¡Así es como andan la pobre España y su Iglesia! Pero la cosa no vino de un día para otro. Es el fruto de largos años de ablandamiento de cierta sociedad clerical muy poderosa allí que convenció a la clase dirigente que el aburguesamiento era el signo de la predestinación divina, de largos años de "concientización", especialmente en el sector universitario, de donde han salido los actuales dirigentes de nivel medio y superior —campo en el que se especializó la orden de San Ignacio, la confraternidad con las comisiones obreras comunistas, la utilización de templos para huelgas de hambre, mitines izquierdistas contra Franco, y, finalmente, de la activa participación de curas y monjas, puño en alto, en la última campaña electoral dentro de los partidos marxistas y maoístas. Y el cardenal primado, Tarancón, que prohibiera la entrada en Madrid de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, alegando "razones pastorales"... 

                                                                                                                                                                    M. D.

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   El diario "La Razón" del 4 de enero de 1978 informa sobre una "resolución" de Raúl Primatesta, como arzobispo de Córdoba, en la cual expresa que "la actitud asumida por los sacerdotes y laicos que han celebrado la Eucaristía según el llamado rito de San Pío V ha de ser tenida por todos los fieles como una grave desobediencia que atenta contra la unidad de la Iglesia", y que, "dada la promulgación del nuevo misal el 26 de abril de 1970,está completamente prohibido el misal de San Pío V."

   Ante esto, diversas organizaciones católicas se pronunciaron enérgicamente en defensa de la Misa de siempre, la verdadera, auténtica e inequívoca Misa católica romana.

   La primera organización en pronunciarse fue Falange de Fe, en la misma ciudad de Córdoba, expresando claramente que no es exacto que la Misa según el rito de San Pío V se encuentre prohibida, sino que ella está enteramente vigente en la Iglesia Católica, y manifestando su sorpresa ante la actitud del arzobispo, que para otras cuestiones nunca fue tan enérgico...

   Posteriormente, se conoció en Buenos Aires una declaración de "Una Voce Argentina", con la firma de M. Roberto Gorostiaga y José María Racedo, titulada "Tenemos derecho a la misa de siempre", en ella se recuerda que está plenamente vigente en la Iglesia Católica la bula de San Pío V "Quo Primun Tempore", donde se promulga el rito romano de la Santa Misa "que podrá válidamente usarse, libre y lícitamente, y esto a perpetuidad." Agrega la declaración que además "aboga a favor de la invariabilidad de la Misa de siempre, codificada por San Pío V, en la certeza que se halla libre de todo error o ambigüedad, mientras que del nuevo rito no se puede decir lo mismo." Y dice que "la persecución de la Misa llamada de San Pío V podrá hacer sospechar que se quiera imponer otra religión". Y finalmente expresa: "Aumenta nuestra perplejidad el ver que esta prohibición, contraria a derecho —luego, carente de todo valor—, provenga de un obispo que ha sido tan complaciente con actividades anticatólicas de parte de su clero, pues son de dominio público las actividades francamente favorables a la subversión de los espíritus que elementos sujetos al cardenal Primatesta han realizado, sin que hayan sido sancionados ni separados de sus cargos, ni tampoco que se les haya impedido seguir envenenando las almas."

   Por último, el 10 de enero varias entidades adheridas a la Comisión Coordinadora Defensa de la Fe de Siempre emitieron el siguiente comunicado:

   Los abajo firmantes, en representación de las respectivas entidades adheridas a la Comisión Coordinadora Defensa de la Fe de Siempre, ante recientes declaraciones formuladas por Mons. Primatesta como arzobispo de Córdoba advirtiendo a los católicos contra la celebración de la Misa según el rito tradicional Romano, llamado tridentino o de San Pío V, manifestamos:

1º) Que negamos al arzobispo Primatesta autoridad para formular advertencias o prohibiciones a los católicos, puesto que en su actuación pastoral aparece enteramente vinculado a las ideas de la herejía modernista condenada formalmente por la Iglesia, y da toda la impresión de formar parte del siniestro aparato que hoy domina la Iglesia visible y lleva a cabo su autodemolición.

2º) Que nosotros nos mantenemos fieles a la Misa Católica de siempre codificada por San Pío V, en virtud de las siguientes razones:

a) Porque este rito recoge toda la Tradición Apostólica sobre el Santo Sacrificio.

b) Porque este rito ha sido autorizado a perpetuidad por la bula "Quo Primun Tempore" del mismo San Pío V, la cual no está abolida.

c) Porque el "Novus Ordo" de la Misa promulgado por Paulo VI contiene ambigüedades incompatibles con la Fe Católica y, conforme lo han demostrado los cardenales Ottaviani y Bacci, se aleja de un modo impresionante de la doctrina católica sobre el Santo Sacrificio.

3°) Por último, solicitamos que definitivamente, con el objeto de no confundir más a los fieles y mantener la pureza e integridad de la Fe, la jerarquía eclesiástica exprese con claridad y argumentos, sin ambigüedades, en qué se basa la pretendida prohibición de la Misa de Siempre, y las razones por las cuales son sancionados aquellos sacerdotes que la celebran.

Buenos Aires, enero 10 de 1978.