Entrevista por: Ricardo Bravo
Revista Nuestro ROCK No.92

Arturo Meza actualmente radica en el m�gico Tepoztlan, Morelos, aunque naci� en Michoac�n y vivi� la mayor parte de su vida en la Ciudad de M�xico, en donde se dio a conocer a mediados de los setenta como parte de un grupo vanguardista e innovador llamado Decibel.
A fines de esa �poca da vida al grupo Krol Voldarepet, para luego iniciar, ya en los ochenta, su fruct�fera carrera como solista, la cual registra a la fecha m�s de una veintena de grabaciones, incursionando en algunas de ellas en una m�sica instrumental de corte on�rico y experimental, aunque la mayor�a pertenecen a su faceta como cantautor, en la que maneja un estilo electro ac�stico que, seg�n sus propias palabras, mas que rupestre es silvestre; composiciones, extra�a poes�a, muchas veces desgarradora, llena de tristeza, enojo, incertidumbre, reclamos y un cierto aire oscuro.
Meza, tambi�n es un escritor que cuenta con seis obras publicadas, en las cuales ha incursionado en la narrativa, la poes�a y la novela, es un ejemplo de lo que es un artista verdaderamente independiente, el cual, en el mejor momento de Gente de M�xico, su recientemente reactivado sello disquero, edito incluso grabaciones de otros grupos.
En el 2001 Arturo dio a conocer lo que son sus m�s recientes �lbumes: Canciones para cantar en el infierno Vol.2, segunda parte de una producci�n que sacara en 1998, y El 33 de este mes. Aqu� las palabras de esta singular personaje.

�Qu� diferencias hay entre el primer y el segundo volumen de Canciones para cantar en el infierno?

A.M: La verdad es que todos mis discos podr�an titularse canciones para contar en el infierno.

H�blanos sobre El 33 de este mes, un disco en el que reciclas influencia del rock & roll cincuentero en algunos cortes, e incluso coqueteas con el pop.

A.M: Me gusta la diversidad, es por ello que giro en los g�neros y hago lo que me brota del alma sin ataduras, compromisos o cuidando una imagen. Trabajo con lo que esta a mi alcance, me muevo con la magia del momento. Cada letra me lleva a una m�sica o cada m�sica a una imagen y me pongo a jugar. No me gusta la uniformidad ni la clasificaci�n, ejerzo la libertad. Lo importante es el gozo est�tico y espiritual, las fronteras intelectuales y las posturas totalizantes anquilosan, detienen, destruyen. Mi publico es muy rico porque en el encuentras desde �skatos�, metalosos, rupestres, poetas, roqueros, punketas, ni�os, �oras, obreros, intelectuales, estudiosos de filosof�as extra�as, etc�tera, me gusta sentir la pluralidad del mundo y no encerrarme en un circulo p�trido de exquisitos. La canci�n �Un poquito de amor� es uno de los mejores ejemplos de lo que es el disco, es un tema que debi� haber sido escrita a mediados o finales de los cincuenta, aunque aun sigue vigente, es la historia de la soledad de los valedores callejeros y desamparados de esa �poca, que a la vez somos todos los mexicanos pobres y urbanos.

�Por qu� desde hace muchos a�os ya no has editado nada como hacedor de m�sica instrumental-experimental?

A.M: Tengo algunas obras terminadas desde hace tiempo, entre ellas una que se llama El Circulo de fuego negro, pero no he tenido el dinero suficiente para grabarlas, ni tampoco para reeditar discos que hice en esa l�nea como Suite Koradi o R�quiem.

En los a�os recientes, primero estuviste editando tus discos gracias a diferentes apoyos, y luego reviviste tu sello, Gente de M�xico.

A.M: Los dizque apoyos que siempre he llegado a tener siempre fueron irreales e irresponsables, como el de Rock n�Roll Circus en su momento, o hace poco el de Dime Abuelita Records de Monterrey, unos me dejaron con la cuenta del estudio sin pagar y los otros con un contrato virtual y papeler�a vana. En cuanto a Gente de M�xico, es un sello muy pobre que no puede ni siquiera soportar los gastos de reedici�n de mi propio catalogo, el cual ya asciende a m�s de una veintena de grabaciones. Lo que me mantiene es que creo en mi m�sica, tiene una fuerza que la ha hecho llegar a rincones inimaginables sin necesidad de la industria disquera o la parafernalia publicitaria.

Platicanos de tu obra literaria y la relaci�n que tiene con tu trabajo musical.

A.M: He editado dos novelas El Diablero (1994) Dord (2002), Epistolario de Olimaconet de Luvian (1980) y canto ersal (1992), que son compilaciones de poes�as; y Ansina como endenantes (1993) y Historias de agua (1998), en las que incursiono en una narrativa que aborda temas del M�xico Rural, su magia, su picaresca, su locura, la cual conlleva una clara propuesta de comprender el pasado a trav�s de nuestros muertos sin sepultura. En cuanto a la relaci�n que hay entre mi trabajo musical y el literario, puede dar la impresi�n de que son obra de dos personas diferentes. Hay puntos tem�ticos de contacto, pero en esencia son diferentes, coinciden �nicamente en que abordan la geograf�a del alma, en que en ambas esta presente la ternura, la locura, la esperanza o la depresi�n. Los procesos creativos tambi�n son distintos, cuando escribo narrativa me pierdo en mi imaginaci�n, hago una pel�cula personal y me meto a fondo en ella. En cambio, al hacer canciones viajo en mi esp�ritu pero siempre estoy aterrizando. Adem�s, con la narrativa me divierto mucho y con las canciones me brota un Meza triste.

�Cu�l es la m�sica que mas te ha influenciado recientemente?

A.M: Creo que las influencias musicales se dan en la pubertad. A mi me influencio la m�sica ranchera y norte�a de los Broncos de Reynosa, Los Alegres de Teher�n, Las Jilguerillas, Jos� Alfredo Jim�nez o Cuco S�nchez, que fue con la que aprend� a tocar y cantar. Luego, gracias a los Kinks, Bob Dylan y los Beatles me atrev� a ser yo mismo; aunque lo que m�s ha influenciado mi m�sica es el hambre, la desolaci�n, la perdida, el desamparo que ha vivido el pueblo de M�xico durante tantos a�os.

�Ya estas trabajando en un nuevo disco?

A.M: Es una sorpresa que esta pr�xima a develarse, se titulara: Merl�n: soy Arturo, la espina de su amor.