21 de abril
San Conrado de Parzham (1818-1894)
Es un campesino bávaro
que a los 31 años llamó al convento de capuchinos pidiendo
servir a Dios como humilde hijo de Francisco. Estuvo 41 años de portero
en Altötting (Baviera) junto al santuario de la Virgen. En cierta ocasión
escribía: "Me
esfuerzo en amarlo mucho. ¡Ah!, este es muy frecuentemente mi único
desasosiego, que yo lo ame tan poco. Sí, quisiera ser precisamente
un serafín de amor, quisiera invitar a todas las criaturas a que
me ayuden a amar a mi Dios". Comulgaba cada mañana, cosa
rara en aquel tiempo, allí en el altar de la Virgen de las gracias,
donde ayudaba a la santa misa.
Fue beatificado en 1930
y canonizado en 1934. Junto con S. Fidel de Sigmaringa son los dos primeros
santos que ha tenido Alemania después de los tiempos de la Reforma.
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La puerta limosnera
del convento
con el altar de gracias de María
testigos son de amor y de plegaria,
que han visto a fray Conrado día a día.
Un serafín de
amor quisiste ser
viviendo tu silencio y tu armonía,
y a todo el mundo cándido invitabas
a unirse a tu amorosa sinfonía.
La santa comunión
cada mañana
tu corazón amante enardecía;
a los pies de la Madre clementísima,
allí junto a la lámpara que ardía.
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En tierra de teólogos
insignes
tu santidad sencilla florecía,
y fuiste luz, sermón de la montaña,
y en tu candor la Iglesia te escogía.
Conrado, caridad del
Evangelio,
de la necesidad un fiel vigía,
contigo caminamos a su encuentro,
que tiene en el dolor feligresía.
Excelsa Trinidad a
quien los ángeles
y el orbe entero rinde pleitesía,
tu gloria y santidad glorificamos,
oh bello amor, que toda culpa expía. Amén
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