Revista de la
Academia Colombiana de Radiología Oral y Maxilofacial

No. 1, Julio de 2002



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LA RADIACIÓN IONIZANTE:

UNA HERRAMIENTA SIN GRANDES RIESGOS EN EL DIAGNÓSTICO ODONTOLÓGICO

 

Carlos Guillermo Rodríguez Torres *

 

* Odontólogo, Universidad Javeriana, Santafé de Bogotá, Colombia; Centro de Radiodiagnóstico, Clínica Dental de la Universidad de Viena, Austria.

 

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La radiación ionizante es el tipo de energía electromagnética o corpuscular que tiene la capacidad de desprender un electrón de la órbita de un átomo, desestabilizar su equilibrio de cargas y crear un ión con carga positiva (el átomo sin un electrón) y un ión con carga negativa (un electrón libre).

 

Este tipo de energía se encuentra de forma natural en el medio ambiente. Diariamente los seres vivos se ven sometidos a diferentes tipos de radiación ionizante que son muy variados y se encuentran en cualquier parte del planeta. Por esta razón la radiación natural se divide en tres grupos según la fuente que la produce: radiación externa de origen cósmico, radiación externa de origen terrestre y radiación interna.

 

Radiación externa de origen cósmico

 

Esta radiación es la proveniente del espacio. La reacción ocurrida entre estos rayos y algunos componentes de la atmósfera producen átomos radiactivos que se vuelven parte del medio ambiente (1). La cantidad de este tipo de radiación que se puede recibir sobre la tierra depende de varios factores como la latitud y altitud en que se encuentre un individuo, pero en promedio se calcula 0,3 mSv al año al nivel del mar (2).

 

Radiación externa de origen terrestre

 

Muchas sustancias contenidas en el suelo, el agua y el aire contienen materiales radiactivos, que tampoco son constantes en todos los puntos del planeta. Hay regiones con mayor radiación natural que otras, como es el caso de las Montañas Rocosas en Norteamérica, donde los niveles de este tipo de radiación puede ser tres veces mayor a la costa del Golfo de México (3). Esta radiación proveniente de la Tierra aporta como mínimo 0,45 mSv al año (2).

 

Radiación interna

 

Esta tercera fuente de radiación se encuentra en el interior del cuerpo humano. Dos sustancias radiactivas, el carbono 14 y el potasio 40, son usadas para su metabolismo. Diariamente ocurren más de 300 millones de desintegraciones radiactivas de potasio 40 y 300 millones más de desintegraciones de carbono 14 en su interior (1), que en promedio tiene una radiactividad 10.000 Bq por causa de los isótopos radiactivos naturales (2).

 

Todas estas fuentes aportan unos niveles de radiación natural que atacan al cuerpo sin provocarle un daño considerable, debido a que los organismos vivos saben reparar esos daños producidos por esa radiación natural.

 

Rayos X

 

Los rayos X son quizás el tipo de radiación ionizante más conocida en el campo odontológico y a la vez una de las herramientas más útiles en su diagnóstico. Estos rayos se producen de forma natural en las estrellas, pero en la tierra aparentemente sólo se generan de forma artificial por el hombre. Tienen las mismas características de otros tipos de radiación ionizante, y pueden ser usados con fines terapéuticos, diagnósticos e industriales, dependiendo de su intensidad y dosis.


En Odontología la utilización de los rayos X con fines diagnósticos aportan dosis muy bajas, comparables a las que se reciben como consecuencia de la radiación natural. La exposición de un paciente al que se le toma un juego radiográfico periapical completo de 21 placas, con un equipo convencional y películas tipo E con colimación redonda, equivale a la radiación que se recibe del medio ambiente durante 5 días (4). Esta dosis puede ser aún más baja utilizando películas más sensibles, como las tipo F, o mediante la utilización de equipos de adquisición electrónica, sin perder información diagnóstica (5).

 

Protección radiológica en Odontología

 

La radiación utilizada con fines diagnósticos en radiología oral convencional es muy baja si se compara con la utilizada en otras áreas de la Medicina, como la fluoroscopía o la tomografía computarizada. No hay un estudio clínico que demuestre una asociación entre las bajas dosis de radiación utilizadas en diagnóstico oral y mutaciones genéticas u otros daños en el paciente o el operador, como tampoco se puede asegurar que sean absolutamente inocuas.

 

Para lograr una práctica eficiente de la radiología oral hay que partir de la justificación del examen. El Real Decreto Español 1132 de 1990 dice: "Toda exposición a radiaciones ionizantes en un acto médico deberá realizarse al nivel más bajo posible, y su utilización exigirá: 1. Que esté médicamente justificada; 2. Que se lleve a cabo bajo la responsabilidad de Médicos u Odontólogos." (6).

 

La decisión de pedir el examen radiológico deberá hacerse cuando no se pueda conseguir esa información con otro método diagnóstico, y cuando sea estrictamente necesario. También deberá valorarse el costo del riesgo biológico contra el beneficio diagnóstico, como puede ser el caso de pacientes embarazadas con urgencias endódonticas.

 

El tiempo de exposición, el uso de barreras y la distancia son también puntos importantes por considerar. Se puede disminuir el tiempo de exposición con la utilización de películas rápidas. Los equipos digitales constan de sensores electrónicos radiosensibles que producen imágenes de superior calidad a las producidas por placas radiográficas, con menor tiempo de exposición y con la posibilidad de ser manipuladas y transmitidas digitalmente, bien mediante los programas ofrecidos por sus fabricantes (5), como por otros de uso comercial (7).

 

La dosis que recibe la tiroides en un examen periapical completo es aproximadamente 0,94 mGy y genéticamente significativa de sólo 1,0 mGy que corresponde al 0,03% de la exposición del medio ambiente en un año (8). El uso de chalecos y protectores tiroideos para los pacientes disminuyen aún más la dosis gonadal y tiroidea recibida.

 

Los haces de rayos X disminuyen su intensidad con la distancia de una forma geométrica. El haz se dispersa al alejarse y su intensidad es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre un punto y la fuente. Por esta razón un operador que se encuentre alejado de la fuente y fuera de la trayectoria del haz, como ocurre en condiciones normales, no corre un mayor riesgo que otro profesional.

 

Los filtros, los colimadores y las pantallas intensificadoras son parte del equipo básico que contribuye a lograr imágenes radiográficas de muy buena calidad sometiendo al paciente a una baja exposición a la radiación. Este se puede optimizar utilizando colimadores rectangulares que limitan el área irradiada al área de la película.

 

Conclusiones

 

Las dosis utilizadas en el diagnóstico radiográfico en Odontología son muy bajas y no implican un riesgo mayor al de otras actividades de la vida diaria, que por el contrario no brindan los beneficios que ofrecen estos exámenes. Existen varias formas de minimizar aún más la exposición de los pacientes a la radiación, sin perder calidad en las imágenes, como la utilización de películas con mayor sensibilidad, o medios de adquisición electrónica (radiología digital).

La mejor manera de practicar una radiología oral segura es justificando los exámenes, utilizando un equipo adecuado y conociendo una buena técnica para evitar repeticiones.

 

 

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BIBLIOGRAFÍA

 

(1) Duport P. "The Effects of Low Doses of Ionizing Radiation", Canadian Nuclear Society Bulletin, Vol 21, No. 23, pp 20 - 4 (2000).

 

(2) Zamora H. "Efectos Biológicos de las Radiaciones Ionizantes", Curso Básico de Protección Radiológica. INEA, Santafé de Bogotá, 1996.

 

(3) Jagger J. "Natural Background Radiation and Cancer Death in Rocky Mountain and Gulf Coast States", Health Physics 75(4):428-430 (1998).

 

(4) White SC. "Dentomaxillofacial Radiology", 21: 118 - 26 (1992).

 

(5) Dannewitz B, et al. "Effect of dose reduction in digital dental panoramic radiography on image quality", Dentomaxillofacial Radiology, No. 31, pp50-55 (2002).

 

(6) Unidad de Radiofísica, H.U. Virgen de la Victoria. "Justificación en Radiodiagnóstico", Xgamma Boletín de Protección Radiológica, Málaga No. 2 Jun. P 1 (2001).

 

(7) Bowers CM, Johansen RJ. "Digital Imaging Methods as an aid in dental identification of human remains", J Forensic Sci. Mar; 47 (2): 354-9 (2002).

 

(8) White S, Pharoah M. "Oral Radiology: Principles and Interpretation", Mosby, St. Louis (2000).

 

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