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SONADORES* DEL MÉXICO ANTIGUO**

* Artefactos sonoros. ** Actual Zona desde el Sur de los EUA hasta Nicaragua

Roberto Velázquez Cabrera

Investigador externo

E-mail: [email protected]

16 de septiembre de 2000.

Réplica de flauta triple de barro, de Mario Cortés Vergara.

La singular, fina y diversa organología del México Antiguo fue desarrollada durante varios milenios.

Su aprovechamiento y fomento era materia central de estado y buen gobierno, en los más altos niveles administrativos, religiosos y militares. Se utilizaban en todo tipo de eventos, celebraciones y múltiples festividades sociales, recreativas y religiosas, en unión armoniosa con la danza, el canto, la literatura, la poesía, etc., desde los grandes centros ceremoniales hasta las más pequeñas y dispersas comunidades y aun en las consideradas poco desarrolladas y nómadas.

Su aprovechamiento era parte fundamental en sus "músicas" regionales y de otras actividades vitales, sociales y personales, en todas sus culturas. Fundamentalmente, se usaban para:

Honrar a sus dioses;

Para anunciar eventos regulados y periódicos, así como para dar avisos de peligros, ataques y vigilancia;

Vivir con la naturaleza y comunicarse con otros seres biológicos;

Transmitir ordenes y señales y para molestar a los oídos de los enemigos, durante las guerras y batallas;

Realizar las comunicaciones a cortas y grandes distancias;

Mejorar la salud física y mental de las personas;

Producir efectos mágicos, chamánicos y en todos sus múltiples ritos;

Promover y agradecer buenas actividades productivas como siembras, caza, artesanías, etc;

Imitar sonidos de animales, para llamarlos, adiestrarlos o cazarlos;

Imitar sonidos de la naturaleza, con diversos propósitos;

Promover las ventas de comerciantes viajeros;

Deportes, juegos, placer;

Diversos rituales cotidianos, como bañarse en un temazcal o hacer un artefacto, es ésta vida y en la otra;

Era un compañero frecuente en las tumbas y entierros, para el viaje del más allá.

Los que hacían y usaban los artefactos sonoros eran educados al más alto nivel y eran vigilados con gran rigor. Si no actuaban bien eran sacrificados, ya que si no disponían de sus sonidos no había fiestas y celebraciones ni buen desempeño y eso no era permitido.

Desgraciadamente, La rica organología mexicana fue prohibida, destruida, proscrita, sustituida y olvidada desde la Conquista y la Colonia, hace cinco siglos. Esa política global histórica ha sido continuada con efectividad hasta nuestros días, como si no hubiera existido la Independencia y la Revolución, ni la letra de nuestras leyes para investigar y fomentar las diversas culturas prehispánicas e indígenas. De una situación de autosuficiencia en artefactos sonoros, se ha llegado a una dependencia casi total del exterior para obtener los instrumentos y aparatos musicales profesionales y mucha de su música y los que la generan. Han abierto las fronteras a las importaciones de bienes y servicios, incluyendo mucha chatarra musical inducida, pero se ha impedido el resurgimiento de los artefactos sonoros Mexicanos y de los beneficios de su desarrollo y fomento.

En la actualidad, los únicos interesados en rescatar esas tradiciones antiguas son algunos cuantos artesanos, músicos y danzantes, que todavía elaboran y usan sonadores.

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