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Comentario a tres problemas que enfrenta el protestantismo contemporáneo.

Por: Juan Sebastián Ohem.

A continuación se presenta un breve comentario personal sobre tres cuestiones que afectan al cristianismo contemporáneo, en especial al protestantismo. Los tres tópicos pueden ser profundizados, sin embargo este ensayo no pretende ser nada más que un breve comentario, el cual no afecta solo a los cristianos, sino que toca temas filosóficos que pueden ser de interés para cualquiera.

1.- La interpretación inevitable.

2.- Fe en un evento distinto de fe en el significado. (Conocimiento salvífico)

3.- ¿Fe precede la intención, o la intención a la fe?

En versión resumida cada uno de los tres tópicos:

El primero versa sobre como siempre interpretamos un texto, no solo textos, sino también imágenes, sonidos, en fin, todo lo que percibimos. Frente a un texto el lector buscará siempre encajar su "proyecto" dentro de la lectura, el "proyecto" puede variar a lo largo de la lectura, puede cambiar o no. El "proyecto" es el esquema previo a la lectura que se adquiere de diversas fuentes, cosas que hemos escuchado, que hemos visto, etc., pueden ser infinitas, también se le puede llamar "prejuicio", aunque sin la connotación negativa usual, pues es correcto el término, es un juicio previo a la evidencia.

En un caso concreto, he visto películas del Quijote, he leído críticas literarias, he escuchado de diversos profesores el significado de la obra, y tengo ya un esquema, proyecto, o prejuicio, de lo que el Quijote es, aunque jamás he leído el Quijote. Si tomo el Quijote y lo leo, conciente o inconcientemente intentaré encajar mi proyecto dentro de la obra, intentaré entender lo que ya entendía sobre el Quijote, conforme lo leo, mis prejuicios en torno al Quijote podrán o no ir cambiando conforme avanzo en la lectura, sin embargo, la lectura no es acrítica, es decir, cien por ciento objetiva.

Ahora, aplicando esto a la Biblia, toda persona que lee la Biblia forzosamente interpretará, conciente o inconcientemente, la lectura no es acrítica, sino que, al igual que en el ejemplo previo del Quijote, buscará acomodar su proyecto en la lectura. Razón por la cual una persona que se ha críado en una familia evangélica, donde todo lo que ha escuchado del cristianismo y sobre la Biblia ha provenido de fuentes evangélicas, o de la plataforma doctrinal evangélica, intentará entender a la manera evangélica. El mismo ejemplo encaja con luteranos, calvinistas, pentecostales, etc., no hay una objetividad al cien por ciento con respecto a lo que entendemos de una lectura. Es decir, todos interpretamos. Puede leer más sobre esto en Gadamer y la filosofía de la hermenéutica.

Siguiendo en la cuestión, yendo más a lo profundo sobre la Biblia, usualmente se interpretan partes como si fuesen literales, otras como si fuesen metafóricas, algunos leen el Génesis de modo literal, Adan y Eva fueron dos personas que vivieron hace más o menos seis mil años, otros lo leerán metafóricamente, ¿porqué? Usualmente los cristianos dicen "Yo no interpreto el Génesis, está ahí clarito en blanco y negro, dice que existieron, le creo", en realidad es una falacia, porque confía en su interpretación personal de lo que el Génesis dice, excluyendo la posibilidad de que no fuese literal, sino metafórico. Otro ejemplo es el episodio en el cual el sol detiene su marcha através de los cielos en plena batalla con Israel, algunos lo leen literal, otros lo leen metafórico, aún cuando es imposible, por sentido común y lógica, que el sol se haya detenido en su marcha através de los cielos (sobre todo porque el sol no cruza el cielo, sino que la Tierra se mueve, creando así el efecto de que es el sol quien se mueve, y claro, que si la Tierra se detiene sería cataclísmico, como cuando el coche frena en seco a alta velocidad, sale uno disparado de su asiento), y así hay muchísimos ejemplos.

Un último y muy típico ejemplo, el apocalipsis, algunas partes algunos cristianos las leen literales, otras las leen metafóricas, "la batalla de Gog y Magog" y se dicen "dice batalla, entre potencias del Norte, obviamente Rusia y China, cualquier cosa es "filosofía de los hombres" y yo confío en la Biblia", nuevamente es falaz, confía en su interpretación, donde arbitrariamente escoge que esta parte es literal, pero cuando el dragón se levanta del mar, eso es metafórico, ¿porqué no creer que un monstruo marino se levantará del mar para acechar a una mujer embarazada? Es decir, se escoge, por arbitrio humano, que es falible, que esto es literal, y esto es metafórico, lo cual es peligroso, y es ridículo sobre todo cuando se pretende que "así lo dice Dios", en efecto está en la Biblia, pero la interpretación no.

Frente a este problema, ¿cómo interpretar la Biblia? Lo judíos tenían diversos métodos de interpretación, entre ellos el literal, otro era el metafórico, yo escojo el metafórico. Ahora, eso no excluye el literal, esto lo digo para evitar la pregunta "¿entonces Jesús no existió, es una metáfora o cuento como la Guerra de las galaxias o caperucita?", no digo que no haya existido, digo que es mucho más seguro y mucho más profundo, es decir, tomar la vía de la metáfora no excluye a la posible literalidad de muchas partes de la Biblia.

El siguiente tema es el del conocimiento salvífico, la creencia de que si uno cree que un evento X ocurrió en el tiempo y el espacio, de algún modo uno trasciende la humanidad ordinaria y se convierte en "salvo", como si creer que realmente mataron a Ghandi me haga distinto del común de los mortales, o como si le dice uno al vecino, "si tu crees que Oswald mató a Kennedy te volverás algo similar a un santo", lo cual es ciertamente ridículo. No es un problema tanto de la fe per se, sino de dónde y en qué, se coloca esa fe, claro, la cuestión es profunda y no se resuelve con un simple "en Dios", o "en Jesús", o "en la Biblia", esta última respuesta como ya vimos es absurda, no está diciendo "en la Biblia", sino "en lo que yo quiero entender de la Biblia", en cuanto a las otras dos, "en Dios" o "en Jesús resucitado" enfrenta el problema de "si creo en la existencia de un ser trascendente, omnipotente y creador, ¿me voy al cielo?", cuya respuesta es "no exactamente, los musulmanes creen en un ser de tales características, o los satanistas o cualquier otro número de personas que no necesariamente se irán al cielo", en cuanto a la respuesta "en Jesús resucitado", enfrenta el serio problema mencionado anteriormente, en la creencia de que si uno tiene fe en que en un momento de la Historia una persona se levantó de entre los muertos milagrosamente uno se eleva del común de los mortales.

El conocimiento salvífico, que es más usual en el protestantismo, por la particular interpretación de "sola fide" es en realidad muy similar al gnosticismo antiguo, quienes creían que si una persona conocía los misterios, o el "conocimiento" (gnosis en griego) sería recompensado en la siguiente morada, el conocimiento de un hecho sin embargo no afecta el caracter de una persona, es decir, conocer, o creer en, el hecho de que Oswald mató a Kennedy no me hace ni mala persona ni buena persona, ni me llevará a desear ser ni mala ni buena persona. La fe no se coloca entonces en un evento histórico, o mejor dicho, no solamente en el evento histórico de que alguien regresó de entre los muertos, sino que se coloca en el significado que tiene ese evento, ¿qué significa que Jesús haya regresado de la muerte? Y ya después, en ese significado se tiene fe, en cuanto al significado, es una cuestión profunda que merece la pena ser discutida extensivamente en otra ocasión.

En cuanto al último de los tópicos, es sobre la creencia, preponderante entre las diversas ramas del protestantismo, según la cual el creer en un evento histórico cambia la calidad moral de la persona. Lo cual, como vimos es risible, es el problema del conocimiento salvífico. Se tiende a creer que los cristianos obran de cierta manera (es decir, de modo desinteresado) porque tienen la fe, como si una persona no cristiana fuese incapaz de comportarse con la misma, o mejor, calidad moral que el cristiano. Muchos cristianos llegan al grado de decir, "es que los cristianos lo hacen desinteresadamente, los no-cristianos desean algo a cambio", lo cual cae en la falacia de la generalización apresurada (pues desconocemos la calidad moral de todos los no-cristianos), y presupone que es la fe lo que hace que las personas actúen desinteresadamente, antes que la voluntad de la persona o su moral. La fe pues, no precede a la acción desinteresada.

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