20 y 10, el fuego y
la palabra.
Por José Luis González
Glez.
Cantamos el himno nacional con el pecho
bien abierto en La Realidad, Chiapas, aquel
día de Agosto de 1994. Todos los años de domesticación bajo la palabra
“progreso” cayó en pedazos. La nueva brecha abierta por la posibilidad mágica
de la palabra indígena asusto a no pocos “progresistas” y “materialistas”.
Nuevos horizontes y
la posibilidad de ver de una forma más objetiva al capitalismo -más desde fuera
y menos absolutista-, con los ojos del indígena y de todo aquel que es
diferente y que no se ciñe y ni necesariamente se acopla a los ritmos y
dictados del sistema. Despiertan poco a poco viejas voces, nuestros abuelos no
hablan al oído para fijar nuestra atención para el mundo del mañana, donde no
podrá más subsistir esté presente donde muere la tierra y nuestros hermanos
animales, donde el desequilibrio ecológico “global” y la diferencias de clase,
de raza, de sexo o incluso de moda determinan la conciencia del ser humano
provocando su enajenación y autodestrucción.
Un presente de
clases opuestas donde un puñado de ricos por medio de los partidos, cámaras
empresariales, sindicatos y ONGs juegan a la ruleta
del poder repartiendo un poco del pastel a políticos oportunistas e ingenuos
(¿?) cristianos. Un presente que se burla del pueblo queriendo convencerlo de
que es un presente eterno (según la teoría del FIN DE LA HISTORIA). Donde
muchos apenas subsisten al día mientras los políticos profesionales y la elites
financieras se reparten un pastel muy suculento (sueldos de regidor o puestos
directivos municipales muy por encima de los 50 mil pesos al mes mas canonjías
y prestaciones, ganancias extraordinarias en la bolsa mexicana de valores y en
el sistema financiero).
Los ricos sobre los
pobres y la cultura del poder como sustento familiar son el caldo de cultivo
del fascismo. México está en peligro. (En Guadalajara el presidente municipal,
a quien se acusa de pertenecer al organismo fascista denominado “El Yunque” se
ha vestido de policía en su primer día de trabajo y el sueldo de un policía
será mucho mayor (+ - $10 000. al mes) al de muchos honorables profesores o
practicantes de otro oficio si se cumplen sus planes de reforma para la ciudad).
¿Cómo hemos llegado
a esta situación política?. Empresarios y políticos de
todos los partidos siguen dando tumbos de la mano apenas acatando los dictados
económicos, políticos, sociales y educativos del imperio. Como cortina de humo
se monta todo un espectáculo político-cómico-mágico-universitario-electoral que
ha servido para lograr los objetivos neoliberales de largo plazo. Para dar
equilibrio a un sistema económico consumista de la guerra como lo es el modelo
norteamericano, nuestros (digo nuestros porque los paga el pueblo
religiosamente por medio de impuestos) partidos gobernantes han decidido
aceptar la integración económica dependiente a un imperio en plena decadencia y
terrorista. Para lograrlo:
1) Han
impuesto el terrorismo fiscal sobre la indignación del pueblo (siendo todos
delincuentes por no pagar impuestos o violar reglamentos menores el gobierno
invierte lo papeles)
2) El gobierno invierte en seguridad para luchar
contra la pobreza, pero descuida áreas importantísimas como son la salud, la
educación y la cultura del pueblo.
3) Se
ha impuesto la cultura de la limosna masiva como forma de lavar las culpas de
los buenos cristianos y de ocultar las graves omisiones del mal gobierno.
4) Se
ha montado un costoso circo electoral que va deteriorando la calidad de los de
por si malos gobernantes (el caso del gobierno desastroso en Tlajomulco de Zúñiga en Jalisco, donde se ha llegado a
insinuar que sus destrozos podrían quedar sin castigo según una interpretación leguleya)
5) La
han dado autonomía al Banco de México -quedando prácticamente por encima de los
tres poderes de la nación-, donde se toman las decisiones para ajustar el valor
del peso mexicano. Desde aquí, las políticas monetarias se aplican en contra de
la economía nacional y hacen ajustar a los mexicanos a las expectativas del
modelo neoliberal global (En los hechos, Guillermo Ortiz “es más presidente que
Vicente”, por lo que los recientes halagos de todos los partidos a la
reasignación de Guillermo Ortiz, muestran cuando menos la ignorancia supina de
“nuestros representantes”.
Según nuestra
perspectiva, sin embargo, sus planes se verán drásticamente arrasados debido a
que su propia enajenación ideológica les impide mirar lo obvio. ¿o es que acaso nos convencerán una vez más del que el “american way of
live” o la homogenización globalizadota son una
alternativa humana ajena a la guerra y a la miseria que la caracteriza cada vez
más agudamente?.
El fuego y la
palabra, juntas son revolución. Revolución de conciencias, revolución de
estructuras mentales y físicas. Hoy sabemos que el futuro esta marcado por la
relación de los diverso, con alternativas culturales colectivas que nos lleven
a construir relaciones sociales de producción más justas, que cumplan en los
hechos con los más preciados sueños del espíritu humano: LA JUSTICIA, LA
DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD. Los zapatistas nos regalan
su palabra, tomemosla a los 20, tomemosla
a los diez… gracias a todos los que luchan por un mundo de cooperación y
hermandad…
Enero de 2004 .JLG