EL MODELO PINOCHETISTA La insurgencia social contra Pinochet . Sebastián Jans

El bloque de poder imperante

* La base social de apoyo

*  El modelo económico 

*  Los componentes doctrinarios

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LA BASE SOCIAL DE APOYO.

El advenimiento de la dictadura se produce con una importante base social de apoyo, que con el tiempo se irá decantando, en la medida que el régimen opta por el modelo neoliberal, y se imponen las políticas monetaristas.

Al momento de la toma del poder, la estrategia reaccionaria había logrado involucrar a la clase media y al sector mayoritario de la pequeña burguesía, factor que será determinante en el desenlace de 1973. Sin embargo, en todo momento, tras la escalada que termina con el gobierno de Allende, y en la entronización de la dictadura, estará la conducción de la burguesía y los resabios de la clase terrateniente.

La burguesía chilena, desde los años 1940, se había perfilado nítidamente en el espectro social chileno, desplazando definitivamente a la clase terrateniente tradicional. Constituida por los propietarios del capital y de la gran y mediana industria, se había beneficiado con el monopolio y las políticas proteccionistas, ligándose al capital foráneo a través del arrendamiento de tecnología, por los empréstitos o por la unión de capitales.

En ella se expresaban distintos sectores, unos más dinámicos que otros, y que configuraban, en ocasiones, contradicciones de intereses: la burguesía industrial monopólica, la burguesía comercial, la oligarquía financiera, una burguesía agraria – en sectores de explotación industrial de la tierra -, y los sectores no monopólicos de la industria y del comercio. De estos sectores, el más influyente y dinámico, era la oligarquía financiera, que había consolidado su poder a través de los grupos económicos que se articulan a partir de los años 1950.

La burguesía, a partir del inicio del gobierno por Allende, asume un liderazgo en la defensa del sistema capitalista, y abandona todo compromiso con el sistema político vigente, y aún con el sistema económico basado en el proteccionismo. Por ello reaccionará entusiasta ante la voluntad de reformas neoliberales, que la dictadura acogerá y promoverá. Pero, de todos los sectores que la componían, sin duda, la burguesía financiera será la que adquirirá mayor protagonismo e influencia. Por cierto, ello generará importantes conflictos con el sector industrial, que se fue debilitando ante los vastos cambios del esquema monetarista.

En los inicios de los años 1980, sin embargo, ante la crisis económica, la burguesía financiera perdió el control, consolidando posiciones espectantes el sector monopólico productivo, que no tenía el dinamismo de aquella, lo cual genera una vacío en el bloque de poder dominante, que gravitará de manera superlativa en la crisis política que enfrentará Pinochet, a partir de 1983.

La clase terrateniente tradicional, en un tiempo la dueña de Chile, había comenzado su declinación a partir de los años 1920, fundaba su poder en la propiedad semi-feudal de la tierra. Sin embargo, con la reforma agraria, en los años 1960, se acelerará su decadencia y descomposición. La arremetida campesina, bajo el gobierno de Allende, aceleraría al reforma agraria, provocando la pérdida de gran parte del poder económico de los terratenientes, aunque mantuvieron una considerable influencia política. De allí que se involucrará estrechamente con la reacción capitalista, liderada por la burguesía, sobre la base de las demandas por la restitución de la propiedad agraria.

En la primera fase de la dictadura, tienen un periodo de franca recuperación y recomposición, sin embargo, pronto se verán seriamente afectados por las políticas monetaristas, por las nuevas tecnologías de explotación de la tierra (especialmente frutícola), y la aparición de una agresiva burguesía agraria, estrechamente vinculada a la burguesía financiera, y por el abandono del régimen de toda política proteccionista, lo que implicaba el fin de los subsidios.

Así, mientras la burguesía financiera actuaba directamente sobre el Estado, sin mediaciones organizacionales, la vieja clase terrateniente, como un anciano cerca de su muerte, acciona solo a nivel del limitado espacio de los fundos y sus exiguos mercados, y tiende hacia el gremialismo para poder defender sus intereses en peligro y bajo condena de muerte.

Las clases intermedias, en tanto, tenían y han tenido en Chile, diversos componentes, que se han expresado de un modo decisivo en la política chilena, y en menor medida en la economía. Sus componentes más relevantes son la clase media propiamente tal, integrada por la alta burocracia del Estado (la clase política, los magistrados, los administradores públicos, la oficialidad de las instituciones armadas, los jefes de servicios), los administradores de las empresas privadas, los profesionales, los intelectuales, etc.; la pequeña burguesía, integrada por los pequeños propietarios del comercio, de la industria, y de los servicios; y la burguesía media, integrada por propietarios medios del comercio, de la industria y del agro, además de los altos ejecutivos de las empresas privadas y públicas.

Sobre estas clases sociales descansó el Estado Mesocrático, que perduró hasta 1973, y que constituyó su obra más relevante en la sociedad chilena. Estos sectores tuvieron un rol histórico transformador, y darán forma al sistema político que se funda en 1925, ante la crisis del parlamentarismo.

La incapacidad de las fuerzas de la Unidad Popular, de comprender debidamente el rol jugado por las clases intermedias hasta ese momento, favorecerá la inexistencia de políticas coherentes para comprometer a los sectores medios, favoreciendo su integración a la correlación de fuerzas contra Allende.

La instauración de la dictadura, sin embargo, provocarán pronto políticas que irán en directo perjuicio de estos sectores, producto de las reformas neoliberales. Sin embargo, al manifestarse los efectos de la crisis de inicios de los 80, el impacto en los ingresos y en el nivel de vida de los sectores sociales intermedios, será un factor desencadenante decisivo en el repudio al régimen de Pinochet.

En suma, la base social de apoyo que tuvo la dictadura para entronizarse, en la medida que se consolidó, fue excluyendo aquellos sectores sociales que no les eran afines a su proyecto, y que no eran congruentes con el esquema de dominación impuesto por la burguesía.

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La insurgencia social contra Pinochet

Sebastián Jans ©

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