"SUJETEN AL SARCO"
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De esto pas� casi un a�o. El tiempo pas� volando. Por lo que al ver la festividad nuevamente en puertas, tuvieron que comprar otra imagen. Esta vez, los rasgos del �Sarco� eran los mismos, hasta se pod�a decir que era mas atractivo. Su rostro era m�s perfilado. Pero sea como fuere�la gente estaba fel�z. Poco a poco el rumor corri� por el pueblo: �...ya  ten�an Santo nuevo...�. Lo hab�a comprado don Manuel Moreno de una tienda de la capital, cerca de la Iglesia de Las Nazarenas. En el local de la parroquia comentaba el padre Cubas: �Ma�ana temprano en misa de 6 lo bendecimos...pasen la voz  a todos para que vengan a misa. Que el sacrist�n se encargue del repique de campanas...�. Y as� fue. Con gran concurrencia nuestro personaje volvi� a formar parte de la historia de este devoto pueblo.               

Nuevamente recib� la invitaci�n de mi t�o Vicente:  �Tienes que venir a la fiesta", me dec�a en su carta, �Yo ya no presido la directiva, pero igual me han puesto en la comisi�n de la corrida...� De manera que con d�as de anticipaci�n ya estaba arreglando mi equipaje para viajar a la festividad del �Sarco�. No repetir� los pormenores. La novedad era que, al no tener su propia �anda� -la que se hizo astillas con las embestidas del toro el a�o anterior- ten�an que sacarlo montado en un burro y pasearlo en procesi�n  por la ciudad.
              El d�a central, fuimos a misa muy temprano y acompa�amos con mucha devoci�n al "Sarquito". Justo me encontraba atravezando por una mala situaci�n emocional, por lo que mis ruegos eran sinceros y cargados de mucha f�. Al pobre "Sarco" lo hab�an subido al asno. Lo sujetaron a la montura con sogas, las que no se notaban por el ropaje y la larga t�nica regalada por do�a  Natividad -la esposa de don Juanito el boticario-. La banda de m�sicos era la misma del a�o pasado, s�lo que estrenaban uniformes nuevos. Hab�an agregado a su repertorio la �salsa chicha� -una mezcla de cumbia y huayno- muy popular en aquella �poca. Acompa�aban al "Sarco" con una marcha lenta y a veces interrumpida por la terquedad del bruto, que se frenaba y se resist�a a volver a las andadas.
                      Poco a poco nos acerc�bamos hasta el final de la calle principal. �sta terminaba en las riberas del r�o. Ya no hab�a casas, s�lo chacras y sembr�os de pan llevar. En el puente se dar�a la vuelta de retorno a la iglesia. Fue entonces que vino la tragedia: en un maizal se encontraba pastando una blanca burra, la cual de seguro estaba en celo  provocando la inquietud del macho que dejando el cortejo se sali� de la procesi�n con direcci�n a su pareja. De nada sirvieron los esfuerzos de sus custodios para calmar su terco capricho. Do�a Margarita le pegaba con su rueca. El Mariano con su hermano Julio lo jalaban de la soga. Nada impidi� que el animal se trepe sobre la hembra con su enorme sable desenvainado. Las mujeres gritaban: " ...esto es obra de Satan�s, Ave Mar�a Sant�sima, al�jate demonio del mal�" Y los hombres descargaban sus varas en las ancas de la pobre bestia.
Ya podr�n imaginar a nuestro �Sarco� hamaque�ndose como una licuadora, de un lado a otro. Mientras m�s eran los intentos del asno por culminar su faena, m�s se ladeaba el pobre �Sarco. El alboroto era general. Un gruo del gent�o no pod�a disimular una sonrisa, por lo jocoso de la situaci�n. Era c�mico ver a nuestro personaje moverse como si hubiese un terremoto de 8 grados, hasta que las ataduras se rompieron y patacl�n�el "Sarquito" cay� de bruces al suelo, rompi�ndose en varios pedazos. Esto termin� con la ira del cura que orden� que maten al animal. Pero varias personas se interpusieron dando las explicaciones que el "inocente" burro hab�a actuado por sus instintos y que no merec�a tan tr�gico final.

                     La fiesta se opac�. Ya no hubo el baile organizado por la municipalidad. Todos comentaban lo ocurrido y presagiaban que algo malo ocurrir�a. Pero no fue as�  y la calma volvi� al pueblo.

                      
Hasta hoy cuando recuerdo esta an�cdota, me r�o e inmediatamente le pido a nuestro �Sarco� que me disculpe, prometi�ndole que en alguna ocasi�n regresar� para su fiesta del mes de Julio.
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