La
huella de Le Corbusier aparece en Oscar Niemeyer, arquitecto brasileño
que pronto sabe conquistar un estilo
propio. La ciudad de Brasilia es el
proyecto más ambicioso y la obra culminante de éste. En ella cada
edificio tiene un contenido simbólico dentro de una sencilla realidad,
tal es el caso de la Catedral de Brasilia construida entre los años
1956-1961.