronel
Maximiliano Frías y Enrique Forero.
En cuanto al tercio para diputados salió para nueva
elección la diputación de Ayabaca que tenía Felipe
Seminario Arámburu y se eliminó una de las provincias
de Piura que tenía Enrique Seminario Arámburu.
La diputación vacante fue ganada por Eloy Castro, el
legendario montonero ayabaquino, fiel seguidor del
general Cáceres y contumaz vengador de su padre asesinado muchos años atrás en
la Hacienda de Poclús. Como diputado suplente don
Antonio García León hijo del coronel Francisco García León y Carrasco y de doña
Tomasa León Seminario que se contaba como un fiel
partidario del general Cáceres y miembro del Partido Constitucional.
Dada la importancia del departamento de Piura, la curul
de suplente de Antenor García se cambió en titular. De esa forma los diputados
piuranos fueron: Enrique Espinoza y los hermanos
Edmundo y Oswaldo Seminario Arámburu.
En la campaña electoral que precedió a las elecciones,
figuraron en la oposición los otrora acérrimos contrincantes y a la vez primos,
los coroneles Fernando Seminario y Echandía con
Augusto Seminario y Váscones. Pero cada uno iba por
su lado.
En cambio, Eloy Castor y Fernando Seminario que por
muchos habían batallado juntos desde trincheras políticas y militares, en esta
oportunidad estaban en bandos opuestos.
En el departamento de Piura, en el año de 1903 se inició
con el prefecto Juan Vargas Quintanilla y terminó con el coronel Manuel Diez Canseco. En Paita se nombró como subprefecto a don Julio
Chávez Cabello, que iniciaría de ese modo una larga y siempre ascendente
carrera política.
En esa época, los resultados definitivos de las
elecciones reconocían muy tarde puesto sólo intervenía la Junta Electoral
Departamental y la Nacional, sino también el Congreso que tenía la última
palabra, y que podía -llegado el caso- torcer la voluntad popular expresada en
las “ánforas”.
Para la primera semana de junio, se avizoraba sin embargo
la victoria de Candamo y de su lista de Vicepresidente, si es que podemos
llamar triunfo, el haber logrado una mayor cantidad de votos que las
abstenciones.
El 13 de junio ocurrió un hecho no previsto, la muerte
repentina del Dr. Lino Alarco, al que se le suponía
ya primer vicepresidente electo. Su lugar tendría que ser ocupado por Serapio
Calderón Chirinos, que era el segundo vicepresidente.
Este cargo del primer vicepresidente, fue le que
originalmente había sido reservado al coronel Fernando Seminario Echandía.
En los primeros días de agosto la Comisión de Cómputo del
Congreso se encontraba abocada al recuento de los votos. No hubo acuerdo
unánime entre sus miembros para presentar un informe único. La mayoría integrada
por los parlamentarios Benigno de la Torre, Juan de Quintana y Antonio Miró
Quesada, dio los siguientes resultados:
Ciudadanos inscritos en el Registro Electoral
……... 146,142
Sufragantes …………………………………………
93,778
Votos a favor de Candamo …………………………
92,798
Votos a favor de Lino Alarco ………………………
92,781
Votos a favor de Serapio Calderón …………………
93,746
Es decir que dejaron de votar 52,364 electores que
representaban el 35.83% y bajo el supuesto de ser todos de la oposición, de
todos modos hubieran perdido si llegaban al acto electoral con candidato.
Con relación a los votos a favor de Candamo, éste logró
nada menos que el 98.95% de la totalidad de los votos emitidos. Resulta sin
embargo fantástico el resultado para el segundo vicepresidente Serapio Calderón
que logró nada menos que el 99.96%, es decir una unanimidad y validez de votos
que resultaba imposible en la actualidad en la democracia más evolucionada y
que sólo se dan en los regímenes comunistas de Partido Único, y que todos saben
perfectamente bien como se produce eso.
En resumen a los miembros de la mayoría de la Comisión de
Cómputo, se les fue la mano con los resultados.
Joaquín Capelo, demócrata, y
Aurelio Souza eran miembros de la minoría de la comisión y protestaron del informe
de la mayoría y del cómputo que llamaron escandaloso.
La minoría en su informe solicitó la nulidad de las
elecciones a nivel nacional, por la intervención directa que en todo el proceso
había ejercido las autoridades políticas. También impugnaron la conformación de
la Junta Electoral Nacional integrada por miembros en su casi totalidad de la
Alianza Civil-Constitucional. Acusaron a la propia comisión a la que
pertenecían de haber manipulado las cifras, y que ni siquiera los votos y actas
de Lima y Callao habían sido examinados, pues la comisión se había reunido muy
pocas veces.
El problema fue trasladado al Congreso y se produjeron
ardorosas sesiones, siendo aprobado el dictamen de mayoría por 103 votos contra
sólo 39 en sesión del 21 de agosto de 1903.
Faltaba, sin embargo, el acto formal de la proclamación
de Candamo, y hubo una nueva espera. Recién el 8 de setiembre
de 1903 el Congreso proclamó a Candamo y a su fórmula de vicepresidentes por el
período 1903-1907. La primera vicepresidencia quedaba vacante pero luego fue
cubierta por Serapio Calderón.
Desde antes de las elecciones Candamo había estado
tratando de formar su primer Gabinete Ministerial y pensó en Isaac Alzadora pero
éste no aceptó. Entonces buscó y encontró la colaboración de don José Pardo y
Barrera, chiclayano, hijo nada menos que del fundador del Partido Civil, don
Manuel Pardo y ex-presidente de la República.
Pardo tomó la cartera de Relaciones Exteriores e inició
de esa forma su carrera política que lo llevaría dos veces a la presidencia de
la República. Como ministro de Hacienda escogió a un financista joven de 40
años, también lambayecano Augusto Leguía que inicia
igualmente una meteórica carrera política que lo haría varias veces presidente
de la República.0
Para ministro de Guerra y Marina, se contó con el coronel
Pedro Muñiz, muy vinculado a Piura por haber sido antes prefecto y más tarde
varias veces senador, habiendo llegado a lanzar su candidatura a la presidencia
de la República, desde esta ciudad. Para el Ministerio de Fomento se designó a
Manuel Barrios y para Gobierno a Juan de Dios Miranda.
Pardo solicitó a José Francisco Eguiguren
y Escudero, se hiciera cargo de la cartera de Justicia e Instrucción. El
presidente Candamo cobró mucho afecto a Eguiguren y
le dispensó su mayor confianza, lo cual fue la causa de que un año más tarde se
viera envuelto en muy dolorosos y dramáticos sucesos.
José Francisco Eguiguren era
hijo de Vicente Eguiguren Riofrío, natural de Loja y
de Antonia Escudero. Hermano de Víctor, del ingeniero Vicente casado con Adela Helguero Checa y de Victoria casada con Miguel Checa Checa. Fue padre de Luis Antonio Eguiguren y también de Vicente, Carlos, Margarita, Isabel,
Josefina y Rosa. Se casó con la dama Josefina Escudero Menacho
y su actividad pública fue presidente de la Beneficencia Pública de Piura,
vocal de la Corte Superior, vocal y presidente de la Corte Suprema y senador
por Piura.
Entre abril y agosto de 1902 y en virtud de
comunicaciones cruzadas entre las cancillerías de Lima y Quito, se permitió que
tropas ecuatorianas ocupasen en forma transitoria el punto en donde el río Aguarico desemboca en el río Napo, pero se dejó bien en
claro que no debían avanzar hacia Napo.
El 26 de junio de
1903 la barca peruana “Cahuapanas” con 17 soldados a
bordo hacía su recorrido de inspección por el río Napo, y pudo percatarse que
en el sitio llamado Angoteros había soldados ecuatorianos.
Para averiguar el motivo, se dispuso que 10 soldados desembarcaran pero fueron
recibidos con fuegos de fusilería. Desembarcaron los restantes y todos al mando
del capitán Juan Chávez Valdivia lograron desalojar a los incursores.
Pocos días más tarde en el río Cururay, fueron
detenidos cuatro soldados ecuatorianos que pretendían hacer funcionar una
aduanilla.
No cabía la menor duda que la política de Ecuador era la
de infiltrarse en forma lenta en territorio poco vigilado.
Los sucesos de Angoteros se
conocieron en Lima por noticias llegadas del Brasil de acuerdo a los cuales los
peruanos tenían puestos militares a lo largo de territorios en litigio y
bloqueaban la comunicación en los ríos navegables, imponían derechos aduaneros
y cometían toda clase de abusos. Se informaba igualmente que en Angoteros habían muerto dos soldados ecuatorianos, uno
había quedado herido y otro resultado prisionero. Sólo días más tarde se
recibió una información del prefecto de Loreto que en cierta forma algo modificó
las noticias del Brasil.
Las relaciones diplomáticas se volvieron a poner tensas
entre los dos países y toda la extensa frontera quedó en estado de alerta.
En Piura y Tumbes cada vez que se producía incidentes
fronterizos, se paralizaba el comercio internacional y la población vivía
momentos de tensión. No obstante el estado de alerta, los incidentes ocurrieron
en la selva.
El río Aguarico, nace en el
Ecuador y es navegable en su curso medio y bajo. Tiene como afluente al río Lagartococha o Zancudo que de acuerdo al tratado de Río de
Janeiro hace de límite entre las dos naciones. A partir de ese punto de unión,
el Aguarico también es línea limítrofe hasta su
desembocadura en el río Napo. En este punto y en el lado peruano se levanta la
localidad y guarnición de Pantoja. Este último nombre
se dio en homenaje al cabo Víctor Pantoja, muerto el
año siguiente en acción de guerra.
Que ahora se inaugure un parque público en una ciudad grande,
ya no es noticia. Pero sí lo era en esa época del 1900 cuando en una pequeña
población, se inauguraba su primer parque principal.
Cuando los españoles fundaban una ciudad, dejaban en
primer término un espacio amplio en torno al cual distribuía solares para los
edificios principales y para los vecinos. Ese espacio era para la Plaza de
Armas, nombre que en la mayoría de los casos resultaba exageradamente pomposo,
pero que se tornó costumbre en llamar de ese modo a los que hoy denominamos
parque principal.
Huancabamba al iniciarse el
siglo XX, tenía su plaza de armas como cualquier otra ciudad, pero la verdad es
que el nombre le quedaba ancho. Para mejorarla los huancabambinos
formaron una Comisión de Ornamentación cuyo presidente fue el párroco Ricardo Urquiaga. La comisión trabajó y cumplió, en forma tal que
el año 1903 se hizo la inauguración del nuevo parque público.
Era alcalde don Roberto Espinoza
Elera y subprefecto don Manuel María Castro, hermano
del nuevo diputado don Eloy Castro, lo cual mostraba el nuevo alineamiento
político de las autoridades departamentales.
El padre Justino Ramírez cuenta como la plaza de armas de
Huancabamba se fue mejorando y embelleciendo con el
tiempo. En 1917 siendo diputado por Huancabamba don
Benjamín Huamán de los Heros,
logró una fuerte asignación para mejorar su piso con baldosas y construirle en
el centro una pila con tres fuentes. Por ese tiempo gobernaba el Perú don José
Pardo, y se le dio su nombre a la plaza.
En 1935 con fondos de la Junta de Obras Públicas, ley
lograda por el Dr. Luis Eguiguren,
se rehizo la fuente de cemento y se construyó otra ornamental con azulejos y
una estatua. A parte del piso del parque se le pusieron losetas venecianas. En
1944 se coloca el busto del soldado huancabambino Potenciano Choquehuanca que murió
defendiendo la puerta del Palacio de Gobierno que le había sido encargada como
centinela.
Posteriormente se le han hecho remodelaciones para
mejorar sus jardines, iluminación, etc.
Don José Vicente Rázuri,
aseguraba que ya desde 1900, grupos de colegiales de San Miguel habían
organizado equipitos, para jugar el novedoso deporte. El doctor Ramón Seminario
Gonzáles, reunió en la famosa “Casa Quemada”, ubicada en la esquina Apurímac-Libertad, y fundó el “Infantil Football Club”.
Según Rázuri, algunos de sus componentes eran Carlos
López Albújar, Ernesto Arrese
y Vegas, Carlos García Vegas, Oswaldo Otoya Vegas,
Fernando García W., Ramón Seminario, etc.
Hay que suponer que en esa época todo era improvisado,
porque no había campos de deportes, ni vestuario o calzado especial, y se
utilizarían bolas de jebe que eran las que existían.
Como con alguien tenían que jugar, es posible que se
hubiera formado otro club de “churres” o que el naciente club, dispusiera de
dos equipos.
Fue sin embrago, sólo hasta 1904, cuando se formó un
verdadero club de fútbol a iniciativa del ciudadano inglés José Hope. Se llamó “Club Unión de Fútbol”. Como no había aún
canchas de fútbol, las prácticas las hacían en la calle, entre la plaza de
armas y el cine Edén. Desde 1905 el club contó con su uniforme deportivo.