Martes 19 de julio de 2005
Primero, porque pasó de 20 compromisos a 50, y porque en su oferta será un
gobierno más barato. Tanto por su capacidad cuantitativa de agregar
compromisos, como de reducir costos, ésta es la propuesta en la que tienen que
creer los mexicanos, aunque después se vea que lo barato cuesta caro.
El pasado domingo Andrés Manuel López Obrador presentó el nuevo PAN
(Proyecto Alternativo de Nación), el cual representaría la aspiración de las
izquierdas con fe y sería convertido reflexivamente en centro moderado para
Washington y luego nuevamente en izquierda para consumo interno.
¿Cuál será el texto verdadero del PAN? ¿El que fue leído ante el
auditorio durante la presentación o el que corregirá y publicará el grupo de
asesores salinistas invisibles que orientan la campaña? Así sucedió con lo
leído en el Zócalo el 29 de agosto de 2004 y lo publicado después en el libro
verde.
De lo dicho, ¿cómo hacer un gobierno sin gente improvisada ni ambiciosos
vulgares o funcionarios mediocres y ladrones, cuando a lo largo de esta larga
precampaña ha existido y existe la presencia en el círculo lopezobradorista de
gente señalada como improvisada, ambiciosa, vulgar, mediocre y ladrona, a lo
que se añade en algunos la fama de desleales, duramente cuestionados inclusive
por sus más íntimos?
Si el país está harto de falsas sonrisas de precandidatos en pose, también
el ambiente está saturado de la repetición de Proyectos Alternativos de Nación
que arriban al neoliberalismo, no por inspiración harvardiana, sino por
ignorancia, ya que tanto en sus compromisos originales como en los que se
añadieron no hay una sola señal de cambios fundamentales ni para el Estado ni
para la economía.
La repartición de gastos "contra la pobreza" está establecida en
los criterios de las nuevas flexibilizaciones del Banco Mundial y del Fondo
Monetario Internacional para aquellos que han aplicado con disciplina las
reglas económicas. De esta manera el reparto de despensas y "ayudas"
a la población en riesgo no es una reforma, menos aún cuando los beneficiarios
verdaderos son los grandes monopolios comerciales y trasnacionales.
Efectivamente, detrás de cada espot de precandidato priísta, panista o
"ciudadano" hay un fantasma de Carlos Ahumada y un René Bejarano
financiando las precampañas como espíritu de inversión, con la salvedad de que
en los espots de Jackson, Creel, Yarrington, Martínez y otros salvadores de la
patria los protagonistas sí saben hacer transferencias bancarias sin pasar por
oficinas con maletines.
En esta tercera lectura del PAN lopezobradorista existe una nueva
etapa en el PRD: haber pasado de un supuesto "caudillismo" a una
abierta dictadura. En el último año han pasado y protagonizado la conducción de
la precampaña y organización de las "redes ciudadanas" Manuel
Camacho, Socorro Díaz, Ricardo Monreal, Agustín Ortiz Pinchetti, Federico
Arreola, Elena Poniatowska y Chaneca, a quienes se sumaron este fin de
semana Jesusa Rodríguez, René Drucker, Teresa Juárez viuda de Castillo e Issac
Masri.
Las crónicas no hablan de la presencia o ausencia de algunos, pero sí es
claro que algunos son impresentables en público y otros han desaparecido del
directorio, como Chaneca. ¿Dónde están? ¿Qué hacen estos dirigentes de
la sociedad civil? ¿Cuál es la relación de ellos con la estructura y los
dirigentes del PRD? ¿No era sueño de Salinas el Partido Solidaridad? ¿A quién
están habilitando como dirigentes locales en los estados y provincias?
En esta tercera lectura del PAN y su novedad cuantitativa ya está
dicha la última palabra bajo el rezo: "vamos todos a enriquecerla".
Para cada caso y cada etapa siempre habrá personalidades a utilizar para que
den imagen al PAN, mientras en la oscuridad se fortalece la dirección
real de los compromisos reales que irán imponiendo a los operadores y
comisarios en cada estado.
En esta etapa, luego de haber sorteado los peligros del desafuero, el PRD ya
no existe. Su presencia es una masa de desplazados en busca del favor, la
negociación y las posiciones legislativas, con la característica de que ninguno
está dispuesto a levantar mínimamente la voz frente al palomeo. En el PRD
acatarán mansamente el resultado de las listas fabricadas a pedido por la
encuestadora Mitofsky, dando origen a quienes serán calificados de
"resentidos" en abril de 2006.
Para creer en el PAN es necesario abandonar todas las convicciones
anteriores y los principios; aceptar que éste es el único y posible camino para
México. Hay que creer en el PAN porque Camacho, Díaz, Monreal y Arreola
no son ambiciosos, sino garantía de lealtad. Gracias al PAN, el PRD ya
no tiene necesidad de debatir ni presentar plataforma alguna ni compromisos. Ya
todo está hecho. Su tarea es alimentar la dictadura.
Por las formas, por las personalidades utilizadas, por los dirigentes
ocultos e impuestos, por el deslinde tajante con la izquierda, por todo ello la
necesidad es reconstruir el pensamiento y las formas políticas democráticas,
pero para eso se requiere memoria y expresar la crítica de lo barato.