PRD, entre los principios y el pragmatismo
Rubén
Martín
Por
primera vez en la historia de México el partido considerado a la izquierda del sistema
político tiene posibilidades reales de ganar la presidencia de la república, la pieza
fundamental en la pirámide del poder en el país. Pero en el Partido de la Revolución
Democrática (PRD) saben que la victoria no será fácil, que sus adversarios del PAN y
del PRI harán todo lo que tengan qué hacer para impedirlo, y que hay otros sectores de
la sociedad, especialmente del orden establecido que tampoco quieren un supuesto gobierno
de izquierda en Palacio Nacional; sin embargo quizá los principales obstáculos vienen
del seno del propio PRD, por su debilidad y desorganización.
Esta debilidad es la que puede definir el futuro del PRD
en su cita crucial de julio de 2006. ¿Qué piensan, qué pueden y qué deben hacer López
Obrador, sus asesores y la dirigencia nacional del PRD? Hay suficientes indicios de que ya
encontraron la respuesta: el pragmatismo.
La fórmula se está concretando en una laboriosa, tenaz y
callada tarea de reforzar toda la estructura del PRD, especialmente en los estados donde
son más débiles, con cuadros ajenos al partido, especialmente venidos del PRI y del
sector empresarial.
Llama la atención que el partido que se reclama de
izquierda dentro del sistema político del país, tenga tal propensión a postular a
candidatos provenientes del sector empresarial.
Partiendo de lo anterior, no extraña que para un sector
de la opinión pública critique que el PRD no es más que una refundación del priismo.
La mezcolanza de orígenes y, sobre todo, la política
pragmática que se ha impuesto al seno del PRD de ganar posiciones a costa de lo que sea,
por ejemplo con prácticas clientelistas y corporativas o el financiamiento ilegal de
campañas, hace necesario un proceso de refundación del PRD.
La refundación sería necesaria si realmente esta fuerza
política quisiera recuperar a sectores sociales que apuestan por una fuerza de izquierda
coherente y comprometida con un cambio político radical del país.
Pero esta refundación, esta reforma no puede hacerse en
este momento en la que se tiene a la mano ganar la presidencia de la república. Como bien
admitió un dirigente de este partido: entre la refundación que necesita el PRD y
conquistar el poder, López Obrador y los dirigentes del sol azteca no tienen duda,
optaron ya por la segunda opción.
Parece lo más sensato en la lógica de la política fría
y calculadora, pero esta opción echará al traste la constitución de una fuerza de
izquierda coherente y comprometida con las clases populares del país.
Un buen ejemplo de lo que se describe arriba, ocurre aquí
en Jalisco donde los dirigentes locales, con la anuencia de López Obrador y sus asesores,
están a la pesca de cualquier personaje que puede incrementar un poco más la reducida
votación del PRD en la entidad.
Además de la gran cantidad de cuadros provenientes del
grupo UdeG, se espera el arribo de varios cuadros priistas y otro tanto del sector
empresarial.
Para confirmar la paradoja que vive el partido que se
reclama de izquierda, es más fácil ser candidato en este partido si se proviene del PRI
o del sector empresarial que alguien que se haya formado en las luchas populares. Los
primeros dan más votos y tienen recursos para invertir en la campaña, se dirá desde el
PRD.
De este modo se ha sugerido que personajes como Arturo
Zamora Jiménez, Raymundo Gómez Flores, Carlos González Lozano, o el empresario Eduardo
Orendain Giovannini podrían ser postulados por el sol azteca.
Este último es un buen ejemplo del enredo y la falta de
coherencia entre principios y práctica que atraviesa el PRD. Orendain es un empresario
tequilero, y militante del PRI desde hace años. En 1992 Guillermo Cosío lo hizo alcalde
de Tequila.
Desde hace un año es presidente del Consejo de Cámaras
Industriales de Jalisco (CCIJ) y hace unos meses pretendió buscar la candidatura a la
presidencia de Zapopan, pero por las siglas del PRI. Ahí contó con la anuencia de
Zamora, pero otros precandidatos priistas le cerraron el paso, por falta de méritos
políticos para que se le diera ese espacio. Ahora el PRD le ha tirado el anzuelo y por lo
que han dicho dirigentes perredistas el empresario Orendain lo ha tomado.
Más allá de los dotes que los dirigentes perredistas ven
en el dirigente empresarial sería conveniente que revisaran su práctica política, para
ver si coincide con los postulados del PRD. No necesitan ir muy lejos. Apenas la semana
pasada Orendain opinó acerca del derecho de manifestación y del uso de los espacios
públicos para grupos sociales que disienten de la posición oficial.
En síntesis, Orendain "pidió mano dura" contra
los plantones en el centro de ciudad: "Estamos a favor de que se impidan, creo que es
una medida que se habían [el gobierno del estado] tardado en tomar y la debemos respaldar
para que se respete el Estado de derecho (...) no me puedo manifestar y bloquear una
calle, porque eso no es constitucional; estoy a favor de retirar los plantones, qué bueno
que se respete el primer cuadro" (Público, 17 de noviembre
2005).
Este es uno de los personajes que el PRD analiza como
eventual candidato al gobierno de Jalisco o para Zapopan. Queda claro que entre principios
y pragmatismo el PRD ha optado por esta última opción. |