PRINCIPIOS DE SEXUALIDAD TÁNTRICA.
La sexualidad está condicionada en toda cultura, a preservar ciertas tradiciones, hábitos, y/o deformaciones. Consecuentemente, el reaprendizaje de la sexualidad es un paso indispensable para que la unión sexual produzca el logro esperado y deseado.

Para ampliar la sensibilidad en un sentido tántrico, será preciso educar la mente en el amor y en la meditación, educar la energía en el equilibrio emocional y respiratorio, educar el cuerpo en la pureza y el pleno dominio. El amor subyacente en el intercambio sexual resulta ser una pieza clave para el logro del éxtasis. La plenitud del amor se desarrolla rescatando el instinto natural, que implica regular el equilibrio de las emociones, especialmente celos, envidia, apego, odio, miedo, y reaprender la entrega, incorporar la sensualidad y el juego a todos los actos de la vida cotidiana, y aprender a aceptar el placer cada vez más intenso, teniendo en cuenta que el orgasmo es, entre otras cosas, placer puro y súmamente intenso.

Se trabaja entonces con las purificaciones, las correspondientes al cuerpo físico, las del cuerpo energético-emocional, y las de la mente. La purificación es precisa para liberar de obstáculos a los conductos de circulación de las energías liberadas en el verdadero orgasmo, adquiriendo la sensibilidad necesaria para percibir esas energías tan intensas que conforman nuestra vida y la de todo el universo.

El entrenamiento pasa también por lo relativo al acercamiento a su consorte,  la aceptación mutua del contacto con el otro, el miedo a la entrega, el temor al placer, el temor al orgasmo, los temores de ser espontaneo y natural. Se requiere también reaprender los juegos preliminares, la mirada, la sonrisa, el contacto, la caricia, el beso, y el no dejarse arrebatar por la ansiedad de penetrar y ser penetrado, ni la urgencia interna de eyacular.

El desarrollo de los aspectos corporales consiste en: retomar la fuerza y el control del músculo pubo-coxigeo, ganar el control de esfínteres -mula bhanda-, y disminuir la presión excretora mediante la elevación del diafragma -uddiyana bhanda- y el cierre de la glotis -jalandhara bhanda-. Para que estos cierres no sean un peligro para la salud, debe aprender a regular su respiración mediante el control de inhalación y exhalación -pranayama-, y como el aire va junto con la mente, tendrá que dirigir su mente a esa tranquilidad que es propia de la ausencia de pensamientos -dhyana-.
Obtenidos estos logros, deberá mantenerlos cuando está en unión con su consorte, y llegar entonces ambos al éxtasis del orgasmo y sostenerlo durante cada vez mayor tiempo, hasta un éxtasis de ocho horas -samadhi-.

Siendo estos los objetivos, el aspirante debe evaluar su decisión. Partiendo de la decisión, su actividad sexual futura deberá estar encarada a estos logros, evitando el intercambio burdo que ha mantenido hasta el presente. Dadas las dificultades iniciales, propias del tener que cambiar los hábitos cultivados hasta el presente y que carecen del arte tántrico y su ciencia, es que desarrollamos este entrenamiento en forma gradual y accesible al occidental medio, poseedor de una cierta sensibilidad.
Accesoriamente los practicantes pueden necesitar ejercitaciones especiales, sean técnicas para mantener el nivel de excitación o lograr erección, sea para lograr el orgasmo con un genital fláccido -técnicas blandas-, para incrementar la potencia sexual, flexibilidad y elongación del cuerpo, desarrollo de la sensualidad, posturas para el intercambio sexual, etc.

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