Las pirámides
son monumentos colosales construidos por los antiguos egipcios para albergar
las tumbas de sus faraones, en los años 2723 y 2563 a. de J.C., con grandes
bloques de piedra, perfectamente encuadrados. Se creía que la forma de
pirámide simbolizaba una escalera hacia el Sol, para que el rey pudiera
ascender al cielo. La Gran Pirámide del rey Keops, en Giza o Gizeh, cerca del
Cairo, se eleva 137 metros sobre el nivel del suelo. Se emplearon 2,3 millones
de bloques de piedra de un peso medio de 2,5 toneladas, y fue
dotada de un templo funerario. En su construcción fueron empleadas fórmulas
científicas de gran complejidad, que demuestran el gran nivel alcanzado por
la Matemática egipcia. Son las únicas que se conservan de las Siete
Maravillas del mundo antiguo.
Otra modalidad
de "templo divino" son los templos subterráneos, como este de Abu-Simbel
mandado a construir entre los años 1301 y 1235 a. de J.C. por Ramsés II, con
colosales estatuas de piedra presidiendo la entrada del templo. La altura
decreciente de cada una de sus salas culmina en la del santuario.