Creatividad sí, pero...
Sí a la creatividad alerta del lenguaje del símbolo.
No a la creatividad ingenua que surge sin esfuerzo.
Sí a la creatividad elaborada que requiere tiempo.
No a la creatividad frívola que se hace
olvidadiza.
Sí a la creatividad profunda que reconstruye la memoria.
No a la creatividad dispersa que se evapora en
el intento.
Sí a la creatividad con límites que se detiene en el logro.
No a la creatividad conformista que engaña con respuestas fáciles.
Sí a la creatividad inconformista que construye utopías.
No a la creatividad cómoda que deja todo
como está.
Sí a la creatividad caótica que se enfrenta a la crisis
para cambiar.
No a la creatividad estática que no mira
hacia atrás.
Sí a la creatividad en movimiento que modifica el sentido de la
historia.
No a la creatividad expresiva que no resguarda
la intimidad.
Sí a la creatividad misteriosa que tiene en cuenta la complejidad.
No a la creatividad del dejarse ir llevado de
la mano.
Sí a la creatividad libre y autodeterminada.
No a la creatividad verborrágica del bla,
bla, bla con los demás.
Sí a la creatividad silenciosa del encuentro con ese otro dentro
y fuera.
No a la creatividad mística que viene desde
algún lugar.
Sí a la creatividad del alma que refleja la sensibilidad del día
a día.
No a la creatividad intemporal.
Sí a la creatividad momentánea que concentra una historia
en un instante.
No a la creatividad pedante y engreída.
Sí a la creatividad angustiada que atraviesa el vacío sin
conocer la salida
No a la creatividad desligada que enajena los
sentimientos.
Sí a la creatividad con tristeza que se duele de las pérdidas.
No a la
creatividad total que abarca más de lo que puede comprender.
Sí a la creatividad individual que llega al conocimiento.
No a la creatividad del simulacro que con copiar
tiene bastante.
Sí a la creatividad auténtica que pasa del marketing.
No a la creatividad integral que anula las diferencias.
Sí a la creatividad integradora de coherencias internas.
No a la creatividad morbosa que se detiene en
el detalle obsceno.
Sí a la creatividad piadosa que lleva la mirada al gesto sublime.