Gente de México 2004

Canciones:

1. La tontera
2. Mejoras pa´mi pueblo
3. Puras mentiras
4. Con toda el alma
5. El rebelde
6. La eleiciones
7. Lenguas envidiablas
8. La Güerita
9. Julieta y Romero
10. Clementina

Créditos:

Don Arturo y sus compas.

A mis padres: Doña Paquita y Don Horacio.

QkramaKra fue grabado en el solar de Encá Don Víctor con un aparatillo que le dejó empeñado un gringo a cuenta de un costal de peyote.

Alí Segura usa guitarrón marca CONASUPO.
La vihuela de Sósimo, el la hizo con cajas de cebollas y a eso apesta.
El acordeón si tiene marca pero por como ni sabemos ler, ¡pos sepa!
Arreglos y desarreglos: Don Arturo y Corral L.
Doña de casa equivocada: Miriam Villaseñor.
Sósimo Moctezuma: Vihuela y Xingaderas.
Víctor Corral: Acordeón.
Don Arturo: Guitarra y voz.

Textos: Margarito Ledesma, excepto El Rebelde, Clementina y Háganse a un lado de Arturo Meza.
Música: Arturo Meza
Diálogos: Don Arturo y Sósimo.
Asistemte y voz incidental: Miriam Villaseñor.

Portada: Marion Perlet
Foto Contraportada: Giel Meza
Financiamiento: Mario y Omar Cabrera
Producido por: Arturo Meza

Homenaje involuntario al poeta Guanajuetense Margarito Ledesma.


LA TONTERA

Es cosa muy aburrida que las gentes sean tan suatas
Y que anden como las ratas, que no encuentran la salida.
Pero creo muy importante que haya gente proyectosa
Que sepan de muchas cosas y salgan siempre adelante.
El otro día, Feliciana le preguntaba a don Chon
Que por qué las tardes son más chicas que la mañana.
“¿Qué no comprende una cosa tan sencilla
que se estudia en la Mantilla y cualesquiera la entiende?”
“El sol va por las mañanas subiendo a la cuestarriba,
y eso a juerza le motiva que no lleve muchas ganas.
Por que siempre la subida es bastante trabajosa,
Y es natural que la cosa salga más entretenida”
“Pero en la tarde ya nada detenerse le precisa,
pues camina más aprisa porque ya va de bajada”.
Y en esos mismos instantes vi que tenia la razón;
Llamándome la atención no haberlo visto endenantes.
Y sentí mucha tristeza que gentes que comen pan
No piensen con la cabeza y al clavo nunca le dan.

MEJORAS PA` MI PUEBLO

Muchas mejoras que pide la población
Y que, por poca atención,
Hasta hoy solo han sido pioras,
Y que, según he sabido, aunque alguien haga espamentos
Sólo por puro descuido no hacen los ayuntamientos.
Si las hormigas chancharras perjudican el jardín,
Que les pongan unos tubos soldados con pergamín;
Y en caso que no escarmienten y sigan perjudicando,
Entonces que las revienten y ya no anden molestando.
Si de noche los coyotes quieren meterse a las huertas,
Hay que cerrar bien las puertas o tener buenos garrotes;
Y si el remedio no basta y quieren cenar gallinas,
Que les pongan una pasta con veneno en gelatinas.
Si en la calle los borrachos siguen con sus orinadas,
Que paguen unos muchachos que les avienten pedradas;
Y si ni así se moderan y obligarlos es preciso,
Entonces, ¿para que hay cárcel? Yo creo que pa algo se hizo.
Y si los presos se saltan por las bardas del corral,
Llevándose el nixtamal y muchas cosas que faltan;
Que al meterlos al encierro, en vez de darles petates
Los amarren con mecates y les pongan allí un perro.
Si los gendarmes se embriagan con mezcales y aguardientes
Y los faroles se apagan y se manosean las gentes;
Un remedio convendría que da muy buen resultado:
¡ que apresen a la polecía y quiten el alumbrado!
Si del kiosko de la plaza se cain los músicos luego,
Mejor que le prendan fuego y se vayan pa su casa;
Pero si en los festivales quieren música de aliento,
Pues póngale unos puntales cuatrapiados con cemento.
Si los gendarmes se embriagan con mezcales y aguardientes
Y los faroles se apagan y se manosean las gentes;
Un remedio convendría que da muy buen resultado:
¡que apresen a la polecía y quiten el alumbrado!.

PURAS MENTIRAS (Pa`l Julio Verne con too respeto)

Estuvo aquí de visita, en casa de don Joaquín,
Un señor medio catrín, de bastón y de levita.
Dicen que era un preceptor de la propia capital,
Y le cuadraba el mezcal y, si había pulque...mejor.
Traiba tamaña leontina y un relój quesque de plata.
Yo crioque era de hojelata y no de lámina fina.
También portaba unos lentes que abajo traiban arquitos,
Para mirar a las gentes y para leer los escritos.
Me explico Pancho la Puerca son lentes de dos reflejos;
Uno pa mirar de cerca y otro pa mirar de lejos.
Y, según me dio a entender con palabras provechosas,
Lo de arriba es para cosas, lo de abajo pos pa ler.
Y el que los trai no se priva, pues sólo tiene el trabajo
De alzar los ojos pa arriba o de bajarlos pa abajo.
También usaba un bastón que adentro traiba un paraguas,
Y él decia que en tiempo de aguas le daba el sacón.
Era un hombre muy chocoso, muy tieso, muy estirado,
Que me caiba muy pesado y que era muy mentiroso.
Pues, muy cruzado de pierna, se soltaba miente y miente
Y hasta espantaba a la gente al platicar de un tal Berna.
Decía que Berna era oriundo y de tantas garantías,
Que le dio una vuelta al mundo en menos de ochenta días,
Y que era un hombre tan probo, tan vivo y de tantas ganas,
Que anduvo cinco semanas trepado arriba de un globo,
Y casi sin descansar ni darse ningunas treguas,
Caminó veinte mil leguas sumido abajo del mar,
Y contaba algo más grave; que sin alas ni otras trazas,
Volaba cual si fuera ave por encima de las casas.
Y, cual Judas Iscariote, quería sin razón ninguna,
Con un cañón muy grandote darle un balazo a la luna.
¿ Que les parece? ¡caray!
Hay que quitarse el sombrero,
Pues salió más embustero
Que don Lencho Garibay.
Lo que no entendí muy bien, porque no hablaba a las claras,
si jue el mismo Berna o quién, el que hizo cosas tan raras.
Mas sea el que serse no cuela y aunque sean buenas sus miras
ese montón de mentiras no se las cree ni su abuela.

CON TODA EL ALMA

Yo la quería con toda el alma, nomás de verla perdía la calma;
pero una tarde triste y fatal, mandó un recado que se moría,
porque muy mala se consentía, pos dizque un cáncer la traiba mal.
Con aquel susto salí violento, para su casa me jui al momento
tras del recado que me mandó; pero la suerte me jue algo inerme,
pues al instante después de verme dio un gran suspiro y se murió.
Y desde entonces nada me espanta, con mi tequila en la garganta
ando cantando con mi dolor; pues ya con nada hallo consuelo
y voy a tientas por todo el suelo, buscando el rastro de aquel amor,
buscando el rastro de aquel amor, con toda el alma.

EL REBELDE

Hartos cuervitos mugrosos me andaban revolotiando
ni con un tiro pal aigre dejaban de circularme.
Pensé: ya es tiempo de irse, ya vienen a apaciguarme.
Agarré un puño de tierra diay donde estaba parado
puse un tantito en mi bolsa y otro tantito en mi boca
y me jui para la sierra tantiando no ser mirado.
Después del último encuentro cinco les había tumbao
ellos con sus carabinas solo me pasan rosando.
Si no me espantan los leones menos me espantan los gatos.
Yo no le temo a la muerte menos a esos tenientes
a mí la siriquisiaca nomás me pela los dientes.
Por un litigio de tierras acabamos zarandiando
licenciaos y caciques contra puro condenao
pero no entiendo a los pobres que se venden a los ricos.
No sé si es manda del cielo o lo tray uno en la sangre
eso de ser justiciero ya lo cargaba de mi padre
así nací mexicano y yo no soy un cobarde.
Ya traigo meses peliando contra soldaos federales
dizque por ser revoltoso, de los piores criminales
pero yo soy un rebelde y aquí xingan a su madre.
De vez en cuando me agüito,
de vez en cuando la extraño
a esa prieta de Durango que me traiba enamorao.
Ai será para otra vida, ésta la traigo empeñada
aunque me hubiera gustado que se viniera conmigo.
Ya con esta me despido espantensen del respingo
y si me gana la flaca no es por que sea muy tarugo
a lo mejor por ser uno y astedes nomás un xingo.
Vuela vuela gorroncillo anda con mucho cuidao
que los buitres carroñeros siempre andan encorbataos
y con la ley en el culo nacieron pa licenciaos.
Vuela vuela gorrioncillo no pares en reja de oro
mas vale morir volando que negociar con tiranos
ellos te quieren de adorno y con el pico cerrado.
De vez en cuando me agüito,
de vez en cuando la extraño
a esa prieta de Durango que me traiba enamorao.
Ai será para otra vida, ésta la traigo empeñada
aunque me hubiera gustado que se viniera conmigo.

LAS ELEICIONES

Yo no había visto elecciones como las nuevas de ayer.
gritos, palos, mojicones y piedrazos a más ver.
Las urnas de votaciones no eran urnas ni era nada,
pues eran unos cajones con la tapa desclavada.
Y los que estaban sentados en la mesa, de respeto,
puros descuacharrangados, casi sin ningún objeto.
A todos los que votaban en contra del candidato
mucho que los carniciaban, pasando así muy mal rato.
Y todo fue para nada porque echando maldiciones,
llegó al fin una parvada y se robó los cajones.
Pues llegaron los malditos nomás de golpe y porrazo,
echando pedradas, gritos y hasta uno que otro balazo.
Y de esos modos tan tristes se acabaló la función.
La verdad, para esos chistes, mejor que no haya elección.
Y de estos modos tan fieros se acabó ya mi canción
unos tenían cara de perro y otros de puro hocicón.

LENGUAS ENVIDIABLAS

En rojo azufre, en azufre amarillo, en arsénico
En salitre y en cal viva.
En plomo derretido que mejor las devore,
En cebo y brea obtenidos de colada hechas de orina
Y menstruo de fanática.
En agua de lavar piernas leprosas, en sangre de áspid
Y drogas muy venenosas.
En hiel de lobos, de zorras y tejones sean fritas las lenguas envidiosas.
En guevos de gato gato que odie pescar,
Negro y tan viejo que ya ni tenga dientes
O de un mastín decrépito pues que lo mismo da.
Rabioso espumante de babas y de saliva.
En el sudor de un maricon bien jadeante,
Cortado en pedacitos con muy buenos machetes.
Sean fritas las lenguas envidiosas
En aguas negras de Sodoma y Gomorra,
Y en el prepucio de un jodido político tricolor,
Y en el fundillo de un obispo pero panzonzote como don Gumaro,
En sangre que se seca en recipientes
En esas prisiones donde los militares guardan a tanta gente buena
Y que a veces es negra como sus conciencias,
En chancros y tumores y en esas sucias tinas
Donde las criadas lavan los pañales, sean fritas las lenguas envidiosas,
Y quién no me entienda que no se hagan que la virgen les habla
Y sean fritas las lenguas envidiosas, las lenguas envidiosas
Lenguas viperinas, lenguas aduladoras
Hipócritas tragad estos pedazos
Si no tenéis tamiz, criba o cedazo,
Podéis usar unos calzones embarrados
Pero un minuto antes en mierda de marrano
Y sean fritas las lenguas envidiosas.

LA GÜERITA

La güerita de la esquina nomás voltea cuando paso;
pero yo no le hago caso, sigo camina y camina
y al llegar junto a las trojes me paro y digo quedito:
“Pon cuidado, lindo viejito aquí hay agua, no te mojes
y sigo hasta el Estación, pero sin voltiar atrás;
no vaya a ser Barrabás que me mire algún fisgón.
Y comiencen al momento a decir que si estoy ido,
que cómo ando en ese ruido ya tan viejo y medio aigriento.
Así es que mejor prefiero hacer nomás la desecha;
no sea que entren en sospecha y me den un quebradero.
Porque, aunque sea muy preciosa, las habladas son amargas,
y aquí hay muchos lenguas largas y mucha gente envidiosa.
De esas gentes indiscretas que no saben entender
la eficacia y el poder que tenemos los poetas.
Y que, aunque seamos ya viejones y hasta feos y de respeto,
podemos poner en aprieto a los tiernos corazones.
Pensándolo, pues, mejor, para ver mi desengaño,
le voy a mandar un paño con un pomito de olor,
y si al caso lo recibe y no me hace mala cara,
pues...tope en lo que topara, ¡Adentro y haber quien vive!
Pues veo que todo consiste en el modo y la manera
lo importante es que me quiera; lo demás no tiene chiste.

JULIETA Y ROMERO (con too respeto pa` Chekspier)

El corazón humano de la gente es cual una vejiga que se llena.
Echándole más aigre que el prudente, se va infle y infle hasta que truena
y como el mío también es de cristiano, se ve muy atariado y sumergido,
pues si siguen cargándole la mano, el día menos pensado da el tronido.
Ya lo ves, tus papás no se convencen y no me dejan platicar contigo.
Está muy bien, yo no los contradigo; pero siempre está bueno que se piensen
pues no pueden hallarse muchas veces personas como yo, que sean honradas,
que sepan aguantar sus pesadeces y que no anden con chismes ni asonadas.
Yo procuro granjiarlos cuando puedo y les doy la banqueta y los saludo;
pero nomás se quedan como un mudo y me echan unos ojos que da miedo.
Y aunque vean que uno sufre y que se afana, parece que les tiene sin cuidado.
Ya ves, ya remacharon la ventana y al zaguán le metieron un candado.
Y de arrimarme a tu balcón no hay modos, ni pisando quedito y sin botines,
pués sale tu mamá y avienta orines y grita cosas para que oigan todos.
La verdad que ya yo me desespero, y si siguen así estos asuntos,
no hay más remedio que enyerbarnos juntos, como lo hizo Julieta con Romero.

CLEMENTINA

Voy por el monte, quiero cantar,
Y tu recuerdo, y tu recuerdo me hace sollozar.
Prenda querida, soplo de mi alma
Me voy muy lejos, me voy muy lejos buscando otro calor.
Clementina, Clementina me has roto el corazón.
Clementina, Clementina me has roto el corazón.
En mi lindo Tocumbo dejo mis penas,
Me voy pal norte, me voy pal norte, buscando otra labor.
Dios los bendiga raza querida
Ahí cuando puedan, ahí cuando puedan me mandan su oración.
Clementina, Clementina me has roto el corazón.
Clementina, Clementina me has roto el corazón.

Margarito Ledesma. (1887-1974)

Poeta mexicano.

Margarito Ledesma, seudónimo de Leobino Zavala, nació en Uriangato, Guanajuato, en 1887, y murió en San Miguel de Allende, Guanajuato en 1974.
Poco se conoce de este “humorista involuntario” que cultivó una de las vertientes menos socorridas de la poesía mexicana: precisamente la del humorismo, en una heterodoxia que también lo ha excluido de las valoraciones, las historias y las antologías cultas.
Es autor de un único volumen, Poesías, con prologo de Leobino Zavala, que supuestamente se publicó por vez primera en 1920 y cuya undécima edición vio la luz en 1971.
El juego de Leobino Zavala es tan actual que Margarito Ledesma es uno de nuestros poetas que anuncia el más desaforado coloquialismo lírico en la plenitud de la parodia, la burla y el relajo.
Una antología mínima de su obra se publicó en 1999 (Universidad de Guanajuato) con selección y prologo de Oscar Cortés Tapia.




En la imágen portada del CD.


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