REFLEXIONES SOBRE LA “PIRATERÍA” Y LA ECONOMÍA “ILEGAL”

-la extinción del argumento de la “Libre empresa”-

 

I. Los hombres de negocios, los siempre políticamente correctos lanzan fuego, sapos y culebras, desgarrando sus vestiduras cual fariseos, públicos y escribas, acompañados de un coro de rebuznos, grillos y ranas que claman por la “crucifixión”,  la mano dura, la lucha a muerte contra los “ilegales”, quienes no pagan impuestos a su majestad el Estado Neoliberal.

 

Gritan, exigen, mientan madres, golpean, torturan, matan, hacen de la política y la guerra un gran negocio y, encerrados los gobernantes en su perfil de “ranchero global”, se lanzan con un discurso xenófobo exigiendo “limpieza y orden”, que se traduce en reglamentos restrictivos y/o condicionados a los caprichos del poder en contra del pueblo de iguales.

 

II. Entre otros, los nuevos gobernantes de extracción de la clase media alta, de vínculos “Demócrata-Cristianos” y abiertamente fascistas han destruido piedra por piedra el viejo orden priísta. Las continuas violaciones a la Constitución y la abierta lucha ideológica en contra de los valores de LA REVOLUCION,  de sus instituciones sociales, culturales y educativas se traducen en un despotismo, menosprecio y soberbia de los poderes públicos hacia los trabajadores del campo y la ciudad, hacia las tradiciones de lucha y la historia organizativa de pueblos y comunidades completas.

 

III. Hoy, quienes tienen el poder son los herederos de Porfirio Díaz y sus “Científicos” con su misma falta de humanidad y desprecio hacia el pueblo, hacia su justicia y su libertad, hacia sus usos y costumbres. Son los herederos del sistema colonial y del poder católico sobre nuestra nación. Los padres de quienes se divierten comiendo cucarachas, nadando entre estiércol o en auto de lujo con el ruido a todo volumen. Quienes llevan en la memoria de sus acciones sin mayor rubor de traiciones al pueblo y entregas vergonzosas de territorio, riquezas y soberanía.

 

IV. El esclavismo, el feudalismo y el automatismo conviven como relaciones sociales diversas en este imperialismo neoliberal. Más el capitalismo, argumento central del actual sistema, el sistema de valores aplicado para justificar y explicar la realidad actual se encuentra HOY en entredicho, pues la represión aparejada a la dialéctica del imperialismo exige la destrucción masiva de productos de trabajo y valores materiales que pueden ser objetos culturales y de primera necesidad con el argumento de que son ilegales y no pagan impuestos. Se atenta contra la creación de riqueza concreta y contra la mal llamada “libertad de empresa” Las imágenes de destrucciones masivas de bienes de primera necesidad, de bienes naturales y culturales como los cd´s, recuerdan la barbarie nazi de la quema de libros.

 

V. Violando todo concepto de libertad o justicia, los viejos empresarios mediocres, perdedores del proceso de apertura, en alianza con una clase política saliente pero “negociadora”, se dieron a la tarea de desmantelar todo el proceso de organización popular para dispersar a los trabajadores “informales” -que hiban engrossando sus filas con nuevos “prestadores de servicios” como “payasitos”, “limpiavidrios”, neofaquires, artistas y artesanos urbanos.  De manera que se debilitó a las representaciones institucionales de los trabajadores del campo y la ciudad…

 

VI. Como idea básica sobre el concepto de “piratería” debemos alejarnos un poco de la visión maniquea sobre la “ilegalidad”. ¿Por qué son ilegales los esfuerzos particulares de los ciudadanos por resolver su problema de la subsistencia económica abaratando los precios de los productos comerciales? ¿Porqué el “libre comercio” no aplica para los que nada tienen?

 

VII. Por eso. Por que se abaratan los precios de los productos gracias a que hoy existe la tecnología socializada que permite a cualquier individuo producir bienes mucho más baratos y competir con el monopolio del capital. De esta manera se estimula por si misma la educación y el intercambio cultural que de otra manera seria aún mucho más restringida que hoy. Desde el punto de vista de los monopolios y los emporios la difusión de la cultura que no se registra en sus ganancias es una perdida, por ello consideran nocivo al que les arrebata un pedazo de mercado, al que recibe una limosna, al que intercambia libremente, al que no tiene una cuenta bancaria o un automóvil del año.

 

VIII. El escenario en el lado “proletario” no es tampoco halagador. Encadenados al sistema de pago por salarios, temerosos de pasar a formar parte de la ilegalidad y el desempleo, el asalariado también ha optado por la seguridad que le brinda un salario, llegando incluso a convertirse no en un sujeto revolucionario, sino en un ápice del capital, con el terror al cambio y la indiferencia por la naturaleza como sustento de su convicción. Alejado de cualquier conciencia de clase, el proletariado se encuentra hoy abandonado a la nefasta suerte del imperio.

 

IX. ¿Llegarán los tiempos en que hordas de caníbales enloquecidos cobren la factura por las calles de Manhatan o Los Ángeles, a lo que hoy llamamos civilización?

 

Siendo espectador de la épica “Gladiador”, no pude evitar hacer algunas reflexiones sobre la pomposa “modernidad”.

 

Me pregunté la razón por la cual un imperio -llegado a la cúspide de su desarrollo económico, político y militar, habiendo desarrollado una gran cultura, acumulando cuando menos la capacidad administrativa, guerrera e intelectual para dominar la geografía conocida del mundo-, dejaba morir fuerza de trabajo en un espectáculo para mantener entretenidas a masas hambrientas.¿de donde tanta alegría por la sangre? ¿De donde ese ánimo juzgador de las masas miserables?

 

Me respondí que había que ubicar históricamente la situación, así que supuse los esclavos destinados a divertir a los otros, era fuerza de trabajo excedente, no necesario para mantener la estabilidad del sistema. Bocas que alimentar sin utilidad productiva. Esclavos prescindibles…

 

X. Bien hasta aquí, pero… ¿qué papel jugaban los ciudadanos y esclavos hambrientos en las gradas? Unos eran por supuesto, en lugares especiales, la clase gobernante. En el graderio general los esclavos “productivos”, quienes eran considerados necesarios para sostener el nivel de vida de los ricos y gobernantes. Los más fieles. Aplaudían enfebrecidos con la sangre o estiraban sus manos desesperadas arrebatando los mendrugos de pan…

 

XI. Estaríamos hablando de una pista circense donde cabrían millones de trabajadores de la calle, de parias, ambulantes, indigentes, delincuentes, vagabundos, artistas, intelectuales y vagos  de todo el mundo… ¿existe una política de genocidio en el Estado “democrático” moderno?

 

XII. Cuando uno ve hoy los empalagosos llamados a participar en obras “caritativas” como el TELETON, podría pensarse que las elites del poder y el dinero son personas excepcionales de un humanismo a toda prueba.  Contrasta sin embargo dicha actitud con las historias de traición y de necrofilia que se muestra en otros programas televisivos de alto raiting llamados “reality shows”. Cuando uno revisa por ejemplo la nota roja en los medios internacionales, nacionales y locales encuentra uno hechos claros y aterradores.

 

XIII. En Brasil y otros países de sudamérica se llegaron a formar escuadrones de la muerte para despachar indigentes. En Ciudad Juárez y en otras  ciudades, futuras madres de probables desempleados, mujeres jóvenes de sangre indígena son asesinadas ante la omisión de las autoridades. En todos los barrios de las ciudades los jóvenes son cateados, encarcelados, torturados y asesinados de tal forma silenciosa que se toma como lo más natural acusar al joven de su situación de vida. Muy por el contrario, una elite social exige mano dura y se encierra temerosa tras su negra conciencia en “bunquers” a prueba de pueblo.

 

XIV. Así, me imagino a los panistas recibiendo eufóricos el bono, la gratificación o el mendrugo, aclamando la cabeza de un gladiador “altermundista”. El circo, ya con tecnología más avanzada puede ser una pantalla o un escenario. Un congreso, un poder del Estado o una telenovela con “Marthita”. Un reality show donde millones y millones de miserables pretendidamente bárbaros y estúpidos, estorban a los maravillosos planes de foxilandia

 

11 de Enero 2005-01-11

José Luis González

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