Domingo 17 de julio de 2005
Nuevo
retroceso de las libertades civiles
LA GRAVE CRISIS de la globalización financiera feudal -que inició su declive
en 1998, para los "técnicos", con la quiebra de la correduría Long
Term Capital Management, y para el gran público, en marzo de 2000, con el
desplome del índice tecnológico Nasdaq- generó, a nuestro juicio, el entorno
propicio del nuevo paradigma geoestratégico que vive la humanidad y que sentó
sus reales con los atentados del 11/9, cuyas consecuencias fueron las
dos guerras de Irak y Afganistán, lo cual inició de facto la orwellización
en Estados Unidos que exige adoptar ineludibles medidas de seguridad
doméstica (v. gr. la Seguridad del Hogar), que van desde el Acta Patriótica,
pasando por el control neototalitario de los multimedia, hasta la "alerta
de información total" (TIA, por sus siglas en inglés), que vigila todas
las transacciones comerciales y financieras de los consumidores (y de sus
similares extranjeros "globalizados", quienes utilicen los
"servicios" de las trasnacionales estadunidenses).
LAS LIBERTADES CIVILES, los derechos ambientales y humanos (que incluyen la
libertad de expresión), han pasado a segundo término frente a la ubicua amenaza
terrorista, que ha obligado a impulsar otros temas e intereses en materia de
seguridad, real o inventada. La orwellización doméstica pasa por la
militarización de la seguridad mediante las cuatro letras "C" de la
"revolución en asuntos militares" (RMA, por sus siglas en inglés):
control, comando, comunicación y computación. La orwellización, anglosajona
por antonomasia, descuella conforme declina la globalización financiera feudal,
y pretendió incorporar a Europa a su esquema de seguridad
"controlada" bajo su comando cibernético, mediante la explotación de
los atentados. Los del 11/3 en España se le revirtieron con la
defenestración electoral de Aznar, pero ahora intenta una segunda prueba con
los atentados del 7/7 en Londres, gestados seis días después del ascenso
a la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) del actor fuera de serie
Tony Blair, quien desea imponer el modelo bushiano unilateral de las medidas
domésticas de protección y seguridad a Gran Bretaña y, de ser posible, al resto
del viejo continente. Según el criterio imperativo de la seguridad contra el
terrorismo, Blair buscará incorporar y unificar a la UE, que quedaría así
dominada por la orwellización anglosajona.
LA MORBIDA EXPLOTACION de los atentados terroristas, atribuidos a la
trasnacional Al Qaeda por la dupla anglosajona Bush-Blair, ha sido prístina en
la geopolítica medioriental y centroasiática con el objetivo manifiesto de
capturar el petróleo y el gas en la zona fronteriza de amortiguamiento de sus
competidores geoeconómicos: Rusia, China, India y la UE (por el lado
norafricano que los geógrafos anglosajones e israelíes consideran como parte
del Medio Oriente hasta Irán). Este despliegue irredentista de gran envergadura
tiene su corolario en el frente doméstico anglosajón mediante la orwellización
doméstica que vigila y controla las mentes y los movimientos de sus
ciudadanos: condicionados permanente y sicológicamente (por el doble método
pavloviano y skinneriano) con amenazas (la mayor parte de las veces infundadas,
pero muy bien publicitadas) y con los escalonamientos de los colores de alerta,
bajo la noble encomienda de protegerlos de atentados por venir de las fanáticas
hordas islámicas.
DURANTE LA guerra fría, las universidades anglosajonas fueron
expertas en crear la "imagen del enemigo" con las consabidas técnicas
ideológicas y sicológicas que repiten sin juicio crítico, y sin cesar, la mayor
parte de sus poderosos multimedia, propiedad en su mayoría de las
trasnacionales constitutivas del complejo militar-tecno-industrial, que
pretenden transformar la realidad circundante para avanzar su agenda
geopolítica foránea y su equivalente neototalitario doméstico. Hoy en las aulas
del escrutinio académico (sic), el islámico barbárico ha sustituido al
comunista escarlata.
TALES TECNICAS cibersicológicas le han funcionado a las mil maravillas a la
dupla anglosajona durante dos guerras mundiales, una guerra fría, y
ahora piensa volver a explotarlas en su "guerra contra el terrorismo
global", que han catalogado como la "tercera guerra mundial".
Gran Bretaña se parecerá cada vez más a la sociedad orwelliana de Estados
Unidos, como Blair se mimetiza cada vez más con su controlador Baby Bush.
No por nada era británico el autor de la novela inmortal 1984, George
Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (sic); ¡vaya coincidencia literaria de
apellidos!
EL GRAN ACTOR Tony Blair sustituye el fallido "eje del mal"
bushiano con su novedosa "ideología del mal" para combatir a Al
Qaeda. El gobierno laborista (sic) de Blair (¿Tony o Eric Arthur?) afina los
últimos detalles de las nuevas leyes de "prevención antiterrorista",
que penalizan actos que "provean o reciban entrenamiento en la utilización
de sustancias peligrosas" e inciten o preparen en forma indirecta al
terrorismo, así como la persecución de "predicadores del odio" (The
New York Times, 16 de julio). Cabe todo en las nuevas leyes draconianas del
orwelliano Blair, válgase la redundancia: hasta la penalización de los críticos
de la globalización financiera feudal, quienes pueden ser equiparados a
terroristas verbales.
SUELE SUCEDER QUE uno de los mejores servicios secretos del mundo, como el
británico, con el mayor número de cámaras callejeras de vigilancia per cápita,
exhiba fallas infantiles en la "prevención". Los franceses no tienen
remedio: siempre echan a perder los montajes hollywoodenses de la dupla
anglosajona, y el ministro del Interior del gobierno chiraquista, Nicholas
Sarkozy, quien podrá ser acusado de todo menos de ser antineoliberal, denunció
que "una parte de los kamikazes islámicos del equipo responsable de
los atentados de Londres había sido detenido en la primavera de 2004 para luego
ser liberado" (Le Monde, 13 de julio). ¡Oh, la, la! Cabe señalar
que el homólogo británico de Sarkozy, Charles Clarke, reaccionó en forma airada
y desmintió el "error" de juicio del francés.
CON TALES ANTECEDENTES, ¿por qué no fue detenido en forma
"preventiva" el supuesto terrorista islámico británico-pakistaní
filmado con la mochila en la espalda que presuntamente contenía las bombas y
los detonadores? ¿Cómo pudo en forma ubicua sembrar tantas bombas en varias
estaciones del Metro sin ser detectado? Suena paradójico que a mayor orwellización
ocurran fugas mayores. En Estados Unidos las Torres Gemelas sufren un
segundo atentado nueve años más tarde, y en Gran Bretaña se les escurrieron
tres adolescentes islámicos, previamente detenidos, en plena cumbre
hipervigilada del G-8.
THE ECONOMIST, PORTAVOZ de la globalización financiera feudal,
titula: "¿Se encuentra el enemigo dentro?" (14 de julio), en
referencia a la identidad étnico-religiosa de los tres adolescentes imputados,
para luego fustigar el "radicalismo por Internet". ¿Se prepara tanto
la depuración interna como la censura orwelliana de Internet de la que advirtió
George Tenet, anterior director de la CIA? A riesgo de ser tildado de
terrorista en potencia, ¿qué adolescente islámico se atreverá a portar en su
espalda una mochila con sus pertenencias? Que hayan sido tres adolescentes
británicos de origen pakistaní los imputados como autores irrefutables (sic) de
los atentados del 7/7 (quienes dejaron pasaportes y huellas burdas en
todos lados, que hasta parecen haber sido "siembras" de la
"justicia nintendo" tanto de la delirante PGR foxiana como de
la hilarante procuraduría del estado de México del salinista Navarrete Prida)
conlleva consecuencias geopolíticas extremas en Pakistán, con sus macabros
servicios secretos de inteligencia (ISI, por sus siglas en inglés): la célebre
"conexión pakistaní", que apoyó a Osama Bin Laden en la guerra de los
mujaidines contra la URSS en Afganistán, donde se coludió con Estados
Unidos en la talibanización y la narcotización (en el sentido del
negocio de tráfico de heroína). A fortiori, la autoría del químico
egipcio también desemboca en la próxima agenda desestabilizadora en el mar
Mediterráneo oriental (que avalan los frescos atentados de kamikazes en
Turquía, en el mar Egeo), en Noráfrica, en el mar Rojo, en el cuerno de Africa
y en Africa oriental. Los atentados de Al Qaeda son muy previsibles desde el
punto de vista conceptual y geopolítico.
LA DEDICATORIA TERRORISTA atribuida a tres "adolescentes islámicos
británico-paquistaníes" (principal segmento demográfico del Islam, cuyo 50
por ciento es menor de 15 años) obliga a la desislamización migratoria en Gran
Bretaña, donde ya empezaron los linchamientos vengativos (en Estados Unidos, su
equivalente lo constituye la desmexicanización migratoria del racista Samuel P.
Huntington) y hay la amenaza de la aplicación de un diabólico neomalthusianismo
del segmento juvenil mayoritario del planeta que coincide con la demografía
islámica y su geografía petrolera (¿para resolver la demanda económica del
futuro, imposible de conceder bajo el imperante modelo plutocrático
anglosajón?).
TIEMPOS DIABOLICOS se viven en Estados Unidos y en Gran Bretaña. Michael
Meacher, diputado laborista británico y anterior ministro del Medio Ambiente
del mismo Blair (de mayo de 1997 a junio de 2003: siete años de convivencia
ministerial, suficiente para conocerse), expuso la "conexión
paquistaní" de los macabros servicios secretos ISI con la autoría del 11/9:
"La falsa guerra del terrorismo" (The Guardian, 6 de
septiembre de 2003; ver Bajo la Lupa, "La bomba Meacher", 7 de
septiembre de 2003). "Los ataques del 11/9 le dieron a Estados
Unidos el pretexto ideal para emplear la fuerza con el fin de asegurar su
dominio global". ¿El 7/7 forma parte de la misma superchería anglosajona
de la dupla Bush-Blair, atrapada en una espiral incesante de mentiras con tal
de avanzar su agenda bélica y petrolera al precio que fuere, incluyendo la orwellización
de sus propias sociedades, para que perviva su plutocracia agazapada?