30 de abril
Beato Benito de Urbino (1560-1625)

Un capuchino de familia noble: tal fue el beato Benito de Urbino, de la casa de los Passionei. A los 22 años era abogado; fue a Roma, volvió desengañado. Lo dejó todo; pero, antes de dar el paso, ya se veía que era un contemplativo y un hombre de una austeridad sorprendente.

Durante un tiempo participó en la misión de Bohemia, conducida por san Lorenzo de Brindis

En su vida capuchina tres rasgos marcan su personalidad espiritual: la austeridad - él, de noble cuna -, la oración constante, y la entrega a la predicación en lugares humildes, más bien de poca categoría. Su pobreza era tal, que en la celda no tenía ningún libro...

Son los rasgos que hemos querido poner en relieve en el himno.




Muy noble fue tu cuna Passionei,
floridos tus estudios de abogado;
risueño despuntaba ya el futuro,
mas todo lo dejaste al ser llamado.

Jesús era en tu pecho tu tesoro,
él era tu oración y tu sagrario;
adiós, Urbino y Roma, sin retorno,
que fray Benito empieza el noviciado.


Ardiente sacerdote capuchino,
de todo afán humano despojado,
apóstol en Bohemia, en obediencia,
la gloria y cruz de Cristo predicando.



La alegre austeridad y la oración
y aquel ardor de humilde apostolado,
- crisol de todo amor el día a día -,
tu talla espiritual fueron tallando.

¡Oh hermano nuestro, fiel hasta la muerte,
en una misma Regla amamantado,
purísima brillaba tu pobreza,
porque era Cristo entero tu regalo!

¡Oh Dios excelso, santa Trinidad,
hogar en donde fuimos engendrados,
asciendan la alabanza, los amores,
y un día allí seamos presentados! Amén.







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