GÉNESIS DE LA INSURGENCIA La insurgencia social contra Pinochet. Sebastián Jans

La lucha social antes de mayo de 1983

La convocatoria de la CTC

¿Por que se produce el levantamiento social contra Pinochet?

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Las primeras movilizaciones las iniciaron los estudiantes y los poblaores sin casa. La crisis de 1982 había preparado las condiciones para que socialmente se expresara el descontento contra la dictadura de Pinochet.

LA LUCHA SOCIAL ANTES DE MAYO DE 1983.

La insurgencia social que vive Chile, a partir de mayo de 1983, tuvo su gran escenario en las poblaciones de las grandes ciudades del país, o sea, en los populosos barrios periféricos donde vivía el proletariado. Sus primeros vestigios, también se advierten en ese escenario.

De hecho, la mayor actividad política de las organizaciones políticas clandestinas, se había llevado principalmente en las poblaciones, a través de los comités de cesantes, de los comités de pobladores sin casa, los centros juveniles, agrupaciones culturales, y una multiplicidad organismos de participación. Los muros de las poblaciones se habían convertido en lugares de denuncia y expresiones de oposición, a través de rayados o afiches, a veces de confección muy rudimentaria, pero, vitales y emergentes.

Pero por sobre todo, las poblaciones eran una enorme síntesis, dolorosa y dramática, de los graves problemas sociales, que afectaban a los asalariados y a los pobres de Chile. El drama del hambre, de la delincuencia, de la drogadicción, de la marginalidad, etc. se hacían presente en cada población, en cada comuna populosa.

Desde luego, la represión basaba su actividad fundamentalmente en esas zonas. Por ejemplo, en 28 de diciembre de 1982, se realizaron masivos allanamientos de dos poblaciones densamente pobladas de Santiago: la población "Nuevo Amanecer", en el sector de Macul, y la Población "14 de Enero" en La Cisterna. Los allanamientos se realizaron con una gran contingente de Carabineros, militares, Policía de Investigaciones y personal de la Central Nacional de Informaciones (CNI), que rodearon el sector con un amplio perímetro de personal armado, impidiendo la salida y entrada, mientras casa por casa se iba efectuando el cateo por agentes del Estado, luego de haber hecho salir de su domicilio a sus moradores y después de haber reunido en un lugar cercado, a todos los varones mayores de 14 años.

Las imágenes de los varones detenidos de la población "Nuevo Amanecer", fueron conmocionantes, ya que fueron llevados hasta la Rotonda Departamental, una conjunción de calles, cuyos jardines estaban protegidos por altas rejas. Las fotos de muchachos de 14 o 15 años, custodiados por militares armados de fusiles y tanquetas, se emparentaban con las imágenes de los niños negros de Soweto, en Sudáfrica.

Los allanamientos se hicieron, como de costumbre, de madrugada y con el uso de la brutalidad propia de la manu militari. Así lo denunciaba un poblador de la "14 de Enero": "La gente que allanó rajó los colchones, los pisos y los techos de las casas. Desaparecieron dinero, algunos relojes y argollas de matrimonio. Muchos fueron golpeados y otros fichados. Los niños quedaron abandonados hasta la tarde, porque sus madres también fueron detenidas" (Revista Hoy, Nro 285).

Desde luego, para preparar los allanamientos, los efectivos de seguridad habitualmente recurrían al soplonaje de los dirigentes vecinales designados por los alcaldes de los municipios, todos, a su vez, designados por la dictadura, ya que entonces no había elecciones.

En el caso de la población "14 de Enero", el presidente de la Unidad Vecinal, era un individuo llamado Juan Salas, que vivía de la práctica de la usura, y servía como informante de los organismos de seguridad, cometiendo en forma constante arbitrariedades contra los pobladores. Una semana después del allanamiento, fue herido a bala frente a su casa, sobreviviendo al ataque. Meses después ocurrió lo propio, en la población "José María Caro" con un individuo de apellido Sobarzo, informante de la CNI y dirigente vecinal nombrado por el alcalde de La Cisterna, aunque, esta vez, el resultado fue fatal.

Sin embargo, el drama de los "sin casa" será el factor que precipitaría las primeras movilizaciones, precisamente en los dos primeros meses de 1983. El déficit de vivienda en Chile, superaba las 800.000 casas, lo que involucraba a aproximadamente 3.500.000 chilenos en situación de allegados, sobre un total de 12 millones de habitantes. En las comunas capitalinas de San Miguel y La Cisterna, se calculaba que en los inicios de los 1980, había alrededor de 25.000 familias de allegados, afectadas por el hacinamiento y la promiscuidad.

La angustiosa situación de esas familias, en su mayoría constituidas por matrimonios jóvenes, determinará que los comités de pobladores sin casa fueran radicalizando sus posiciones, de un modo similar a los vividos durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), donde las tomas de terrenos y de sitios periféricos, constituyó la forma de establecer sus reivindicaciones.

En la zona suroeste de Santiago, especialmente en La Cisterna (hoy dividida en tres comunas), funcionaba a inicios de 1983, una de las organizaciones de pobladores más grandes del país: la Coordinadora de Pobladores Caro-Ochagavía, que abarcaba las poblaciones Santa Adriana, Santa Olga, Clara Estrella, José María Caro y Lo Sierra. Entre las diversas organizaciones afiliadas se encontraban varios comités de pobladores sin casa, los que plantearon la toma de hecho de sitios, como una forma de hacer valer sus demandas de vivienda.

El 22 de febrero de 1983, unas 100 familias traspasaron con sus enseres el límite sur de la población Lo Sierra, y se tomaron unos terrenos baldíos, habitados hasta ese momento exclusivamente por unas grandes ratas de alcantarillas, conocidas en Chile como "guarenes". De allí que, en el momento de la toma, los pobladores con irónica determinación, llamaron al lugar Campamento "El Guarén".

La llegada de Carabineros, con equipamiento de represión, preludió un duro combate, ante la determinación de los integrantes del campamento de defender la toma. Haciendo gala de la peor brutalidad, los policías golpearon a hombres, mujeres y niños, destruyeron sus enseres y trataron de desalojarlos. Una gran cantidad de pobladores de Lo Sierra, movilizados por la Coordinadora Caro-Ochagavía, acudieron en apoyo de los reprimidos, produciéndose un violento enfrentamiento, donde la policía recurrió a todo su potencial, incluidas las armas de fuego. Una pobladora, María Meza, que se encontraba encinta recibió un proyectil en el muslo.

Entre los detenidos figuró el dirigente de la Coordinadora, Marcelino Collío, quien fue salvajemente golpeado en el interior de un bus policial, luego de ser detenido. Fue llevado a la Comisaría, fichado por la CNI, y, posteriormente, trasladado a la cárcel de San Miguel, donde estuvo detenido hasta que fue liberado por falta de méritos por el juez instructor de la causa abierta contra los pobladores.

Los pobladores del campamento debieron refugiarse en la Parroquia Nuestra señora de los Pobres, a fin de salvar la vida y la de sus hijos. Lo propio había ocurrido 10 días antes, en un intento de toma de unas canchas de fútbol de la Población El Pinar, por allegados de las poblaciones Aníbal Pinto y La Legua.

Luego de los intentos de toma de "El Guarén" y El Pinar, hubo otras cuatro tomas frustradas, entre marzo y agosto, hasta producirse la masiva toma en La Cisterna, que culminó con la formación de los Campamentos "Monseñor Raúl Silva Henríquez" y "Monseñor Juan Francisco Fresno", que involucraron a más de 5 mil familias.

Pero, no solo la lucha de los pobladores creó las condiciones para la insurgencia social contra Pinochet. En efecto, el 24 de marzo se llevó a cabo en el centro de Santiago, una marcha del hambre, donde participó un millar de jóvenes, principalmente estudiantes, que durante más de tres horas, a partir de las 19:00 hrs, protagonizaron violentos enfrentamientos, en los paseos Ahumada, Huérfanos y Estado, en la Plaza de Armas, y la Alameda.

En Alameda, frente a la Iglesia de san Francisco, se produjeron choques entre estudiantes y carabineros y agentes de la CNI, donde incluso fueron detenidos dos sacerdotes que estaban oficiando misa y que acudieron a mediar entre la manifestantes y sus represores. Lo mismo ocurrió con tres monjas.

La manifestación concluyó con más de 200 detenidos, de los cuales, 34 fueron posteriormente relegados a Pisagua, más de 1.800 kms. al norte de Santiago, lugar que sirviera como campo de concentración, por orden del Ministerio del Interior.

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La insurgencia social contra Pinochet

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