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El psicodrama dibujado

El quiasma del devenir

Sergio Canade

Lo que no cae por su peso

El sitio de Ruth Tarquini

LA CUARTA PARED

        “Dentro de la concepción ilusionista (aristotélica) del teatro y dentro de la configuración del espacio teatral o escénico “a la italiana”, especie de pared invisible que separa la escena del espectador y que marca por lo tanto la frontera de los espacios de actores y espectadores.”     Ricardo de la Fuente – Sergio Villa.: Diccionario general del teatro. Ediciones Almar.

          Esta pared invisible todos la hemos visto cuando se concretiza: el Telón. El telón se abre, el telón se cierra, el telón se sube, cae el telón. Qué es lo que pasa si no se cierra el telón cuando la representación termina? Pasa que ese espacio dramático se transforma en un espacio cualquiera, en tanto vacío de contenido, aún sabiendo que se podría utilizar para representar. Es bueno para el psicodrama que el espacio en que se representa quede señalado cuando no se dramatiza, precisamente para contar en el momento de la dramatización con esa cuarta pared. Hay psicodramatistas que utilizan el escenario a la italiana con telón. Lo habitual es una diferencia de nivel utilizando una tarima. Una buena idea es la de Rojas-Bermúdez con su idea de las “sillas símbolo”, sillas que cuando están juntas en el centro del escenario, aparte de simbolizar “el encuentro”,cumplirían la función de telón cerrado y telón abierto cuando se separan. Si es un espacio destinado para dramatizar conviene que siempre esté señalizado.

    Podemos decir que cuando más marcada está la diferencia entre el espacio dramático y el grupal, más libre es el primero de tratar con todo aquello que la sociedad reprime y estará en mejores condiciones de maniobra para dar hilos orientativos, para resolver situaciones difíciles. En resumen, representar para vivir mejor. En el escenario se puede jugar con lo que no nos permitimos o no nos permiten, para poder a través de este pasaje por la acción simbólica abrirse a una conducta mejor. La cuarta pared es este “telón transparente” que garantiza el límite del “como sí”. Es como si fuese la pantalla onírica de los sueños de la que habla Bion. Una pantalla invisible (pero presente)para el espectador, y para los que dramatizan es el límite del área de juego. La cuarta pared es para los que dramatizan la garantía de que no se confundirán los espacios y que nadie “saltará a la arena”. El que salta a la arena “fuera de encuadre” es detenido, fuera de encuadre porque la corrida aún no ha  terminado. El que se desnuda para correr sobre el césped de fútbol, cuando el partido no ha terminado todavía, es detenido.

Es raro que esto pase si el espacio grupal está bien constituido.

   En psicodrama la obra se “confecciona” al servicio de uno de los personajes del protagonista, puesto que éste no solo proyecta sus escenas en la “pantalla” psicodramática sino que es tarea terapeútica (del director y los yo-auxiliares) reimpresionar al protagonista guiando la interacción del mismo con sus proyecciones

    La cuarta pared en situaciones límites de agresión, sexo, psicosis, ¿como se establece? Sabemos después de Rojas-Bermúdez que la diferencia de espacios en psicodrama, se concreta a través de un teatro de títeres por ejemplo y la utilización de objetos intermediarios .

   A lo largo de toda la historia y distintos lugares hay un teatro en el cual se hacen  o dicen cosas distintas a las habituales. Se trata de una función antropológica fundamental. Siempre han habido cuartas paredes.

                                                                            Sergio Canadè. Junio 2007

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