22  de abril: CIUDAD SIN MEMORIA

-retrato del ciudadano herido, impotente-

 

Guadalajara se viene gangrenando, una herida en la memoria gangrenándose en olvido, un sentimiento de lejanía y resignación masiva ante la burla de la cual somos objeto…

 

¿Cuántos votantes marchamos para exigir explicaciones y justicia a unos días de aquel 22 de abril? ¿Quiénes brindaron su esfuerzo de corazón? ¿quiénes basaron en el primitivo cálculo político o incluso la rapiña el apoyo a las demandas de los damnificados?

 

Cada año, precisamente poco antes de la fecha en que se rememora la tragedia, el gobierno panista anuncia apoyos cada vez más desvanecidos a los afectados del 22 de Abril. Cada año los lesionados denuncian atrasos, incumplimiento de acuerdos e incluso indiferencia, menosprecio y represión de parte del gobierno. Poder que hoy es poder gracias a las protestas populares contra la irresponsabilidad del gobierno priísta de Enrique Dau (presidente municipal) y Cosío Vidaurri (gobernador).

 

En aquellos días la población de Guadalajara mostró claramente sus valores reales, sus miserias y riquezas espirituales. Así como vimos al pueblo español, especialmente en Madrid, los orgullosos gestos de solidaridad masiva y dolorosa por las explosiones del 11 de Marzo en el metro, en Guadalajara en 1992 un ejército de voluntarios removió los escombros y manifestó su indignación ante la omisión irresponsable del gobierno municipal y estatal.

 

Hay diferencias muy claras en uno y otro caso, uno es que la irresponsabilidad manifiesta y trágica de los gobiernos no se observa como terrorismo, sino solo como una falta leve que ni siquiera deja carga alguna a la conciencia del responsable directo -en este caso, el señor Dau Flores, quien fue electo para proteger a la ciudad dentro del marco constitucional y el cual se lavo las manos dejando al destino su responsabilidad histórica. Otro, es que la tragedia no sucedió en un punto de encuentro como en Madrid, sino en el propio hogar de los afectados cuando apenas se levantaban a trabajar. Se recibió un apoyo mundial en especie para los damnificados, lo cual incluyó el elemento de la rapiña política y en especie.

 

Con la bandera irrenunciable de la justicia, insertados varios militantes panistas en el movimiento de damnificados, el pueblo ejerció su soberanía aceptando una alianza estratégica con el  PAN para hechar del poder a aquellos gobiernos autoritarios e irresponsables.

 

Ya instalados en el poder los panistas otorgaron algunos puestos burocráticos a líderes del movimiento y la red de apoyo dirigida desde la Universidad de Guadalajara por Raúl Padilla asesoró el movimiento lo cual debilitó la confianza y la capacidad de movilización popular.

 

Poco a poco, año con año, uno a uno los lesionados han visto pasar las promesas frente a los ataúdes de los caídos. La moral tapatía, cuando menos las de las elites, desparrama hipocresía y la humanización de está “noble y leal ciudad” queda en entredicho. La comprensión cabal del hecho y la exigencia de respuestas dependía entonces del grado de enajenación en que mantenía al pueblo el sistema príista que cuando menos en el discurso decía obedecer los dictados justicieros de la revolución de 1917. Hoy depende del olvido, de la conformación de un nuevo tipo de enajenación más deseperanzado, , sin identidad, indiferente, inhumano, cibernético y automatizado, basado en la estadística y la probabilística de excelencia y calidad otorgada como discurso para triunfadores en la Universidad y en la televisión. Un discurso sin historia y sin responsables, un cúmulo de números interpretados por especialistas bien pagados comprometidos con lo “moderno”, lo considerado de “primer mundo”.

 

En este marco debemos recordarles a quienes han perdido la memoria que existimos quienes vemos la ley y el gobierno como una responsabilidad, que no se esta pidiendo una dadiva para los lesionados, ni tampoco creemos que la respuesta cabal esta en absurdas operaciones financieras que sirven solo para regatear los apoyos obligados. Que de no asumir cabalmente –como hasta ahora no se hace- la responsabilidad del gobierno con respecto a la infraestructura de la ciudad – la presa de Arcediano, las obras malhechas que provocan accidentes, contaminación y/o gastos extras a cuenta del erario, los negocios inmoviliarios que dañan el ambiente- valen entonces las siguientes preguntas: ¿tiene alguna defensa el “ciudadano” ante el gobierno empresarial?¿le sirve el gobierno al pueblo para algo más que para reprimirlo y aumentarle impuestos?¿Ve el gobierno a los ciudadanos como seres humanos iguales a ellos?¿Ve seres humanos? ¿Ven ellos –que se presumen cristianos-católicos practicantes- a los lesionados como sus hermanos, como su prójimo o… como una chusma latosa que se afana en deslucir a los gobiernos “del cambio”?

 

Este gobierno de rancheros globalizados, el cual se presume democrático y civilizado cree que la democracia es más represión y policía. Parea ellos civilizar es llenar de asfalto y concreto la tierra, entubar los ríos; creen que la renovación moral necesaria para lograr el cambio pasa por regañar al pueblo aliados a proyectos con quienes han mostrado ya su irresponsabilidad y falta de humanidad… “el que con lobos anda…” .

 

A doce años de la tragedia, las almas en pena en vida como fantasmas son visibles solo hasta los días previos al 22 de Abril. Molestos provocadores manchan la pulcritud de la mercadotecnia publicitaria con la que gobierna la pequeña burguesía panista

 

 

 

Abril de 2004. JLG

 

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