EL MODELO PINOCHETISTA La insurgencia social contra Pinochet . Sebastián Jans

El bloque de poder imperante

* La base social de apoyo

*  El modelo económico 

*  Los componentes doctrinarios

volver al índice

insur1-1.jpg (42786 bytes)

Nixon, Pinochet y Guzmán, los artífices del nuevo bloque de poder, a partir de 1973, en Chile

EL BLOQUE DE PODER IMPERANTE.

En 1973, en Chile, se instaura en el poder, de la mano de la dictadura militar, un nuevo bloque, que inaugura una un nuevo predominio y nueva etapa en las estructuras político-económicas del país. Si bien, en el momento de su entronización, la dictadura contó con la concurrencia y apoyo de diversos grupos sociales, que tenían intereses y objetivos contrapuestos, pronto quedó en claro el carácter fundacional del bloque de poder hegemónico. Ese carácter fundacional se establecía, para lograr la refundación capitalista en Chile.

Obviamente, para lograr esos objetivos, en un país marcado por la dependencia económica, el sector más dinámico para afrontar esa tarea era la burguesía financiera, capaz de producir una mejor sintonización con las estrategias promovidas por el nuevo ordenamiento económico internacional y con las políticas promovidas por EE.UU. en sus zonas de influencia.

Recordemos que la dictadura en Chile, es parte de un proceso contrainsurgente, promovido por el gobierno norteamericano de Richard Nixon, para poner fin a la creciente inestabilidad en la región, promovida por los movimientos anti-capitalistas, anti-oligárquicos y anti-imperialistas, que habían adquirido gran fuerza, muchas veces con una tendencia notoriamente insurgente.

Chile había sido el primer país del mundo, en que había accedido el poder un gobierno socialista de contenido revolucionario, a través del sistema democrático. Su desestabilización y caída había sido consecuencia de la acción encubierta de las agencias de inteligencia del gobierno de Nixon.

Recordemos que, así como cayó el gobierno de Allende, previa y posteriormente, otros gobiernos izquierdistas fueron erradicados por medio de golpes de Estado (Juan José Torres, en Bolivia; Velasco Alvarado, en Perú). De la misma forma, los militares habían emprendido la guerra clandestina contra los movimientos de izquierda en Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Centro-América.

Sin embargo, en el periodo de entronización de la dictadura de Pinochet, no solo habían confluido factores propios de la pugna política. De manera importante, se había impuesto también una estrategia económica que buscaba romper con el proteccionismo imperante en América Latina, abriendo los mercados y eliminando la industria sustitutiva.

Agotadas las fórmulas que habían buscado un capitalismo sustitutivo, a través la alianza entre las burguesías industriales locales y la radicación regional de los capitales transnacionales, se impone con fuerza el librecambismo y la mayor movilidad del capital financiero transnacional.

En ese contexto, en Chile, la cúpula militar se pliega a la concepción contrainsurgente diseñada por el Pentágono, y la burguesía financiera local a la concepción promovida por la nueva estrategia económica mundial que impulsa el capital financiero transnacional.

Ello implicaba contar con un aliado político interno, capaz de desarrollar el debate ideológico y la administración política de la nueva estrategia; una nueva generación de dirigentes agresiva y desligada de las antiguas visiones de la burguesía local. Ese rol será jugado por el emergente gremialismo, es decir, una nueva derecha, formada en asociación con las visiones monetaristas, vinculada a los sectores conservadores de la Iglesia Católica y fuertemente anti-izquierdista, que representará una visión absolutamente homogénea con el nuevo predicamento nacional e internacional.

De este modo concurrieron estos tres componentes – la cúpula militar pinochetista, la burguesía financiera y el gremialismo – para constituir un nuevo bloque de poder predominante, y esbozar el proyecto fundacional neo-liberal, que se impondrá con agresivos perfiles, utilizando con absoluta discreción el Estado de Excepción y las omnímodas facultades dictatoriales.

Bajo su sostenida acción, sucumbirán las políticas proteccionistas, el estatismo, la industrialización, las libertades públicas, los derechos humanos, la Constitución de 1925, el Estado de Bienestar, la vieja clase terrateniente, la burguesía industrial, la clase obrera, los partidos políticos, y la vida de varios miles de opositores y partidarios del gobierno de Allende.

volver al índice

 

La insurgencia social contra Pinochet

Sebastián Jans ©

Hosted by www.Geocities.ws

1