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El sábado
21 de Junio de 2003 Ribera Norte festejó el "Día
del Voluntario" de la reserva. La fecha de esta celebración
anual se pensó para coincidir con el cumple-años
del Sr. Clotaire Coulon, el querido personaje quien durante años
ha colaborado con su infatigable labor por el bien de la reserva.
Como voluntario ha sido un verda-dero ejemplo. (La fecha exacta
de su "cumple" es 17 de Junio, pero se acomoda a un
día de fin de semana). Hoy, tras recuperarse de haber sido
embestido por una moto, Clotaire - también conocido como
"Mesié" por su nacionalidad francesa - es huésped
de un hogar de ancianos. Pero esta fecha fue la perfecta excusa
para organizar un pequeño operativo: traerlo al predio
por el día, y rendirle un pequeño homenaje. Gracias
a las gestiones de quienes se ocuparon de esto, Mesié pudo
volver finalmente a Ribera Norte luego de tanto tiempo, y pudo
disfrutar un día de campo espléndido. Y el tiempo
acompañó, con
sol y temperatura más que agradables.
(Marcando en la foto verás una ampliación)
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A
la fiesta se sumaron muchos amigos, cada uno aportando empanadas,
sandwiches o bebidas. Además los mismos voluntarios organizaron
una parrilla. Así nuestro homenajeado degustó una
deliciosa hamburguesa acompañada con un vaso de buen vino
- del cual no permitió alejarse en ningún momento.
Fueron varios los que se ofrecieron a acercarle una de las pocas
sillas disponibles, pero nuestro amigo prefirió instalarse
en el banco hecho con tronco de palmera, reviviendo el verdadero
espíritu de la reserva en esta jornada al aire libre tan
especial para él.
¿ESTUVISTE ESE DÍA? Entonces... ¡A RECONOCERSE!
(Marcando en la foto verás la ampliación)
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Varias
veces intenté sacarle a Mesié algún comentario sobre
su nueva vida en el hogar: Si le gustaba, si la comida allí era
buena, si tenía amigos, si había un jardín... En
cada caso sus respuestas siempre fueron afirmativas, pero cortas, y siempre
con acento francés: "Si... y... si. Bueno." Parecía
que mucho no quería hablar. Seguramente las intensas emociones
de su regreso a Ribera Norte, y la presencia de tanta gente amiga, lo
habían superado por hoy.
Pronto entró
en escena una espectacular torta de cumpleaños, coronada con una
única velita en lugar de las 88 que correspondían. Los presentes
le cantamos el cumpleaños - dos veces. Luego, de pié y con
su postura algo encorvada, Mesié pensó un momento para hallar
un bueno deseo, y luego se inclinó un poco más para soplar
la velita. Le pedimos un discurso - debe ser lo que menos le gusta hacer
- pero accedió. Sin embargo, la emoción nuevamente lo superó,
y el discurso brilló por lo breve. Sus palabras, emitidas en tono
bajito y también con acento, fueron:
"Bueno..."
Quienes lo conocemos entendimos todo lo que quiso decir con eso, y aplaudimos
calurosamente.
(Marcando
en las foto la verás ampliada)
Más
tarde Mesié recorrió toda la reserva junto a Willy Bryant,
el guardaparques. Fue toda una emoción verlo pasar por el sendero
que él mismo había tallado mediante la sistemática
erradicación de ligustrinas invasivas a diestra y siniestra.
Al final del día
lo vimos muy preocupado por los arreglos necesarios para que pueda volver
a su casa. Preguntaba a todos: "¿Cuándo me llevan?
¿Tiene que llamar un auto...? ¿Me van a llevar?"
Bromeando le sugerí que, si nadie se ocupaba de él, podría
pasar toda la noche en la reserva. ¿Qué mejor "farra"
podría soñar? Pero mi sorpresa fue que no acompañara
esta ocurrencia, y es ahí cuando tomé conciencia: Mesié
tiene ahora asumido su hogar en otro lado. Y eso me dio cierta paz, cierto
alivio, por que temía que nunca llegaría a aceptar el distanciamiento
que forzosamente impone su salud y ritmo de vida actual.
...pero
la reserva igual llora por él. ¡Lo extraña horrores!
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