CAPÍTULO III

 

AGITACIÓN POLÍTICA

 

 

Ø      El F.C. al Marañón y Mesones Muro

Ø      Hilbck, solicita concesión para canal

Ø      El coronel Fernando Seminario y el Partido Constitucional

Ø      Oswaldo Seminario precipita caída del Gabinete

Ø      Aparece “La Igualdad” de Paita

Ø      Donación de terrenos para la Plaza Merino

Ø      Construyen Teatro Municipal

Ø      Llegan máquinas de escribir y automóviles

Ø      Elección del Diputado de Tumbes

Ø      López Albújar apoya al coronel Seminario

Ø      Sangrientos sucesos de Chiclayo

Ø      Elecciones del 25 de mayo de 1903

Ø      Francisco Eguiguren, Ministro

Ø      El combate de Angoteros

Ø      La Plaza de Armas de Huancabamba

Ø      El primer club de fútbol

 

 

El F.C. al Marañón y Mesones Muro, Alejandro Garland y Germán Stiglich

INICIO

            La primera oposición al trazo del ferrocarril al Marañón desde que en 1843 Rudecindo Garrido dio a conocer su proyecto, se produjo el 10 de abril de 1902 cuando el diario “El Comercio” de Lima publicó una comunicación dirigida al ministro de Fomento por el explorador ferreñefano Antonio Mesones Muro, expresando que el trazo más conveniente para el ferrocarril era el de Eten al Marañón, pasando por el abra de Porculla.

            Para probar su tesis, Mesones Muro organizó con su propio peculio una expedición que debía de recorrer la ruta. Fue de la partida Enrique Brunning y Eduardo de Habich hijo, en representación de la Junta de Vías Fluviales creada el año anterior por el Gobierno. Los expedicionarios partieron de Ferreñafe el 18 de mayo de 1902 y en el mismo año tras de cumplir con éxito la travesía, hizo Mesones una exposición ante la Sociedad Geográfica de Lima a la que concurrió el Ministro de Fomento. En 1903 en el Boletín de la Sociedad Geográfica tanto Mesones Muro como Brunning publicaron artículos. De acuerdo al trazo, el ferrocarril saldría de Eten, pasaría por Ferreñafe el pueblo natal de Mesones y seguiría por Olmos para atravesar la cordillera por el fundo “El Chiche”, seguir el curso del río Chamaya y llegar a Puerto Meléndez.

 

            La amplia difusión que alcanzó el proyecto amenazó al antiguo y tradicional de Paita al Marañón estudiado por una decena de técnicos.

 

            En 1901 Von Hazle a bordo de la lancha “Inca” hizo diversos viajes exploratorios por el Amazonas y Marañón, luego construyó el muelle de Iquitos, estudió la costa de Barraca a Lima para llegar a la conclusión de las inigualables condiciones de Paita como puerto. En 1902 estudió los varaderos de Putumayo que lo exploró al igual que el río Putumayo. En 1903 exploró el río Curaray y en 1904 los ríos Paucartambo y Alto Urubamba.

            En los años 1904, 1905 y 1906 don Alejandro Garland publicó tres monografías sobre el ferrocarril de Paita a Puerto Limón, refutando a Mesones Muro en cuanto a las condiciones incomparables del puerto de Paita sobre las de Eten, y la importancia del trazo por Piura porque pasaría por una muy importante zona mineral de fierro. El trazo planteado por Garland, no pasaba por la localidad de Huancabamba, sino que tras llegar a Piura pasaba por el abra de Porculla, para penetrar a Pilca y Jaén, seguir a Bellavista, a Bagua Chica y a Puerto Limón.

 

            En 1903 el capitán de navío Germán Stiglich Álvarez, que además de hombre de mar era geógrafo, historiador y autor de numerosas obras; había estudiado en forma detenida el proyecto de Von Hassen . Era autor también de un libro titulado “Las últimas exploraciones ordenadas por la Junta de Vías Fluviales a los ríos Ucayali, Madre de Dios, Paucartambo y Urubamba”. El capitán de navío Stiglich solicitó en 1903 al Gobierno peruano que diera comienzo a la brevedad al ferrocarril de Paita al Marañón, más aún cuando ya existían nuevos estudios elaborados por Alfredo Mac Cune y James Haggin iniciados el 10 de octubre de 1902 en base a la ley del 8 de noviembre de 1901.

 

            En 1904, el 16 de marzo, el Poder Ejecutivo por ley del 16 de marzo autorizó la construcción del ferrocarril.

 

            Más adelante nos ocuparemos de los nuevos esfuerzos desplegados por Enrique Coronel Zegarra, Alejandro Garland y el Proyecto Koppel.

 

La casa Hilbck solicita concesión para canal

INICIO

            El 14 de agosto de 1901 la firma F. Hilbck y Cía. formuló ante el Ministerio de Fomento su primera solicitud para que se le concediera autorización para abrir un canal para irrigar terrenos ubicados en la margen derecha del río Piura, con una boca toma ubicada un poco más al sur de la ciudad de Piura..La  empresa  F. Hilbck y Cía. había sido fundada por el emigrante alemán,  Federico Hilbck Schivemann-

A partir de esa fecha, la misma firma presentó una serie de solicitudes, sobre todo en 1902, en que con fecha 24 de marzo dio a conocer una relación de pequeños agricultores que se iban a beneficiar con el canal. La empresa amparaba su solicitud en la Ley General de Irrigaciones del 9 de octubre de 1893, y en la Ley Especial de Irrigación del Valle del Piura del 5 de diciembre de 1890, tal como antes lo habían hecho Sears y Reid.

 

            Hilbck había adquirido el fundo “Coscomba” de 150 hectáreas en las proximidades de la ciudad de Piura, pero no disponía de agua para riego. Con el canal cuando menos la mitad iban a poder cultivarse. También iban a poder irrigar parte de las 20 hectáreas de terrenos de ejidos del Concejo Provincial de Piura, una treintena de campesinos indígenas que en “La Legua” poseían en conjunto 120 hectáreas, el fundo de 145 hectáreas de los hermanos Arrunátegui, otras 30 hectáreas de varios indígenas, 80 hectáreas de propiedad de don Juan Ruidías y Francisco E. Helguero que conducían como arrendatarios indios de Catacaos, 100 hectáreas del fundo de don Luis Guzmán, 100 hectáreas de los hermanos Mendoza, 50 hectáreas de varios propietarios y otros; todo lo cual en conjunto sumaban 800 hectáreas que iban a ser beneficiadas con el nuevo canal.

 

            Al igual que en anteriores oportunidades, las comunidades se opusieron al canal. Se manifestaba que en el Bajo Piura la agricultura era floreciente y que nada menos que doce mil cuadras estaba bajo riego. Una cuadra era una unidad de medida agraria de 100 varas por lado.

 

            De ellas se aseguraba que los indios de Catacaos cultivaban 3,000 cuadras en los 10 canales existentes, y los comuneros de Sechura tenían bajo su control 2,000 cuadras.

 

            Agregaban que desde que don Juan Vílchez había comenzado a abrir canales para los indios, estos fueron asentándose en los terrenos y que la presencia de empresarios de ascendencia extranjera constituía un peligro, ya que podían serles obligados a vender a bajo precio sus terrenos bajo el pretexto de que eran eriazos. Era por lo tanto el facto de desconfianza el que una vez más volvía a aflorar.

 

            Pero en el problema no sólo intervinieron las comunidades de Castilla, Catacaos y Sechura, sino también la Beneficencia Pública y los propietarios de la Hacienda Puyuntalá.

 

            La presencia de la Beneficencia en el problema era porque entraban en juego las tierras del fundo Yupita que reclamaba como suyo.

 

            También y al igual que antes, la imprenta “La Unión” distribuyó volantes contra el proyecto de irrigación, mientras que “Revista Norte” lo defendía.

 

            Se denunció que la empresa trasladaba indígenas de diversos lugares, los asentaba en las tierras eriazas, les construía cabañas para vivir y luego les hacía firmar escrituras de venta como si fueran dueños de esas tierras.

            Las gestiones siguieron un lento curso y en el mes de Enero de 1960 el ingeniero Pablo G. Seminario, al servicio de la empresa, les hace llegar un informe técnico, en el que se aconseja construir la bocatoma seis u ocho cuadras más arriba del lugar señalado originalmente, para hacerlo en el sitio llamado Quebrada de la Margarita en donde antiguamente fue la bocatoma de un canal tallán. La empresa solicitó el 20 de marzo de 1906 la modificación de los estudios al Ministerio de Fomento, y por Decreto Supremo de fecha 22 de marzo fue autorizada la construcción del canal con la modificación propuesta, pues ya en mayo de 1905 se había concedido a la firma Hilbck autorización para irrigar 3,000 hectáreas de terrenos eriazos.

 

            Las protestas siguieron hasta después del año 1907 pero el canal se construyó y posteriormente se formó la compañía irrigadota.

 

            Un hecho casual trajo a don Federico Hilbck Schweman a Piura. Había nacido en Alemania en 1848 en la ciudad de Lippstadt y teniendo sólo 24 años arribó en 1872 a la ciudad de Lima en viaje de negocios, hospedándose en el Hotel Maury, el mejor por entonces. No se trataba por lo tanto de uno más de los muchos inmigrantes que llegaban sin medios de fortuna y a fuerza de trabajo, de suerte y constancia lograban éxito y riquezas.

 

            En el mismo hotel se hospedaban tres jóvenes piuranos: Juan Hiliarón Helguero, Pablo Seminario y Ricardo Wenceslao Espinoza que era diputado por Piura. Trabaron una ocasional amistad y se trató mucho en las conversaciones de las riquezas y del futuro de Piura. El visitante ponía gran atención, pero pronto cada uno siguió su camino, es decir; Espinoza se incorporó a su Cámara, Seminario y Helguero retornaron a Piura y el viajero volvió a Alemania.

 

            Meses más tarde, Hilbck regresaba y se hospedaba en casa de don Juan Hiliarón Helguero. Se dedicó a recorrer Piura y observarlo todo.

 

            En la calle Tacna, estaba al costado de la Iglesia Matriz el establecimiento comercial del ciudadano español José Eugenio Moya, poseedor también del amplio edificio del Hotel Francia ubicado en el mismo lugar, que por entonces era el mejor de Piura.

 

            El empresario alemán y el comerciante español trabaron amistad, y pudo darse cuenta don Federico del gran sentido que para los negocios y del conocimiento del mercado que tenía don Eugenio Moya, de tal modo que se pusieron de acuerdo para hacer empresa, viajando a Europa para seleccionar mercadería a criterio de Moya y traerla para venderla en Piura. Así lo hicieron, con un enorme cargamento de mercadería llegaron a Paita y rápidamente vendieron a los demás comerciantes piuranos toda la mercadería. Alentados por el éxito, invirtieron toda la utilidad en hacer un nuevo viaje y en esta ocasión fueron dos los barcos que trajeron con mercadería.

 

            En esta oportunidad, el mercado piurano se saturó y sólo pudo venderse la carga de un barco, y Hilbck decidió que el otro barco siguiera a Pacasmayo, consignando toda la mercadería a la casa Kaufmann y Cía. En ese puerto se pudo colocar toda la mercadería, lo que alentó al joven empresario alemán abrir una sucursal en Cajamarca y otra en San Pedro.

 

            Don José Vicente Rázuri narra estos hechos, dice que ocurrían en 1874.

 

            Hasta 1896 la casa de Pacasmayo mantenía su prosperidad y estaba bajo la administración de don Hermann Graffon. En Cajamarca, incursionó en minería en la zona de Hualgayoc, adquiriendo las minas “Santa Lucía” y “La Poderosa”. Luego la mina de plata “La Tahona”.

 

            Don Federico se radicó definitivamente en Piura y se casó con doña Clara Seminario Echandía, con la cual tuvo dos hijos: Federico y Emilio Hilbck Seminario; éste último casado con doña Josefa Navarrete y Rázuri de los que nacieron Clara, casada con don Sócrates Balarezo; Emilio, casado con doña Constanza Barúa y Fernando Hilbck Navarrete.

 

            Don Eugenio Moya extendió sus negocios a Chiclayo. Donde fue alcalde. Durante la guerra con Chile atendió a mucha gente víctima de los invasores e hizo mucha obra social. En agradecimiento a eso, existe una calle en el centro de esa ciudad que lleva su nombre.

 

            En 1902, los hermanos Juan, Antonio, José y Francisco Mendoza manejaban un floreciente negocio situado en la calle de “El Comercio” de Catacaos. Se organizaron bajo la razón social de “Mendoza Hermanos” y también incursionaron en la agricultura, pues habían comprado un fundo llamado “Palo Parado” próximo a la ciudad. En 1904 ya habían logrado construir un canal de cinco kilómetros para irrigar su fundo.

 

El coronel Fernando Seminario y el Partido Constitucional

INICIO

            Cuando en 1901 retornó al Perú el coronel Fernando Seminario y Echandía, se hizo cargo de la dirección del Partido Constitucional de Cáceres, por cuanto éste aún permanecía en el exilio, a partir de entonces ya en forma voluntaria por haberse dado una ley de amnistía.

 

            El Partido Constitucional que fue una rama desprendida del Partido Civil, ya no contaba con la adhesión de las masas en la forma que en años anteriores permitió llevar al general Cáceres a la presidencia, pero de todos modos, dentro de cualquier alianza partidaria representaba un buen contingente electoral.

 

            Cáceres que la darse la ley de amnistía, esperó prudentemente un tiempo y cuando llegó de Europa, prefirió quedarse por varios meses en Tacna que estaba bajo control de Chile. Por fin, el 10 de julio de 1902 arribó al Callao con su familia, y el pueblo acudió en manifestación a saludarlo. También el presidente López de la Romaña tuvo la delicadeza de enviar un edecán para darle la bienvenida.

 

            En sus primeras declaraciones, el Héroe de la Breña dijo que llegaba despojado de toda ambición política, como un ciudadano más y como soldado que ponía su espada al servicio del Gobierno.

 

            En ningún momento hubo intento alguno de Cáceres por lograr una postulación presidencial en 1903 y dejó que el Partido Constitucional siguiera en manos del coronel Seminario. Sin embrago, el pueblo del Callao insistió en postularlo como senador en 1903 y ganó la curul, pero no se incorporó.

 

            Piérola había lanzado la iniciativa de llevar a la presidencia a un candidato de unidad nacional, propuesto por una gran asamblea en la que estuvieran representados todos los partidos. Las ambiciones y desconfianzas hicieron abortar este intento.

 

            Por esa época era máximo dirigente del Partido Civil don Manuel Candamo, un hombre riquísimo, de mucha ponderación y cultura. Los civilistas habían logrado muchas posiciones en el Gobierno y dominaban en el Senado. Era ministro de Gobierno don Rafael Villanueva, conspicuo civilista que inició tratos con el coronel Fernando Seminario para formar una alianza entre el Partido Civil y el Partido Constitucional, a lo cual se veía como algo completamente normal.

 

            La fórmula que se proponía a Fernando Seminario era: la presidencia para Candamo y la primera vice-presidencia para el coronel Seminario. Todos estaban de acuerdo en reconocer que el coronel era un personaje departamental, pero que no lo era a nivel nacional, ni poseía condiciones como para manejar los delicados problemas que en el orden político se presentaban en el país, y que demandaba mucha astucia y tino.

 

            Otros partidos que mantenían su presencia era el Liberal que jefaturaza Durand y la Unión Nacional de Gonzáles Prada, aún cuando a este último se le podía considerar más que todo un cenáculo de personas conspicuas entre los que predominaban los escritores y literatos, pero sin arraigo popular.

 

            Seminario se mostró excesivamente exigente e intransigente carente de la menor ductilidad, lo que por una parte disgustó a un numeroso e influyente grupo de miembros del Partido Constitucional, y por otra parte Villanueva cortó sus contactos con coronel.

 

            Si bien es cierto que el general Cáceres en ningún momento desautorizó públicamente al coronel Seminario, y continuó apartado de la política activa, sin duda que no compartía los criterios del empecinado piurano, pues fue nada menos que su yerno Carlos Porras, el que en forma más abierta se mostró en desacuerdo por la forma como se estaba conduciendo al Partido Constitucional en sus tratos con el Partido Civil.

           

La discrepancia se convirtió en abierta pugna entre los dos grupos al interior del Partido Constitucional y habiéndose convocado en Lima a una reunión de altos dirigentes, el coronel Seminario fue depuesto de la jefatura y en su lugar fue nombrado el Dr. Lino Alarco, prestigioso médico limeño, que reinició los tratos con los civilistas y llegó al trato que Seminario no había aceptado, es decir, que se formaría una alianza para postular a Candamo como presidente, a Lino Alarco como primer vice-presidente y a don Serapio García Calderón para la 2da. vice-presidencia.

 

            Ante esa situación, el coronel Seminario con un pequeño grupo de constitucionales que podíamos llamar del ala izquierda, se segregaron y formaron un nuevo partido al que llamaron Partido Federal, que no logró captar a las masas ciudadanas.

 

            Como se podrá apreciar más tarde y de acuerdo a los hechos que se sucedieron, el coronel Seminario perdió la gran oportunidad de su vida, pues en 1904 bien pudo ser el presidente del Perú.

 

            Otro suceso importante en el proceso electoral que estaba por realizarse, fue la decisión de Piérola de abstenerse. Esto resultaba insólito en un hombre que por decenios había sido un pertinaz conspirador, con una ambición sin límites por la Presidencia de la República. En los demás procesos electorales que siguieron, Piérola iba a repetir la abstención en medio de la desesperación de sus seguidores que no llegaban a comprender las motivaciones de su caudillo. Hasta ahora, los historiadores plantean diversas opiniones sobre las causas profundas que impulsaron a Piérola a esos renunciamientos. Algunos suponen que habiendo ya logrado el poder, lo que ahora ambicionaba era la gloria.

 

            El Partido Demócrata no llevó candidato oficial y sus seguidores quedaron en libertad de emitir su voto por quien quisieran.

 

            La oposición conformada por el Partido Liberal, la Unión Nacional y el naciente Partido Federal, se unieron y formaron la Alianza Liberal. Era lo que podríamos decir una alianza de partidos izquierdistas.

 

            Los liberales eran fuertes en Huanuco, Lambayeque, Lima y Arequipa. En este último lugar los jefaturaza Mariano Lino Urquieta, que actuaba completamente independiente de Durand. Sin embargo, todos se pusieron de acuerdo para llevar como candidato a la presidencia al coronel Seminario.

Gonzáles Prada, no obstante haberse apartado de la Unión Nacional, aceptó representarla en el seno de la alianza de Partidos Liberales, pero no tenía la menor convicción del triunfo del coronel Fernando Seminario, al cual haciendo alusión a su apodo de “El Gato”, lo llamaba “El Gato Muerto”.

 

            Las autoridades adictas al gobierno de López de la Romaña empezaron a nombrar en los puestos claves personas de confianza de los civilistas. Toda la maquinaria electoral quedó preparada para favorecer a Candamo, con lo cual la denuncia de Piérola de que se estaba preparando el fraude electoral en gran escala, quedaba justificado.

 

            Al finalizar el año 1902 la campaña electoral ya empezaba a tornarse violenta, pugna que fue creciendo al iniciarse el año 1903. El ambiente en el Congreso se presentaba igual y con frecuencia había situaciones tirantes entre las dos Cámaras.

 

Oswaldo Seminario precipita caída del Gabinete

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            El 9 de agosto de 1902 el presidente López de la Romaña, había nombrado como primer Ministro al doctor Alejandro Deustua. La Cámara de Diputados era adversa al nuevo Gabinete.

 

            El 4 de octubre hubo una reunión de Congreso a la que asistieron la mayoría opositora de la Cámara de Diputados y del senado 16 miembros demócratas que ahora estaban en la oposición, algunos del Partido Constitucional, tres que se decían civilistas pero que no estaban de acuerdo con Deustua y dos de la Unión Nacional. La presidencia de esa sesión de Congreso la tuvo el senador Julio Normand.

            Contra el gabinete Deustua se dijo de todo, y se dijo que era un peligro para la soberanía, integridad y honor nacional. Se le acusó de querer negar al Poder Legislativo potestad sobre la aprobación de los tratados internacionales y de pretender pasar desapercibido el avance ecuatoriano en la zona selvática del Aguarico.

 

            En el Senado dominaban los civilistas y por mayoría se había tomado el acuerdo de no concurrir a la sesión del Congreso. Los senadores demócratas no acataron el acuerdo y tres civilistas entre ellos Normand y Capelo también desobedecieron. Fueron por tal motivo censurados.

 

            La Cámara de Diputados tras de llevar a cabo una serie de rápidas investigaciones tuvo una tumultuosa sesión el 9 de octubre de 1902, lo que desembocó en una moción de censura al Gabinete presentada por el diputado piurano Oswaldo Seminario Arámburu y Fernando Gazzani. Seminario que era del Partido Demócrata, estaba al igual que los demás de su grupo, francamente en la oposición.

 

            La moción decía lo siguiente: “La Cámara de Diputados, emite un votos de Censura al Gabinete Deustua que ha comprometido el decoro nacional”.

 

            Así de simple. puesta al debate, la censura se produjo por 70 votos contra 4 lo que significa que ni los mismos diputados gobiernistas de los Partidos Civil y Constitucional votaron en contra del ministro. Uno de los votos solitarios había sido el de Antonio Miró Quesada que en sus intervenciones había tratado de probar que el Gabinete no tenía ninguna culpa en los hechos que se le imputaban.

 

            La pasión política y los intereses de la misma índole en juego, siempre han contribuido a magnificar los hechos. Cuando luego el tiempo ha pasado y los espíritus se han serenado, las cosas se pueden apreciar en sus verdaderas dimensiones. Por eso se puede decir que los cargos que se hicieron al Gabinete Deustua fueron injustos y desmesurados, pero se logró el objetivo de ese momento: que cayera el Gabinete.

 

            Lo cierto es que entre el Gabinete y la Cámara de Diputados existía una fuerte pugna desde meses atrás. Los prefectos y subprefectos, siguiendo instrucciones de la Dirección General de Gobierno, iniciaron una acción muchas veces descarada a favor de los candidatos oficialistas y daban a publicidad documentos adversos al Congreso pero que en forma específica afectaban a la Cámara de Diputados. Don Jorge Basadre se ocupa de estos hechos y expresa que por dos veces este cuerpo legislativo se dirigió en queja al presidente de la República, que fuera del acuse de recibo no hacía nada.

 

            El Ministerio de Gobierno, subvencionaba diarios o periódicos ocasionales que habían iniciado una campaña de desprestigio contra muchos diputados de la oposición y por otra parte el Ministerio de Gobierno controlaba el uso del cable submarino en forma tal que los congresistas tenían que solicitar autorización para transmitir cualquier mensaje y enterar a las autoridades políticas de su contenido. Para colmo, el ministro de Hacienda se negó a pagar el Presupuesto de la Cámara de Diputados, y se llegó al caso de adeudar varios meses de remuneraciones, lo cual afectaba en mayor grado a los diputados de provincias condenándolos materialmente al hambre.

 

            El Gabinete trataba de ganar una lucha contra el reloj, pues la Cámara debía de recesarse el 25 de octubre, pero el 9 de ese mes se produjo la censura. Para cumplir con el mandato constitucional, el Congreso no podía prolongar sus sesiones más allá del 25 de octubre pero, la Cámara de Diputados al hacerlo dio a conocer al país un violento manifiesto contra el gobierno. En el mismo día se aprobó un dispositivo legal que hasta ahora perdura en el sentido de no ser el Ejecutivo el que crea los impuestos sino el Poder Legislativo.

 

            El Gabinete Deustua había renunciado el 11 de octubre pero el Presidente de la República lo había mantenido. Ante el manifiesto de la Cámara de Diputados del día 25, el Gabinete reiteró su renuncia el 27 del mismo mes. Por fin el 4 de noviembre de 1902 se formó un nuevo Gabinete bajo la presidencia de Eugenio Larrabure, con el mismo ministro de Gobierno Rafael Villanueva, que había sido repudiado.

 

Aparece “La Igualdad” en Paita

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            Siendo Paita la más importante provincia del departamento de Piura, después de la provincia capital, no era de extrañar que desde el siglo pasado tuviera una gran inquietud editorial y que fueran numerosos los órganos de prensa que se editaron.

            Como patriarca del periodismo paiteño tenemos a José Garrido, que en 1862 pone en circulación el semanario “El Instructor”. Más tarde dirigirá “El Eco de Paita” y “El Hado de Paita”.

 

            La familia Garrido, ha sido siempre una de las que más vinculadas ha estado al progreso de Paita en todo orden de cosas.

 

            Más tarde es Benjamín García, el hombre inquieto por el periodismo y en 1889 edita “El Fonógrafo”. Hacía 10 años que Edison había inventado el maravilloso aparato, y los fonógrafos se habían convertido en una de las formas más populares de difundir la música.

 

            Posteriormente, Benjamín García lanza a la circulación “El Constitucional” con el que fuera subprefecto de Paita Julio O. Reyes.

 

            Luego aparece “El Rector” siendo su director Darío Rubio Castellanos y su editor Tomás Coloma. Posteriormente Rubio edita con Alejandro García Cortez, “El Alba”. De Darío Rubio debemos decir que era un hombre inquieto, que a los pocos días de casarse tomó parte en la rebelión pierolista de Sullana, habiendo caído preso fue enviado al Real Felipe del Callao. Era poeta y había nacido en Querecotillo.

 

            Los periódicos “El Siglo XX” y “El Independiente” fueron editados por Eleazar Sánchez. El primero era como una especie de saludo al nuevo siglo. Por la misma época aparece “La Reforma” que tiene como director a Gil Antonio García.

 

            En 1902 aparece el tabloide “La Igualdad”. Era un diario informativo de 4 páginas, que no dejaba de informar sobre el movimiento marítimo del puerto que era la principal actividad de Paita. Daba breves noticias de los sucesos locales, departamentales y nacionales. Difundía avisos de misas, judiciales, comerciales y de las entidades oficiales. Su precio era de un real y salió durante 40 años.

 

            “La Igualdad” fue por mucho tiempo el único diario que se editaba en el departamento de Piura. El año 1943 en que dejó de salir, la situación de la industria de impresiones era muy difícil porque todas las importaciones se habían suprimido por causa de la guerra.

 

            Fue un gran mérito de su Director, mantener “La Igualdad” bajo las más adversas condiciones, económicas y materiales.

 

            Don Francisco Valdez, ha sido sin lugar a dudas uno de los más destacados periodistas de Paita y del departamento.

 

            En 1908, había puesto en circulación un semanario llamado “Prensa Libre”, en compañía de José Castillo. Con éste y con Enrique García habían fundado en la ciudad de Sullana en 1905 “La Nueva Provincia” que luchó por la creación de la provincia de Sullana, eso no obstante que le iba a desmembrar territorios a la provincia de Paita.

 

            En 1911, Francisco Valdez edita “La Voz del Chira” en Sullana y la nota editorial la escribe bajo el seudónimo de “Canchinaria”.

 

            Tuvo que significarle a don Francisco Valdez un gran esfuerzo, el tener que dirigir dos órganos de prensa en distintas localidades, lo cual es una muestra de que tuvo un gran afecto por la Perla del Chira en donde en la actualidad se encuentran sus descendientes.

 

Donación de terrenos para plaza Merino

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            Antiguamente, frente a la iglesia del Carmen había una plazuela pequeña que tenía el mismo nombre.

 

            Don Carlos Robles Rázuri, ha hecho la historia de esta plazuela y en ella desfilan una gran cantidad de personajes.

En las casas contiguas a la Iglesia vivieron los abuelos del poeta Carlos Augusto Salaverry y éste pasó allí su primera infancia.

 

            Con frente a la calle Real que luego se llamaría Libertad, estaba la residencia del 7mo. Conde de Lagunas, don Baltasar Melchor Vásquez de Velazco y de la Puente.

 

            La otra casona, que limitaba con la calle El Cuerno, más tarde Tacna, perteneció a la familia Ramírez, hacendados de la Solana, una de cuyas hijas, Vicenta tuvo en el general Santiago Salaverry un hijo que fue el gran poeta romántico Carlos Augusto Salaverry, que se dice nació en ese lugar, aún cuando los sullaneros aseguran que el alumbramiento fue en al hacienda.la Solana

 

            El conde de Lagunas se casó con doña Joaquina Fernández de Paredes Carrasco, hija del tercer marqués de Salinas y conde de Torre Bermeja. Doña Joaquina enviudó y se casó después con el administrador general de las haciendas de su padre, don Pedro Arrese que llegó a ser senador.

 

            La casa de los Ramírez se deterioró con el tiempo y el abandono. La residencia del conde de Lagunas fue destruida por el incendio de 1870.

 

            Eran pues pampones con algunas paredes que los cercaban, pero de caña y barro en muy malas condiciones y con peligro de venirse abajo. Por esa época lo de menos era el feo aspecto urbano que representaban esos inmuebles. El callejón colindante se llamó después calle Ancash, ahora avenida Sánchez Cerro.

 

            Dice don Carlos Robles Rázuri, que como el techo además era de paja y barro, había el peligro de un incendio que pudiera propagarse al resto de la manzana, por cuyo motivo los alcaldes Vicente León, Nazario García y Juan Helguero, habían prohibido la quema de castillos de fuegos artificiales en la plazuela.

 

            Los inmuebles que estamos mencionando fueron sacados a remate en 1898 y fueron adquiridos por el ciudadano alemán don Carlos Schaefer Shon el cual además era propietario de otro inmueble colindante que tenía el número 160 y estaba en condición habitable.

 

            El señor Schaefer decidió hacer donación al municipio, de todo los inmuebles, acto que se llevó a cabo el 9 de junio de 1903 ante el notario Isidoro Bustamante, estando el Cabildo representado por su síndico de rentas don Enrique del Carmen Ramos. Era alcalde en esos momentos don Víctor Eguiguren.

 

            La donación era con la finalidad de que se ensanchase la plazuela y en el centro de ella se colocase la estatua del pintor Ignacio Merino.

 

            Esas condiciones constaban en la escritura de donación y el Cabildo las aceptó.

 

            Tan pronto la estatua del pintor fue levantada, la plazuela dejó de llamarse del Carmen, para tomar el nombre de Merino.

 

            Con el tiempo, la callejuela estrecha o callejón llamado Ancash fue ensanchando y se transformó en la actual avenida Sánchez Cerro.

            En la tercera cuadra de la calle Tacna, en el inmueble 346 ocupado en la década del 80 por la Zapatería Ceci, había una placa de bronce que decía: “En esta casa nació el 30 de enero de 1817, el insigne pintor piurano Ignacio Merino, tributo que a nombre de Piura, le rinde el Concejo Provincial. Año MCMXIX”.

 

            Pero López Albújar en su obra “Mi Casona”, dice que “La gloria le viene sencillamente por haber nacido en ella Ignacio Merino”. La abuela de López Albújar ponía como testigo de tan trascendental hecho a “la Rosario Morales que lo vio nacer”.

 

Construyen Teatro Municipal en Piura

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            El 27 de julio de 1902, se colocó frente a la plazuela de la Cruz del Norte, la primera piedra del Teatro Municipal. de Piura El sector correspondía al corazón de la mangachería, donde habían viviendas muy humildes, por lo cual, la obra era el primer edificio público de importancia en el sector.

            La ceremonia fue apadrinada por el alcalde de Piura don Juan Palma, teniendo como invitado especial al diputado Miguel Checa Checa.

 

            La obra se inició pronto pero fue avanzando muy lentamente, pues el proyecto arquitectónico era verdaderamente ambicioso. En las primeras décadas del siglo XX el teatro sirvió para todo, como teatro, sala de conferencias y hasta de plaza de toros. Cuando el cine mudo llegó a Piura, el teatro sirvió como cinema y se aceleró su construcción y fue cuando se inició la década del treinta y empezó el cine sonoro, que prácticamente se terminó de construir. Por esa época compitió con los cines “Fénix” y “Edén”. Años más tarde cuando llegó a su auge el cine mexicano, empezó a funcionar el cine “Variedades” y gran cantidad de público acudía diariamente.

 

            Por entonces en Sullana funcionaba el cien “Excelsior” de la empresa Figallo-Klein, en Catacaos el cine del mismo nombre, en Paita el cine “Grau” y también en Talara. Cuando llegó a Piura la televisión, se produjo como en todo el mundo la decadencia de las salas de cine. En la década del 90 cerró el “Variedades”, pero cuando empezaba el año 2000 seguían funcionando el Cine Municipal y el “Ramón Castilla” en Castilla.

 

La llegada de máquinas de escribir y automóviles

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            Las máquinas de escribir como todo aparato mecánico inventado por el hombre se inician con modelos sumamente rudimentarios, que poco a poco van perfeccionándose hasta tornarse prácticos e interesar a los industriales, para construirlos en escala comercial. Eso fue lo que ocurrió con la máquina de escribir, aparato tan útil que después durante varias décadas,  sería imposible pasarlo sin ellas.

            Las primeras máquinas de escribir fueron inventadas por el inglés Henry Mill en el año de 1714 que hasta llegó a patentarla. No fue sin embargo sino hasta 1868 que los norteamericanos Sholes y G. Clidden las construyeron. Todavía pasaron muchos años para que las máquinas de escribir fueran aparatos verdaderamente útiles y fueran producidos masivamente.  Desde  1878, la empresa  Remington había desarrollado una máquina de escribir  que rápidamente se popularizó. Fuero máquinas de ese tipo, un poco mas avanzadas las que llegaron a Lima.  

 

Al iniciarse el siglo XX, ya había empezado a llegar las primeras máquinas de escribir a Lima, sumamente imperfectas sin duda y muy diferentes a las actuales, pero de todos modos constituían un gran avance en el desarrollo cultural e industrial.

 

            Los agentes importadores de máquinas de escribir con el fin de difundirlas solicitaron al gobierno que se las liberasen de los impuestos de importación, lo que se hizo en la legislatura que terminaba en 1902.

            Sin embargo, el Poder Ejecutivo observó y vetó la ley; bajo motivos que ahora nos parecen verdaderamente insólitos. Se decía que había que proteger a un grupo reducido de importadores y que no se veía en que forma iba a favorecer a nadie más. El Congreso insistió y se vio precisado a expedir una Resolución Legislativa el 11 de octubre de 1903. Años después llegaron a Piura en gran cantidad.

 

            Con relación a la importación de automóviles, fue el diputado Antonio Miró Quesada en compañía de Carlos Porras que en setiembre de 1903 presentaron el proyecto de liberación arancelaria que se convirtió en ley días más tarde o sea el 30 de setiembre de 1903.

 

            El automóvil a vapor había sido inventado hacía más de 130 años por un francés pero resultó un armatoste muy pesado y sin utilidad práctica. Un siglo más tarde los alemanes Carl Benz y Cottlieb Daimler inventaron en 1886 vehículos móviles a gasolina.

 Los dos inventores-empresarios resolvieron unirse y produjeron el famoso Mercedes Benz, que poco a poco fueron exportando, pero los coches tirados por caballos siguieron siendo por muchos años más prácticos, más rápidos y de mejor manejo.

            Los primero automóviles que llegaron a Lima fueron de manufactura europea. En 1903 Henry Ford recién empezaba en Estados Unidos a organizar su empresa productora en serie de los famosos automóviles Ford T., que fueron lanzados al mercado en 1908.los que llegaron en gran cantidad al Perú.

 

            Los automóviles al principio sólo podían circular en las ciudades, porque fuera de ellas no existían vías adecuadas. La construcción en serie y a gran escala de esta clase de vehículos requirió la construcción de carreteras y de puentes especiales. Fue recién con el Gobierno e Leguía que se dio un gran impulso a la construcción de carreteras lo cual a su vez creó un creciente importación de autos y camiones.

No se conoce cuando llegaron a Piura las primeras máquinas de escribir. El automóvil tardaría en llegar a Piura. Vendría al mismo tiempo que el avión

El auto fue traído por Locatelli. Se trataba de un novedoso “Studebaker”.

 

 

La elección del diputado por Tumbes

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            Si bien es cierto que Piérola había renunciado a la candidatura a la Presidencia de la República por el Partido Demócrata, no pasaba lo mismo con aquellos que deseaban postular o ser reelegidos en la renovación del tercio parlamentario.

 

            En Lima, el Presidente del Comité Directivo del Partido Demócrata, se encargaba de nominar a los diversos postulantes provincianos sin tener en cuenta, la voluntad del electorado. Era éste, don Manuel Pablo Olaechea.

 

            Si bien es cierto que el Partido Demócrata se encontraba en la oposición, no por eso alguno de sus principales y más conspicuos personajes no habían perdido del todo sus influencias especialmente en provincias. Uno de estos era el coronel Augusto Seminario y Váscones, que consideró conveniente patrocinar la candidatura a la diputación por Tumbes, a uno de sus amigos, don Santiago Sánchez Morote, radicado hacía desde mucho en Piura.

 

            Don Augusto Seminario logró en Lima que la Directiva Nacional del Partido que presidía Olaechea confirmase la postulación, y con tal credencial quedó todo listo.

 

            Es interesante conocer como antes y también ahora, se decide y se juega con el destino de los pueblos. Los hechos que narramos y que tienen sabor a anécdota fueron contados por el escritor don José Vicente Rázuri.

 

            Santiago Sánchez era un limeño que había luchado en la batalla de Lima defendiendo el honor nacional. Posteriormente se radicó en Piura en donde incursionó en un negocio de camal y carnicería, esta última ubicada en el lugar llamado Tambo del Sol donde ahora está el local de la Corte Superior, antes mercado, frente al Parque de las Tres Culturas, antes parque Pizarro. Seguramente que a Sánchez le fue bien en los negocios, pues con el correr de los años compró la hacienda de Miraflores, un poco al norte de Piura, hizo buenas amistades y se afilió al Partido Demócrata que en Piura y Tumbes controlaban el coronel Augusto Seminario y sus sobrinos los Seminario Arámburu.

 

            El 6 d enero de 1903, Sánchez con su guardaespaldas parten de Paita rumbo a Tumbes, pero no contaba con que los tumbesinos habían sido alertados por José Lama, hacendado de “Casitas” y hombre importante de la región. Ocurría que los demócratas de Tumbes y otras personas de filiación independiente habían lanzado la candidatura de José Noblecilla, rico propietario de la hacienda Zarumilla y persona muy estimada en la ciudad.

 

            A los tumbesinos no les gustó que los piuranos tratasen de imponerles un candidato y grupos armados se apostaron en la playa de Puerto Pizarro.

 

            Esperaron que Sánchez desembarque y cuando estuvieron a distancia conveniente abrieron fuego. Demás está decir que Sánchez no llegó a poner pie en la playa y retornó precipitadamente a Paita para dar cuenta al coronel Augusto Seminario.

 

            Se decidió entonces como cuestión previa disponer el nombramiento de Emilio Sánchez Seminario como sub-prefecto de Tumbes, lo cual probaba que aún estando en al oposición esta familia, Seminario Váscones, no había pedido poder.

 

            El nuevo sub-prefecto partió de Piura con seis gendarmes, y tras de pasar por Sullana siguió rumbo a Pazul, Casitas y por fin al río Tumbes que cruzó para llegar a la ciudad del mismo nombre el 25 de febrero de 1903.

 

            Era Jefe del Partido Demócrata en Tumbes don Elías Da Silva con quien de inmediato se entrevistó el nuevo sub-prefecto. Se acordó entonces promover una reunión en la oficina sub-prefectural con el otro candidato, don José Noblecilla, con da Silva y además de los vecinos notables Mateo Zaput y Nicolás Delgado.

 

            Se llegó a un acuerdo y del mismo se levantó un acta ante el notario público Manuel Velásquez López, de acuerdo a lo cual iría como diputado propietario Santiago Sánchez y como suplente José Noblecilla. El titular al cabo de un año pediría permiso y sería reemplazado por el suplente.

 

            Tal como planearon las cosas, resultaron al realizarse las elecciones. Entonces Da Silva viajó a Piura a dar la buena noticia a Santiago Sánchez y casi sin inmutarse preguntó al viajero si en la campaña se había hecho algún gasto que estuviera pendiente de reintegro y se le respondió que 300 soles, los que fueron inmediatamente entregados.

 

            Como el sub-prefecto Emilio Sánchez Seminario solicitaba su cambio a otro lugar, el flamante diputado ofreció atender el pedido y nombrar como sub-prefecto de Tumbes a Da Silva que tan bien se había portado en la campaña. El gesto fue agradecido por éste, que se vio estimulado para solicitar al diputado Sánchez varios cambios de autoridades a todo lo cual accedió sin titubeos y tomó nota en una pequeña libreta.

 

            El diputado Sánchez se integró a su Cámara y se olvidó en Lima en forma total de Tumbes, de su gente y de sus promesas. Noblecilla sí llegó a ser en ese período diputado accesitario, pero ni Da Silva sub-prefecto, ni los demás que apoyaron la campaña consiguieron cargo alguno. Sánchez Morote consideró que con los 300 soles que entregó había saldado todo compromiso y cuando se le dijo que eso era muy poco, replicó que él no tuvo la culpa, que pagó lo que se le pidió y no regateó nada, y si más le hubieran pedido, más hubiera pagado.

 

            Este episodio que se relata como anécdota, revela el criterio que tenían por entonces los que se llamaban políticos.

 

López Albújar apoya al coronel Seminario

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            López Albújar había nacido en 1872, por los años violentos de 1893 tenía por lo tanto apenas 21 años, pero ya era un agresivo periodista profundamente anti-militarista. Al general Cáceres admiraba y respetaba como soldado defensor de la honra nacional, pero se le oponía abiertamente en el campo político.

            En 1893 escribía en el periódico “La Tunda” que como su nombre lo indicaba, en cada artículo daba una verdadera paliza a los políticos de turno.

 

            Para oponérsele desde el campo periodístico, apareció “La Contra-tunda”.

 

            Por entonces, era prefecto del departamento el severo coronel Fernando Seminario Echandía, del que se decía “no se casaba con nadie”.

 

            El 29 de abril de 1893, escribió López Albújar en el periódico un irreverente poema titulado “Ansias” contra el general Cáceres con el seudónimo de León Cobos y el prefecto dispone su encarcelamiento y enjuiciamiento.

 

            Al salir en libertad, se trasladaba a Lima y viene el Gobierno de Piérola. En la capital escribe en “La Opinión Nacional”, en “La Neblina”, “El Comercio”, “La República”, éste último era un periódico vocero del ala radical del ex-partido demócrata que con Durand se llamó Partido Liberal.

 

            Era pues López Albújar un liberal, anti-militarista por convicción y además se alineó políticamente con grupos liberales. Por eso cuando retornó a Piura en octubre de 1900, se une a los grupos liberales y cuando se forma la Alianza Liberal que lleva al coronel Fernando Seminario, su otrora enemigo político, no duda en darle su más rápido apoyo.

 

Los sangrientos sucesos de Chiclayo

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            Chiclayo en el norte, al igual que Arequipa en el sur, eran baluartes del liberalismo.

            Hacia allá se dirigió el coronel Fernando Seminario, candidato presidencial, accediendo a una invitación de la directiva de la Alianza Liberal. La conformaban: Juan de Dios Lora y Cordero, Manuel María Izaga, Juan Ugaz, el capitán de fragata Carlos Barandiarán, el doctor Víctor Manuel Amézquita, Arturo Escalante y Váscones, Guillermo Gamarra, Luis Odar Seminario, Leoncio Brandon, Alejandro Leguía, Everardo Soto, Moisés Escurra y otros.

 

            En Chiclayo, la Alianza Liberal lanzaba como candidato a senador a Juan de Dios Lora y Cordero. En el lado opuesto, la Alianza de Civilistas y Constitucionales tenía como candidato a don Nicanor Carmona Vílchez, hombre de mucho prestigio. Por este mismo grupo a una diputación postulaba el médico don Wencesleao Salazar.

 

            El 15 de mayo de 1903 llegaba el coronel Seminario a Chiclayo y el 18 de mayo efectuó una concentración partidaria que fue atacada por el contra-manifestantes de la Alianza Civil-Constitucional. Las piedras menudearon y la policía actuó en forma parcializada, resultando muchos heridos, contusos y muerto J. Mayorga.

 

            El coronel Seminario envió enérgicos telegramas de protesta a las autoridades de Lima, y a poco pretextando falta de garantías, renunció a su postulación de tal manera que Candamo y su fórmula se iban a presentar solos en las elecciones del 25 de mayo.

 

            Parece que Seminario se había dado perfecta cuenta de su próxima derrota y los sucesos de Chiclayo le dieron una magnífica oportunidad de retirarse.

 

            Al efectuarse las elecciones Juan de Dios Lora, triunfó de todos modos sobre su oponente.

 

Las elecciones del 25 de mayo de 1903

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            No obstante el tenso clima electoral, las elecciones se realizaron con relativa normalidad, a partir del 25 de mayo, pues el acto no se cumplió en un sólo día.

 

            Manuel Candamo se presentó sin opositores, lo cual de antemano le aseguraba la victoria. También se efectuaron elecciones por el tercio, tanto en la Cámara de Senadores como de Diputados, y del mismo modo, por falta de garantías, los candidatos de Alianza Civil-Constitucional del Gobierno, casi no tuvo opositores.

 

            El departamento de Piura que antes tenía tres senadores, sólo había quedado reducido a dos por segregación de Tumbes. De igual modo en cuanto a diputados sólo quedaron cuatro, es decir uno por cada provincia cuando antes tenía cinco diputados propietarios. De esos cinco curules, cuatro habían acaparado los hermanos Edmundo, Felipe, Oswaldo y Enrique Seminario Arámburu. Esto hasta 1903.

 

            Por el sistema del tercio, no salieron vacantes las senadurías piuranas, de tal manera que continuaron Enrique Coronel Zegarra y el coronel Augusto Seminario y Váscones. Como suplentes se eligieron al coronel Maximiliano Frías y Enrique Forero.

 

            En cuanto al tercio para diputados salió para nueva elección la diputación de Ayabaca que tenía Felipe Seminario Arámburu y se eliminó una de las provincias de Piura que tenía Enrique Seminario Arámburu.

 

            La diputación vacante fue ganada por Eloy Castro, el legendario montonero ayabaquino, fiel seguidor del general Cáceres y contumaz vengador de su padre asesinado muchos años atrás en la Hacienda de Poclús. Como diputado suplente don Antonio García León hijo del coronel Francisco García León y Carrasco y de doña Tomasa León Seminario que se contaba como un fiel partidario del general Cáceres y miembro del Partido Constitucional.

 

            Dada la importancia del departamento de Piura, la curul de suplente de Antenor García se cambió en titular. De esa forma los diputados piuranos fueron: Enrique Espinoza y los hermanos Edmundo y Oswaldo Seminario Arámburu.

 

            En la campaña electoral que precedió a las elecciones, figuraron en la oposición los otrora acérrimos contrincantes y a la vez primos, los coroneles Fernando Seminario y Echandía con Augusto Seminario y Váscones. Pero cada uno iba por su lado.

 

            En cambio, Eloy Castor y Fernando Seminario que por muchos habían batallado juntos desde trincheras políticas y militares, en esta oportunidad estaban en bandos opuestos.

 

            En el departamento de Piura, en el año de 1903 se inició con el prefecto Juan Vargas Quintanilla y terminó con el coronel Manuel Diez Canseco. En Paita se nombró como subprefecto a don Julio Chávez Cabello, que iniciaría de ese modo una larga y siempre ascendente carrera política.

 

            En esa época, los resultados definitivos de las elecciones reconocían muy tarde puesto sólo intervenía la Junta Electoral Departamental y la Nacional, sino también el Congreso que tenía la última palabra, y que podía -llegado el caso- torcer la voluntad popular expresada en las “ánforas”.

 

            Para la primera semana de junio, se avizoraba sin embargo la victoria de Candamo y de su lista de Vicepresidente, si es que podemos llamar triunfo, el haber logrado una mayor cantidad de votos que las abstenciones.

            El 13 de junio ocurrió un hecho no previsto, la muerte repentina del Dr. Lino Alarco, al que se le suponía ya primer vicepresidente electo. Su lugar tendría que ser ocupado por Serapio Calderón Chirinos, que era el segundo vicepresidente.

 

            Este cargo del primer vicepresidente, fue le que originalmente había sido reservado al coronel Fernando Seminario Echandía.

 

            En los primeros días de agosto la Comisión de Cómputo del Congreso se encontraba abocada al recuento de los votos. No hubo acuerdo unánime entre sus miembros para presentar un informe único. La mayoría integrada por los parlamentarios Benigno de la Torre, Juan de Quintana y Antonio Miró Quesada, dio los siguientes resultados:

 

            Ciudadanos inscritos en el Registro Electoral ……...      146,142

            Sufragantes …………………………………………      93,778

            Votos a favor de Candamo …………………………      92,798

            Votos a favor de Lino Alarco……………………      92,781

            Votos a favor de Serapio Calderón …………………      93,746

 

            Es decir que dejaron de votar 52,364 electores que representaban el 35.83% y bajo el supuesto de ser todos de la oposición, de todos modos hubieran perdido si llegaban al acto electoral con candidato.

 

            Con relación a los votos a favor de Candamo, éste logró nada menos que el 98.95% de la totalidad de los votos emitidos. Resulta sin embargo fantástico el resultado para el segundo vicepresidente Serapio Calderón que logró nada menos que el 99.96%, es decir una unanimidad y validez de votos que resultaba imposible en la actualidad en la democracia más evolucionada y que sólo se dan en los regímenes comunistas de Partido Único, y que todos saben perfectamente bien como se produce eso.

 

            En resumen a los miembros de la mayoría de la Comisión de Cómputo, se les fue la mano con los resultados.

 

            Joaquín Capelo, demócrata, y Aurelio Souza eran miembros de la minoría de la comisión y protestaron del informe de la mayoría y del cómputo que llamaron escandaloso.

 

            La minoría en su informe solicitó la nulidad de las elecciones a nivel nacional, por la intervención directa que en todo el proceso había ejercido las autoridades políticas. También impugnaron la conformación de la Junta Electoral Nacional integrada por miembros en su casi totalidad de la Alianza Civil-Constitucional. Acusaron a la propia comisión a la que pertenecían de haber manipulado las cifras, y que ni siquiera los votos y actas de Lima y Callao habían sido examinados, pues la comisión se había reunido muy pocas veces.

 

            El problema fue trasladado al Congreso y se produjeron ardorosas sesiones, siendo aprobado el dictamen de mayoría por 103 votos contra sólo 39 en sesión del 21 de agosto de 1903.

 

            Faltaba, sin embargo, el acto formal de la proclamación de Candamo, y hubo una nueva espera. Recién el 8 de setiembre de 1903 el Congreso proclamó a Candamo y a su fórmula de vicepresidentes por el período 1903-1907. La primera vicepresidencia quedaba vacante pero luego fue cubierta por Serapio Calderón.

 

Francisco Eguiguren, ministro

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            Desde antes de las elecciones Candamo había estado tratando de formar su primer Gabinete Ministerial y pensó en Isaac Alzadora pero éste no aceptó. Entonces buscó y encontró la colaboración de don José Pardo y Barrera, chiclayano, hijo nada menos que del fundador del Partido Civil, don Manuel Pardo y ex-presidente de la República.

            Pardo tomó la cartera de Relaciones Exteriores e inició de esa forma su carrera política que lo llevaría dos veces a la presidencia de la República. Como ministro de Hacienda escogió a un financista joven de 40 años, también lambayecano Augusto Leguía que inicia igualmente una meteórica carrera política que lo haría varias veces presidente de la República.0

 

            Para ministro de Guerra y Marina, se contó con el coronel Pedro Muñiz, muy vinculado a Piura por haber sido antes prefecto y más tarde varias veces senador, habiendo llegado a lanzar su candidatura a la presidencia de la República, desde esta ciudad. Para el Ministerio de Fomento se designó a Manuel Barrios y para Gobierno a Juan de Dios Miranda.

 

            Pardo solicitó a José Francisco Eguiguren y Escudero, se hiciera cargo de la cartera de Justicia e Instrucción. El presidente Candamo cobró mucho afecto a Eguiguren y le dispensó su mayor confianza, lo cual fue la causa de que un año más tarde se viera envuelto en muy dolorosos y dramáticos sucesos.

 

            José Francisco Eguiguren era hijo de Vicente Eguiguren Riofrío, natural de Loja y de Antonia Escudero. Hermano de Víctor, del ingeniero Vicente casado con Adela Helguero Checa y de Victoria casada con Miguel Checa Checa. Fue padre de Luis Antonio Eguiguren y también de Vicente, Carlos, Margarita, Isabel, Josefina y Rosa. Se casó con la dama Josefina Escudero Menacho y su actividad pública fue presidente de la Beneficencia Pública de Piura, vocal de la Corte Superior, vocal y presidente de la Corte Suprema y senador por Piura.

 

Combate de Angoteros

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            Entre abril y agosto de 1902 y en virtud de comunicaciones cruzadas entre las cancillerías de Lima y Quito, se permitió que tropas ecuatorianas ocupasen en forma transitoria el punto en donde el río Aguarico desemboca en el río Napo, pero se dejó bien en claro que no debían avanzar hacia Napo.

El 26 de junio de 1903 la barca peruana “Cahuapanas” con 17 soldados a bordo hacía su recorrido de inspección por el río Napo, y pudo percatarse que en el sitio llamado Angoteros había soldados ecuatorianos. Para averiguar el motivo, se dispuso que 10 soldados desembarcaran pero fueron recibidos con fuegos de fusilería. Desembarcaron los restantes y todos al mando del capitán Juan Chávez Valdivia lograron desalojar a los incursores. Pocos días más tarde en el río Cururay, fueron detenidos cuatro soldados ecuatorianos que pretendían hacer funcionar una aduanilla.

 

            No cabía la menor duda que la política de Ecuador era la de infiltrarse en forma lenta en territorio poco vigilado.

 

            Los sucesos de Angoteros se conocieron en Lima por noticias llegadas del Brasil de acuerdo a los cuales los peruanos tenían puestos militares a lo largo de territorios en litigio y bloqueaban la comunicación en los ríos navegables, imponían derechos aduaneros y cometían toda clase de abusos. Se informaba igualmente que en Angoteros habían muerto dos soldados ecuatorianos, uno había quedado herido y otro resultado prisionero. Sólo días más tarde se recibió una información del prefecto de Loreto que en cierta forma algo modificó las noticias del Brasil.

 

            Las relaciones diplomáticas se volvieron a poner tensas entre los dos países y toda la extensa frontera quedó en estado de alerta.

 

            En Piura y Tumbes cada vez que se producía incidentes fronterizos, se paralizaba el comercio internacional y la población vivía momentos de tensión. No obstante el estado de alerta, los incidentes ocurrieron en la selva.

 

            El río Aguarico, nace en el Ecuador y es navegable en su curso medio y bajo. Tiene como afluente al río Lagartococha o Zancudo que de acuerdo al tratado de Río de Janeiro hace de límite entre las dos naciones. A partir de ese punto de unión, el Aguarico también es línea limítrofe hasta su desembocadura en el río Napo. En este punto y en el lado peruano se levanta la localidad y guarnición de Pantoja. Este último nombre se dio en homenaje al cabo Víctor Pantoja, muerto el año siguiente en acción de guerra.

 

La Plaza de Armas de Huancabamba

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            Que ahora se inaugure un parque público en una ciudad grande, ya no es noticia. Pero sí lo era en esa época del 1900 cuando en una pequeña población, se inauguraba su primer parque principal.

            Cuando los españoles fundaban una ciudad, dejaban en primer término un espacio amplio en torno al cual distribuía solares para los edificios principales y para los vecinos. Ese espacio era para la Plaza de Armas, nombre que en la mayoría de los casos resultaba exageradamente pomposo, pero que se tornó costumbre en llamar de ese modo a los que hoy denominamos parque principal.

 

            Huancabamba al iniciarse el siglo XX, tenía su plaza de armas como cualquier otra ciudad, pero la verdad es que el nombre le quedaba ancho. Para mejorarla los huancabambinos formaron una Comisión de Ornamentación cuyo presidente fue el párroco Ricardo Urquiaga. La comisión trabajó y cumplió, en forma tal que el año 1903 se hizo la inauguración del nuevo parque público.

 

            Era alcalde don Roberto Espinoza Elera y subprefecto don Manuel María Castro, hermano del nuevo diputado don Eloy Castro, lo cual mostraba el nuevo alineamiento político de las autoridades departamentales.

 

            El padre Justino Ramírez cuenta como la plaza de armas de Huancabamba se fue mejorando y embelleciendo con el tiempo. En 1917 siendo diputado por Huancabamba don Benjamín Huamán de los Heros, logró una fuerte asignación para mejorar su piso con baldosas y construirle en el centro una pila con tres fuentes. Por ese tiempo gobernaba el Perú don José Pardo, y se le dio su nombre a la plaza.

 

            En 1935 con fondos de la Junta de Obras Públicas, ley lograda por el Dr. Luis Eguiguren, se rehizo la fuente de cemento y se construyó otra ornamental con azulejos y una estatua. A parte del piso del parque se le pusieron losetas venecianas. En 1944 se coloca el busto del soldado huancabambino Potenciano Choquehuanca que murió defendiendo la puerta del Palacio de Gobierno que le había sido encargada como centinela.

 

            Posteriormente se le han hecho remodelaciones para mejorar sus jardines, iluminación, etc.

 

El primer club de fútbol

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            Don José Vicente Rázuri, aseguraba que ya desde 1900, grupos de colegiales de San Miguel habían organizado equipitos, para jugar el novedoso deporte. El doctor Ramón Seminario Gonzáles, reunió en la famosa “Casa Quemada”, ubicada en la esquina Apurímac-Libertad, y fundó el “Infantil Football Club”. Según Rázuri, algunos de sus componentes eran Carlos López Albújar, Ernesto Arrese y Vegas, Carlos García Vegas, Oswaldo Otoya Vegas, Fernando García W., Ramón Seminario, etc.

 

            Hay que suponer que en esa época todo era improvisado, porque no había campos de deportes, ni vestuario o calzado especial, y se utilizarían bolas de jebe que eran las que existían.

 

            Como con alguien tenían que jugar, es posible que se hubiera formado otro club de “churres” o que el naciente club, dispusiera de dos equipos.

 

            Fue sin embrago, sólo hasta 1904, cuando se formó un verdadero club de fútbol a iniciativa del ciudadano inglés José Hope. Se llamó “Club Unión de Fútbol”. Como no había aún canchas de fútbol, las prácticas las hacían en la calle, entre la plaza de armas y el cine Edén. Desde 1905 el club contó con su uniforme deportivo.

 

 

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