12 de enero
      BEATO ANTONIO Mª PUCCI,

Confesor

( 1892 P.C.)

a

   Aunque miembro de la Congregación de los Siervos de María, este beato pasó casi toda su vida y se santificó como sacerdote en una parroquia. Había nacido en una familia de campesinos en Poggiole, cerca de Pistoia, en 1819. Fue el segundo de siete hijos y recibió el nombre de Eustasio. Desde niño se distinguió por su laboriosidad y su deseo de servir, especialmente en la iglesia parroquial de la que su padre era sacristán. Sin embargo, cuando se confirmó la vocación de Eustasio a la vida religiosa, a raíz de una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Bocca, su padre y su madre se opusieron a ello, pues era el mayor de los hijos varones. Así pues, Eustasio no pudo ingresar en la congregación de los servitas, sino hasta los dieciocho años, en 1837. Al entrar en el priorato de la Asunción, en Florencia, Eustasio tomó el nombre de Antonio María.

   Durante sus primeros años de vida religiosa, el hermano Antonio dio muestras de la franqueza y la tenacidad para vencer las dificultades que habrían de distinguir toda su vida. La oración y la obediencia eran su primera preocupación, y enseguida los estudios. Fue ordenado sacerdote en 1843 y, menos de un año después, fue nombrado vicario de la iglesia de San Andrés, en Viareggio. 1847, cuando sólo tenía veintiocho años, fue elevado a párroco de la misma iglesia. En Viareggio puerto de pescar con un astillero, pero sobretodo, un sitio de veraneo, debía vivir hasta su muerte el P. Antonio. 

   Los fieles llamaban a su párroco "II curatino", algo así como "nuestro señor curita" para demostrar, a la vez, su cariño y su respeto por él. El Beato Antonio parece haberse adelantado a su tiempo en lo que se refiere a la organización parroquial, pero jamás perdió de vista que las cosas son sólo medios para un fin, y que el fin de la vida es la caridad. Tampoco olvidó que el pastor debe ser el ejemplo de su rebaño. Antonio era el padre y el siervo de todos; los enfermos, los ancianos, los pobres; todos los que sufrían en alguna forma acudían a él, buscando la ayuda que les daba sin reservas. Su olvido de sí mismo se manifestó sobre todo, durante las epidemias de 1854 y 1866. Uno de los frutos de la predilección del P. Antonio por los niños, fue la creación de un orfanato junto al mar, cosa poco común en aquella época. Gran parte de sus energías y de su ingenio estuvieron consagradas a la instrucción de los niños. Acostumbraba decir que el hogar debe completar la educación, iniciada en la iglesia y en la escuela. Su celo no se limitaba a su parroquia. Su entusiasmo por la conversión de los infieles le impulsó a ser, en Italia, uno de los primeros y más ardientes propagandistas de la obra de la Santa Infancia.

   El Beato Antonio Pucci murió el 14 de enero de 1892, a los sententa y tres años de edad. Su muerte causó eran consternación en Viareggio. Su tumba fue honrada por Dios con algunas curaciones. La beatificación del P. Antonio tuvo lugar en 1952. 

   Ver el decreto de beatificación en Acta Apostolicae Sedis, vol. XLIV (1952); y Un apostolo della carita (192), obra escrita por un Siervo de María.   

  • * Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I.

SANTORAL DE ENERO

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