Foro Cultural La Musa A. C.

 

EL SUEÑO DE ALCANZAR LAS ESTRELLAS1

Por

Sylvia M. Ríos Casanova[2]

 

 

“…La importancia de los viajes espaciales es tener

 nuevos conocimientos y aprender sobre nosotros mismos

y nuestro lugar en el Universo”

 

Louis D. Friedman

Director Ejecutivo de la Sociedad Planetaria

 

 

Recuerdo claramente cuando el 20 de julio de 1969, mis hermanas y mis padres veíamos en la pantalla del televisor en blanco y negro, las imágenes del primer hombre que llegaba a la luna, había asombro, silencio y admiración y durante muchos años seguí con verdadera pasión e interés cada uno de los vuelos espaciales que rusos y norteamericanos realizaban, soñaba con ser astronauta y algún día poder viajar a la luna, a Marte, a las estrellas.

 

El accidente del transbordador Columbia ocurrido el pasado 01 de febrero del presente año, debido a la vertiginosa velocidad que los medios de comunicación dan a los sucesos, nos parece ya lejano, y sin embargo, en su momento fue una noticia de gran impacto y de importancia mundial, que por un instante nos obligó a volver los ojos al cielo, a pensar en los vuelos espaciales y acaso intuir que allá arriba hombres y mujeres también están construyendo el futuro.

 

La serie de transbordadores que iniciaron sus vuelos en 1981, representa la cúspide del desarrollo de la aeronáutica, en un lapso que cumple un poco más de 40 años. Su construcción significó en la historia de las naves espaciales, la posibilidad de despegar como cohete y aterrizar como planeador. Su capacidad de carga les ha permitido transportar hasta 12 pasajeros, sondas o satélites y hasta un laboratorio espacial y permanecer en órbita desde una semana hasta un mes, para en dos semanas estar listos para despegar nuevamente.

 

Con más de 20 años la serie de transbordadores llamados: Columbia, Challenger, Atlantis, Discovery y Endeavour, han colocado docenas de satélites en órbita y otros se recuperaron para repararlos. Se han lanzado varias sondas interplanetarias para explorar los planetas Venus y Júpiter. Se instaló el telescopio Hubble, el más poderoso con que actualmente el hombre observa el espacio y se ha estudiado el comportamiento del cuerpo humano en preparación a futuras largas travesías espaciales.

 

Estas naves han sido el lugar donde científicos, técnicos y especialistas de diversas partes del mundo han desarrollado múltiples investigaciones de carácter científico y seguramente algunos de ellos serán de carácter militar y de seguridad nacional.

 

Otra importante función de los transbordadores ha sido su vital papel como abastecedor de toneladas de materiales para la construcción de la Estación Espacial Internacional, la cual es sin duda en este momento el más audaz y visionario proyecto que el hombre ha emprendido en la aplicación de la ciencia y la tecnología.

 

Pero, ¿Qué aportan estas misiones al hombre?, ¿Cuál es la importancia de los viajes espaciales?

 

Cuando la Unión Soviética, el 4 de octubre de 1957 lanzó el Sputnik 1, el primer satélite artificial que orbitó la Tierra para sorpresa de todo el mundo, significó un impulso sin precedentes en el desarrollo del conocimiento humano, dado que inician una era de importantes descubrimiento científicos e innovaciones tecnológicas

  

Derivado de la investigación espacial, actualmente gran cantidad de productos que actualmente se elaboran en el sector industrial, están presentes en nuestra existencia cotidiana: El radio de transistores, las calculadoras ligeras, el horno de microondas, métodos de conservación de los alimentos y sistemas de medidas. Así como la generación de nuevos productos como las instalaciones eléctricas, medicinas, procedimientos de soldadura, medios de comunicación, entre otros.

 

Estos productos y tecnologías se emplean en diversas industrias, entre las que se pueden señalar: La electrónica, de los metales, de la maquinaria, de la cerámica, de la construcción. Y la generación de nuevos productos como: Carburantes, aislantes, pegamentos, pinturas, materiales sintéticos, textiles, entre otros.

 

Se ha acentuado la inminente revolución técnica que resultará del disfrute de fuentes de energía compactas y ligera desarrolladas para los viajes espaciales, las cuales sirven para alimentar a diversas máquinas, medios de transportes y en sistemas de iluminación y calefacción.

 

Los viajes espaciales han significado también la posibilidad de poder dar fin a ciertos nocivos hábitos industriales que llevan a la producción de bienes de consumo de breve duración, lo cual está en evidente contraste con los productos que requiere la industria astronáutica, encaminada a fabricar objetos de alta resistencia, duraderos y que ofrezcan gran seguridad.

 

Gracias a los satélites que se encuentran en órbita alrededor de la Tierra, la meteorología, la ciencia que estudia los fenómenos que acontecen en la atmósfera de nuestro planeta, puede predecir mejor las condiciones del tiempo, vigilar el movimiento de los huracanes, fotografiar la corteza terrestre, conocer las posibilidades acuíferas de una región y mejorar la representación cartografía de nuestro planeta.

 

Y que decir del nuevo Sistema de Posicionamiento Global (GPS) .que permite a través del uso de un sistemas de satélites, georeferenciar con toda precisión y rapidez un punto sobre la superficie terrestre y con ello construir mapas con mayor precisión. Se piensa que desplazará a todos los sistemas de navegación existentes hasta el momento. Sus aplicaciones técnicas son enormes, como en la transportación aérea, marítima y terrestre, en esta última, por ejemplo se utiliza en sistemas de guiado de un punto a otro para los transportes internacionales, redes de autobuses, policía, ambulancias y hasta en pruebas deportivas como el ciclismo.

 

Respecto a las telecomunicaciones, hay quién afirma que con cuatro satélites se puede mantener comunicado a todo el planeta.

 

En el área de la medicina, las aportaciones son asombrosas, por ejemplo, los cascos de los astronautas norteamericanos adaptados por los médicos, cumplen la función de medir el oxigeno consumido por los niños sanos y por aquellos que padecen afecciones cardíacas y pulmonares. En cambio, los cascos de los astronautas soviéticos han servido para tomar encefalogramas. El simulador de ingravidez del espacio ha servido para reeducar a las personas inválidas que han perdido la locomoción.

 

Se ha llegado a tal extremo de pequeñez en las baterías que se ha inventado la “píldora transmisora”, la cual es tragada por el paciente y al atravesar el esófago, el estómago y el intestino registran los cambios térmicos y avisa de las posibles infecciones.

 

El rayo láser cuya técnica se planeó para aplicarse en las comunicaciones espaciales ayudó a crear nuevos bisturíes. Los marcapasos cardiacos le deben su invención a la pila ISOMITE.

 

Otras aplicaciones industriales se han dado, por ejemplo en la industria automotriz, al estudiar la línea aerodinámica para vencer la resistencia del aire.

 

La creación de nuevas resinas plásticas por sus facultades térmicas, destinadas al recubrimiento de las naves, hicieron posible la aparición del teflón. De igual manera la fibra de vidrio cuyas características de alta resistencia, irrompibles y anticorrosivas que han sido utilizadas para recubrir los exteriores de las naves espaciales, se emplea en la fabricación de automóviles y tuberías de drenaje y agua potable. Y el uso del titanio que es dos veces más resistente que el acero y menos pesado.

 

El uso de la energía solar por la vía de la explotación de células fotoeléctricas abre nuevas posibilidades al aprovechamiento del Sol, como fuente de energía y consecuente gasto moderado de otros centros provisores de energía. Por ejemplo, las tres misiones de la estación espacial Skylab, así como el viaje sin retorno de las naves Voyager 1 y 2, la energía solar ha sido la principal fuente de energía.

 

Las pilas de níquel y cadmio que se han aplicado a generadores miniaturizados las tenemos en nuestra vida cotidiana en los relojes digitales y las calculadoras, así como los cassettes y las videocintas.

 

De manera particular la tripulación internacional de la última misión del Columbia, efectuó durante 16 días numerosos experimentos, entre los que destacan el estudio del desplazamiento del polvo suspendido en la atmósfera sobre el Mar Mediterráneo y Océano Atlántico y como éste afecta al clima, el cual era estudiado por el israelita Ilan Ramon.

 

La Sociedad Interplanetaria, fundada por Carl Sagan, asociación constituida por miles de personas de todo el mundo y que apoya diversos proyectos de investigación espacial, efectuaba a bordo del Columbia el experimento denominado Biofilmación del Crecimiento de Bacterias en Superficies Inorgánicas durante Vuelos Espaciales ( GOBBSS en inglés) el cuál era un proyecto conjunto del estudiante palestino de biología Tariq Adwan y del israelita de medicina Yuval Landau.

 

Se observaba la conducta de algunos animales en condiciones de mínima gravedad, en particular el de las arañas australianas consideradas como las tejedoras más exactas del mundo. Se estudiaban también abejas, embriones de peces, gusanos de seda y ratas en diversos experimentos.

 

Se llevaba a bordo una rosa híbrida de los Estados Unidos, una flor de arroz asiática, semillas de tomate, flores silvestres y pan para estudiar la formación del moho, además de cristales de hongos y células de cáncer de próstata. En total se efectuaban 60 experimentos.

 

En síntesis, la historia de los transbordadores y de las demás misiones espaciales han contribuido al desarrollo y aplicación de un sin fin de tecnologías y productos, muchos de los cuales disfrutamos hoy en día en la comodidad de nuestro hogar.

 

Seguramente muchos de los que han participado en esta aventura espacial, y que involucra no sólo a los astronautas, sino a numerosos científicos, ingenieros, técnicos, mecánicos, investigadores, educadores, difusores, escritores, estudiantes, aficionados y a muchas personas más que nos interesa y gusta la astronomía, la astronáutica o simplemente ver el cielo y entre los que ojalá se encuentren mucho jóvenes y niños, hemos tenido ese maravilloso sueño de viajar a las estrellas.

 


1 A la memoria de los astronautas del transbordador Columbia: Rick H. Husband; William C. McCool;  Michael Anderson; David M. Brown; Kalpana Chawla; Ilan Ramon y Laurel Clark

  

[2] Presidenta del Foro Cultural La Musa A. C. y responsable de la Difusión y Relaciones Públicas de la

Sociedad Astronómica de Aguascalientes

 

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